miércoles, 28 de septiembre de 2011

ENTRE LA DECEPCIÓN Y LA ALEGRÍA


Entre la decepción y la alegría, así llevo varios días a medida que voy viendo las reacciones que nuestra Revolución de las Rosas esta provocando en el mundo de la profesión médica y en la sociedad en general.

Muy decepcionada porque no ha habido una respuesta contundente de la SEGO, retirando las viñetas y pidiendo disculpas. Han dejado muy claro su consideración hacia las usuarias de sus servicios.

Muy decepcionada por los comentarios que reciben algunos de los artículos que anuncian los actos de protesta. Comentarios machistas, misóginos, muchos cargados de odio contra las mujeres en general y otros contra sus propias ex-compañeras en particular. Comentarios donde queda reflejada la absoluta ignorancia sobre lo que realmente está ocurriendo. Comentarios que lo ignoran todo sobre la atención al parto, sobre como debería ser y sobre como es, al menos en la gran mayoría de las ocasiones. Llegan a escandalizarse de que utilicemos el térmico "violencia obstétrica" acusándonos de desvirtuar lo que ellos consideran "verdadera violencia" de género. Ojalá, todos los que hablan así, se pararan a leer algún artículo como este.

Porque, no me cansaré de decirlo, no se trata sólo de las viñetas. Estas, a pesar de ser de pésimo gusto, no hubieran levantado ni la pluma de un mandarín de haber sido dibujadas por cualquier dibujante de cualquier revista de medio pelo. El problema es que han sido dibujadas por un ginecólogo. El mismo que cada día tiene delante de su mirada el cuerpo desnudo de las mujeres de las que luego se ríe tanto. Y, para más inri, se las publica la sociedad española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), o sea, la representante de todos los ginecólogos del país.

Y todo esto en un país con una de las peores atenciones al parto de toda Europa. Un país donde por sistema se pasan las recomendaciones de la OMS por el forro. Y no sólo eso. De hecho se pasan sus propias recomendaciones por el forro

Muy decepcionada también por las declaraciones que el respetado y querido (sobretodo en los círculos en los que se mueve la autora de este blog) pediatra Carlos González ha hecho con tanta ligereza:

"He visto algunas, y no me parece para tanto. Son chistes, todos los chistes se ríen de algo. Hay chistes de Lepe, de políticos, de rubias, de curas... Varias de las viñetas que he visto se ríen más del médico que del paciente.
Soy firme partidario de la libertad de expresión. No me gustaría vivir en una sociedad en que tienes que vigilar qué chistes cuentas por si te denuncian"


¡Ay! doctor González,  a mí tampoco me gusta vivir en un país donde para que me atiendan un parto natural correctamente en un hospital, tenga que recorrer 400 kilómetros de distancia desde mi lugar de residencia que, dicho sea de paso, tiene al menos 3 hospitales importantes con departamento de obstetricia a menos de un cuarto de hora de distancia. No, y tampoco me gustaría vivir en un país donde es más importante el corporativismo que la honestidad; donde cuando uno mete la pata los colegas miran para otro lado; donde más vale ser "coleguita" que buen profesional; donde los cambios (a mejor) entran a presión, cuando todos los países de alrededor los han adaptado mucho tiempo atrás. Y donde la libertad de expresión es muy selectiva. Pregúntele sobre la libertad de expresión a la mujer que, tumbada boca arriba, las piernas atadas, una episotomía de caballo y el forceps agarrando la cabeza de su hijo, intenta parir a la vez que no quejarse demasiado, no se le vaya a enfadar (más todavía) el equipo médico. O tal vez pregunte a esas madres que llevan 40 años preguntándose si su hijo murió en el parto o se lo robaron, porque las durmieron sin su consentimiento, les separaron de sus seres queridos obligándolas a pasar por todo ellas solas, les enseñaron de lejos a su hijo recién parido sin permitirles ni tocarlo, no les dieron ninguna información sobre su estado, se lo llevaron donde ellas no pudieron verlo y, finalmente, les anunciaron su muerte sin explicar las causas y sin molestarse siquiera en enseñarles el cuerpo o permitirles despedirse de él. Realmente, doctor Gonzalez, a mí tampoco me gusta vivir en un país así.

Muy decepcionada porque no ha habido un aluvión de profesionales españoles de la ginecología y la obstetricia posicionándose claramente en contra de, no sólo este tipo de humor chabacano, irrespetuoso, hortera y penoso, sino sobretodo en contra de la ginecolosaugía ejercida por algunos (demasiados) compañeros. En palabras de Jesusa Ricoy:

"En 36 horas tras la denuncia de las dichosas viñetas el lunes pasado tenía varios emails de organizaciones internacionales de peso de matronas y similares que tan sólo por la parte gráfica (cuando aún no se había editado la traducción) ya estaban consternadas por semejante publicación y estaban escribiendo en dos idiomas cartas que se disponían a enviar."

Veo que en este país, para no perder la costumbre y siguiendo con la tradición, nos falta mucho camino por recorrer, siempre detrás de nuestros vecinos.

Pero por otra parte estoy feliz de ver la reacción que se ha orquestado en sólo unos días. De ver que miles de personas de ambos sexos y con diferentes ideologías,  hemos encontrado nuestro punto en común y todos empujamos en la misma dirección, para derribar de una ver por todas al gran Ginesaurus horribilis.

Y feliz porque, entre la apatía de la mayoría de los profesionales de la medicina, se oyen voces denunciando, no sólo las viñetas, sino especialmente las declaraciones de la SEGO y su presidente ante la reacción provocada por las mismas. Muchísimas gracias doctor Sanchez Martos, por su respuesta contundente, dura y coherente, que me tomo la libertad de poner aquí:




Espero que más profesionales del mundo de la medicina tengan el valor de seguir su ejemplo.

Lo dicho, estos días me siento como en una montaña rusa, entre la alegría y la decepción. Pero, en cualquier caso, si algo positivo tiene todo este embrollo es que, como siempre que hace falta movilizarse por una causa justa, se han hecho visibles estas grandes personas que se involucran en las luchas por el bien común, por mejorar las cosas para tod@s. Personas que se pasan horas delante del ordenador, que escriben documentos de denuncia, que consiguen las direcciones donde mandarlos, que abren páginas en facebook para orquestar a la gente, que organizan las recogidas de firmas, que informan a los medios, que diseñan iconos que nos representen, que abren blogs para informar, que dan la cara por todos. No quiero dar nombres porque seguro que me dejo a alguien. Ellos ya saben quienes son. Son la máquina que tira de este tren de seres humanos dispuestos a mejorar el futuro para todos.

A todos ellos:

MUCHAS GRACIAS



lunes, 26 de septiembre de 2011

LA REVOLUCIÓN DE LAS ROSAS

Todo empezó hace un par de semanas, cuando el nuevo presidente de la SEGO, Dr Josep Maria Lailla, escribió su polémico (por decirlo suavemente) comunicado. Imagino que fue entonces cuando El parto es nuestro descubrió las ya vergonzosas y tristemente famosas viñetas, y levantó la perdiz denunciándolas en su blog.

La indignación ha corrido como la pólvora entre miles de usuarias de los servicios de ginecología y obstetricia provocando un verdadero maremoto de indignación y necesidad de acción.

Las declaraciones del presidente de la SEGO sobre las reacciones provocadas por las viñetas, lejos de apaciguar los ánimos, han acabado por consolidar este movimiento multitudinario de rechazo a la ginecología y la obstetricia mal ejercidas, anticuadas, irrespetuosas y hasta peligrosas.

¡Hasta aquí hemos llegado!

Y así ha nacido La Revolución de las Rosas. Con (nuestra revolucionaria y recién parida) Jesusa Ricoy a la cabeza, y representado por el logotipo diseñado por Belén y Pablo de Pre-papa, se ha organizado un magnífico movimiento de protesta perfectamente orquestado:

La manifestación principal será el miércoles 28 de Septiembre a las 18 horas. La idea es dejar una rosa natural o impresa, con el nombre de alguien que conozcáis que haya sido víctima de la mala praxis y de la violencia obstétrica. Puedes dejar tu rosa en tu ayuntamiento y si estás en Madrid puedes pasarte por la SEGO (Pº de la Habana, 190, bajo28036 Madrid). 

Para las que no estamos en España también se han organizado otras maneras de actuar que nos permitan participar. Podréis encontrar más información en el nuevo blog,  la nueva página de Facebook  y en  este documento

Os animo a todas a uniros esta revolución pacífica por el fin de la violencia obstétrica. 

¡Por nosotras, por nuestros bebés, y por las mujeres del futuro!

viernes, 23 de septiembre de 2011

¡SORPRENDIDO!


Sorprendido. El doctor Josep María Lailla, presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia está sorprendido por el revuelo que las viñetas dibujadas por su colega, el doctor Javier Server Gonsalvez, ha publicado en la gaceta electrónica de dicha sociedad. Así lo ha manifestado en el programa de Julia Otero (Podéis escuchar sus declaraciones a partir del minuto 5).

Y yo me he quedado asustada. Asustada de la prepotencia y falta de sensibilidad que encierran esas palabras. Asustada de lo que eso supone sobre el concepto que este doctor, y todos lo que opinan como él, tienen de nosotras.

Sí, nosotras. Las mujeres que pasamos por su consulta en las revisiones anuales, cuando nos sentimos mal o cuando estamos embarazadas. Las que nos quitamos la ropa y nos tumbamos boca arriba abriendo las piernas, exponiendo ante ellos nuestra más sagrada intimidad, con la confianza de que estamos ante un profesional sensible, íntegro y humano.

Y ahora resulta que no, que a lo peor ese profesional en el que confiábamos tan ciegamente, a la vez que nos examinaba tan "profesionalmente", también se estaba cachondeando del tamaño de nuestras nalgas, o nuestro pecho inmenso. Que nos despreciaba por ser demasiado mayores, huesudas o gordas; o se relamía porque éramos jovencitas, atractivas y con pechitos en punta.

Ahora resulta que el Ginesaurus horribilis va a ser mucho más peligroso que su primo, el Tyrannosaurus rex, con el agravante de que el segundo está extinguido, pero el primero no. Y es que no sólo se está cargando nuestros partos, no. Era evidente, pero yo no he acabado de verlo hasta ahora. Mucho antes que nuestros partos ¡Se cargaron nuestra sexualidad!

Nos miraban desde ese podio de cristal en el que gustaban de subirse para colgarse el título de "Señor Doctor" y desde ahí nos daban a entender que éramos sucias, imperfectas, putas o mojigatas. Nos convencieron de que sufríamos síndromes varios: síndrome premenstrual, síndrome menstrual y síndrome postmenstrual si me apuras. Que nuestras menstruaciones, que nuestros ciclos, eran algo molesto que mejor anular a base de medicación. ¿Para qué? ¿Tal vez para dejarnos suspendidas indefinidamente en la fase "receptora del macho"? ¿Tal vez para convertir en una muñeca hinchable a la mujer femenina, sensual, sexual y maternal que realmente somos?

Nos convencieron de que todas nuestras molestias, todas nuestras enfermedades ginecológicas, no tenían nada que ver ni con la represión, ni con la esclavitud, ni con el sometimiento al macho. No. Todas eran fruto de nuestra naturaleza imperfecta y defectuosa. Naturaleza imperfecta que ellos "arreglaban" a base de hormonas artificiales, medicamentos e intervenciones varias.

Y por supuesto, tampoco sabíamos parir. Sin su ayuda la especie humana se habría extinguido, sin duda. ¿Como vamos a parir sin epidural y oxitocina? ¿Como vamos a parir en posición vertical, en lugar de tumbadas boca arriba, con las piernas atadas y abiertas delante de sus narices? ¿Sin ofrecerles ese magnífico panorama para meternos la mano hasta el esternón?

Se cargaron nuestra posibilidad de desarrollar el apego natural e instintivo por nuestro hijo inmediatamente después del nacimiento. ¿Como? Interviniendo innecesariamente  y por rutina todos nuestros partos, y llevándose al recién nacido sin que prácticamente lo viéramos. Y con las mismas herramientas de parto intervenido y separación inmediata se cargaron la lactancia. Así estaríamos dispuestas para nuestro macho en 40 días a mucho tardar. Y es que un hombre tiene sus necesidades....... no en vano salíamos de nuestra revisión postparto (40 días después de parir) con un tubito de lubrificante vaginal.

En resumen: se cargaron nuestra sexualidad a base de convertirla en molesta y patológica y, así,  el Ginesaurus horribilis se ha convertido en una de las manos ejecutoras del patriarcado en su afán por destruir a la mujer completa. Enhorabuena: sin una labor tan concienzuda de patologización de la sexualidad femenina, la desnaturalización y masculinización de la mujer patriarcal no hubiera sido tan eficaz, seguro.

Pero se acabó. Al menos para mí se acabó porque ya no cuela. Esas viñetas han sido la clásica "gota que derrama el vaso entero". O mejor dicho, las viñetas no. De hecho han sido las declaraciones del doctor Lailla. Escucharle decir que esas bromas no tienen importancia. Decirlo incluso con tono de persona ofendida. No oír ni una sola palabra de disculpa. Su absoluto desprecio a lo que hemos manifestado más de un millar de usuarias de sus servicios........ me ha asustado.

Me ha asustado a mí y creo que a más de un millar de mujeres más. La mayoría enfadadas, pocas sorprendidas, pero creo que todas asustadas. Porque estas declaraciones nos rebelan la punta de la parte flotante del iceberg completo. Y dan a entender que por debajo de la superficie hay un iceberg muy, pero que muy, peligroso.

¿En manos de que tipo de personas y profesionales estamos poniendo nuestra salud sexual y reproductiva?




¡Y HOY EN MADRID!

Hoy es un gran día para nuestro pequeño retoño: ¡va a ser presentado en Madrid! Me muero de envidia (de la sana) porque no voy a poder estar. Me duele en el alma no volver a ver a las autoras, editora y colaborador que ya conozco, y no conocer a las que no pudieron venir a Barcelona.

Hoy me acordaré de todas ellas desde Zürich, esperando que la presentación sea un gran éxito y que disfruten muchísimo el tiempo que van a pasar juntas.


Chicas, grabadlo todo, todo, todo y espero con ansia los posts de los próximos días sobre el evento.

martes, 20 de septiembre de 2011

ESTIMADO SEÑOR PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA (SEGO).

Estimado doctor Lailla:

Cuando leí su comunicado  publicado en la gaceta electrónica de la SEGO, gracias a que Lady Vaga publicó este incisivo y mordaz análisis en su blog, decidí que poco podía aportar a lo ya dicho por nuestra más querida  Lady y, por lo tanto - a parte de difundir su post a los cuatro vientos - poco más iba a hacer.

Pero ayer amanecí con un artículo de denuncia de El parto es Nuestro (EPEN) sobre unas viñetas ¿humorísticas? publicadas en la misma revista citada anteriormente y, francamente, ahora si que ya no me callo. Faltaría más.



Las firma el doctor Javier Selver Gosalvez. Encuentro VERGONZOSO e INACEPTABLE que se publique semejante muestra de desprecio por la mujer parturienta, el neonato y las recomendaciones de la OMS y el propio Ministerio de Sanidad sobre la atención al parto; y con el agravante de que se han publicado en la gaceta de una sociedad de ginecología y obstetricia. Y es que  la situación actual de atención al parto no está para reírse en absoluto, doctor Lailla.

No, la situación actual no hace ninguna gracia porque, como usted bien dice, en la actualidad existe una terrible y peligrosa desconfianza por ustedes y su labor. En eso le doy totalmente la razón. En lo que discrepo es en la causa. Según usted, las causas de esta desconfianza son "mensajes y opiniones difundidas por ciertos medios de comunicación escritos, orales y visuales", y los testimonios de experiencias de mujeres " con un nivel cultural e intelectual elevado y por consiguiente con influencia mediática", como Lucía Etxebarría o Ana Alvarez-Recalde (me extrañó que olvidara a la famosa Bimba Bosé). Yo creo, doctor Lailla, que eso es tirar las pelotas fuera, con todos mis respetos, para no tener que entonar el "mea culpa".

Me va a permitir que le presente la causa que, según mi opinión, ha llevado a la corriente de desconfianza por su colectivo en lo que a atención al parto se refiere: Ustedes, simplemente, no cumplen sus propias recomendaciones. Para demostrárselo no hay más que leer el documento publicado por el Ministerio de Sanidad y Política Social, “Guía de Práctica Clínica sobre la Atención al Parto Normal”, y que usted cita en su comunicado, señalando que es el "...resultado de un estudio minucioso, en que han participado numerosas personas, ligadas a todos los colectivos que tienen algo que decir sobre el parto que entiendo recoge a la perfección el sentir unánime de nuestros profesionales...".

Le informo, por si usted todavía no lo sabe, de que cuando esta guía salió a la luz, la propia asociación El Parto es Nuestro - pionera en la lucha por un parto respetado - la aplaudió, dedicándole incluso un post de bienvenida. Así que no entiendo exactamente que nos quiere dar a entender cuando la utiliza "en nuestra contra", siendo esta guía uno de sus primeros pasos al reconocimiento de la necesidad de un cambio importante en la atención a la parturienta y a su hijo. Y lo más curioso, o más bien dramático, es que incluso leyendo nada más el resumen de las recomendaciones que aparece al inicio del escrito, uno puede ver claramente la importancia real que un número demasiado importante de profesionales españoles da a sus recomendaciones: ninguna.

A continuación enumero algunas de las recomendaciones que sé a ciencia cierta - por experiencia personal y por la lectura y escucha de numerosos testimonios - que no son respetadas hoy por hoy por muchísimos profesionales de atención al parto:


* Se recomienda que los equipos de atención al parto hospitalario promuevan la atención al parto de bajo riesgo preferiblemente por parte de las matronas, siempre y cuando éste se mantenga dentro de los límites de la normalidad.


* Se recomienda permitir la ingesta de líquidos claros durante el parto. Se recomienda que las mujeres sean informadas que las bebidas isotónicas son eficaces para combatir la cetosis, y por ello, preferibles a la ingesta de agua. 


* La decisión de intervenir ante una supuesta prolongación de la primera etapa del
parto se debe tomar en función del progreso de la dilatación y otros factores obstétricos
y no exclusivamente en base a la duración.


Se recomienda no utilizar el enema de forma rutinaria durante el parto.


No se recomienda el rasurado perineal sistemático en mujeres en trabajo de parto


* Se debe alentar y ayudar a las mujeres, incluso a las que utilizan analgesia epidural,
a adoptar cualquier posición que encuentren cómoda a lo largo del periodo de
dilatación y a movilizarse si así lo desean, previa comprobación del bloqueo motor
y propioceptivo.


* Se recomienda no realizar amniorrexis artificial ni perfusión de oxitocina de forma
rutinaria en partos vaginales que progresan de forma normal, ya que las pruebas
muestran que esto no mejora los resultados.


* Antes de practicar un tacto vaginal, se debería:
                    - Confirmar que es realmente necesario y que la información que proporcione será 
                      relevante en la toma de decisiones
                    - Ser consciente de que el examen vaginal es una prueba molesta e invasiva asociada al
                      incremento del riesgo de infección 
                    - Garantizar la comodidad, privacidad y dignidad de la mujer.
                    - Explicar la razón por la que se practica y los hallazgos encontrados, con sensibilidad, 
                      sobretodo si no son los esperados por la mujer.


* Se recomienda que durante el parto las mujeres adopten la posición que les sea
más cómoda.


Se recomienda el pujo espontáneo. En ausencia de sensación de pujo, se recomienda
no dirigirlo hasta que haya concluido la fase pasiva de la segunda etapa del
parto.


No debe practicarse episiotomía de rutina en el parto espontáneo.


* La episiotomía no debe ser realizada de forma rutinaria durante un parto vaginal
en mujeres con desgarros de tercer o cuarto grado en partos anteriores.


Se recomienda no realizar la maniobra de Kristeller.


* Se sugiere como conveniente el pinzamiento del cordón a partir del segundo minuto
o tras el cese del latido de cordón umbilical.


* Se recomienda que las mujeres mantengan el contacto piel con piel con sus bebés
inmediatamente después del nacimiento.


* Para mantener caliente al bebé, se recomienda cubrirlo y secarlo con una manta o
toalla, previamente calentadas, al tiempo que se mantiene el contacto piel con piel
con la madre.


* Se recomienda evitar la separación de la madre y el bebé dentro de la primera hora
de vida y hasta que haya finalizado la primera toma. Durante este periodo se recomienda
que la matrona mantenga una vigilancia con observación periódica que interfiera
lo menos posible en la relación entre la madre y el RN con registro de signos
vitales de los RN (color, movimientos respiratorios, tono y, si es preciso la frecuencia
cardiaca) alertando al especialista de cualquier cambio cardiorrespiratorio.


La iniciación de la lactancia materna debe ser alentada lo antes posible después
del nacimiento, preferentemente dentro de la primera hora.


* No se recomienda la aspiración sistemática orofaríngea ni nasofaríngea del RN.


* No se recomienda realizar el paso sistemático de sonda nasogástrica ni rectal para
descartar atresias en el RN sano.


* Tanto la MEFC  (monitorización electrónica fetal continua) como la MEFI (Monitorización electrónica fetal intermitente) acompañado de AI (auscultación intermitente) son dos métodos válidos y
recomendables para el control del bienestar fetal durante el parto.

Si después de leer este documento, leemos los testimonios en internet  de tantas mujeres que han sufrido partos traumático, escuchamos el testimonio de las mujeres de nuestro entorno que han parido ( o han intentado parir y han acabado en inne-cesáreas), o llegamos mediante otros medios de comunicación a noticias escalofriantes de negligencia médica (como esta, o esta), hasta llegar a escándalos como el que ha estallado en los últimos meses sobre el supuesto robo y compra/venta de bebés en la España de los últimos 40 años, entenderá que las causas de la desconfianza que usted denuncia - como los ejemplos Lucía Etxebarria y Ana Alvarez-Recalde - no son sino gotitas de agua en un mar removido por la  "mala-praxis", en el que las mujeres  parturientas han sido sistemáticamente ninguneadas, infantilizadas (en el peor sentido) y maltratadas, todo por la aplicación de unos protocolos que ustedes mismos - según admiten hoy en día - no sólo  son inútiles, sino que  llegan a ser hasta nocivos (al documento publicado por el Ministerio de Sanidad me remito). Todo esto, unido a la aparición de unas usuarias de los servicios de ginecología y obstetricia mucho más formadas, informadas y preparadas, muchas con acceso a las últimas publicaciones científicas gracias a los bancos de datos como el Medline,  y todas muy poco dispuestas a convertirnos (ni nosotras ni nuestros hijos)  en conejitos de laboratorio para la formación y disfrute de la profesión médica, nos lleva inevitablemente a una desconfianza creciente en ustedes y en  sus métodos de intervención en nuestros partos.

Porque, aunque usted no se lo crea, señor presidente, en quién primero nos preocupamos nosotras es en nuestro hijo. Precisamente por él, por su seguridad, por su vida, por su nacimiento, no nos dejamos caer ciegamente en sus manos, tan especializadas en lo patológico pero tan ignorantes sobre lo que es fisiológico, natural , normal, saludable y preferible. Y estará de acuerdo conmigo (imposible que no lo esté dadas las evidencias) en que el parto más seguro es el parto fisiológico no intervenido. El parto donde la naturaleza sigue su curso tal cual tiene diseñado gracias a sus miles de años de evolución. Y sólo cuando hay una evidencia de patología se abre la puerta a la intervención. Todas las evidencias científicas del momento apuntan en esta dirección, resultado de lo cual ha aparecido la guía publicada por el Ministerio de Sanidad que he citado anteriormente.

Permítame una pregunta, doctor Lailla ¿Cuantos partos, no voy a decir orgásmicos, pero al menos realmente fisiológicos,  ha presenciado en su larguísima carrera profesional? ¿Ninguno? Si es así, entiendo su postura, pero me parece terriblemente preocupante.

Ha llegado el momento de la extinción de los ginesaurios, señor presidente. Si quieren recuperar la confianza perdida es hora de admitir los errores y poner los medios necesarios para no cometerlos más. No basta con la publicación de guías cada vez más respetuosas con las necesidades de la mujer y del neonato, que reconocen abiertamente la superioridad del parto fisiológico y delimitan cada vez más las posibilidades de intervención.

No, no basta con esto si estas guías vienen luego acompañadas con comunicados como el que usted hizo y que he citado anteriormente, donde intenta "salvar el tipo", sin conseguirlo, si me permite serle sincera.

Y no, no basta con estas guías si a día de hoy se siguen ignorando sus recomendaciones sistemáticamente en muchos centros hospitalarios, sin que esto les traiga ninguna consecuencia que les obligue a cambiar de una vez por todas.

Y no, no basta con estas guías si luego en sus propias revistas se permiten viñetas ¿humorísticas? que ridiculizan el tipo tratamiento del parto que se tiene como objetivo alcanzar y dejan al descubierto el desprecio que ustedes, los profesionales de la obstetricia, sienten por la mujer, el bebé, su dignidad y sus derechos.

La situación actual, doctores Lailla y Selver, no está como para reírse. Está para actuar, y actuar rápido y con contundencia. So pena de que dentro de unos años estemos todas pariendo escondidas en la selva del Amazonas, por demostrarse (científicamente, eso sí) que es mucho más seguro parir así que caer en sus manos.


Cordialmente,

María Berrozpe


Artículos relacionados:

El Parto es Nuestro denuncia: Las viñetas de la gaceta electrónica de la SEGO ofrecen una imagen degradante de las mujeres españolas
Nuevo ginesaurio al acecho ¡Esto es una plaga!
El ginesaurio artista. Una nueva especie
Carta abierta al Dr. Lailla, presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia

viernes, 9 de septiembre de 2011

UN ÉXITO DISFRAZADO DE FRACASO


Lo he intentado y no ha podido ser. Parece la frase de un fracaso ¿vedad? Pero en este caso no. En este caso ha ganado el deseo maternal contra un mundo de falsos mitos sobre por qué mi pequeño M necesita ir a la guardería (aquí Kinder-krippe) para:

- Socializar. Como si tener dos hermanos mayores, amigos en el parque y adultos varios alrededor todo el día en casa, el vecindarío, el supermercado y el tranvía, no sirviera para socializar a nadie.

- No estar tan apegado a mami. Pues parece que esto tampoco es necesario siendo todavía tan pequeño. Evidentemente mi niño necesita más tiempo para "des-apegarse" de mí. 2 años y medio sólo es un "ya tan mayor" en esta sociedad de madres con las manos atadas, que tienen que renunciar a maternar a sus hijos para poder traer un sueldo a casa, no sólo para llegar a fin de mes, sino también para no convertirse en seres-objetos dependientes de su pareja, para no perder valor social y laboral, para no ser "neomachistas", para seguir sintiéndose activas y realizadas.

- Tener tiempo para mí misma. Sí, es cierto, me gustaría tener unas horas a solas para hacer todas esas importantísimas cosas que tengo que hacer y que veremos como hago con Marcus a mi lado, especialmente si ahora, tras el trauma de nuestro experimento en la guardería, no consiente en separarse de mi ni siquiera dejándolo en casa con alguien de confianza (cosa que, en general, hacía bastante contento).

- Tiene que aprender suizo-alemán antes del preescolar. Eso no vendría mal, es cierto. Pero en este aspecto me ha reconfortado mucho la experiencia personal de mi amiga Louma (Amor Maternal). Os cuento un secreto de ella: ¿Sabéis que el español no es su primera lengua? Pues sí. Y a pesar de eso escribe como los ángeles; no en vano su blog está el segundo en el ranking de wikio y es citado entre los mejores blogs del 2011. Y además del español habla tres o cuatro lenguas más. Así que creo que hago bien en seguir su consejo de relajarme porque el niño aprenderá por inmersión en la cultura, en la calle, en el parque, con sus hermanos y amiguitos.

Hoy ha sido mi último día en el infructuoso intento de llevar a M a la misma guardería que fueron sus hermanos mayores desde el año y medio de edad. Tres semanas de adaptación que no han funcionado. Los últimos dos días me obligué a dejarlo en manos de una cuidadora, llorando. El primer día me fui a pasear al campus de la universidad, intentando relajarme. Pero cuando otra mamá, que se pasó media horita con su nena antes de irse, me llamó para decirme que M seguía llorando, me fui corriendo a buscarle. Lo encontré medio interesado por un juego, medio llorando a ratitos. Desde luego contento no. Yo diría que alerta y esperando el primer despiste de la cuidadora para correr escaleras abajo a buscarme.

Hoy ya iba con el "no" en la boca desde que se ha levantado. "No gutta, mami, no gutta" era su respuesta a mi intento de convencerle de que se quedaría con la profe, que se lo pasaría fenomenal, que tendría muchos nenes y juguetes para jugar.........

"No gutta, mami, no gutta".

Lo he dejado llorando  pero esta vez no me he ido. Me he quedado en el vestidor. Los gritos de mi hijo eran desgarradores: "Nooooo querooo ahiiii, ahiii nooooo". He llegado a salir a la calle, desde donde seguía oyendo su llanto por las ventanas abiertas del edificio.

"Queroooo Mamiiiii"

Entonces se me ha roto algo en el alma..... y se acabó. Ante la mirada de desaprobación de una de las cuidadoras - que intentaba decirme desde la ventana, por señas, que me fuera tranquila - he vuelto a entrar. He cogido a M y, de repente, la que se ha echado a llorar he sido yo. La cuidadora que tenía a M me ha dado un abrazo (¡que mona!) y me ha soltado un discurso en suizo-alemán del que he entendido la mitad (entre mi berrinche y el de mi hijo cualquiera entendía nada). Me ha venido a decir algo así que si no estamos preparados no pasa nada, que lo dejemos de momento y volvamos dentro de unos meses. Y nos hemos ido para no volver, porque dentro de unos meses ya no estaremos aquí, de todas formas.

Sigo con unas ganas de llorar enormes. Son una mezcla de culpabilidad y alivio. Lloro por mis hijos mayores, por lo que les hice pasar para que se adaptaran a algo que no necesitaban. Ni necesitaban ellos ni necesitaba yo. Lloro de alivio porque por fin "salí de matrix", porque M se ha librado, porque estoy madurando y creciendo, porque - por fin - estoy empezando a estar conectada con mis hijos desde mis entrañas, desde mi alma, desde mi "útero".

El Miércoles escribí a mi tribu virtual más cercana (las autoras del libro), para que me echaran un cable y me lo echaron: me liberaron, validando y abriendo la puerta a mis verdaderos deseos. Mónica (Grupo maternal) me dijo lo que necesitaba oír (leer, más bien). Leer su post sobre este tema en concreto me abrió los ojos a mi empecinamiento por hacer "lo que se esperaba que hiciera", o sea, llevar al peque a la Kinder-krippe porque sus hermanos también fueron. Vivian y Cristina vinieron a decirme lo mismo que Louma y Mónica: que me escuchara a mi misma para saber lo que realmente quería hacer.

Es en estos detalles en los que me doy cuenta de lo valiosas que son mis compañeras de maternidad. Ahora me voy a llamar a otro par de amigas y a mi madre, a contarles mi experiencia, a llorar un poco más si me  hace falta. Sólo dentro de una red sostenedora y acompañante podemos las madres abandonarnos a nuestro deseo de fusión con nuestros hijos, para proveerlos de todo el amor primal que necesitan y en el que se sustentará su futura vida afectiva.

Sé que M no va  a perder nada por no ir a la Kinder-krippe, y en cambio va a ganar mucho si respeto su necesidad o deseo de seguir fusionado conmigo un tiempo más. Sé que un día él sólo decidirá individualizarse del todo, querrá dejar mi pecho y mi regazo y, sólo entonces, yo abriré los brazos para dejarle ir. Pero mientras llega en ese momento seguiré disponible para él, como él necesita y quiere, como yo necesito y quiero.

Mientras necesite sostenerse en mi abrazo, lo sostendré. Cuando me pida que abra los brazos, los abriré.

Artículos relacionados con el tema y que os pueden interesar:

¿Por qué los niños no deberían ir a la guardería?
La mejor guardería: tu casa. Criar saludablemente a un bebé.
El periodo de adaptación de los niños en la escuela infantil vuelve a ser ridículo, un año más.
"Igual que no obligamos a caminar, no hay que obligar a socializar". Entrevista a la psicóloga Teresa Garcia

lunes, 5 de septiembre de 2011

UNA NUEVA MATERNIDAD, UN NUEVO FEMINISMO



Louma, de Amor Maternal nos ha subido a su blog este estupendo artículo sobre nuestro libro "Una nueva maternidad. Reflexiones de mujeres en la red" de mi amiga y periodista Pepa Echanove. El artículo ha sido publicado en la revista Mundo Hispánico (Num 145. Septiembre 2011), y en él anuncia la presentación del libro en Zurich, la cual se dará en el trascurso de un debate sobre feminismo y maternidad organizado por la Asociación de Mujeres Españolas en Suiza, y que tendrá lugar el 29 de Octubre a las 5 de la tarde en el Café Boy (Kochstrasse 2. 2004 Zurich).


Quiero animaros a participar a todas las hispanohablantes que os encontráis por aquí cerca. Es importante que pongamos encima de la mesa muchos aspectos de la maternidad actual que se dan por supuestos pero que, tal vez, deberían ser muy diferentes. ¿Podemos ser las madres que necesitan nuestros hijos? ¿Podemos parirlos? ¿Nos dejan amamantarlos? ¿Podemos criarlos? o ¿Nos obligan a renunciar a nuestro deseo maternal para llegar al nivel de masculinización que la sociedad actual nos exige para no ser un cero a la izquierda, para tener representación y libertad, para ser consideradas ciudadanas de pleno derecho?

Las que estáis interesadas, allí mismo podréis comprar un ejemplar del libro (dedicado y firmado), al mismo precio que en España (17 F) y libre de cargos por transporte.

¡Os esperamos!

domingo, 4 de septiembre de 2011

¿A QUIÉN PODEMOS DISCRIMINAR?


Esta mañana he leído el nuevo post de Armando en Bebes y Mas sobre la aparición en Bilbao de los primeros restaurantes "libres de niños". Tras dejar mi comentario al respecto he ido a google a buscar más información y el primer artículo que he abierto es uno de la revista Público, donde he podido leer lo siguiente:

"Según la directora, los hosteleros se acogen a la ley vasca de 1995 de espectáculos públicos, en la que se expone que "el derecho de admisión por los titulares de locales (...) se ejercerá por estos o por persona en que ellos deleguen, de conformidad, en todo caso, con el principio de no discriminación, quedando excluida igualmente cualquier aplicación arbitraria o vejatoria".....

"......el secretario general ejecutivo de la Federación de Hostelería del País Vasco, Ángel Gago, recordó ayer que dicho principio hace referencia a la discriminación por "raza, sexo, religión y otros motivos sociales como, por ejemplo, tener síndrome de Down", motivo por el que calificó la decisión de la dueña del restaurante como "totalmente legal"."

O sea, a ver si lo he entendido bien: Es ilegal prohibirte la entrada a un local por ser mujer, judío, homosexual o tener síndrome de Down, pero es legal si te prohíben la entrada por ser un niño. 

¿Soy la única que siente espanto ante algo así? ¿Soy la única a la que se le encoge el corazón de pensar que vive en una sociedad que encuentra legal y normal discriminar a sus niños? ¿Soy la única que siente que el futuro de semejante sociedad es muy, muy, muy negro? 

Leyendo los comentarios de este artículo podría llegar a pensar que realmente soy la única que se siente horrorizada, asustada, tristísima y muy enfadada por esto; pero por suerte también se me ha ocurrido abrir esta noticia en otras web como Crianza Natural o el blog de Miguel jara .

Desgraciadamente he ido a parar a una página de Facebook creada precisamente con el fin de que la idea se aplique y se extienda, donde nombran al restaurante Style de Bilbao - el protegonista de este artículo - socio de honor. También añaden: "Consigamos que funcione, a pesar de las hordas "familiaristas"".  Por suerte dicha página, de momento, sólo tiene cinco seguidores. Incluso creo que la habrán abierto los mismo responsables de Style, para darse propaganda y atraer un cierto sector del público que se convertiría en cliente, no por la calidad de su cocina, sino por apoyar esta medida. Vamos, que todo es marketing. 

En cuanto a la medida de prohibir la entrada a menores en estos locales mi posición la dejo muy clara. Es inaceptable por discriminatoria. Yo entiendo que un local prohíba un determinado comportamiento, especialmente cuando lo hace en aras de proteger el derecho de sus clientes a encontrar el ambiente por el cual han acudido a él. Pero es del todo inaceptable que se prohíba la entrada por el hecho de ser niño, blanco, negro, homosexual, heterosexual, hombre, mujer, bajo, alto, calvo, rubio, moreno o albino. De la misma manera que se puede prohibir - y de hecho se prohíbe-  fumar, pero no se prohíbe la entrada a los fumadores, se puede prohibir gritar o correr, sin prohibir la entrada de la gente a la que le gusta gritar y correr y que seguro se abstendrán de hacerlo en esas situaciones. Y si no lo hacen, simplemente se les invita a abandonar el local. Eso no es discriminatorio sino justo, especialmente para los demás clientes y  trabajadores del local. 

Igual que cuando se permitía fumar muchos no fumadores nos sentíamos molestos y agredidos, y ahora agradecemos que se prohíba hacerlo, entiendo perfectamente que en ciertos locales el comportamiento de un niño, incluso aunque no sea especialmente ruidoso o "maleducado", no sea bien recibido. En este tipo de locales los que no queremos obligar a nuestros hijos a seguir estas normas (por considerarlas poco acordes con la naturaleza de los niños) simplemente no iremos. Habrá otros padres que sí están dispuestos a obligar a sus hijos a seguirlas, o niños que de manera natural las siguen sin problemas. En este caso, prohibirles la entrada sólo por ser menores de edad no debería ser legal, de la misma manera que no lo es en los otros casos que he citado. El hecho de que sea legal por "ser menores" me pone los pelos de punta por lo que significa, ya que esta medida sólo nos muestra  la punta del iceberg; un iceberg profundo y enorme lleno de infantofobia, falta de respeto y discriminación por nuestra infancia. 

Los niños criados en una sociedad que los desprecia, los discrimina, los maltrata, los asfixia y los somete se convertirán en adultos discriminadores, dominadores y capaces de despreciar a los demás, especialmente a los más débiles. Más o menos como nosotros, vamos. 

¿Eso es lo que queremos? ¿Perpetuar la sociedad enferma y sin futuro que ahora tenemos?

Pues pasos como el que ha dado este restaurante es adonde nos llevan

¿Vamos a permitirlo?

jueves, 1 de septiembre de 2011

VELEROS A LA DERIVA

Desde comencé a leer sobre maternidad y crianza, hará cosa de unos seis años, hay un concepto que está siempre presente, a veces explícitamente y a veces sólo entre líneas, como si todo girara alrededor de él. Estoy hablando del AMOR. Del amor y también de la falta de él; algo difícil de definir porque la antítesis del amor no es obligatoriamente el odio. Para Eduardo Punset, tal y como escribe en su último libro "El viaje al amor" (Ed Booket 2011), es el desprecio. Yo creo que es simplemente la FALTA DE AMOR, es "La Nada".


Y, por lo que parece, la única cuna que realmente necesita un recién nacido es el amor de su madre. El amor de su madre transmitido a través de su piel, sus brazos, su pecho. Todo lo demás, no sólo sobra, sino que entorpece que este inmenso amor maternal llegue intacto al bebé que acaba de nacer, envolviéndole y protegiéndole del ambiente hostil hacia el cual ha sido expulsado tras el nacimiento. Cuando el bebé no se siente amado, no se siente protegido y, por lo tanto, siente pánico. Y el pánico se instala para siempre en su pequeño cerebro en formación, determinando su futura personalidad adulta.

Parece mentira que unos minutos o unas horas tras el nacimiento, o  unos minutos o unas horas cada día durante su etapa primal, en las que el bebé no está en brazos de su madre o de una persona cercana, sino solo en su cuna, cochecito, hamaquita o capazo, pidiendo con su llanto la presencia de su madre, puedan tener tantísimo impacto en la futura personalidad del bebé. Pero la tiene. Como nos dice Sue Gerhardt, la ciencia ya lo está demostrando y ahora sólo hace falta que nos lo creamos:

La falta de Amor, nuestra herida primal, es nuestro pecado original. 


Como nos señala Michel Odent, durante generaciones y en las más diversas culturas del mundo hemos herido a nuestros bebés nada más nacer, separándolos del cuerpo conocido y cálido de su madre, con el simple objetivo - probablemente inconsciente - de herirlos, para aumentar las probabilidades de que el bebé se desarrolle como un ser humano más agresivo, más competitivo, menos empático, más estressado y, en definitiva, con menos capacidad de Amar. Adultos que luego seremos ciegos a las necesidades de amor de nuestros propios hijos, perpetuando así la "cadena de producción"  de seres humanos adultos llenos de carencias y, con ello, de una humanidad herida y enferma.

El pediatra Nils Bergman en una ponencia en las Sextas Jornadas Internacionales sobre Lactancia en Paris (marzo 2005) dijo:

"La lactancia es una estrategia crucial de supervivencia para el humano recién nacido; es un comportamiento que depende enteramente de una programación cerebral límbica, que depende a su vez del hecho de que la criatura se encuentre en su hábitat normal: apegada al cuerpo de su madre. Cualquier separación tiene como consecuencia un programa neurológico de desarrollo (‘neurodeveloppementale’) diferente del programa normal, potencialmente nefasto.

En consecuencia, el contacto con el cuerpo de la madre es específicamente necesario a partir del momento del nacimiento, y debería ser continuado.
"

(El resaltado en negrita es mío)

Ahí está la clave. El contacto piel con piel con la madre permite que el bebé se mantenga en "su habitat", en el cual tiene todo lo necesario para sobrevivir. Él lo sabe y por eso ahí se encuentra tranquilo y seguro. Puede alimentarse (mamar) cuando quiere, está calentito y estimulado. En definitiva: se siente AMADO. Pero cuando es separado de su madre, cuando se le manipula lejos de ella, cuando ya por sistema nunca más tendrá acceso libre a su habitat natural, el bebé sufre un estres inmenso y crónico que determina su desarrollo neurológico fuertemente ya que, como ya sabemos, el desarrollo del cerebro del ser humano no acaba en el momento del nacimiento sino todo lo contrario: el bebé recién nacido tiene el mayor número de sinapsis en su cerebro que tendrá en toda su vida. Su configuración - para una vida rodeado de personas amorosas o para una vida rodeado de enemigos potenciales, por ejemplo - se determina ya desde la etapa intrauterina, y la influencia del periodo primal tendrá consecuencias para toda la vida.

Es como un pequeño velero que sale de un puerto con el objetivo de seguir una ruta  (el desarrollo durante su niñez)  hasta llegar a un destino (convertirs e en un adulto sano, equilibrado, satisfecho y amoroso). Si nada más salir del puerto una tormenta le obliga a cambiar de rumbo, aunque sólo sea un poquito, y este rumbo no se corrige en seguida (los papás veleros andan lejos y no se preocupan de ponerle de nuevo en el rumbo correcto y él, con su poca experiencia, todavía no tiene los recursos para hacerlo sólo), a medida que avance se irá separando más y más de su ruta original y, de seguir así, acabará en un punto a miles de millas del objetivo inicial (o sea, acabará convertido en una persona muy diferente a lo que hubiera podido llegar a ser). La misma contrariedad en otro momento de la ruta, más adelante, no cambiaría tantísimo el resultado final. Si una tormenta le obliga a cambiar el rumbo cerca del destino (por ejemplo, una experiencia difícil en la adolescencia), sólo acabaría unos metros lejos de su objetivo inicial , a parte de que el propio velerito, ya más maduro, es capaz de corregir el rumbo el solito mucho mejor que cuando salía del puerto, porque ha aprendido mucho por el camino (amparado, protegido y amado por sus papas veleros), ha crecido y tiene más conocimientos y recursos.

Creo que la gran mayoría de los adultos de hoy en día no hemos llegado a nuestro objetivo primal. Precisamente pensaba en esto el otro día, cuando veía en un periódico la fotografía del asesino de la matanza de Noruega. Fue a partir del libro de Alice Miller, "Por tu propio bien", que cuando miro el rostro de un asesino o terrorista me lo imagino de recién nacido y me pregunto cual era la ruta original que tenía destinada y cuales fueron las tormentas que le convirtieron en el monstruo que es hoy en día. Que difícil es ver al niño recién nacido, al bebé desamparado y aterrorizado que fue esa persona que ahora es un criminal. Me pregunto si todavía es posible acceder a esa criatura para liberarla del adulto lleno "falta de amor" que la encadena, para devolver el velero - aunque ya sea tan tarde - a la ruta original que le correspondía. Si fuéramos capaces de conseguir esto estaríamos venciendo al verdadero enemigo origen de todos nuestros males: la falta de Amor, "La Nada".

Por eso estoy totalmente convencida de que en este mundo no cambiará nunca nada si no reconocemos el efecto desastroso del desapego y del desamor en nuestro periodo primal. Si no empezamos a cambiar nuestra manera de nacer y nuestra manera de criar. Si no reconectamos con nuestros deseos más antiguos, esos que nacieron con nuestra humanidad y que nos revelan el camino para parir y criar a nuestros hijos. Si no liberamos la palabra "deseo", encasillada en su significado de "sexual-coital" y le devolvemos todas sus dimensiones dentro del amor primal y el amor maternal. Si no dejamos de centrarnos en el dolor y el sacrificio, y nos permitimos de una vez sumergirnos en el placer como herramienta de nuestro cuerpo para decirnos que hacemos lo correcto. Si seguimos negando a nuestros hijos nuestros cuerpos de madre, nuestros pechos de madre, nuestra leche, nuestro calor, nuestra protección, para someterlos a la esclavitud del miedo crónico, del desamparo, de las necesidades no satisfechas que les adulteran la capacidad de sentir placer hasta el punto de convertirlos en adictos de comportamientos y sustancias autodestructivos, antisociales, dañinos y tóxicos.

Somos una humanidad de veleros que siguieron el rumbo equivocado. En nuestras manos está reconocerlo, y reconocer las causas que lo provocaron; acabar con nuestra ceguera emocional, para que las siguientes generaciones salgan del puerto amparados y guiados tal y como necesitan y sean así capaces de seguir el rumbo correcto que les permita convertirse en los mejores adultos que pueden llegar a ser.


Otros artículos relacionados:

El problema de la humanidad contado en dos o tres párrafos
PAZ Y CRIANZA: ¿dónde nace la violencia?