miércoles, 27 de julio de 2016

NO, TÚ RESPETARÁS MI PARTO. Respuesta a la impresentable carta de una ginecóloga argentina con el título: "Respetarás tu parto"

Porque,  te guste o no te guste, es mi cuerpo y TU NO MANDAS,  YO DECIDO (gracias Mencía, por recordármelo a través de tu madre).

Porque no, esas condiciones tan de "antisépsia, suero y material quirúrgico" SOBRAN en un parto que va bien. No sólo sobran. MOLESTAN, OBSTACULIZAN, y generalmente lo mandan todo a la mierda.

Porque las condiciones que hacen falta para que el parto fluya saludablemente os las cargáis los profesionales como tú, con vuestra ignorancia y soberbia. Es por eso, y no por otra cosa, por lo que la OMS no pone pegas al parto en casa en caso de partos de bajo riesgo (1). Es por eso, y no por otra cosa, por lo que cada vez más mujeres deciden parir fuera del alcance de ginesauros.

Porque, a pesar de que somos muy conscientes de que si algo se tuerce en el hospital tendríamos toda la tecnología mucho más cerca para actuar con rapidez, resulta que una vez ahí no siempre que me pones suero o me das medicación es porque yo lo necesite. Y si no hicieras daño, todavía podría permitírtelo, pero la realidad es que estás obstaculizando el desarrollo de mi parto saludable y fisiológico con tu intervencionismo gratuito, provocando una reacción en cadena que muy posiblemente acabe poniendo en peligro la vida de mi bebé. Así podrás ponerte la medalla de que "nos has salvado", pero no. No nos salvaste de nada. Desengáñate. En realidad estuviste a punto de joderlo todo. Bueno, de hecho lo jodiste. 

Porque si todo va bien no sé que coño haces rompiéndome la bolsa. El bienestar de mi bebé lo puedes controlar con otros métodos mucho menos invasivos. Si no los conoces eres, además, un puto peligro público.

Si después de tu suero, tu medicación y tu rotura de bolsa acabo en cesárea, es por tu culpa. ¿No te has dado cuenta? Tal vez ese mas del 30% de cesáreas en la pública y 75% en la privada de tu país te ayuden a hacerlo. Por si no lo sabes, sólo entre un 10% y un 15% estarían justificadas.

Y sí: Mi cuerpo, mi parto y mi decisión. Y todo esto POR MI HIJO. Para salvarlo de los profesionales que, como tú, se creen con la sabiduría suficiente para cantarle las cuarenta a la naturaleza, cuando, en realidad, en su vida han visto ni experimentado un verdadero parto fisiológico, y no tienen ni idea de lo que deben hacer para optimizar las condiciones que permitan que cada vez más mujeres no necesiten ningún tipo de intervención.

Y sí, hay fallos y para esos fallos deberíais estar ahí. Pero, de momento, todavía demasiados sois más la causa de los fallos que la  solución. Y hasta que no os cambie el chip seguirá habiendo mujeres que querrán parir lejos de vosotros y vuestra tecnología, incluso cuando eso suponga un riesgo real para ellas y para sus hijos.

Primum non nocere, sí.  Me impresiona, y me encoleriza, que no sepas que sois los primeros en ignorar este principio tan básico.








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PD Siento las palabrotas pero estoy ¡tan enfadada!............... pensar que en el escenario actual de la atención al parto una ginecóloga se permite escribir una carta diciéndonos, que "Respetarás tu parto".................. AGGGGGGGGGGGGG.

(1) "En Holanda se dan las mejores estadísticas del mundo con las tasas de mortalidad perinatal
inferiores al 10 por mil y las tasas de mortalidad materna inferiores al 1 por diez mil y unos
porcentajes de cesáreas del orden del 6%. En Holanda uno de cada tres bebés nace en casa, un bebé
de cada tres nace en una pequeña policlínica y solamente uno de cada tres en un servicio de
obstetricia convencional".

domingo, 24 de julio de 2016

NO, NO ES BUENA........


Cuando llegan la nena está todavía dormida en su cuco del coche. Se despierta justo para ver como se asoma, por su reducido campo de visión, la cara ligeramente conocida de la tía-abuela. Un vistazo rápido a un lateral le confirma lo más importante para ella: mamá está ahí. Papá también.

Todo bien, entonces.

La tía- abuela la coge. A ella le gusta. Ahora puede ver todo lo que tiene alrededor: los primitos, la tía al fondo, la terraza del restaurante, el mar, la brisa fresca.............. y mamá justo delante. 

Todo en orden.

Llega el momento en el que ya siente ganas de volver a los brazos de mamá. Balbucea una pequeña queja y la respuesta es rápida: ya está en sus brazos. Tal vez ahora no le importe que le coja un ratito el primo. Tiene una cara la mar de graciosa. Hace muecas fascinantes. Luego otro ratito con la tía. Mamá sigue delante. 

Estamos perfectamente. Todo es muy interesante y mamá y papá están al alcance.

Los adultos y los niños mayores comen y a ella le está entrando hambre. Vuelve a balbucear un reclamo. Mamá mira a papá: "¿puedes preparar la fruta?" en unos minutos la fruta está preparada y ella la recibe en el regazo de su madre. Luego la coge papá. Cansada se apoya en su hombro. Pero todo alrededor es nuevo y atractivo, sobre todo el primo de las muecas. Mejor no dormir todavía. 

La tía le lleva al jardín. Mamá está ahora más lejos y, encima, le ponen en el suelo sobre una esterilla. Eso ya no le gusta tanto y le hace sentir insegura. Reclama un poco más fuerte, con pucherito incluido. La tía la lleva rápidamente a mamá. Bueeeeeeeeeeenooooooo, ya pasó el susto............ el pucherito se transforma en sonrisa y el inicio de llanto en carcajada. Mira a la tía para demostrarle claramente que ahora todo está bien. Los adultos se ríen y dicen que "que pilla". Pero no, ella no es pilla. Sólo quiere demostrar a su tía que ha hecho lo que ella le pedía, para que la próxima vez sepa seguro lo que tiene que hacer si se repite la situación. 

A pesar de todos sus esfuerzos al final el cansancio le puede. Necesita sentirse en el regazo de mami. Mamá lo entiende perfectamente y la coloca de manera que ella puede conciliar el sueño.......... se siente segura, está con mamá y papá, los primitos de caras graciosas también, y la tía, y los tíos-abuelos............................... todo es muy atractivo................ desde el regazo de mamá.......

Llega el sueño

"¿Es buena verdad?"

"¡Ufff! Buenísima!!! Que amor de criatura....... ni un lloro, todo sonrisas"

Pero no, no es buena. No al menos más que cualquier bebé de siete meses. Porque no hay bebés malos. Todos los bebés son buenos. Lo que sí que hay es bebés satisfechos y bebés insatisfechos. Bebés atendidos y bebés desatendidos. Bebés felices y bebés infelices.

Ella se enfrenta al mundo sólidamente apoyada en le regazo de su madre y de su padre. Es entendida y tomada en cuenta. Está lo que los expertos llamarían "sincronizada con sus cuidadores". Su madre y su padre siguen sus señales y le atienden en consecuencia. No tienen miedo a "consentirla" o "mimarla", y desde luego ni se plantean dejarla llorar "para que ensanche los pulmones" o "se acostumbre bien". Se duerme sobre el regazo de su madre, oyendo el sonido de su corazón y acunada por sus brazos, sintiéndose segura y amada.

No, no es que sea buena..............

es que es feliz.