domingo, 9 de octubre de 2011

NO NOS VAMOS A ENFRENTAR. Por Ileana Medina

Quiero mostraros este fabuloso y completísimo análisis que hace la periodista y escritora Ileana Medina, autora de blog Tenemos Tetas y coautora del libro Una Nueva Maternidadsobre la actual corriente en defensa de la lactancia. A raíz de un artículo de Beatriz Gimeno, con el provocador título de "Estoy en contra de la lactancia", se ha iniciado un debate donde Ileana expone sus argumentos con respeto, claridad, brillantez e inteligencia.

Si bien no comparto con Ileana su admiración por la labor de Beatriz Gimeno, ya que que en algunas cuestiones muy fundamentales (me estoy refiriendo concretamente a su agresiva defensa del aborto) no estoy de acuerdo en absoluto con las ideas de esta mujer, creo que su respuesta ha sido perfecta tanto en sus argumentos como en la manera de defenderlos. Como se dice vulgarmente, Ileana ha dado en la diana, poniendo en evidencia la falta de argumentos sólidos en contra de la defensa de nuestro derecho y el de nuestros hijos a dar el pecho y recibirlo. Algo que va más allá de cualquier ideología política, de cualquier corriente feminista o de cualquier religión. Y por eso no nos vamos a enfrentar, porque en el enfrentamiento no está la solución.


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Beatriz Gimeno, quizás la más importante activista española a favor de los derechos homosexuales, que fue presidenta de la FELGT entre 2003 y 2007, precisamente cuando se aprobó en España la ley del matrimonio entre personas del mismo sexo, y cuya labor y persona admiro y respeto muchísimo, publicó días atrás un artículo en la revista Pikara Magazine, titulado provocativamente ESTOY EN CONTRA DE LA LACTANCIA MATERNA.

Debido al gran número de comentarios que tuvo su artículo, luego escribió otro en su página personal, beatrizgimeno.es, titulado Respuestas al asunto de la lactancia.

Beatriz tuvo la amabilidad de responder a mi comentario dejado allí, y se suscitó un pequeño intercambio que pueden leer completo AQUÍ.

Desde aquí, agradezco a Beatriz el tiempo y el espacio concedido en su página, le ofrezco humildemente mi espacio para compartir también lo que ella quiera, y, salvando las distancias entre mi escaso curriculum y el suyo, le ofrezco también mi disposición teórica e intelectual, mi corazón y mi abrazo para juntas encontrar los lugares que nos permitan A TODAS LAS MUJERES, A TODOS LOS HOMBRES Y A TODOS LOS NIÑOS AVANZAR JUNTOS EN LA CONSTRUCCIÓN DE UNA SOCIEDAD MÁS JUSTA Y LIBRE.

No nos vamos a enfrentar las mujeres en este camino. Y tampoco nos vamos a enfrentar con los hombres, ni mucho menos con los bebés y los niños: estamos obligados a encontrar fórmulas para vivir todos más felices y plenos.

Aparte de los comentarios que dejé en sus dos artículos, quiero resumir aquí en forma de carta las ideas que me han venido a la cabeza a partir de los argumentos de Beatriz:


¿POR QUÉ HABLAMOS DE LACTANCIA? 

Estimada Beatriz:

Admiro profundamente tu labor a favor de los derechos lgtb en España, y respeto tu persona, como procuro hacerlo con todos, simplemente por respeto a la dignidad humana.

Igual que tú, defiendo los derechos de los homosexuales (puedes leer un artículo mío sobre lesbianas y maternidad aquí), defiendo la legalidad del aborto, y defiendo los derechos de todo ser humano a LA SOBERANÍA SOBRE SU CUERPO.

Nadie puede ser obligado a hacer con su cuerpo algo que no desea hacer. Desde ese punto de vista TODA MUJER ES LIBRE PARA SER MADRE O NO Y, POR SUPUESTO, PARA LACTAR O NO.

Embarazo, parto y lactancia son parte de la sexualidad de las mujeres, y como tales, solo pueden existir desde el deseo, el placer y la voluntad, o no ser. Es una decisión privada, íntima y respetable. Lo dice muy bien esta imagen que me encontré hoy por las redes sociales:




O sea, se puede ser pro-lactancia, y ser también atea, científica, pro-legalidad del aborto (que no es lo mismo que pro-aborto, el aborto es un trago amargo no deseable, pero debe ser legal), pro-derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo y su mente... De hecho, ESA ES LA POSTURA DE LOS GRANDES ORGANISMOS INTERNACIONALES COMO LA OMS, UNICEF, etc.


Mi respeto total y absoluto pues a todas las mujeres que eligen una cesárea programada, la epidural o el biberón, consciente, informada y libremente. Y mucho más a las que no tienen otra opción. De ahí parto. Soy yo misma, mi hermana, mi mejor amiga o cualquiera de nosotras.



Llegados a este punto, ¿por qué seguir hablando entonces de lactancia?

Evidentemente no para convencer y mucho menos para manipular ni obligar ni hacer sentir culpables a otras mujeres.

Hablamos de lactancia porque las mujeres que queremos amamantar a nuestros hijos, nos encontramos aún con muchos obstáculos, reales y legales, que lo imposibilitan, o lo ponen muy difícil.

Hay algunas medidas fundamentales por tomar, que son necesarias para no violar los derechos de las familias que amamantan y QUE NO PERJUDICAN EN NADA A QUIEN DECIDA NO AMAMANTAR. Medidas sociales similares a las de Noruega, Suecia y otros países nórdicos, considerados los mejores del mundo para tener hijos, con altos índices de lactancia materna y con la mayor participación femenina en los asuntos públicos.

Son mucho más amplias e INCLUSIVAS las políticas sociales para proteger la maternidad y la lactancia, sin que suponga discriminación laboral para la mujer, que las que se toman para que las mujeres trabajemos, dejando a los bebés en manos de otros:

-Las bajas maternales (y también paternales, siempre opcionales) deberían ser más largas, y permitir la reincorporación de la mujer y el hombre a su puesto, sin discriminación. Para que un Estado se atreva a aprobar una medida como esa, hace falta el consenso, al menos a nivel teórico, sobre las bondades de la lactancia y de la crianza mamífera, si no, es imposible.

-Para que la lactancia funcione de forma placentera se necesita un coctel hormonal natural que solo se dispara CUANDO EL PARTO ES LIBRE Y RESPETADO. Hay que mejorar los protocolos de parto en los hospitales que permitan que las mujeres que quieran parir libremente (moviéndonos, gritando, haciendo el pino, en confianza o en intimidad o en compañía de quien queramos, etc…) podamos hacerlo. Y luego que no se lleven a nuestras criaturas sanas "por protocolo", y nos separen de ellas durante horas, porque con ello la lactancia corre peligro. Para cambiar esos protocolos hospitalarios (como ya se está haciendo) y permitir maternidades más libres, gozosas y placenteras, hace falta que esta información (científica) circule. La violencia obstétrica es aún muy habitual en nuestros hospitales.

Si no, no podemos avanzar.

La que quiera parir por cesárea programada y no lactar, por supuesto es también muy libre de hacerlo. Pero eso es más fácil hoy en día, que lo otro. Lo otro requiere más cuidado, sensibilidad y conciencia por parte de los profesionales, de las autoridades y de las políticas sociales.
Si tú decides dar fórmula de leche de vaca a tu hijo, e incorporarte inmediatamente al trabajo, PUEDES HACERLO. NADIE TE LO IMPIDE. Solo tu conciencia es libre. Lo que digamos las demás, te la puede traer floja.

Sin embargo, para poder quedarte con tu hijo si lo deseas, amamantarlo exclusivamente por 6 meses, o cuidarlo una misma hasta que por lo menos camine, ¡¡¡necesitamos unos permisos que ahora no tenemos!!!
De eso es de lo que se trata. Tú, con la normativa legal y jurídica actual, pudiste hacer lo que quisiste. Yo y otras muchas mujeres, no.

Y ahora tú puedes preguntarme: ¿Y por qué deberíamos todos pagar con nuestros impuestos que tú te quedes en casa 6 meses o un año con tu hijo?

No puede ser porque me da la gana. Porque desgraciadamente las ganas de todos no pueden ser subvencionadas. Para yo poder responderte a eso, no me queda más remedio que echar mano de la ciencia. Que decirte, que te guste o no, mi leche es lo mejor para mi bebé. Que los bebés no pueden hablar, y que la salud física y emocional de las futuras generaciones hay que tenerla en cuenta.

Que no es verdad eso que dices de que "las ventajas de la lactancia no están demostradas en el primer mundo".

En primer lugar, porque la lactancia materna no tiene ventajas ni desventajas. La lactancia materna es el funcionamiento de la especie by default, por defecto. Es como preguntarse las ventajas o desventajas de respirar con los pulmones en lugar de con un respirador artificial.

Tengo tetas, y usarlas para lo que son, para alimentar a mi bebé, es MI DERECHO y el de mi bebé, que debe ser protegido por la legislación y no discriminarme laboralmente por ello. La lactancia es también, ya no sólo un derecho reproductivo de las mujeres, sino de todos los seres humanos al nacer.

La industria de la leche artificial está loca por imitar la lactancia natural, cada día lo intenta más, es su meta, pero jamás podrá. Porque la leche artificial es algo muerto. Y la leche materna es algo vivo, lleno de defensas e inmunoglobulinas: de hecho la leche materna es EL ÚNICO SISTEMA INMUNOLÓGICO DEL BEBÉ. (En ese artículo tienes muy bien resumidas además todas las "ventajas" de la lactancia, o sea, los riesgos de la lactancia artificial, en el primero, el segundo, el tercero y el cuarto mundos).


La superioridad de la lactancia materna sobre cualquier intento de sucedáneo no tiene discusión posible. Pero además, el pecho materno no es solo leche. Es contacto humano, es la sexualidad oral del bebé, es consuelo, placer para ellos. Nada comparable a chupar plástico. Además, es ecológica, no tiene residuos, no hay que calentarla, siempre está a punto... Las ventajas para mujeres, bebés y familias son infinitas. Nunca un Estado ha subvencionado ni apoyado nada mejor.

Esa evidencia científica no sirve para que tú amamantes si no quieres, pero SÍ DEBERÍA SERVIR PARA APROBAR NORMATIVAS JURÍDICAS QUE AMPAREN LEGALMENTE LA LACTANCIA MATERNA EXCLUSIVA HASTA LOS SEIS MESES, por lo menos.

Y esto, no tiene nada que ver con el Tea Party, ni con círculos ultracatólicos ni nada que se parezca.

Es tu discurso (y el de muchas feministas de la igualdad, de hecho de las feministas que tienen poder en España como Amparo Rubiales, Celia Amorós, Edurne Uriarte, etc... y que con su corpus teórico sustentan el trabajo de los Departamentos de Igualdad) el que se asemeja paradójicamente a las doctrinas teológicas y bíblicas, en los mismísimos fundamentos del patriarcado: no tenemos nada que ver con la naturaleza, no venimos de la evolución, no somos mamíferos ni monos, no hay determinismo biológico... (¿nos creó acaso un Dios masculino con un toque de su dedo?)…

Pues resulta que no, que venimos de la evolución, que somos mamíferos, que somos primates, y que los bebés (o sea tú, que fuiste bebé, yo y todos) tenemos al nacer una necesidad y un deseo básicos: el del cuerpo y la leche maternos. Más aún los humanos, que gracias a nuestra alta inteligencia, nacemos más inmaduros que el resto de los animales. Y la satisfacción de esa necesidad, de ese deseo, es importante para nuestra salud, para nuestro sistema emocional, para nuestro sistema sexual, para nuestra felicidad y para nuestro crecimiento más pleno. ¿Puedes ponerte en el lugar del bebé que fuiste, del que tuviste, de los que vendrán? ¿No agradecerías todos los apoyos para poder amamantar, apoyos reales y sinceros, igual que el mismo respeto si finalmente no lo deseas o no lo consigues?


Si por amamantar, las mujeres perdemos poder adquisitivo y aumentamos la precariedad laboral, lo que hay que cambiar es ese sistema discriminatorio, y no la lactancia.Mejorar nuestros derechos como mujeres y como madres, y conciliarlos con los derechos de los bebés, que somos todos.

El feminismo que supone progreso es el que tiene en cuenta a nuestros úteros, a nuestros embarazos, a nuestros partos y a nuestros bebés: son parte de nosotras. No podemos dejarlos por el camino. Y exigiendo que la ley apoye el cuidado, los vínculos de cuidado que necesitamos todos, es como lograremos sociedades más justas e igualitarias.

Y claro está que cada mujer tiene que ser libre para amamantar o no, pero de lo que se trata es de CAMBIAR LOS CONDICIONAMIENTOS SOCIALES Y CULTURALES que hacen que a las mujeres ya no nos funcionen las tetas, y detestemos y "estemos en contra" de nuestras propias funciones fisiológicas.

Si de repente, a todos nos dejaran de funcionar los riñones, ¿buscaríamos qué es lo que estamos haciendo mal, verdad?

Si de repente las mujeres odiamos, "estamos en contra" o consideramos una carga menstruar, embarazarnos, parir y lactar, en lugar de considerarlo un privilegio, un goce, un derecho, una oportunidad y una responsabilidad social que todos, hombres y mujeres, debemos honrar y proteger, muy mal vamos. Hacia la robotización y la autodestrucción de la especie.

De lo que se trata hoy en día no es de seguir alimentando el “sacrificio” de las mujeres: sino de darnos cuenta de que la maternidad puede y debe ser UN PLACER.

Todos los procesos fisiológicos femeninos han sido reprimidos y devastados por el patriarcado. Que está ahí también: en nuestras reglas dolorosas, en nuestros partos frígidos, en nuestras lactancias imposibles... Pero el parto, la lactancia y la crianza pueden y deberían ser muy placenteras, como el resto de los procesos fisiológicos lo son.

De lo que se trata es de recuperar nuestro poderío natural, y poco a poco, también nuestra autoestima y nuestros sistemas emocionales devastados… y de exigir respeto a nuestros procesos, lo cual nos llevaría a partos como experiencias irrepetibles, a lactancias placenteras, a crianzas felices…

Es lo que necesitamos las mujeres y los bebés y también los hombres: todos. Conciliar al fin los derechos de las mujeres a tener una maternidad libre con los derechos de los bebés a ser cuidados y deseados.

Te invito a revisar lo que están escribiendo interesantes intelectuales, como las históricas feministas Casilda Rodrigañez y Victoria Sau, la socióloga Isabel Aler, la bióloga María Jesús Blázquez, la psiquiatra Ibone Olza, todas españolas… a revisar todo lo que se está descubriendo recientemente sobre la importancia del vínculo y la neurobiología del apego, a acercarte con interés y respeto a lo que están haciendo asociaciones como El Parto es Nuestro… y también, por qué no, a revisar tu historia personal herida con este tema. Y quizás después puedas escribir otro artículo con nuevos argumentos.

Va por delante nuestro respeto a tu opción, y a la opción de todas las mujeres. Va también por delante nuestra disposición al diálogo, más que respetuoso, amistoso y constructivo.

Un abrazo.

Ileana Medina Hernández

Periodista, profesora, funcionaria del Gobierno de Canarias.

Autora del blog Tenemos Tetas y co-autora del libro Una nueva maternidad.

Mujer y madre común y corriente.

3 comentarios:

  1. Gracias por compartirlo María, me ha gustado mucho como lo ha planteado desde el máximo respeto.
    Saludos!

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  2. Buf, a mí me ha decepcionado muchísimo Beatriz Gimeno. Se ha quedado en el feminismo de los 60 y 70, no es capaz de revisar sus ideas o su posición de acuerdo a la evolución de las nuevas generaciones de mujeres madres que además trabajamos. Porque las circunstancias han cambiado en los últimos 30 años y la generación actual de madres nos estamos planteando preguntas y dudas que antes no les habían surgido a ellas, las que tienen edad para ser nuestras madres.

    Y, en su incapacidad para la comprensión y el diálogo, se cierra en banda y recurre a la agresión verbal, a la descalificación y al insulto. Ve conspiraciones y causas colectivas enemigas donde solo hay mujeres conscientes de sus cuerpos y de sus nuevas necesidades, mujeres que no se conforman con lo que tienen porque ya no les sirve.

    Beatriz Gimeno, como tantas otras, no sabe evolucionar porque no quiere entender. Será miedo de aceptar que algo se le ha escapado y no es capaz de admitir que, a lo mejor, se equivoca. Qué diferencia tu posición (que supuestamente eres tan fundamentalista, según ella) tan humilde y dispuesta al diálogo y la comprensión.

    María

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