martes, 24 de mayo de 2011

DISCIPLINA




Permitidme haceros una pregunta:

¿Que es para vosotros la disciplina?

Mi marido dice que yo, ni tengo disciplina, ni se la sé inculcar a nuestros hijos (Lógico, si no tengo yo no se la puedo inculcar).

Llevamos un par de días de morros por el asunto y al final le he dicho que os iba a utilizar de "jurado popular"

Os explico la situación:

Domingo por la mañana. Un día primaveral precioso: sol y calorcito. La familia Trapp (nosotros) nos encontramos paseando por un precioso camino a lo largo de uno de los ríos que baña la ciudad de Zürich. El plan es llegar hasta una pequeña isla en donde se encuentran unas playas junto a unas piscinas infantiles y una cafetería donde podremos comer algo. No es mucho trecho, pero considerando que vamos pedaleando con los dos niños mayores cada uno en su bicicleta, es toda una aventura. 

Los tres peques llevan casco. Los adultos no. Mi marido no se ha puesto un casco en su vida, y eso que ya he hecho los más empinados, largos y peligrosos puertos de los Alpes. El dice que la precaución es la mejor protección, y nunca conseguí convencerle de que se lo pusiera.

Yo había intentado ponerme mi casco antes de salir de casa pero me lo encontré roto. Uno de los niños (supongo) me había separado esa correa regulable que corre por el interior. Sin ella, el casco que quedaba suelto y no me servía para nada. No importaba mucho. Sólo íbamos a ir por un camino peatonal sin el menor peligro y a dos kilómetros por hora. 

De todas formas, la tarde anterior me había escapado al centro de la ciudad a comprar un casco "Junior" para mi hijo mayor. Él ya va en su bici sin ruedines y le ha cogido el gusto a las acrobacias. El casco infantil con forma de mariquita roja de puntos negros, que él mismo eligió hace un par de años, ya no lo quiere ni de broma, así que decidí comprarle uno muy aerodinámico con "look" de adulto. Le encantó porque era blanco y negro y tenía visera. Si hubiera podido hubiera dormido con él. 

Mi hijo mediano ya tenía un casco azul con unos pandas dibujados, que él mismo eligió y que lleva sin rechistar cada vez que yo lo transporto en la silla infantil de mi bicicleta. Al pequeño tuvimos que imponerle un poco el casco rojo de la mariquita, pero cuando vio que los mayores llevaban cada uno el suyo y que les hacíamos fotos, le cogió el gusto a llevarlo. Parecía la hormiga atómica. Tampoco le gustó demasiado ir sentado en la silla de niños de mi bicicleta. Renegó bastante, pero al final le cogió el gusto también y se pasó el camino hablando del río, las plantas y los patos. 

Al principio todo fue sobre ruedas. El mediano nos hacía ir a paso de tortuga. El lleva ruedines en su bici y además es extraordinariamente precavido. Cada cuesta para abajo mi marido tenía que bajar de su bicicleta para sujetarle, porque le daba miedo la sensación de que la bici se iba sola y él perdía el control. Aunque sabe frenar, con el susto que le entraba se olvidaba de los frenos, y sólo era capaz de echar los pies al suelo lloriqueando. De todas formas el camino era bastante llano y sólo nos encontramos un par de minicuestas sin importancia. Además, O es un niño tranquilo que disfrutaba pedaleando con lentitud y viendo todos los detalles de la ruta.

Lo dicho, íbamos a 2 por hora en un camino prácticamente plano y sin coches.

Yo lo vi venir varios minutos antes. El mediano empezó a echarse la mano a la cabeza intentando arrascarse, pero se topaba con el casco. Cada vez que soltaba el manillar con una mano, este se le torcía y el volvía a asustarse, echando los pies al suelo y lloriqueando. Justo en ese momento el mayor cogió velocidad y se adelantó bastante, así que yo salí detrás de él. Cuando le alcancé le pedí que esperáramos a papá y al mediano. 

Después de esperar un ratito y ver que no llegaban decidimos volver atrás y nos encontramos a mi marido de pié con el casco en la mano, mientras el mediano lloraba con desconsuelo. Había ocurrido lo que yo veía que iba a ocurrir: el niño no aguantaba más el casco. Le producía picores, le pesaba y le daba calor. Se negaba en redondo a ponérselo. Mi marido se negaba a continuar si no se lo ponía y estaba dispuesto a volver a casa echando a perder nuestro recién comenzado domingo primaveral de familia feliz en bicicleta. 

Yo salí en defensa del mediano: 

- A ver, A, se práctico. O no corre ningún peligro sin el casco porque va a dos por hora en una bici de ruedines por un camino llano y sin coches. Déjalo estar y sigamos ya.

Y ahí es donde me soltó eso de "Es que tu no tienes disciplina"

DISCIPLINA. Bendita palabra. Ese fue el detonante para comenzar, allí mismo, en medio del camino del río, una acalorada discusión (tipo español: voz elevada y mucha gesticulación, al menos por mi parte) sobre si era fundamental o no imponerle el casco a mediano. 

Mi marido argumentaba que no importaba que en ese momento en concreto el casco no fuera realmente necesario, sino que si cedía estaba "perdiendo" y no actuaba pensando en el futuro, cuando se diera la situación en la que el casco fuera realmente necesario. 

Yo argumentaba que cuando el casco fuera imprescindible  no daría marcha atrás y si el niño entonces se negaba, yo actuaría en consecuencia, cancelando lo que hubiera que cancelar.  Pero puede ser que cuando nos encontráramos con esa situación, O estuviera lo suficientemente maduro como para aceptar el casco sin rechistar, entendiendo las razones de porqué era necesario. De hecho, nunca me lo cuestionó cuando lo llevaba yo en mi propia bicicleta por la ciudad, situación en la que el casco no es negociable en absoluto. Por otra parte. ¿Como se atrevía a imponer a su hijo algo que él no cumplía? Porque como ya os he dicho, mi marido no ha llevado casco ni siquiera cuando realmente hubiera sido muy aconsejable que lo llevara. ¿O no lo es cuando bajas a más de 70 Km/hora por un puerto de montaña con coches circulando?

A toda esta réplica él empezó a echarme en cara mis otras "faltas de disciplina" como cuando el Viernes y el Sábado les dejo irse más tarde a la cama. Yo por supuesto le repliqué con los mismos argumentos:

- Era innecesario acostarse tan pronto como los otros días porque al día siguiente podían dormir más tiempo
- El no se acostaba a la misma hora y le gustaba quedarse hasta más tarde en la cama las mañanas del fin de semana. Así que ¿Que pretendía? Claro, que mamá "burradecarga" se siguiera levantando a las 6 de la mañana sábados y domingos porque unos niños que se acuestan a las 9 de la noche no se levantan a las 8 ó 9 de la mañana, no, se levantan a las 6 ó 7. ¿Y se levantaba él cuando eso ocurría????? ¡No claro!!! Para eso ya tenía a la indisciplinada de su mujer.......

Total, que di un pequeño espectáculo de "mamá española cabrada con papá alemán" a los recatados y silenciosos suizos que paseaban esa mañana a lo largo del río. Incluso solté mi filosófica frase de: "¡Yo estoy criando seres libres y no soldados de ningún ejército! ¡Yo quiero niños que sepan actuar en consecuencia y no obedeciendo a ningún absurdo concepto de disciplina!" Al final, como no nos íbamos a poner de acuerdo ni de lejos, lo dejé todo en manos de él. Le dije que él decidía: nos fastidiaba a toda la familia el Domingo precioso que íbamos a pasar, además de tener que cargar de vuelta a casa con su bicicleta, la bici de O y al propio O llorando a mares, o se bajaba del burro, dejaba a O sin casco y continuábamos a nuestra velocidad digna del Tour de Francia camino de las playas, las piscinas infantiles y la cafetería, para pasar toda la familia un domingo inolvidable y feliz.

Al final se bajo del burro, pero regañando bastante sobre mi falta de disciplina, mi ignorancia sobre lo que significa esa palabra y mi poca visión de futuro.


Acabamos pasando por encima del incidente y pasando un Domingo excelente. Los críos disfrutaron bañándose en las gélidas aguas de las piscinas y después nos tomamos unas salchichas ecológicas buenísimas. A la vuelta A fue tirando de O y su bici con un sistema improvisado con la correa de mi bolso, ya que O estaba agotado para seguir pedaleando. El mayor siguió con sus acrobacias y el pequeño se durmió en la silla de mi bicicleta. Llegamos a casa justo cuando empezó a formarse una fantástica tormenta de lluvia, truenos y relámpagos. 

Pero el asunto de la disciplina se nos ha quedado sin resolver, y ya le he dicho a A que haría un post con el incidente para conocer vuestras opiniones. Así que os agradecería mucho que participarais dándonos vuestro punto de vista. 

¿Que significa para vosotros la palabra disciplina?

¿Creéis que es necesario imponer la disciplina en la educación de vuestros hijos?

22 comentarios:

  1. No me gusta la disciplina, he crecido en una casa donde mi padre la imponía porque si y él hacía lo que le salía de los cojones. Creo que las normas son necesarias y buenas para el funcionamiento de una familia y más con 3 peques pero que esas normas no tienen porque ser inamovibles y permanentes, creo que hay que adpatarse al momento, no es lo mismo un camino sin ningún tipo de peligro que hubierais ido por un sitio donde pueda haber coches o una gran cantidad de ciclistas. Estoy de acuerdo contigo y yo hubiera hecho lo mismo. No se si se me ha entendido, creo que si. Un besazo y me alegro de que el "casquito" no os fastidiara el domingo!

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  2. María se me viene a la mente un refrán que no recuerdo ahora mismo, pero que hablaba de que los árboles flexibles, se doblegaban ante una tormenta y la sobrevivían, mientras que los firmes acaban partidos por el viento.

    Yo trato de tener el menor número posible de normas "inamovibles", creo que es muy importante en la crianza y en la vida, saber evaluar las situaciones en el presente y actuar acorde, no sólo desde patrones prestablecidos...

    Para mí, según describes la situación veo dos cosas: 1, intentar que el niño haga algo que nosotros no modelamos (como decirle que coma verduras que los padres ni muertos se comerían), y 2, el permanecer tercos en esa actitud, a pesar de que la situación concreta presente no lo amerite...

    Obviamente, si hubiera habido un peligro real, supongo que habrías secado la frente del niño, abanicado el casco para refrescarlo, y que con señalarle los carros pasando, habría entendido que es necesario el casco. Puede que haya rechistado, pero creo (a lo mejor me equivoco), que los niños que son obligados poco, con quienes se razona y negocia las cosas dentro de lo factible, entienden mejor cuando hay una razón que hace que algo sea inamovible (como un verdadero peligro, que obligue a usar casco).

    Un abrazote!

    Louma

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  3. Establecer normas es necesario y eso es disciplina aunque no guste la palabra, pero para ello primero hay que ser coherente y no creo que se pueda imponer el casco a unos niños cuando sus padres salen sin él, y luego encima discuten sobre el tema delante de ellos...
    Merche

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  4. Pienso que la disciplina nos la tenemos que establecer a nosotros mismos y con ella educar a nuestros hijos. Si no damos el ejemplo, no podemos pedir a un crío que haga lo que le estamos diciendo, lo mismo que ha dicho Merche. Hay muchas formas de que el niño se hubiera podido poner el casco, si por las buenas no se ha podido, mejor evitemos las malas porque sólo trae disgustos... y para meustra un botón.

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  5. A mi me pasa algo parecido con mi marido. Èl fue criado con mucha “disciplina” y según él yo fui criada sin disciplina. Pero a mi entender él ve la disciplina a algo como “hace lo que digo, porque si, sin mediar palabra”. Como con autoritarismo, gritando e imponiendo. En mi familia eran más liberales, pero eso no significa “hace lo que se te ocurra”.
    Por otro lado creo que las mujeres somos mas practicas. Y buscamos lo mejor para pasar el momento, buscando soluciones alternativas. Estoy segura que en un caso que requiera el casco si o si se lo ibas a hacer poner, por el bien del nene.
    Tampoco estoy de acuerdo con eso (que si cedía estaba "perdiendo"). Yo no creo que sea así. Por que los chicos se dan cuenta cuando somos lógicos o no.

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  6. A veces me pasa igual, y lo peor es que no discuto con otras personas, sino conmigo misma, jeje. Una parte de mí piensa que debo ser estricta, y la otra parte piensa que debo ser flexible con él. Claro que da mucha rabia que desobedezcan algo, porque en efecto, uno se pregunta: "si eso es ahora, qué será cuando se adolescente"... pero como bien me han aconsejado amigos y familia, debo preocuparme por lo que pasa hoy. No podemos adivinar el futuro. También pienso que es imposible que ellos entiendan por qué usar el casco y papá no, especialmente si les incomoda.

    Hace poco en otro blog "Criando Múltiples" hablaron sobre la disciplina positiva, creo que te sería de utilidad.
    http://criandomultiples.blogspot.com/2011/05/40-pasos-hacia-la-disciplina-positiva-3.html

    Hubo uno que me pareció fenomenal "un niño que se siente bien, se porta bien" o algo así. También hay que darle validez a los sentimientos del niño, tu hijo no estaba "retando la autoridad", sino expresando su incomodidad.

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  7. Ay, María, pues éste es un problema para nosotros también ... Es verdaderamente un tema peliagudo en la pareja, que para bien o para mal va a surgir una y otra vez durante la infancia de nuestros hijos. Y así sale a relucir sin pretenderlo cómo nos educaron a cada uno y las ideas que nos han quedado sobre cómo "deberían" comportarse los niños ...

    Según mi experiencia, merece la pena "dar el brazo a torcer" en una situación como la tuya. Si a los hijos se les muestra comprensión, he vivido una y otra vez que ellos lo saben devolver con creces en la medida en que son capaces. Si yo entiendo que mi hijo no soporta más el casco por el calor y el picor, y le explico que comprendo su desesperación y que hoy está bien que se lo quite porque vamos muy despacio y en un lugar sin peligro, el día que yo necesito que se lo ponga porque la situación es más peligrosa él estará mucho más dispuesto a comprender mis razonamientos que si nunca me paro a mirar cómo se siente él. De pequeño será en un esfuerzo por agradarme porque yo también intento agradarle en la medida en que me es posible, y más tarde porque va comprendiendo mis razonamientos. Así les estaríamos enseñando poco a poco también a reflexionar sobre cuándo una situación es peligrosa y decidir qué conviene hacer en cada caso.

    Aunque quizá parezca que le damos demasiadas vueltas y vengan muchos diciendo que una situación como la que cuentas es una tontería y da igual como la resuelvas, la educación de nuestros hijos se compone de mil momentos cómo éste y de cómo los vas abordando. Y más nos vale reflexionar con tiempo y calma sobre qué pretendemos que sea de nuestros hijos en el futuro, para ir aprendiendo nosotros a reaccionar adecuadamente en el calor del momento. ¿Queremos que nuestros niños sean robots que no saben evaluar por sí mismos cuándo les conviene obrar de una manera u otra? ¿Queremos que necesiten siempre una autoridad por encima suyo que decida qué les conviene o no y obedezcan a ciegas sin rechistar? Ésa me parece la verdadera cuestión.

    Por último, aligerando el tema, voy a dejar salir mi despreocupación española: ¿Quién de nosotros anduvo de pequeño en bicicleta con casco? ;-)

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  8. María: dejando lo de la disciplina aparte no hay que olvidar que les están enseñando a los peques el arte de resolver las diferencias. Es bueno que se den cuenta que las chicas y los chicos pensamos diferente.
    Yo creo que los dos tienen razón. La madre tiene que ser flexible y entender a su crio. El padre tiene que enseñarle que en la vida no siempre se hace lo que uno quiere.
    Al final se la pasaron bien, y eso es lo que cuenta.
    A seguir bien, miguel

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  9. Pues eso, que no podemos exigir a otros que hagan lo que nosotros no estamos dispuestos a hacer.

    Los padres a veces camuflada detras de la famosa disciplina, lo que pretendemos es hacer valer nuestra autoridad, someter a nuestros hijos, es aquello de "porque lo digo yo", en lugar de razonar, convencer, e incluso ceder si el sentido común así lo aconseja.

    Lo de mantener la discusión delante de los niños, ya sabemos que no es adecuado, pero yo ya tiro la toalla, esto pasa en mi casa todos los días, o casi.

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  10. A mi tampoco me gusta la disciplina porque pienso que la educación debe ser libre y porque creo que hay mas de una manera de hacer las cosas.

    Para mi la verdadera disciplina es domar nuestro ego, no considerar que cedemos (y por lo tanto nos dejamos dominar por el otro) sino que las cosas pueden variar.

    Si estamos seguros que no corre peligro el niño yendo sin casco, para que tratar de obligarlo a pasar calor y molestias porque los padres queremos demostrar que no se puede cambiar de opinión en ninguna situación y así demostrar (a quien? Al niño o a nosotros mismos) que somos fuertes y disciplinados en nuestras decisiones ...
    Siempre trato de no molestarme por tonterías que no valen la pena. No quiere ponerse el casco y no hay peligro? pues seguimos adelante con nuestro paseo, que es muy peligroso y debe ponerselo? pues hacemos el picnic allí mismo, vamos a otro sitio o que se yo! la idea es pasarla bien "todos" no que uno deba sacrificarse y soportar un casco obligado por ser el mas pequeño o por demostrar el punto de vista del otro, al final creo que nuestra mision como padres debe ser enseñarle a nuestros hijos a tomar las decisiones correctamente para cuando esten solos sepan que hacer y distinguir si pueden o no quitarse el casco aunque pique.

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  11. Disciplina. ¿Pero hablamos de niños o de un ejercito?
    Lo siento, pero me hace gracia que te echen en cara que te falta disciplina, cuando a mi modo de ver las cosas, a la hora de educar un@ hij@ el ejemplo es fundamental, y tu marido por lo que veo no lo está dando. ¿Dónde está su disciplina?
    Yo creo que para los niños hace falta amor, respeto y alguna norma. Pero disciplina... esto se hace porque lo mando yo! ¿Qué es lo que aprenden con eso?

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  12. Bueno, en mi post la opinión
    http://todoscrecen.blogspot.com/2011/05/disciplina-medio-u-objetivo.html

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  13. Muchas gracias a todos por vuestros comentarios. A ver, intento contestaros uno a uno:

    Marina, ya veo que lo vemos igual: las normas se han de adaptar a las circustancias. Si no ¿Que sentido tienen? Las normas tienen que estar al servicio de la vida, no la vida al servicio de las normas.

    Louma, gracias por recordarme ese refrán. Lo conocía pero se me había olvidado y ahora que lo has sacado tu a colación me parece muy representativo de la situación.

    Merche, en dos frases me parece que has tocado dos puntos muy importantes: En primer lugar el enseñar con el ejemplo. Estoy de acuerdo en que no se puede imponer algo que no se hace. Pero también es cierto que hay situaciones en las que un adulto debe de hacer una cosa y un niño no o viceversa. Por ejemplo en el coche: el niño tiene silla especial y el adulto no; el niño nunca puede conducir y el adulto sí. Yo creo que fui coherente: los que no nos encontramos en una situación que requiera casco podemos no llevarlo: papá, yo y O. Los que sí lo llevan sí, o sí será el mayor y el pequeño, que por sus circunstancias personales sí lo necesitan para aumentar la seguridad. Por lo tanto O tenía el casco opcional y M y V no. Al menos bajo mi punto de vista... esa fue la discrepancia con mi marido: yo flexibilizo la norma para adaptarla a las circunstancias, pero mi marido no.
    En cuanto a discutir delante de los hijos: ya se que muchos profesionales dicen que es un error, pero no estoy de acuerdo. En las relaciones humanas amorosas no es prerequisito estar de acuerdo en todo, ni dejar de ser tu mismo por amor. Mis hijos aprenden que mamá y papá discuten. Incluso mamá es gritona y se acalora. Pero al final, discutan lo que discutan, llegan a puntos medios donde encontrarse y se quieren siempre, pase lo que pase. Aunque discutan no dejan de darse un beso ni de quererse ni de reirse 2 segundos después de la discusión. ¿Que quieres? ¿Que muestre a mis hijos unos padres descafeinados siempre de acuerdo en todo? Pues no. Por suerte o por desgracia, no es eso lo que les ha tocado en la vida. De hecho, mi marido y yo somos muy discutidores, cada uno a su manera, y eso es lo que hay. Piensa que intento enfocar la crianza de mis hijos desde abajo y no desde arriba. Tal vez eso de un sentido diferente al hecho de mostrar unos padres con sus defectos y virtudes abiertamente, y no unos adultos modélicos sin defectos siempre de acuerdo y que todo lo hacen bien.

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  14. Diana, mi hijo cuando dice que no hace algo, en general no lo hace y punto. Probablemente si el casco hubiera sido indispensable hubiéramos tenido que volver a casa. Pero curiosamente, nunca se ha puesto así cuando ha tenido que ponerse el casco porque era realmente necesario. Tal vez haya sido sólo casualidad, o tal vez esté empezando a desarrollar un criterio para saber cuando puede pedir algo y cuando no.

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  15. Bere, es que nos es muy difícil salir de la corriente general que nos empuja a pensar que nuestro hijo "nos manipula" y que "llora por vicio porque tiene todas sus necesidades cubiertas" Ahora que empezamos a ver que las que suponíamos sus necesidades no son tales, o no son sólo esas, empezamos a entender muchos de sus llantos y malos comportamientos..... pero nuestro propia crianza basada en el conductismo y en las malas interpretaciones del comportamiento de los niños no es fácil de superar

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  16. Amaia, estoy absolutamente de acuerdo contigo. Yo quiero niños que aprendan a cuestionarse las órdenes que les den. No quiero niños que sigan ciegamente a nadie ni a nada. Como madre esto es un reto enorme, por supuesto, porque no se trata de educarlos para dominarlos mejor, sino para que sean personas fuertes e independientes, absolutamente responsables de su vida.

    Miguel, estoy de acuerdo con que es importante que los niños vean que los padres pueden discutir y resolver sus diferencias. Como dije antes, no me parece natural ni conveniente hacerles creer que viven con unos padres que están siempre de acuerdo y lo tienen todo clarísimo. Pero creo que el papel que les das a hombres y mujeres es un tanto artificial, más producto del patriarcado en que vivimos que otra cosa, que obliga al "macho" a ser el fuerte y el dominante. Creo que vosotros podéis ser tan flexibles como nosotras, tan pronto como veáis que no vale la pena seguir interpretando el papel de "sexo fuerte"

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  17. Concha, totalmente de acuerdo, muchas veces lo que pretendemos al imponer disciplina es salvaguardar nuestra autoridad y nuestro orgullo. Yo misma me he pillado en esa actitud muchas veces. Es ese tan utilizado "aquí mando yo" de nuestra propia infancia

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  18. Efi Victoria, sí, eso es, mi objetivo es criar niños con criterio propio y no robots que obedezcan ciegamente

    Carol, no creas que en esta familia mi marido es el más "autoritario". En realidad la que pone más normas soy yo, pero las mías son "flexibles" y se cambian con facilidad según las circunstancias. Mi marido a lo mejor pone 2 simples normas pero las dos se cumplen en el 100% de las situaciones..... supongo que esa es nuestra discrepancia y el porqué yo le parezco "indisciplinada". De hecho a mí el me parece mucho más indisciplinado en otras áreas donde ni siquiera pone una norma de base que poder variar...... (Por ejemplo, que el ni siquiera se plantee el casco para sí mismo) no sé si me explico, je,je,je..... en cualquier caso creo que son diferencias normales entre personas que, además, vienen de culturas ligeramente diferentes (a pesar de ser los dos europeos) y en el fondo todos estos enfrentamientos son muy enriquecedores para todos porque nos obligan a encontrar puntos en común donde manejarnos juntos. Así los niños también crecen rodeados de diferentes puntos de vista que se confrontan y se reconcilian... la vida misma, vamos.

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  19. Mercedes gracias por tu enlace. Me lo leo con clama en cuanto tenga un momento

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  20. me parece que es demasiado sutil la diferencia que haces entre las circunstancias que "ameritan" casco para que un niño pequeño lo entienda (no me quedo claro cual era el q se lo saco, pero igual los mas chicos vieron la escena y trataron de hacer sentido de lo q veian).

    Por ejemplo, en el caso del auto, hay una razon de porte que guia las sillas/booster/etc. Y la diferencia en porte para que el cinturon cruce adecuadamente es algo que puedes mostrar a un nino con relativa claridad.

    pero mi comentario aporte seria q mi papa me enseño de chica q no existe el porque si, ni el porque no. Yo debia dar una razon, y como chica avispada que era esto tb me enseño a pedir razones.

    Me parece mucho mas falta de disciplina que su padre no use el casco frente a ellos. Si quiere no usarlo cuando salga solo es su problema, pero con los ninos esta modelando inconsecuencia.

    sorry si el comentario suena un poco duro, no era mi idea (vivo al otro lado del mund y ya tengo sueño)...saludos!

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  21. HOLA A TODAS LAS MUJERES EMBARCADAS EN EL VIAJE DE SU VIDA, CON BOLETO SIN REGRESO Y DONDE LA TERMINAL ES EL REALIZACION DE NUESTROS HIJOS COMO SERES CAPACES DE BIEN, DE AMOR Y DE JUSTICIA. PERO PARA DESARROLLAR ESO EN ELLOS PRIMERO HAY QUE APRENDERLO NOSOTROS ES UNA REGLA LOGICA.
    LA HERMOSA HERMANA DISCIPLINA ES MARAVILLOSA SI SABEMOS CAMINAR DE SU MANO PARA GUIAR A NUESTROS HIJOS Y QUE MAS HERMOSO EJEMPLO QUE EL DE LA IMAGEN DE LOS SOLDADOS, ME LOS IMAGINE LANZANDOSE TODOS AL COMBATE PERO SIN DISCIPLINA, ANTE LAS ORDENES DE SU JEFE NO LAS OBEDECIAN Y CORIAN DE U N LADO A OTRO, SIN OBEDIENCIA, FUERON DESTRUIDOS, PORQUE CADA UNO ASIA LO QUE LE PARECIA BIEN O QUERIA, PERO NO LOGRARON GANAR PORQUE N O SABIAN SER TRABAJAR PARA APOYAR Y CUIDAR A SU COMPAÑERO, NO SABIAN DIRIGIRSE POR LA OBEDIENCIA Y LA DESOBEDIENCIA LOS DESTRUYO.
    ES UN CLARO EJEMPLO DE LO QUE PASA EN UN HOGAR SIN UN LIDER QUE SEPA ENSEÑARLE A SUS CHICOS QUE ES OBEDECER EL NO BAJARSE LA BANQUETA, PORQUE LOS ATROPEYAN, ESA ES LA ENSEÑANZA Y LA LABOR DE VIDA DE NOSOTRAS LAS MADRES, SINO SABEMOS UBICARNOS COMO LO QUE SOMOS TAMPOCO SABREMOS COMO UBICAR A NUESTROS HIJOS, Y DISCIPLINA NO ES CASTIGO, ES CORREGIR Y ENSEÑAR LA FORMA CORRECTA Y RESPETUOSA DE ACTUAR CON LOS DEMAS MIEMBROS DEL EQUIPO AL QUE PERTENECEMOS.
    Nosotros podemos pensar que es un tipo de castigo; pero,la mano disciplinaria de Dios tiene el propósito de la restauración y recuperación de nuestras vidas, como padre amoroso que esta atento de sus pequeñitos.

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  22. Madre mía, anónimo, me das miedo. Menos mal que yo tengo una visión mucho más maternal de Dios....

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