jueves, 23 de mayo de 2013

DORMIR ES PELIGROSO PARA LOS BEBÉS


Tal vez el titular os parezca exagerado pero no, lo cierto es que, según las últimas investigaciones científicas, dormir es peligroso para los bebés. El estudio más reciente publicado por Robert Carpenter, nos informa de que incluso los bebes con el riesgo más bajo de sufrir el síndrome de la muerte súbita del lactante (o SIDS por sus siglas en inglés) lo sufren con una frecuencia del 0.08/ 1000 habitantes. Esto significa que en una población con 1 000 000 de habitantes 80 niños sin ninguno de los factores de riesgo que estos autores consideran determinantes, morirán sin remedio. 

Definitivamente dormir es peligroso para los bebés y estoy segura de que si no fuera por el pequeño detalle de que los seres humanos no podemos vivir sin dormir, las sociedades de pediatría del mundo entero recomendarían que no permitiéramos dormir a nuestros bebés. (Modo ironía on, se entiende ¿no?)

Es posible que la solución sea buscar una manera para que los bebés humanos puedan sobrevivir sin dormir, al menos hasta los tres meses. Sería una buena idea ¿no?



¡Ah!, ¿que no?

No claro, no lo es. 

Y no lo es porque dormir es un comportamiento innato a nuestra naturaleza con un función importante e imprescindible para gozar de una vida saludable. A ninguna persona con dos dedos de frente se le ocurriría aconsejar a los padres que no dejen dormir a sus bebés menores de tres meses. Tampoco ningún científico ha tenido la genial idea de buscar un medicamento que ayude a que nuestros bebés puedan vivir sin dormir hasta que pase la época de riesgo. 

Porque todos aceptan, y aceptamos, que dormir es importante e imprescindible y que lo que tenemos que conseguir para prevenir el SIDS es optimizar las condiciones en las que vive el bebé para que no se den una serie de factores de riesgo.

Pues ahora vamos a aplicar este razonamiento a otro comportamiento natural, innato e imprescindible para el correcto desarrollo de la criatura humana recién nacida: el contacto continuo con su madre. 

Ya sabemos que los bebés humanos nacemos inmaduros y que pasamos una etapa de exterogestación tras el nacimiento durante la cual la criatura humana espera y necesita estar en contacto continuo con su madre y, si esto no es posible, con otra persona que la sustituya. En condiciones naturales la supervivencia del bebé depende de ello y por eso es un comportamiento imprimido a fuego en su mente más primitiva de manera que cuando se siente sola le inunda el terror y el estrés.  Esto hace que, a pesar de que hoy en día un bebé solo en su cunita no está obligatoriamente en peligro de muerte (aunque si está fuera del alcance de sus padres sí está objetivamente en más peligro que un bebe acompañado, por muy segura que sea su habitación nueva de florecitas blancas), él viva esa situación como una verdadera amenaza contra su supervivencia. 

Separar al bebe de su madre tiene consecuencias negativas en la fisiología del niño, sea esta separación por el día o por la noche. De la misma manera, este contacto tiene implicaciones importantes para ambos, tanto cuando están despiertos como cuando están dormidos. Estos son hechos perfectamente demostrado y que nadie pone en duda. 

Por lo tanto, si a nadie se le ocurre aconsejar que los niños no duerman porque el SIDS ocurre mientras duermen ¿Por qué si es lícito aconsejar separarlos del cuerpo de su madre porque en ciertas condiciones el SIDS incrementa cuando la madre y el hijo duermen juntos?

Que el sueño en solitario de nuestros bebés es una imposición cultural en occidente y una excepción en la historia de la humanidad es algo que, creo yo, a estas alturas ya nadie cuestiona; de la misma manera que nadie cuestiona nuestra necesidad de dormir y nuestra necesidad de contacto con nuestra madre cuando somos bebés. Por lo tanto es, cuanto menos, sorprendente que todavía existan profesionales del sueño infantil realmente obsesionados por justificar científicamente que nuestros bebés duerman solos. 

Pero ahí están, investigadores de prestigio  internacional invirtiendo miles de euros/dólares/libras, y todas sus carreras profesionales, en estudios destinados a mantener un modelo del sueño infantil basado en una situación producto de un artefacto cultural e histórico: el bebé que duerme en solitario y es alimentado mediante lactancia artificial.  Y a partir de ahí pretenden convencernos de que los que opinamos que donde mejor duermen los hijos (bebés y no tan bebés) es en compañía de sus padres, demostremos que su modelo es dañino y el nuestro saludable, cuando debería ser al revés: antes de poner a dormir a nuestros bebes en unas condiciones diferentes a las que la naturaleza ha considerado idóneas para la supervivencia - esto es, en compañía de su madre - deberían haber demostrado que no es dañino para ellos. 

Pero evidentemente no lo ven así y por eso ha sido posible la realización de este trabajo, absolutamente dirigido a demostrar que colechar con el bebé, entendido como compartir cama, es peligroso y un riesgo por sí mismo para el SIDS. 

Como era de esperar diversos profesionales ya han contestado denunciando las limitaciones del estudio y su imposibilidad para lanzar al mundo semejante afirmación. Os dejo un análisis detallado de todo esto realizado por Gemma y por mí para nuestra web del sueño infantil. 





Evidentemente este análisis no tendrá la repercusión que están teniendo y van a tener los grandes medios de comunicación que se están haciendo eco de esta investigación sin cuestionarla, pero esperamos poner nuestro granito de arena para ofrecer la visión alternativa, acorde con la de todos esos otros profesionales que van más allá de la visión sesgada y limitada de esta parte de la pediatría del sueño occidental que cree que el mundo empezó hace 200 años en occidente y que nuestros hijos nunca han dormido acompañados y amamantados por su madres.




5 comentarios:

  1. Hola María! La verdad, interesantísimo el artículo y las cuestiones que planteas.
    Con mi primer hijo, hace 5 años, un poco desorientada acepté la recomendación de una parienta mía que había tenido mellizos hacía unos 6 años y le había ido "bárbaro" con el método Estivill. Agarré viaje aún haciendome muchas cuestiones, a partir del cuarto mes del gordo.
    Al principio resultó "sin demasiado sufrimiento" ya que el gordo era un "santo" y se dormía al toque casi sin llorar. Siempre "seguí" el método a medias, intentando que se durmiese por su cuenta pero no solo en la habitación, ya que yo lo acompañaba.
    A las madrugadas, terminaba en la cama para la teta, y todos felices, así que el método poco a poco se fue al tacho. Hoy con 5 años se duerme en compañía mía o de mi marido tras lectura, en su habitación, y en algún momento a la madrugada salta a nuestra cama como si nada, ya lugarcito tiene.

    Con mi segunda hija, que ahora tiene un año y medio, todo salió patas arriba. Tuvimos que tenerla en Neo una semana por ciertas complicaciones luego del nacimiento, y cuando volvimos a casa como que se encontraba mejor durmiendo en su cunita. Por supuesto que los que no dormíamos eramos nosotros sus padres. Como todavía toma teta, a mitad de la noche pasa con nosotros a la cama y ahí seguimos los 4, calentitos y mimados. A veces un poco incómodos, pero felices de tenernos cerquita.
    Al diablo con Estivill, somos manada!

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  2. Como siempre, María, un gustazo leerte. Le mandaré tu crítica a mis compis, que ya me están echando en cara que este estudio "me desmontará mi confianza en el colecho, ¿no?".... Pues no... a menos que como tú dices, me desmonte mi confianza en el hecho de dormir!!! Un abrazo enorme!!

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  3. MIL GRACIAS, porque necesitamos bases y opiniones científicas ante tanta sociedad uniformizadora y gratuitamente-opinante, que no hace más que señalarnos como raras, malcriadoras y extrañas madres neo-hippies... Lo más gracioso es que, según nuestrxs hijxs crecen, a todo el mundo también sorprenden (pero esta vez, para bien...) sus capacidades de expresión emocional, alegría, ausencia de enfermedad, tolerancia ala frustración, independencia...

    ¿cuándo atarán cabos...?

    Gracias, me encanta leerte

    espero que pronto, por las generaciones venideras... :)

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  4. hola.me alegra leeros. es impresionante como la gente te cuestiona y te aconseja q li mejor es q tu hijo duerma solito. yo soy feliz teniendo a mi pequeño en la cuna pegado a mi cama sin el lateral de la cuna. paso muchas noches sola durmiendo y soy miedosa asi q entiendo q nuestros hijos kieran estar con nosotros. no veo el momento de q duerma solito en su habitacion. tiene 20 meses y es un niño sociable y feliz. y nosotros verle como duerme como un angelito nos hace pensar q es la mejor decision. un dia lei q los niños pasan x fases y etapas para dormir y si las aceptas comprendes mejor q tu pekeño no siempre va a dormir igual y q x ello educarlo en el sueño como hace Stivill es un error!!! gracias x vuestros comentarios q ayudan mucho.

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  5. El artículo me ha parecido completo y bien redactado, pero me gustaria compartir mi pequeña experiencia: de por si nuestra nena nunca ha dormido bien, a cada poco tiempo se despertaba pero hay aquel día que no la oíamos ...nos faltaba tiempo para tirarnos de la cama e ir a su cunita...

    Creo que el miedo es propio del ser humano y se acrecienta cuando se es papa o mama.

    Al menos esa es mi experiencia

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