jueves, 24 de enero de 2013

DIOS LE DA PAN.....................

Mi tercer parto:

Empezó rompiéndose la bolsa mucho antes de empezar las contracciones,  igual que en el primer parto pero a diferencia del segundo. En cualquier caso este detalle no tuvo más importancia que unas horas de incertidumbre por si mi ginecóloga insistía en inducir. Carolina la mantuvo a raya y pude dejarme llevar por la fuerza de mi naturaleza.

Cuando empezaron las contracciones ya estaba en mi sala de partos: una habitación relajada, suave, con una cama confortable, unas espalderas, una pelota enorme, la bañera de partos, una ducha y un retrete. Pero todo eso me sobraba, excepto la cama y el retrete, porque lo más importante lo llevé conmigo. Mi música de vida: una recopilación de mis canciones favoritas desde mi infancia. Quería que ese recorrido por la música que me había cautivado desde pequeña  nos acompañara a mi hijo y a mí en su nacimiento, en mi parto.

Fue mágico, hipnótico, extático. Las contracciones venían como olas potentes, nada dolorosas, algunas incluso placenteras. Hubo un par de horas que nos las cambiaría por nada en el mundo. Fueron increíbles. Fue una danza con la vida, con mi vida, mis recuerdos; con el futuro que salía de mi vientre. El pasado acompañó la bajada de mi hijo con sus sonidos y las imágenes y sentimientos que estos evocaban. Mi mente se perdió en ellos arropada por esas viejas canciones. Salí del tiempo y del espacio y me perdí en un ahora eterno donde mi infancia, mi adolescencia, mi vida adulta se fundían acunadas por el vaivén de las olas que traían a mi hijo al mundo.

Mi cuerpo era poderoso, eterno, inmenso. NO hubo dolor. NO hubo sufrimiento. Sólo placer y felicidad. Mi hijo estaba naciendo

Entró la comadrona y rompió el hechizo: "¡Llama a Carolina, que yo tengo una madre primeriza y no te podré atender si te pones a expulsar ahora!"

Hasta ese momento yo había abierto la puerta que lleva al parto orgásmico, había asomado la cabeza por la abertura, había estirado la mano y lo había tocado con la punta de los dedos. La llamada de atención de aquella comadrona provocó mi retirada. Volví al mundo real. Cerré la puerta. Mi cuerpo volvió a quedar bajo el control del neocórtex. Pero el camino andado ya estaba hecho y con 8 cm de dilatación sólo me quedaron 4 contracciones más, estas sí me dolieron, y el expulsivo, que también fue doloroso. 20 minutos nada más.

¿Que hubiera pasado si nadie me hubiera sacado de mi estado extático? ¿Hubiera parido totalmente sin dolor?¿Hubiera sido el expulsivo un gran orgasmo? No lo sé. Probablemente nunca lo sepa y mi camino hacia la recuperación de LA MADRE y de la maternidad completa se quede aquí, en cuanto a lo que al parto se refiere.

Pero me siento satisfecha. No cambiaría esas horas de dilatación no dolorosa, extática y placentera por nada del mundo. Cuento mi parto a diestro y siniestro para que las nuevas mamás puedan empezar desde el punto en que yo lo dejé, para que lleguen mucho más lejos. Para que se lo crean. Y me siento una privilegiada por haber podido vivir el parto que tuve.

Por todo esto me cuesta tanto entender que haya madres que, teniendo este y tantos otros testimonios al alcance de la mano, tanta información científica apoyando el parto natural, cuestionando las intervenciones innecesarias, GRITANDO los peligros de las cesáreas innecesareas, prefieran actuar desde la ignorancia y los intereses creados, a pesar de su situación privilegiada que les coloca en una posición donde tienen todas las posibilidades al alcance de la mano (y el bolsillo).

Pero este post no va dedicado a esas madres, ni siquiera a la más famosa de estos días: Shakira. No. Este post va dedicado a mi amiga Vivian Watson, autora del blog Nace Una Mamá y coautora de Una Nueva Maternidad. Resulta que Vivian no pertenece a esa clase social privilegiada y no lo tiene tan fácil para elegir el parto que quiere. Pero sí pertenece a esa otra clase de personas conscientes, inteligentes, informadas, preocupadas y ocupadas en construir un mundo y una sociedad mejores para todos. Por desgracia estas cualidades no se pagan con dinero, ya que en el fondo - y aunque no dé la felicidad - tal cual están las cosas a día de hoy, el dinero te da la libertad que necesitas para ejercer tus derechos.

Hoy  pensaba en que es una pena y que aquí podemos aplicar ese dicho de que Dios le da pan al que no tiene dientes. Y no es justo. Más que nada porque en la sociedad actual el pan no lo reparte Dios y el que más tiene no es ni de lejos el que más se lo merece por ser el que mas aporta a los demás, el que realiza un trabajo más valorado, necesario  o difícil. Por eso van las cosas como van, claro. Y evidentemente eso no lo vamos a cambiar a corto plazo. Desde luego no en las próximas semanas.

Pero lo que sí podemos hacer es echar una mano a Vivian para que tenga su parto en casa, el parto que ella y su hija se merecen. Aquí os dejo el enlace donde podéis donar dinero para que podáis ayudar a que Vivian pueda vivir el parto que consciente y libremente ha elegido tener. Creo que el parto en casa le va a costar unos 2000 euros. Ni de lejos el coste de una cesárea, pero ya veis, 2000 euros que hacen la diferencia entre tener la libertad para elegir tu parto o no tenerla.

Espero de todo corazón vuestra colaboración para que, así, con estos pequeños/grandes detalles hagamos esta sociedad de locos un poquito más justa


¡Daos prisa que ya está en la recta final!!!!!!!!!!




sábado, 12 de enero de 2013

LA CIENCIA QUE NOS LLEGA


Cuando trabajaba en un laboratorio de investigación cardiovascular haciendo mi tesis doctoral, tuve la oportunidad de ser testigo de hasta que punto la prensa general y los medios de comunicación tergiversan el mensaje que sale de los artículos científicos o las declaraciones de sus autores en las entrevistas que les hacen. Incluso recuerdo una vez donde uno de los directores del instituto de investigación donde estaba haciendo una estancia temporal tuvo que llamar a un periódico que había publicado una entrevista manipulando tan terriblemente sus respuestas que el mensaje había perdido todo el sentido original, hasta el punto de sentir que iba a quedar como un presumido mentiroso delante de sus colegas.

En otra ocasión, la directora del laboratorio, tras la presentación de los resultados de una posdoctoral del grupo en un congreso internacional, entusiasmada por el interés que habían suscitado aquellos resultados entre sus colegas, respondió tal vez con excesivo entusiasmo sobre las posibilidades de un determinado proyecto cuyo objetivo era encontrar nuevas proteínas implicadas en ciertas enfermedades cardiovasculares. Al día siguiente estos resultados fueron presentados en dicho periódico como una garantizadísima cura a este tipo de enfermedades, algo que todavía estaba muy lejos de las posibilidades del proyecto. La posdoctoral a cargo del mismo se moría de vergüenza y preocupación al ver hasta que punto se habían manipulado las declaraciones de la directora para conseguir un titular sensacionalista y exagerado.

Por eso no sé por qué me he escandalizado tanto ante lo que ha pasado estos días en referencia a un artículo recientemente publicado por la doctora Marsha Weinraub en Developmental  Physiology. A estas alturas, que los periodistas destaquen lo que a ellos les parece que va a llamar más la atención para motivar a los lectores a leer esa noticia, ya no extraña a nadie. Que lo que resaltan no sea exactamente lo más acorde con la realidad tampoco, desgraciadamente, extraña a nadie. 

Pero cuando esta información que resaltan no sólo no es verdad sino que tiene una influencia importante en el bienestar y la salud de nuestros niños, han pasado una frontera peligrosa. 

Y hasta aquí hemos llegado. 

Weinraub publicó junto con 7 coautores más un artículo titulado Patterns of developmental change in infants' nighttime sleep awakenings from 6 through 36 months of age. (Dev Psychol. 2012; 48;6: 1511-1528. ) Este trabajo tenía tres objetivos fundamentales: 

  • Estimar las trayectorias durante el desarrollo de los patrones del sueño en los niños ( de 6 a 36 meses)
  • Identificar los procesos más importantes asociados con estas trayectorias, examinando la relación de las mismas con factores intrínsecos y extrínsecos.
  • Examinar las diferencias individuales en la frecuencia de los despertares nocturnos en momentos concretos de la infancia. 

No voy a analizar aquí el trabajo más en detalle, ya que ya lo he hecho en el blog del Debate Científico sobre la Realidad del Sueño Infantil (Capitulos 1 y 5). Lo que desde mi blog quiero resaltar y denunciar es lo siguiente:

En diversos medios de comunicación  han salido noticias con titulares como estos:










Evidentemente, con semejante explosión mediática me fui volando a la facultad de medicina para conseguir el articulo original ya que era imprescindible añadirlo al blog sobre el debate del sueño infantil. No puedo colgaros el artículo por motivos de copyright, ya que es de pago, pero si alguno de vosotros está interesado en leerlo se lo mandaré con mucho gusto (supongo que eso sí lo puedo hacer). Vale la pena que comprobéis personalmente lo que estoy denunciando:

Estos titulares mienten.

El estudio NO DICE por ninguna parte que a los niños se les deba dejar llorar. TODAS las conclusiones que sacan los artículos que os he enlazado, según las cuales hay que dejar llorar a los niños hasta que se duerman, o que la lactancia materna dificulta que el niño duerma "sin despertarse" porque interfiere en su capacidad de autoconsolarse,  no salen del artículo original sino de un artículo  que publicó la Universidad de Temple (universidad donde se realizó el estudio) en el cual, por lo que parece, la autora principal hizo estas declaraciones.

O sea, como mucho, el origen de estos titulares es la opinión personal de la autora principal de este estudio, pero no son las conclusiones del estudio en sí. La conclusiones del estudio, antes de ser publicadas, tuvieron que superar: 1) el consenso de los 7 autores (entre ellos el director de estudio); 2) el análisis de 3 ó 4 revisores de la revista científica. Las opiniones personales de la autora, reflejadas en el artículo de la universidad y mezcladas con los resultados y conclusiones del estudio, no tienen ninguna validez más allá del hecho de ser opiniones personales de una doctora en psicología más. Ni han sido consensuadas por los 7 autores ni aprobadas por los revisores de la revista.

Y para acabar os quiero dejar aquí el párrafo final del estudio original. De hecho os voy a dejar el párrafo original en inglés y la traducción, y que conste que he contrastado mi interpretación con la de dos mujeres angloparlantes, Louma Sader Bujana y Vivian Watson, para que veáis hasta que punto se ha deformado el mensaje final del mismo. Os recomiendo leer los capítulos 1 y 5 del blog  El Debate Científico sobre la realidad del Sueño Infantil y, repito, os mandaré encantada el artículo original de Weinraub si os interesa comprobar todo por vosotros mismos:

"For families who report continuing sleep awakenings in infants older than 18 months old, interventions may be necessary. Our findings are indeterminate in regards to supporting specific expert recommendations for optimal infant sleep patterns concerning greater bedtime ritualization, discouragement of parental intrusion, and encouragement of infant self-soothing to promote sleep that is more continuous. Future research should be directed to exploring sleep problems in high-risk samples and the effectiveness of interventions with high-risk samples and to investigating whether these early, normative patterns of sleep disruptions have implications for later cognitive and social developments that require self-regulation"

"Las intervenciones podrían ser necesarias para aquellas familias cuyos niños mayores de 18 meses presentan despertares nocturnos continuos  Nuestros hallazgos no son determinantes con respecto a las recomendaciones para un patrón de sueño infantil óptimo en cuanto a la mayor implementación de rituales de sueño, a desalentar la intrusión parental, y a alentar el auto-consuelo para promover un sueño más continuo. Se deberán realizar más investigación en el futuro dirigidas a estudiar los problemas del sueño en las muestras con un riesgo más alto, y la efectividad de las intervenciones en estas muestras, para investigar si estos patrones normativos tempranos de interrupción del sueño tienen implicaciones posteriores a nivel cognitivo y social, que requiere la auto-regulación." 

Más o menos lo contrario de lo que la prensa general ha divulgado.

Es para reflexionar. 


jueves, 10 de enero de 2013

LA MANERA MÁS TIERNA Y AMOROSA DE AYUDAR A UN NIÑO A DEJAR LOS PAÑALES. CONCEBIDA Y DISEÑADA POR UNA NIÑA DE TRES AÑOS


Es posible que dentro de doce o trece años los protagonistas de esta historia me odien por haberla hecho pública, pero la encuentro tan encantadora, tierna, amorosa, simpática, limpia e inocente que no lo puedo evitar, ¡tengo que contároslo! Y es que no hay nada como pararse a mirar el mundo a través de los ojos de los niños, de su mente pura e inocente, para darse cuenta de hasta que punto somos absurdos los adultos, con nuestros tabús, nuestras manías y nuestros ascos.

Mi hijo M, de tres años y tres cuartos,  hasta hace tres días todavía llevaba pañal. Y lo cierto es que este hecho no me preocupaba en absoluto ya que hasta el próximo mes de agosto no empieza la escolarización obligatoria, e incluso entonces hubiera sido posible llevarle con un pañal braguita, ya que aquí en Suiza empiezan con muy pocas horas al día. Así que yo andaba tranquila con el asunto y, aunque M era capaz de hacer su pipí en el inodoro cuando quería, no me he opuesto en ningún momento a su preferencia a seguir llevando pañal.

Pero hace dos día mi peque encontró la motivación perfecta para dar el gran paso: su muy mejor amiga L. L es cinco meses más jovencita que M, y no sólo ya lleva un tiempo sin pañal, sino que es capaz  de ir ella solita al baño sin problemas.

Y eso es lo que hizo hace dos días y, de paso, enseñó de la mejor manera, con el ejemplo, a su gran amigo M las ventajas de dar este gran paso de dejar el pañal y usar el inodoro.

El pasado Martes por la tarde mi casa parecía un colegio:  7 enanos jugando y alborotando mientras dos amigas y yo nos tomábamos una infusión mientras charlábamos "tranquilamente" (es un decir). En un momento dado en el que yo me levanté para atender a alguno de los niños, al cruzar por delante del cuarto de baño, me encontré una escena de lo más graciosa:  L sentadita en el inodoro, encima del trono adaptador que - esta cría es impresionante - se había puesto ella solita. Su expresión decía a todas luces que estaba haciendo caca. En frente de ella estaba M  sentado en un banquito, mirándola  tan re-concentrado que su carita reflejaba exactamente la misma expresión que la de su amiga, hasta el punto que pensé que él también estaría haciendo caca. Cada vez que a  L le caía una bolita los dos se levantaban a mirarla, comentaban su forma y tamaño para, a continuación, volver cada uno a su puesto hasta que L dió por terminadas sus necesidades fisiológicas. Ayudé a  L a limpiarse y cuando iba a quitar el trono adaptador del inodoro M me dijo que ahora quería él. Yo, entusiasmada con la idea, le ayudé a sentarse. Como en general M es muy pudoroso y cada vez que tiene que hacer caca se esconde detrás de algún mueble (Si lo descubres y le miras grita muy enfadado: "¡VETE, NO MIRES!"), me fui del cuarto de baño esperando que M le dijera a L que saliera. Pero no. L ocupó el banquito donde antes se sentara M y se repitió la misma escena, con los dos con carita de hacer caca, de tan compenetrados que estaban. Me fui de allí conteniendo la risa y tras esperar unos minutos volví para limpiar a M.  Pero al ir a hacerlo me di cuenta de que ya estaba limpio, a lo que  L  muy seriecita y enseñándome dos trocitos de papel higiénico estrujados en sus manitas me dijo: "No hassse falta, yalhe lempiado io".

Desde entonces M no ha vuelto a querer pañal, ni siquiera por la noche. De momento sólo ha tenido un escape, cuando ayer al levantarse se le olvidó que no lo llevaba y se hizo encima justo cuando salia de la habitación.  Y hoy hemos tenido una superurgencia justo en la cola del supermercado, claro, como no podía ser de otra manera. Pero el paso ya está dado y él se siente orgullosísimo llevando calzoncillos. Ni que decir que L también y cada vez que se ven se recuerdan que ahora LOS DOS ya llevan braguita/calzoncillo


Para comérselos........