Hoy sólo quiero deciros que lo que puede verse en este vídeo no es
ni ética,
ni moral,
ni emocional,
ni humana
ni ―por mucho que algunos se empeñen en creer lo contrario― científicamente
aceptable
Y que una cultura capaz de tratar así a sus niños, una cultura que normaliza el comportamiento de esta madre en nombre de la autoridad científica, está muy enferma.
El sábado 12 de Noviembre tuve el inmenso placer de participar en un seminario de lactancia materna y sueño infantil con mi querida Rafi Lopez, de Dormir sin Llorar, organizado por mi también querida Isabel Fernandez de Castillo, de Terra Mater. Fue una jornada en la que tuvimos el placer de disfrutar de la compañía de diversas profesionales de la salud infantil, entre las que se encontraban pediatras, matronas, enfermeras y psicólogas además de madres y futuras madres, y un futuro padre, con los cuales se estableció una enriquecedora dinámica de debate y puesta en común de conocimientos.
Pero lo que os quiero traer aquí es una anécdota que compartió conmigo en un "aparte" una de las pediatras presentes, Lupe. Una anécdota que me pareció preciosa y reflejo de una realidad que muy pocos padres sabemos entender correctamente.
En una ocasión Lupe asistió a un bebé que había nacido con un pequeño defecto en las cuerdas vocales que no le permitía emitir ningún sonido, y mucho menos llorar. Así, cuando lloraba, su boquita permanecía en silencio aunque su carita hacía las muecas típicas de un bebé llorando. De hecho, nada más nacer, al ver sus muecas pensaron que estaba ahogándose, hasta que se dieron cuenta de que en realidad lloraba en silencio.
Por suerte este defecto era operable, y a las pocas semanas una intervención quirúrgica liberaba las cuerdas vocales del bebé y le permitía llorar y emitir sonidos con normalidad. Pero lo interesante de esta historia se produjo en el momento en que los padres traían al bebé para operarle. Según le contaron a Lupe, estaban exhaustos. Llevaban 5 semanas durmiendo por turnos ya que les daba muchísimo miedo quedarse dormidos, y que su hijo llorara y no pudiera despertarles. Así que siempre permanecía uno de guardia mirando al bebé.
Estaban impacientes por tener un bebé que PUDIERA LLORAR porque eso LES PERMITIRÍA DORMIR.
Impresionante ¿no? Yo al menos nunca vi esta realidad desde esta perspectiva y, como la gran mayoría de la gente (excepto lo que tienen bebes como el de la historia, supongo), pensaba que el llanto de mi bebé era lo que no me dejaba dormir.
Pero no. De hecho GRACIAS a que mis bebés lloraban, y podían llorar cuando me necesitaban,YO PODÍA DORMIR.
Ahí queda eso. Ahora todos a reflexionar sobre las consecuencias de enseñar a los bebés a no llorar cuando nos necesitan.
¿De verdad que tras un entrenamiento así vais a dormir tranquilos?
Hoy, por fin, traigo a este espacio, tan mío y personal, uno de mis sueños cumplido. Gracias a la editorial Alianza, del grupo ANAYA, ya está en la calle:
Este libro es el descendiente natural del blog "El debate científico sobre la realidad del sueño infantil", y que en la actualidad ha pasado a llamarse La Ciencia del Sueño Infantil. En él expongo —organizada, actualizada, complementa y escrita de manera (espero que) amena y accesible para los no expertos— todo lo que he aprendido en 5 años de recopilación y revisión bibliográfica sobre el sueño infantil. De las 635 citas actualmente recopiladas en el trabajo completo, las 497 que he considerado más relevantes para las familias están incluidas en este libro.
Y para los que queráis ir más allá y tener en vuestras manos la revisión completa y siempre actualizada hemos desarrollado, en colaboración con Dormir sin Llorar y Terra Mater, el curso:
En el que integraremos toda la parte teórica completa del proyecto La Ciencia del Sueño Infantil con los 12 años de experiencia práctica de miles de madres participantes en el legendario foro de Dormir sin Llorar.
La idea de ambos proyectos, el libro y el curso, es contribuir al cambio de paradigma en el tratamiento de la problemática del sueño infantil ya observado en otros países pero que en España todavía, para algunos profesionales, parece que no exista. Este cambio de paradigma no es otro que la aceptación e integración en la resolución de los problemas del sueño familiar de la perspectiva que ofrecen disciplinas como la antropología, la biología evolutiva, así como de los valores y sentimientos de las familias afectadas. Hasta ahora, en España, sigue siendo dominante el mensaje que un sector de la pediatría del sueño se empeña en trasmitir: los problemas del sueño infantil, especialmente los problemas conductuales del sueño infantil, son territorio de la pediatría y la medicina del sueño. Todavía quedan profesionales muy mediáticos convenciendo a las familias, por medio de un elaborado marketing, de que la información que llega de fuera de su limitada área de acción no debe ser considerada.
¡Un antropólogo invitado a escribir y comentar un artículo sobre el sueño infantil en una de las más prestigiosas revistas médicas internacionales sobre el sueño! ¿Será que el sueño infantil ya no es terreno exclusivo de la pediatría del sueño?
Pues exactamente eso es lo que está pasando. La antropología ha desenmascarado a la pediatría del sueño (y no sólo del sueño) y ha puesto sobre la mesa todo el sesgo cultural sufrido por sus investigaciones, consejos y tratamientos. Por su parte, la neurología, la psiquiatría, la psicología y, en general, todas las ciencias que estudian el estrés y sus efectos, cuestionan la inocuidad de algunos de estos tratamientos, a la vez que la sociología de la ciencia derriba el falso pedestal de autoridad que algunos pediatras muy mediáticos se habían construido, para poner a su mismo nivel no solo al resto de disciplinas científicas implicadas, sino también a las familias afectadas por los problemas del sueño infantil, a sus valores y sentimientos, argumentando que para la obtención de soluciones de alta calidad todos los actores implicados deben ser considerados en igualdad de condiciones. En otras palabras, escenas como las de este vídeo, en el que el pediatra se siente con la autoridad de ir detrás de un padre dándole instrucciones de como desconectarse del llanto de su hijo mientras la madre sufre en el salón, NO escenifican una solución aceptable.
Así pues, los tiempos de los métodos simplistas, vendidos al público para ser aplicados "al por mayor", en los que se aplican técnicas conductistas difícilmente aceptables desde otras perspectivas diferentes a la que fueron creados, están llegando a su fin.
Un día este vídeo no será un ejemplo de "20 años de experiencia ayudando a las familias". Un día, por fin, la falta de ética observable en estas imágenes ya no serán avaladas por la ciencia basada en evidencia.
Un día los padres se sentirán tan seguros y bien informados que en lugar de comprar millones de ejemplares donde se explica como ser adiestrados y adiestrar a sus hijos, darán la espalda a cualquier profesional que intente obligarles, a base de amenazas supuestamente médicas, a ir en contra de sus principios, valores y sentimientos.
Un día ya no será posible seguir entrenando padres e hijos. Bastará con informar de manera rigurosa y completa sobre las posibles soluciones a una sociedad muy informada y, sobre todo, muy BIEN informada. Somos la sociedad de la información.
Porque los padres somos adultos inteligentes capaces de informarnos y formarnos. Porque nuestros hijos merecen que recuperemos la responsabilidad robada por esos expertos que nos infantilizan, pretendiendo asumir un poder que nos pertenece.
Y, sobre todo, porque amamos a nuestros hijos sobre todas las cosas y queremos lo mejor para ellos.
Y para finalizar, quiero invitaros a este evento organizado por Ileana Medina, de Tenemos Tetas, en el que nos proponemos convertir el hashtag #dulcessueños en trendingtopic en Twitter. Tras su éxito con #desmontandoaestivill, ahora Ileana pretende ayudarnos a lanzar a la sociedad española nuestro libro sobre el sueño infantil ¡Dulces sueños! como representante de este cambio de paradigma en España y países de habla hispana, y twittear sobre la importancia de un sueño amoroso, mamífero, feliz.
Si tienes un blog, te agradecemos difundir e invitar a tus lectores
Hace ya tiempo que en este blog no toco el tema de la adopción. En su día lo traté desde mi propia experiencia personal, para exponer mi opinión y sentimientos al respecto. También tuve el honor de contar con el testimonio de una madre biológica, mi querida Chus.
Hoy vuelvo a tener el gran honor de compartir el testimonio de una mujer, de la cual ni siquiera sé su nombre, es cierto, pero desde luego sé algo incuestionable: que es fuerte. Muy fuerte.
Con su blog Las alas de Nabi, la autora nos expone su experiencia personal en toda su crudeza, dando voz, por fin, a los que nunca han sido escuchados: los niños abandonados en un sistema de protección de menores defectuoso, interesado, ignorante, anticuado y con pocas ganas de hacer una auto evaluación realmente constructiva.
El texto que leeréis a continuación ha sido leído hoy, seis de octubre de 2016, en un debate sobre el sistema de protección de menores organizado en Valencia. Está también expuesto en su blog y os animo a compartir y divulgar para que todo el mundo sepa por lo que están pasando nuestros niños más vulnerables. Es un tema muy duro, muy complicado y muy delicado. Pero eso no es excusa para que seamos capaces de ofrecer a estos niños la protección y el amor que se merecen.
¿Donde quedan mis derechos?
Por Mulyo Nabi
Llevo ya días anunciando esta publicación. No haré una entrada ni reflexión, me limito a exponer, tal cual, el escrito que hoy se lee en el debate sobre la administración y la protección de menores. Un saludo:
Estamos todos perplejos ante el último caso conocido de negligencia por parte de los servicios sociales, el caso de Joan, como le llaman sus padres de acogida, o Juan, como le llama su familia biológica, arrancado de los brazos de su madre y entregado en pre-adopción de forma prematura, y teniendo que ser devuelvo pocos años mas tarde, causando con todo el proceso un daño irreparable en su madre, que ha tenido que vivir sin él, a sus padres pre-adoptivos, que ahora pierden al que sienten su hijo, y sobre todo a él, a Juan, a Joan, al niño, que no ha podido crecer junto a su madre y que ahora tiene que decir adiós a todo lo que conoce, a quien él considera sus padres, a sus amigos, a todo su entorno, y todo por errores en la administración.
Este es un caso que se ha mediatizado, que se ha hecho público, creando un gran debate, poniendo y exponiendo a ambas partes a la opinión pública y al juicio de todo el que quiera juzgar, pero no podemos olvidar que solo es un caso más, uno de muchos, porque por desgracia, somos muchos, demasiados, los que hemos tenido que sufrir las consecuencias de un sistema que no piensa en los niños, no podemos olvidar que muchos somos o en otro tiempo, hemos sido un Joan, o un Juan.
Hace ya muchos años de mi caso, que fue muy mal gestionado desde el principio. Antes ya de mi nacimiento constan episodios de malos tratos hacia mi hermana mayor, en los que servicios médicos y vecinos denunciaron el caso en múltiples ocasiones, sin embargo, nadie hizo nada por cortarlo o evitarlo. Tras mi nacimiento ambas sufrimos abusos, y tras el de mi hermano también. Durante años sufrimos golpes, palizas y agresiones, pasábamos hambre y abandono, y nadie hizo nada. Poco después de nacer mi hermano se abrió el primer expediente por presuntos malos tratos, y me horroriza pensar que se calificó de presuntos, cuando durante años los informes médicos y diversas denuncias los estaban alertando, y aún así, pasó otro año hasta que alguien movió un dedo, dejándonos mientras tantos en manos de una mujer adicta y prostituta que seguía maltratándonos diariamente.
Con 2 años y medio aproximadamente, fui ingresada de urgencia por una hemorragia interna ocasionada por otra paliza más, una de tantas, pasé una temporada en la UCI y mi hermano tuvo que ser tratado por una grave desnutrición, el hospital denunció el caso, y aún así, cuando me dieron el alta volvimos una vez más con mi madre biológica, porque a la persona que le correspondiera tomar la decisión, pensó que donde íbamos a estar mejor que con nuestra propia madre. Pasó un tiempo hasta que alguien decidió llevarnos a un centro de acogida.
De entrada nos separaron de mi hermano pequeño, algo que nunca voy a terminar de entender. Lo llevaron a otro centro por la corta edad que tenía entonces, y a mi hermana y a mi nos metieron en un internado masificado, donde convivíamos, o mejor dicho, sobrevivíamos diariamente, niños desde los 3 años hasta los 18. Los pequeños allí éramos carne de cañón, y nadie controlaba lo que pasaba en aquel lugar. Durante 5 largos años vivimos allí, 5 años en los que yo sufrí de nuevo agresiones, palizas y violaciones por parte de otros menores. Era fácil ocultar estos hechos porque era un centro muy grande, con varias plantas, muchísimos menores para controlar entre poca gente. Las personas responsables de nosotros, las que se supone que tenían que protegernos, hacían la vista gorda cuando te decidías a contar algo de lo que pasaba, minimizaban lo que ellas consideraban “peleas de críos”, y prácticamente nos dejaban a nuestra suerte en una jungla en la que solo sobrevivía el más fuerte.
Para seguir complicando las cosas para nosotros, cada determinado tiempo la asistenta social decidía que teníamos que volver unos días con mi madre para intentar hacer algún tipo de adaptación a la vida con ella con intención de que volviéramos bajo su custodia, porque por algún motivo que desconozco pensó que mi madre se rehabilitaría, y se obcecaba en devolvernos con ella, para volver de nuevo a un infierno. Durante esas visitas seguíamos siendo maltratados, y mi hermana y yo en más de una ocasión fuimos violadas por clientes de mi madre, que nos ofrecía a ellos, supongo que pagarían más… Como es evidente, volvíamos de nuevo al internado.
Mi madre tampoco nos dejaba ser libres de ser adoptados. La asistenta o alguien determinó que tenía que hacernos visitas cada cierto tiempo y alguna llamada, para así demostrar su buena fe, que ella se quería hacer cargo de nosotros, y por lo tanto no lo consideraran abandono. Mi madre hacía lo mínimo, pero lo estrictamente necesario para que no lo considerasen como tal, mostrando así una supuesta muestra de intención de una supuesta rehabilitación que era evidente que nunca llegaría, y que efectivamente, nunca llegó, pero mientras tanto, yo me fui pudriendo allí encerrada, sin saber lo que era el amor, el cariño de una familia, sin saber lo que era sentirse parte de algo, sin demasiadas cosas que a nadie le deberían faltar, menos aún a un niño.
Pasados 5 años mi hermano y yo fuimos adoptados por separado, mi hermana mayor tardó más tiempo aún. Yo tenía 9 años. 9 años de abusos, de humillaciones, de violaciones, de abandono, de hambre que se podían haber evitado de una forma muy sencilla, porque era un caso excesivamente claro como para no ver que no había más solución, y aun así nadie lo hizo. 9 años de mi infancia y de mi vida perdidos por una madre ausente, que le importaban más sus vicios que yo. Perdidos por una administración negligente incapaz de ver los errores internos que condenan a niños a una infancia de absoluta soledad. Perdidos una institución carente de medios ni ganas de hacer nada que permitió todo tipo de aberraciones contra niños indefensos. 9 años de golpes y de situaciones anormales que han dejado dañada mi salud de por vida, y lo peor es que se podía haber evitado.
Y ahora yo me pregunto, si lo que tiene que prevalecer en estos casos es el bien al menor, el bienestar del niño, ¿Quien veló por mi? ¿Donde estaban esas personas que debían protegerme? ¿Donde quedaron mis derechos? ¿Porque se tardó tanto en ver que mi madre no tenia intención de rehabilitarse? ¿Es tan complicado tener unas pautas en las que si un niño esta siendo maltratado, dirijan al mismo hacia una adopción sin tanta dilatación? Y lo más importante de todo, ¿Donde está la protección del menor?
Entiendo que es necesario poner titulares que atraigan a la gente. Que es necesario encontrar temas que atraigan a la gente. Que es necesario escribir un artículo al mes, o a la semana o al día, (porque si no, no llego a fin de mes). Que uno es periodista (o no), que tal vez no sabe mucho sobre el tema, pero le han dicho que escriba sobre él y, encima, no tiene tiempo para informarse.
Que sí, que lo entiendo. Pero que hay cosas que no se hacen y superan mi nivel de comprensión. Y poner como titular que Los pechos se comen a sí mismos tras la lactancia es de esas cosas que no se hacen. Y dar a entender en un artículo escandalosamente falto de rigurosidad que la lactancia puede estar relacionada positivamente con el cáncer de mama, tampoco se hace.
En primer lugar, porque ambas cosas son mentira. Y en segundo lugar, porque decenas, si no cientos o miles, de mujeres que sienten el cáncer de mama como una amenazadora sombra en su vida -porque su propia madre o hermana lo sufrió o lo sufre, porque ven la lucha diaria de una amiga o, simplemente, porque son unas hipocondriacas aprensivas como yo misma- están, desde que tuvieron la mala suerte de poner un ojo en semejante desatino, llenas de dudas sobre si amamantar es un peligro para sus pechos porque han leído a un iluminado que dice que "Las mujeres presentan un riesgo elevado de sufrir cáncer de mama agresivo entre los cinco y los diez años posteriores a la lactancia, y la teoría hasta ahora ha sido que el proceso posterior a la lactancia podría alimentar el crecimiento del cáncer."
Vamos a ver, alma de cántaro (sí tú, Daniel Ventura. El mismo que firma el "artículo" en cuestión), si enmendamos los errores uno por uno y por el camino bien-informamos a todas las madres deseosas de amamantar a sus hijos sin miedo al cáncer:
PRIMER DISPARATE: Cuando la lactancia termina, los pechos de la mujer comienzan a devorarse a sí mismos.
Pues no, la verdad, y que manera tan feísima de titular un mecanismo tan elegante e inteligente como el descrito por Nasreen y colaboradores. Cuando la lactancia termina, todas esas células que se produjeron durante el embarazo (EMBARAZO. Fíjate bien que esto es importante; ya verás por qué más adelante), como ya no son necesarias, entran en un proceso de muerte controlada llamada APOPTOSIS, también considerado un suicidio celular. Es un mecanismo ampliamente utilizado por el cuerpo para deshacerse de todas esas células que, por lo que sea, ya no son necesarias. La principal característica de la apoptosis es que es una muerte controlada que no produce inflamación ni daño en los tejidos circundantes, a diferencia de la NECROSIS, que es una muerte descontrolada y dañina. Cuando una célula entra en apoptosis otras se encargaran de deshacerse de sus restos, generalmente "fagocitando" los mismos. Los barrenderos profesionales de nuestro cuerpo suelen ser los macrófagos, como su propio nombre indica, pero en el caso del pecho, y debido a que se tiene que eliminar hasta un 90% de la masa de tejido utilizada para la lactancia, las propias células epiteliales mamarias se encargan de fagocitar a sus compañeras apoptóticas, porque el número de macrófagos presente no sería suficiente como para evitar que todos estos desechos celulares fueran liberados al lumen del conducto y causasen inflamación.
Un mecanismo inteligente y muy interesante para una bióloga celular como yo, ya que conlleva que diferentes proteínas cambien de función (durante la lactancia hacen una función secretora y durante la involución pasan a tener una función en la fagocitosis). La novedad del artículo de Nasreen citado anteriormente (que no de Naylor, como tu afirmas; Naylor solo hace un corto comentario en el mismo número de la revista), es que parece que todo está orquestado por Rac-1, ya que las células deficientes en Rac-1 no consiguen fagocitar convenientemente a sus compañeras muertas, por lo que los cuerpos apoptóticos se liberan al lumen y producen una respuesta inflamatoria que activa los macrófagos, lo que tiene como consecuencia un daño al tejido e inflamación del árbol epitelial. Por lo tanto, según los autores, Rac-1 es responsable de que esta involución se haga sin daño para los tejidos, dejando la mama preparada para volver a comenzar el ciclo de la lactancia en el próximo embarazo.
Todo esto es interesántisimo, y a mí se me ha caído la baba viendo las estupendas fotografías con microscopios óptico, confocal (¡¡¡¡Ay!!!! Microscopio confocal!!! lo adoro!!!!) y electrónico. Es un artículo muy bonito... pero, y siento desilusionarte, sin la más mínima relevancia social. Ahora te diré por qué.
SEGUNDO DISPARATE:El proceso, identificado por un equipo dirigido por el biólogo australiano Mathew Naylor, ocurre a nivel celular y puede ser, según el artículo publicado recientemente en la prestigiosa revista Cell, un avance significativo en la comprensión del cáncer de mama.
Vale, más que disparates son errores, pero es que ¡No das una! En primer lugar, la investigación a la que te refieres ha sido publicada por Akhar, Li, Mironov y Streuli, siendo este último el director del proyecto, y el primero el "currante" oficial (dícese del becario o "precario" pre o post doctoral que está a pie de poyata haciendo los experimentos, o la mayoría de ellos, y que finalmente escribe el artículo). Este grupo de investigación está afincado en Reino Unido. Matthew J. Naylor está en Australia y sí, escribe sobre el artículo de Akhar en el mismo número de la revista, pero no dirige el proyecto, que yo pueda ver, tal y como tu afirmas. Más me parece a mí que es un experto en el tema (su laboratorio investiga sobre los reguladores de la muerte celular transcripcionales y de la matriz celular) al que la revista ha pedido un comentario sobre el mismo, o a él le ha apetecido publicarlo. En cualquier caso, no es el que ha caracterizado el mecanismo descrito en el artículo citado.
Y tampoco ambos artículos (el original y el comentario) se han publicado en Cell (¡Madre mía! Ni en eso te has molestado en informarte). Están en Developmental Cell (Factor de impacto 9), que no está nada mal, pero no es CELL (Factor de impacto cerca de 29).
Y por último: las repercusiones que este descubrimiento tienen o no tienen en el cáncer de mama, tal y como afirma Naylor (que yo haya leído, en el artículo original ni tocan el tema), están por ver. Por lo tanto, REPITO, un estudio muy interesante para los foros especializados pero sin ninguna relevancia social. ¿Cómo se te ocurrió utilizarlo para un artículo en el Huffington Post?
TERCER (Y PEOR) DISPARATE: Las mujeres presentan un riesgo elevado de sufrir cáncer de mama agresivo entre los cinco y los diez años posteriores a la lactancia.
No cariño: AL EMBARAZO: En palabras textuales de Naylor:
Women have an increased risk of developing breast cancer for the first 5-10 years following PREGNANCY
PREGNANCY, esto es, EM-BA-RA-ZO.
Y por qué esto es tan importante. Porque tu error ha hecho creer a cientos, tal vez miles, de madres que por dar el pecho van a tener un riesgo mayor de tener cáncer de mama. Y no. El riesgo habrá aumentado simplemente por embarazarse porque es durante el embarazo, ya desde el primer trimestre, cuando se produce el crecimiento de los tejidos implicados en la producción y conducción de leche: conductos, alvéolos, lobulillos y lóbulos. Es en este momento de intensa proliferación celular cuando puede aumentar el riesgo de cáncer de mama, ya que los tejidos en proliferación son más vulnerables a la producción de mutaciones que puedan dar lugar a células malignas. Por el contrario, un tejido bien diferenciado y ocupado en "sus labores", como es le caso del pecho que está dando de mamar, pocas ganas tiene de proliferar y mutar. No le queda ni tiempo ni energía.
Por lo que dice el artículo de Naylor, el segundo momento donde POTENCIALMENTE (lo que significa que todavía no está demostrado) puede aumentar el riesgo es la involución, ya que si se acaba produciendo inflamación, o ésta se realiza de manera defectuosa, TAL VEZ (no se sabe a ciencia cierta) aumente el riesgo. Pero este riesgo no está en absoluto relacionado (y mucho menos POSITIVAMENTE RELACIONADO) con la lactancia. Cuando una mujer se queda embarazada las glándulas mamarias van a aumentar y luego involucionar, independientemente de si entre ambos procesos ha dado o no de mamar. Y es precisamente el dar de mamar lo que se ha demostrado sin lugar a dudas como un factor que PREVIENE el cáncer de mama.
Por otra parte, y a pesar de que el riesgo de cáncer de mama aumente en este periodo de 5 a 10 años tras el embarazo, según Helewa y colaboradores, considerando el riesgo total durante toda la vida, éste todavía es menor en la mujer que ha tenido hijos que en la mujer que no se ha quedado embarazada nunca (nulípara).
Mira si cambia el mensaje cuando se empieza a añadir este tipo de información relevante ¿Verdad?
Así que con tu pésimo ejemplo de divulgación estás dando a las mujeres exactamente el mensaje contrario a la realidad. LA LACTANCIA MATERNA ES UN FACTOR PREVENTIVO EN EL CÁNCER DE MAMA. Esa es la realidad.
Y es que todo este proceso de crecimiento de la glándula mamaria en el embarazo e involución posterior tiene como objetivo único la lactancia materna. Cuando esta no ocurre, es evidente que hay más probabilidades de que algo no se realice correctamente. La falta de lactancia materna tras el embarazo y parto, o los destetes tempranos y bruscos, que generalmente sí producen inflamación, posiblemente puedan estar relacionados con un aumento del riesgo. Pero ¡OJO! Que estas afirmaciones también son hipótesis, de ahí que no pare de usar el condicional. De momento la única certeza es que la lactancia es un factor preventivo del cáncer de mama, incluso en las condiciones en las que se realiza predominantemente en nuestra sociedad occidental (destetes tempranos, pocos hijos y muy tarde, etc.).
Una lactancia "natural" (de varios años) seguida por un destete paulatino que da tiempo a las células a ir limpiando el material apoptótico de manera paulatina y sin traumas, muy posiblemente conlleve una disminución del riesgo de cáncer de mama muy significativa. Teniendo en cuenta que en nuestra sociedad este tipo de lactancias "prolongadas" y naturales son excepcionales, esto está todavía por investigar y demostrar. Pero a mi no me sorprendería nada que estas evidencias aparecieran en un futuro cercano, ahora que la lactancia materna está recibiendo el apoyo unánime que merece por parte de las organizaciones y autoridades sanitarias, a pesar de los intereses económicos de ciertas empresas alimentarias y las meteduras de pata de algunos sectores de los medios de comunicación.
No nacen con intención de fastidiarnos la noche. Es una respuesta de supervivencia del cerebro
Seguramente lo habréis escuchado más de una vez. Una madre recién parida, el padre o cualquier familiar, diciendo que el bebé “es muy bueno porque duerme y come muy bien”. ¿Esto se ajusta a la realidad? ¿Significa, entonces, que un bebé que no duerme del tirón toda la noche es malo? La ciencia, la biología, como casi siempre, tiene la explicación a estos temas que tanto preocupan a los padres, especialmente a los primerizos.
Porque no, esas condiciones tan de "antisépsia, suero y material quirúrgico" SOBRAN en un parto que va bien. No sólo sobran. MOLESTAN, OBSTACULIZAN, y generalmente lo mandan todo a la mierda.
Porque, a pesar de que somos muy conscientes de que si algo se tuerce en el hospital tendríamos toda la tecnología mucho más cerca para actuar con rapidez, resulta que una vez ahí no siempre que me pones suero o me das medicación es porque yo lo necesite. Y si no hicieras daño, todavía podría permitírtelo, pero la realidad es que estás obstaculizando el desarrollo de mi parto saludable y fisiológico con tu intervencionismo gratuito, provocando una reacción en cadena que muy posiblemente acabe poniendo en peligro la vida de mi bebé. Así podrás ponerte la medalla de que "nos has salvado", pero no. No nos salvaste de nada. Desengáñate. En realidad estuviste a punto de joderlo todo. Bueno, de hecho lo jodiste.
Porque si todo va bien no sé que coño haces rompiéndome la bolsa. El bienestar de mi bebé lo puedes controlar con otros métodos mucho menos invasivos. Si no los conoces eres, además, un puto peligro público.
Y sí: Mi cuerpo, mi parto y mi decisión. Y todo esto POR MI HIJO. Para salvarlo de los profesionales que, como tú, se creen con la sabiduría suficiente para cantarle las cuarenta a la naturaleza, cuando, en realidad, en su vida han visto ni experimentado un verdadero parto fisiológico, y no tienen ni idea de lo que deben hacer para optimizar las condiciones que permitan que cada vez más mujeres no necesiten ningún tipo de intervención.
Y sí, hay fallos y para esos fallos deberíais estar ahí. Pero, de momento, todavía demasiados sois más la causa de los fallos que la solución. Y hasta que no os cambie el chip seguirá habiendo mujeres que querrán parir lejos de vosotros y vuestra tecnología, incluso cuando eso suponga un riesgo real para ellas y para sus hijos.
Primum non nocere, sí.Me impresiona, y me encoleriza, que no sepas que sois los primeros en ignorar este principio tan básico.
PD Siento las palabrotas pero estoy ¡tan enfadada!............... pensar que en el escenario actual de la atención al parto una ginecóloga se permite escribir una carta diciéndonos, que "Respetarás tu parto".................. AGGGGGGGGGGGGG.
(1) "En Holanda se dan las mejores estadísticas del mundo con las tasas de mortalidad perinatal
inferiores al 10 por mil y las tasas de mortalidad materna inferiores al 1 por diez mil y unos
porcentajes de cesáreas del orden del 6%. En Holanda uno de cada tres bebés nace en casa, un bebé
de cada tres nace en una pequeña policlínica y solamente uno de cada tres en un servicio de
obstetricia convencional".
Cuando llegan la nena está todavía dormida en su cuco del coche. Se despierta justo para ver como se asoma, por su reducido campo de visión, la cara ligeramente conocida de la tía-abuela. Un vistazo rápido a un lateral le confirma lo más importante para ella: mamá está ahí. Papá también.
Todo bien, entonces.
La tía- abuela la coge. A ella le gusta. Ahora puede ver todo lo que tiene alrededor: los primitos, la tía al fondo, la terraza del restaurante, el mar, la brisa fresca.............. y mamá justo delante.
Todo en orden.
Llega el momento en el que ya siente ganas de volver a los brazos de mamá. Balbucea una pequeña queja y la respuesta es rápida: ya está en sus brazos. Tal vez ahora no le importe que le coja un ratito el primo. Tiene una cara la mar de graciosa. Hace muecas fascinantes. Luego otro ratito con la tía. Mamá sigue delante.
Estamos perfectamente. Todo es muy interesante y mamá y papá están al alcance.
Los adultos y los niños mayores comen y a ella le está entrando hambre. Vuelve a balbucear un reclamo. Mamá mira a papá: "¿puedes preparar la fruta?" en unos minutos la fruta está preparada y ella la recibe en el regazo de su madre. Luego la coge papá. Cansada se apoya en su hombro. Pero todo alrededor es nuevo y atractivo, sobre todo el primo de las muecas. Mejor no dormir todavía.
La tía le lleva al jardín. Mamá está ahora más lejos y, encima, le ponen en el suelo sobre una esterilla. Eso ya no le gusta tanto y le hace sentir insegura. Reclama un poco más fuerte, con pucherito incluido. La tía la lleva rápidamente a mamá. Bueeeeeeeeeeenooooooo, ya pasó el susto............ el pucherito se transforma en sonrisa y el inicio de llanto en carcajada. Mira a la tía para demostrarle claramente que ahora todo está bien. Los adultos se ríen y dicen que "que pilla". Pero no, ella no es pilla. Sólo quiere demostrar a su tía que ha hecho lo que ella le pedía, para que la próxima vez sepa seguro lo que tiene que hacer si se repite la situación.
A pesar de todos sus esfuerzos al final el cansancio le puede. Necesita sentirse en el regazo de mami. Mamá lo entiende perfectamente y la coloca de manera que ella puede conciliar el sueño.......... se siente segura, está con mamá y papá, los primitos de caras graciosas también, y la tía, y los tíos-abuelos............................... todo es muy atractivo................ desde el regazo de mamá.......
Llega el sueño
"¿Es buena verdad?"
"¡Ufff! Buenísima!!! Que amor de criatura....... ni un lloro, todo sonrisas"
Pero no, no es buena. No al menos más que cualquier bebé de siete meses. Porque no hay bebés malos. Todos los bebés son buenos. Lo que sí que hay es bebés satisfechos y bebés insatisfechos. Bebés atendidos y bebés desatendidos. Bebés felices y bebés infelices.
Ella se enfrenta al mundo sólidamente apoyada en le regazo de su madre y de su padre. Es entendida y tomada en cuenta. Está lo que los expertos llamarían "sincronizada con sus cuidadores". Su madre y su padre siguen sus señales y le atienden en consecuencia. No tienen miedo a "consentirla" o "mimarla", y desde luego ni se plantean dejarla llorar "para que ensanche los pulmones" o "se acostumbre bien". Se duerme sobre el regazo de su madre, oyendo el sonido de su corazón y acunada por sus brazos, sintiéndose segura y amada.
Hace unos meses en la revista virtual "Qué!" salió esta entrevista al doctor Estivill. Y es precisamente "¿Qué?, ¿Quéeee?, ¡¿QUÉ!!!?????" lo que venía a mi mente cada vez que leía una de sus respuestas. Es algo que suele ocurrirme siempre que le leo, todo hay que decirlo, así que hoy, en vísperas del Día Mundial del sueño feliz, he decidido dar mis propias respuestas a las preguntas de la periodista. Respuestas basadas en cinco años de análisis y estudio de la literatura científica y divulgativa sobre el sueño infantil (más de 600 obras revisadas) y en diez años de maternidad intensiva. No soy ni médico ni directora de ninguna clínica del sueño. Soy doctora en biología, máster en investigación de la comunicación social de la ciencia, autora del Debate científico sobre la realidad del sueño infantil y madre implicada en la problemática del sueño infantil. Y, como bien han demostrado los estudios sociales de la ciencia y la tecnología, dado el carácter multidisciplinar de la ciencia del sueño infantil y los valores éticos y culturales implicados, mis respuestas no valen menos que las suyas. Y tú, madre o padre preocupado por los problemas de sueño de tu familia, tienes derecho a tener ambas perspectivas.
He mantenido las respuestas de Estivill para que comparéis. El que quiera comprobar quién tiene razón o está más cerca de la verdad puede consultar estas más de 600 publicaciones.
¿Cuánto tiempo de la vida de una persona se emplea durmiendo?
ESTIVILL: Una tercera parte de nuestra vida. Si llegamos a los 90 años habremos dormido 30 años. Pero dormimos 30 años para poder estar 60 despiertos.
BERROZPE: Un tercio de nuestra vida (En eso estamos de acuerdo)
Hay quien no sabe que la falta de sueño puede provocar la muerte... ¿cuál es el límite (en días) que es capaz de aguantar el ser humano sin dormir?
ESTIVILL: No hay trabajos científicos con humanos, como es natural, pero sí lo sabemos en animales. En ratones que no se les deja dormir ni un solo minuto mueren a los 7 días. Se muere antes de falta de sueño que de hambre o de sed.
BERROZPE: En principio los experimentos realizados con animales eso parecen demostrar. Pero también hay quién argumenta que los animales mueren no por la falta de sueño en sí misma, sino por el estrés que se les provoca para que no puedan dormir. Patologías humanas como el insomnio familiar fatal también parecen apoyar esta idea pero, de nuevo, como es una patología compleja que no sólo conlleva no poder dormir, es difícil saber a ciencia cierta el papel de la falta de sueño en el desenlace final.
'Duérmete niño': Su método de enseñar a dormir tiene defensores y detractores, ¿qué les diría a los que opinan que es malo para los niños?
ESTIVILL: Solo hay detractores en las redes sociales y no existen en el mundo científico. En la red solo hay opiniones personales o tendencias de moda sin fundamento. En el mundo científico no se cuestionan las normas que nosotros recomendamos; es más, tanto la Sociedad Americana de Sueño como la de Pediatría recomiendan las mismas normas. Los padres no deben consultar a internet sobre temas médicos. Es mejor que consulten con su pediatra. Internet les confundirá.
BERROZPE: En la actualidad el método tiene una fuerte oposición dentro de los mismos foros científicos. Multitud de investigadores desde diferentes disciplinas científicas consideran que existen incertidumbres sobre su efectividad real y su inocuidad, además del conflicto ético y emocional asociado, suficientes para invalidarlo. Entre estos investigadores, de prestigio internacional y asiduos autores en las revistas científicas más punteras, encontramos a McKenna, Gettler, Ball, Schore, Narvaez, Panksepp, Gleason, Jenni, Douglas, Middlemiss, Blunden, etc. Como reacción a esta realidad muchos de sus defensores, como Sadeh o Mindell, se esfuerzan en la actualidad en desarrollar técnicas alternativas que no conlleven dejar al bebé o niño llorando en su habitación.
¿A partir de qué momento el niño debe dormir solo en su propia habitación?
ESTIVILL: Es recomendable a partir de los 6 meses. Antes, es correcto que lo hagan en la habitación de los padres sobre todo si la mamá le da el pecho, por una cuestión de comodidad.
BERROZPE: No hay ningún momento específico en el que el bebé DEBA salir de la habitación de sus padres. De hecho, es lo contrario: hasta los 6 meses DEBE dormir en la habitación de sus padres, como mínimo, ya que si no está en un mayor riesgo de sufrir la muerte súbita del lactante. Algunos autores alargan este periodo de colecho recomendado hasta el año. A partir de ahí ya depende de las preferencias familiares, y no hay normas.
¿A partir de qué edad puede aplicarse su método para que sea exitoso?
ESTIVILL: En la nueva versión del 'Duérmete niño', que ha sido actualizada, ya sabemos enseñar a dormir a partir del primer día de vida. Aplicamos las rutinas adecuadas desde el nacimiento, basados en los estudios de sueño realizados en los fetos. Así evitaremos después tener que aplicar otras normas para reeducar el hábito.
BERROZPE: Nunca. La aplicación del método ha demostrado no ser necesaria porque respetando la evolución natural del sueño infantil todos los niños sanos acaban durmiendo "bien", esto es, ajustando su sueño a las exigencias ambientales. Como ya hemos dicho, forzar la aceleración de este proceso mediante una técnica que obliga al niño a llorar solo durante tiempos controlados presenta las suficientes incertidumbres como para que no sea recomendable.
¿Es compatible para un niño de pecho a demanda?
ESTIVILL: Totalmente. Nosotros recomendamos la lactancia materna a demanda, sin confundir el pecho con un chupete. En el 'Duérmete niño', versión actualizada, recomendamos normas correctas de sueño con la lactancia materna.
BERROZPE: Todo comportamiento que comprometa la proximidad nocturna entre madre y bebé, así como la sincronización física y emocional entre ambos, compromete la lactancia materna. El problema de los que opinan lo contrario es que tienen unas expectativas muy bajas a la hora de considerar lo que es una lactancia materna bien establecida y consolidada.
¿Hay que dejar llorar a los niños para que se duerman solos?
ESTIVILL: Nunca. Esto es lo que explicamos en el libro y que las personas que se lo han leído, han entendido correctamente. Los que opinan que nuestro método consiste en dejar llorar a los niños, es que no se han leído el libro.
BERROZPE: Evidentemente no. Y el método Estivill lo hace, porque ya sea 1 minuto, ya sean 20, el niño o bebé está llorando EN SOLEDAD. Y sí, me he leído el libro y he visto algún vídeo muy representativo de lo que supone el método, como el que enlazo a continuación. Y yo, mire por donde lo mire, veo que se deja al niño llorando solo.
¿Qué opina del colecho que defienden algunos pediatras como Carlos González o Rosa Jové?
ESTIVILL: No conozco a las personas que me indica. He consultado en la lista de miembros de la Sociedad Española de Sueño y no pertenecen a ella. Tampoco tengo constancia de publicaciones suyas en las revistas científicas como 'Sleep' o la Revista de la Sociedad Española de Sueño. Supongo que solo deben tener presencia en internet y no en el mundo científico. Respecto al colecho, nosotros no opinamos, sino que recomendamos lo mismo que la Sociedad Americana de Pediatría, que aconseja que no se practique.
BERROZPE: El colecho no sólo es un comportamiento actualmente aceptado dentro de la ciencia del sueño infantil y desde las más diversas disciplinas implicadas en la misma -la misma Sociedad Americana de Pediatría aconseja compartir habitación con el bebé, aunque todavía se muestra reticente a que comparta cama con un adulto-, sino que desde algunos sectores se propone un profundo cambio de paradigma al considerar que tanto el colecho como la lactancia nocturna son facetas incuestionablemente unidas al sueño del bebé. Es por eso que el reconocido mundialmente profesor de antropología James Mckenna, autor de numerosos estudios y artículos publicados en las revistas especializadas de más prestigio, ha acuñado el término Breastsleeping, esto es, sueño-al-pecho, como marco conceptual para el estudio del sueño del bebé. En el bebé humano la lactancia y el colecho son inseparables del sueño y así debería ser considerado a la hora de investigar sobre el mismo. Por cierto, el prof McKenna acaba de publicar una interesante editorial en Sleep Medicine reviews (revista con un impact factor superior a Sleep y, por supuesto, a la Revista de la sociedad española del sueño) cuya lectura recomiendo encarecidamente al doctor Estivill.
¿Con qué problemas se encontrarán, desde su punto de vista, los padres que han practicado el colecho, cuando por fin quieren dejar a los niños dormir solos?
ESTIVILL: Según los datos de las asociaciones de sueño y de pediatría, pueden haber problemas en los niños más dependientes de los padres: no quieren ir a dormir a casa de otros niños o de los abuelos, si no duermen con ellos, y pueden tener más despertares nocturnos. En los padres, los problemas son conflictos de pareja, poca comunicación, inseguridad en el momento de impartir las normas, etc.
BERROZPE: según la evidencia científica más actual, con ninguno. Más bien todo lo contrario. Los niños de las familias que practican colecho voluntario son más independientes y autónomos que los niños que duermen en solitario. Todos los efectos negativos atribuidos tradicionalmente por la pediatría del sueño al colecho sólo están relacionados con el llamado "colecho reactivo", esto es, un colecho practicado en contra de la voluntad de los padres, los cuales en muchas ocasiones se sienten hasta culpables pensando que hacen algo "malo", y sólo como reacción a los problemas de sueño. Pero cuando la familia está bien informada y se siente libre para colechar, y lo hace por voluntad y de acuerdo a sus valores, entonces no hay efectos negativos demostrados para nadie ( ni siquiera para la pareja), sino positivos.
Y si no se ha acostumbrado al niño a dormir solo desde pequeño, ¿es demasiado tarde intentarlo a partir de los 5 ó 6 años?
ESTIVILL: Nunca es tarde para enseñar un hábito. Podemos hacerlo a cualquier edad, pero lógicamente, cuanto antes se enseñe, más fácil será.
BERROZPE: (Menuda pregunta estúpida, con perdón). Todos los niños sanos acaban siendo capaces de dormir en las condiciones ambientales que exige la sociedad en la que viven, sin necesidad de forzar esta adaptación mediante técnicas conductistas. Esto está científicamente demostrado.
Para muchos padres, la hora de dormir a los niños se convierte en una auténtica pesadilla: cuentos, nanas, historias... ¡acaban ellos durmiendo a los padres! ¿Qué pautas debe seguir un niño antes de irse a dormir?
ESTIVILL:Hay que seguir unas rutinas fijas, el niño tiene que aprender a dormirse solito, con su muñeco y sus chupetes. Estas normas son las que explicamos en el libro 'Duérmete niño versión actualizada'.
BERROZPE: Un niño que da problemas para irse a dormir es que está exteriorizando una necesidad:necesitará más presencia y contacto de los padres (a los que probablemente no ve en todo el día, o ve muy poco), o tendrá miedos y conflictos internos que necesiten el apoyo del adulto para ser resueltos, o también puede tener algún problema físico real que le impida conciliar el sueño. Los reclamos y los llantos son su manera de pedirnos ayuda, y nuestra responsabilidad es dársela. Cuando identifiquemos el problema lo podremos solucionar y el niño dormirá a gusto. Si nos limitamos a dejarle llorar y a "enseñarle a dormir", el problema seguirá ahí, pero él ya no lo exteriorizará y, por lo tanto, nosotros ya no nos enteraremos de que nuestro hijo tiene un problema que necesita ayuda para solucionar.
¿Y qué es recomendable darles de cena para un buen sueño?
ESTIVILL:Hay alimentos que ayudan a tener un mejor sueño. Los hidratos de carbono, las verduras, las ensaladas y los derivados lácteos son los más indicados.
BERROZPE: yo supongo que una cena ligerita y saludable, como para todo el mundo. Pero esta pregunta yo se la pasaría a especialistas como Julio Basulto.
¿Cuántas horas al día debe dormir un niño (que va al cole) para descansar?
ESTIVILL:Alrededor de las 11 horas. En niños de hasta 5 años la siesta es imprescindible. A partir de los 5-6 años puede que no necesite la siesta. Si vemos que el niño que no la hace, llega contento al momento de la cena, come bien y está de buen humor, es que no la necesita, pero si esta irritable, de mal humor, come mal y protesta es que va corto de sueño.
BERROZPE: desde primaria hasta el final del colegio el número de horas se va reduciendo y el ciclo circadiano desplazando. Es difícil generalizar sobre cuántas horas deben dormir los niños a una edad determinada. Hoy en día muchos especialistas abogan por un estudio personalizado de cada niño, ya que hay una enorme variabilidad entre niños y cualquier generalización puede ser contraproducente. Hay niños que durmiendo 10 horas estarán faltos de sueño y otros de la misma edad que durmiendo 8 estarán perfectamente. Si un niño no presenta durante el día síntomas de haber dormido poco se puede asumir que ha dormido bien, aunque duerma 2 o 3 horas menos de lo que le han dicho en la consulta del pediatra o ha leído en la revista para padres. Si hay alguna duda lo mejor es que un especialista valore individualmente al niño para ajustar las expectativas de los padres a las necesidades del niño. Este es el abordaje seguido por el doctor Oskar Jenni del KinderSpital de Zürich, con excelentes resultados, recientemente publicados.
Estoy enfadada. Muy enfadada. No debería escribir con semejante cabreo dentro, pero como llevo ya dos días y no se me pasa, más vale que lo suelte y que sea lo que Dios quiera.
Todo ha comenzado con la visualización del programa Estando Contigo donde Irene García Perulero y Gema Lendoiro participaron con la sana intención de debatir sobre un tema tan controvertido y de implicaciones tan profundas como es la maternidad subrogada, esto es, la gestación de bebés en el útero de mujeres que reciben dinero a cambio de este servicio.
Estoy muy enfadada con Tamara Gorro, quien convirtió todo el programa en un bochornoso espectáculo telebasurero, en el cual se dedicó a repartir insultos a diestro y siniestro, menospreciar a la ciencia (sí, esa misma ciencia gracias a la cual ella es madre, por cierto) e insultar a la inteligencia de los televidentes. Bueno, a la de algunos. Por lo que he leído en los comentarios de su muro de FB, también los hay que han sido engañados por su capacidad interpretativa de celébriti televisiva. Pero cómo puede alguien comportarse y tratar así un tema tan íntimamente ligado a su propia maternidad, es algo que ni entiendo ahora ni creo que llegue a entender nunca.
Porque evidentemente ha sido un engaño, y de los gordos. Puro "espectáculo televisivo" ¿Verdad Tamara? Lástima que las otras dos invitadas fueran con la sana intención de desarrollar un debate serio. Me pregunto donde acaba la "televisión" en vuestra vida, (la de las celébritis, se entiende), si os queda algo a salvo de la infección de "telebasuritis" que parecéis sufrir.
Y me pregunto si sería posible salvar los medios audiovisuales de esta dinámica de amarillisismo barato para el mejor postor. A mí esto sí que me da vergüenza, y no el hecho de que haya mucha gente como Irene, Gema o yo misma que, consciente de las profundas implicaciones éticas, biológicas, médicas, sociales, económicas, políticas y filosóficas que conlleva la maternidad subrogada, consideramos necesario un debate serio, profundo y riguroso que incluya a todos los actores implicados -un verdadero ejercicio de gobernanza- antes de aprobar cualquier legislación al respecto.
"Hay gente que no quiere la felicidad de los demás" repitió hasta la saciedad la señora Gorro. Pues sí. Hay gente que no queremos la felicidad de nadie a cualquier precio, ni siquiera la nuestra. Y somos muchos los que consideramos que hay un mundo más allá de nuestro propio ego y nuestras propias necesidades. Hay mucha gente que a la hora de plantearse ser padres pone por delante de su propio deseo el interés, la salud y el bienestar de la criatura que traerá al mundo. Gente que no está dispuesta a cumplir su voluntad "a toda costa y caiga quién caiga". Gente que no está dispuesta a hipotecar sus valores y sus principios en aras de cumplir incluso el más preciado de sus sueños.
Y por favor, dejad ya esa película rosa-disney sobre mujeres millonarias con tres carreras universitarias, dos doctorados y un máster (1), dispuestas a gestar una criatura en su vientre para hacer felices a unos desconocidos, porque no cuela, de verdad. No cuela nada.
Y si bien admito que existirán situaciones donde la verdadera y más profunda razón que tenga una mujer para gestar en su vientre un bebé del que no será madre -a pesar de todos los efectos nocivos comprobados (tanto para la madre como para el bebé) e incertidumbres asociadas al proceso- sea puro amor y puro altruismo, éstas son y serán muy minoritarias porque, no nos engañemos, dudo que de manera espontánea aparezcan todas la mujeres altruistas que serían necesarias para cubrir la demanda de úteros en caso de que el asunto se hiciera legal en España de la noche a la mañana. Dice El País que 800 parejas acuden cada año al extranjero buscando madres de alquiler. Seguro que si fuera legal este número se dispararía. Demasiado altruismo veo yo que se espera de una sociedad que mantiene miles de personas, mujeres embarazadas, parturientas, bebés, niños, enfermos y ancianos, en un campo de concentración a las puertas de Europa. No, el altruismo es un factor que en esta ecuación es muy, muy, muy minoritario. Los intereses económicos son y serán siempre los dominantes. No nos engañemos, por favor. Y en cualquier caso, ya lo dije antes y lo vuelvo a decir ahora: cuidado con lo que se considera "altruismo" y "acción humanitaria", porque lo que es así considerado hoy, puede descubrirse mañana como la mayor de las infamias.
Al lado de la cara rosa-disney que algunos pretenden presentar como única realidad -y que como ya he admitido, no digo que no exista- tenemos todo un abanico de rostros de la maternidad subrogada mucho más sórdidos, dolorosos, controvertidos y médica y éticamente cuestionables. Esos, aunque muchos no quieran verlos, también están ahí, deben ser puestos sobre la mesa y considerados a la hora de diseñar una legislación.
Legislación que debería tener como principal objetivo la protección del menor que va a ser producto de este procedimiento. Algo que en la actualidad no es una realidad. Ahora, en los países donde es legal, los más protegidos son los futuros padres. En todos los casos y países, el menor corre un serio peligro de acabar siendo un producto desechado en tierra de nadie: abandonado en un orfanato de mala muerte en el país de origen de la madre gestante en el mejor de los casos, o en un cubo de basura de la clínica abortiva de turno en el peor. Que hay "futuros padres" capaces de fecundar varios "úteros" para quedarse con el mejor producto es también una cruda realidad. Que hay "futuros padres" que se han echado para atrás en medio del embarazo porque sus circunstancias han cambiado, es otra puñetera realidad.
Y en cuanto a las madres gestantes, (MADRES, sí, porque cuando una mujer tiene un bebé en su útero, para ese bebé ella es su MADRE, la única que conoce y siente hasta que les separen), admito que tal vez exista esa talentosa y millonaria profesional (la de las tres carreras y el doctorado) con ganas de pasar 9 meses vomitando y con los tobillos hinchados para que una desconocida pueda hacer realidad su necesidad de ser madre. Pero habrá una, no mil. De las otras 999 un número significativo saldrá de las "granjas" de madres de la india, donde alquilan su útero para comprar una casa mejor para su familia. O de mujeres como Sinaida (ver el primer vídeo del enlace), que esperaba poder comprarse un piso con lo ganado y acabó sin dinero y una boca más que alimentar, en su piso viejo, claro.
Esta cara ya no gusta tanto ¿verdad? esta cara ya no es tan agradable de mirar de frente cuando todo tu cuerpo está inundado de instinto mater/paternal. Pero es necesario ponerla sobre la mesa y mirarla. Mirarla, aceptarla y, por favor, no volver a ignorarla ni a negarla.
Y, desde luego, tener un mínimo de vergüenza y dignidad para no convertir en un espectáculo telebasurero una realidad tan importante como el necesario debate social sobre la maternidad subrogada.
(1) Esta es una pequeña ironía que me permito dado mi alto nivel de adrenalina, debido a que Tamara Gorro dijo que no sabía cuantas carreras tenía la mujer que gestó a su hija. Muchas, por lo que pareció. Más que las que pudieran tener Gema o Irene, en todo caso. Mejor transformar la mala leche que me invade en humor, aunque maldita la gracia que me hace.