De nuevo es el Día Mundial del Sueño Feliz y, como no, desde Reeducando a Mamá quiero unirme por completo a esta iniciativa que tiene como objetivo denunciar la manipulación mediática a la que nos someten algunos profesionales (que todos conocemos y que ya estoy harta de nombrar), así como promocionar e informar sobre el trabajo y la investigación de esos otros que, desde las más diversas disciplinas, nos enseñan que nuestros hijos quieren dormir con nosotros no porque estén enfermos, sino porque es un deseo primal profundo, producto de miles de años de evolución como mamíferos y primates.
Somos seres humanos y, como tales, hemos desarrollado culturas ricas y complicadas como ningún otro animal antes. Todos nos adaptamos en mayor o menos medida a vivir en ellas, casi siempre pagando un precio porque esta adaptación nunca está totalmente en armonía con nuestras necesidades más básicas y primitivas. Pero a cambio también obtenemos enormes beneficios, que duda cabe, sino no lo haríamos ¿Verdad?
Pero una cultura no es una entidad estática y universal impuesta desde los dioses del Olympo. No es el ser humano el que pertenece a la cultura, sino la cultura la que pertenece al ser humano. Al menos eso quiero creer yo. Por eso es imprescindible que nunca perdamos la perspectiva. Gran parte de nuestro comportamiento está dirigido por determinantes culturales. Esto significa que, si no nos hace felices, si nos enferma o nos produce dolor, podemos cambiarlo tranquilamente, porque no es una ley universal que existe para toda la humanidad por la "Gracia de Dios". No. Son normas que aparecieron en unos momentos determinados, por unas causas determinadas, muchas veces desaparecidas hace cientos de años, a pesar de lo cual el comportamiento se mantiene por pura inercia. Pero eso no significa que todavía sea necesario para la supervivencia o el bienestar de las personas. A veces es todo lo contrario: son comportamientos que sólo producen dolor, malestar y enfermedad. Pero ahí siguen y ahí seguirán si nadie los cuestiona.
Prof James McKenna |
El día que una revisión publicada en el año 2007 por el antropólogo James McKenna llegó a mis manos se me abrieron los ojos porque, por fin, vi una explicación al porqué del sinsentido de la pediatría del sueño occidental (McKenna et al, 2007). Hasta ese momento no acababa de entender como tantos investigadores y tan importantes consideraban una enfermedad el deseo de los bebés de dormir con sus padres, y la capacidad de dormirse y dormir durante toda la noche en solitario un requisito indispensable para un desarrollo saludable.
McKenna me dió la respuesta: la investigación sobre el sueño infantil había nacido en la primera mitad del siglo pasado y en la cultura occidental. ¿Y como dormían los bebés y niños a mediados del siglo pasado en la cultura occidental? Recordemos, eran los tiempos del auge del conductismo y de la tecnología de las leches "maternizadas". Los valores imperantes en la crianza se podrían resumir como individualidad, independencia, obediencia y autocontrol:
"Nunca los abraces ni los beses, nunca les permitas sentarse en tu regazo. Si te sientes obligado, bésalos en la frente para dar las buenas noches. Dales la mano para darles los buenos días. Dales una palmada en la cabeza si han hecho extraordinariamente bien un trabajo o algo muy difícil" John Watson (1878-1958)
John Watson. Foto originaria de los archivos de la Universidad de Johns Hopkins. |
Estas palabras de John Watson, publicadas en 1928, son unas representantes perfectas de la crianza predominante en la época. ¿Cual fue la consecuencia? Que el bebé/niño que se tomó como modelo para definir lo que era sueño infantil saludable fue el que duerme en solitario, sin ningún contacto físico con su madre y que, además, es alimentado con biberón a unos horarios extraordinariamente rígidos.
Pero en los últimos 30 años McKenna y otros profesionales nos están demostrado que este modelo es un simple artefacto cultural. La pediatría del sueño occidental había asentado sus bases en un modelo establecido culturalmente, sin razones ni científicas, ni fisiológicas. Las criaturas humanas no habían evolucionado para dormir así, sino de una manera totalmente diferente: en íntimo contacto con el cuerpo de su madre para mamar a demanda durante toda la noche, primero, y en compañía de sus cuidadores hasta convertirse en un ser lo suficientemente fuerte como para defenderse de las inclemencias ambientales, después. Los bebés y niños durmiendo en solitario sólo eran un producto de los determinantes culturales aparecidos en los últimos 200 años de la historia de la cultura occidental. De hecho, la gran mayoría de estos determinantes ya han desaparecido en la actualidad (Ver la tabla 3.1 del capitulo 3 del Debate Científico sobre la Realidad del Sueño Infantil).
Y esto es precisamente lo que quiero trasmitiros hoy, madres y padres del siglo XXI que, como yo, hemos experimentado este grave desajuste entre las necesidades de nuestros hijos a la hora de dormir y lo que la cultura nos empujaba a exigirles. Yo no soy quién para deciros como tenéis que dormir en vuestra familia: colechando o separados. Colechar ha sido nuestra solución, pero yo no puedo saber si es la vuestra. Sólo puedo ofreceros esta realidad para que, encontréis la solución que encontréis para vuestro sueño familiar, la tengáis muy en cuenta y NUNCA NUNCA NUNCA os puedan hacer creer que obligar a dormir a vuestro hijo en solitario es por su bien y porque le estáis curando de algo.
Si vais a dejar a vuestro hijo llorando detrás de la puerta de su habitación, espero que al menos tengáis esto muy claro.
Os remito a este post del blog Tenemos Tetas en el que se reproduce una ponencia del antropólogo James McKenna. Os animo a leerla porque no tiene desperdicio
Os remito a este post del blog Tenemos Tetas en el que se reproduce una ponencia del antropólogo James McKenna. Os animo a leerla porque no tiene desperdicio
me encanta tú manera de decir las cosas. me siento feliz de que cada día seamos más los dispuestos a romper con moldes hechos a conveniencia de los adultos y que intentamos s criar a nuestros hijos con conciencia y mirando hacia adentro. felicidades querida eres inspiración para muchas mujeres científicas que intentan llevar adelante la maternidad, eres un ejemplo de como todo el potencial de una persona puede conducirse en beneficio de su familia y de la sociedad. gracias. Andrea
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo en todo.
ResponderEliminarFeliz Día mundial del sueño feliz ♥
Gracias María y a toda la tribu por su sabiduría compartida. Saludos colombianos.
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