martes, 26 de marzo de 2013

HABLANDO DE CIENCIA Y LACTANCIA: TRAIL

He de reconocer que el haber asistido al VII congreso de Lactancia Materna celebrado en Madrid este mes de Marzo me está resultando de los más fructífero. Y es que salí de ahí cargada con apuntes sobre temas interesantísimos en los cuales ir, poco a poco, profundizando más. 

Por eso he decidido comenzar a escribir una serie de post, sin prisa pero sin pausa, en los cuales bajo la etiqueta de Lactancia y Ciencia, desarrollaré los temas científicos relacionados con la lactancia materna que más me llaman la atención. No sé si sacaré uno al mes o dos al año o uno a la semana. Pero os prometo que poquito a poco iré tocando los temas más novedosos e interesantes.

Y empiezo ahora mismo: entre esos apuntes del congreso hoy he encontrado una suscripción gratuita por un mes para el Journal of Human Lactation  y, a pesar de todos los temas pendientes que tengo en mi escritorio, no he podido resistir la tentación de hacerla efectiva para echar un vistazo al último número, ya que la misma caduca el 31 de Marzo. Y tal y como me temía (me faltan horas para leer todo lo que tengo que leer) me he encontrado un artículo interesantísimo en el que se ha evidenciado, en el calostro y la leche humana, la presencia  de una alta concentración de una citoquina con demostrada actividad antitumoral dada su capacidad para inducir la muerte celular programada, o apoptosis, en células cancerosas:




O sea, el calostro y la leche humana contienen ALTOS niveles del TNF-Related Apoptosis-Inducing Ligand (TRAIL). Y altos significa 48.6 ng/mL, aproximadamente dos veces al nivel detectado en el fluido del saco conjuntival, 40 veces el nivel detectado en la saliva humana y más de 400 veces el nivel más alto detectado en suero humano. Y aunque la concentración de TRIAL disminuye a los 4 o 5 días, todavía se mantiene mucho más alta que en el plasma/suero y dentro del rango en el que se supone capaz de matar células cancerosas (Davanzo et al, 2013). 


Ya me veía venir otro componente sorprendente de nuestra Super-Leche humana. Componente que seguro demostrará con el tiempo su importancia en el desarrollo saludable de nuestras criaturas. En este caso TRIAL parece que va a tener un papel importante en el desarrollo y función del sistema inmune y que, muy posiblemente, tenga un papel fundamental en la prevención de canceres infantiles, como la leucemia linfoblástica, la enfermedad de Hodgkin’s, y el neuroblastoma, dado su papel demostrado en la inmunidad celular (Davanzo et al, 2013). 

Tampoco he podido resistir la tentación de pasarme la tarde profundizando un poquito más en esta citokina. Os dejo unos datos que tal vez os parezcan interesantes y os ayuden a haceros una idea de su importancia:

TRAIL es una citoquina, miembro de la superfamilia del TNF (Tumor Necrosis Factor, en español: Factor de Necrosis Tumoral) con un papel importantísimo en la regulación del equilibro proliferación/apoptosis en diversos órganos y tejidos. Se expresa en una gran variedad de tejidos: pulmón fetal, hígado, timo, ovario, intestino grueso y delgado, linfocitos periféricos,corazón, placenta, músculo esquelético y riñón (Davanzo et al, 2013).


Hoy en día está ampliamente demostrado que TRAIL induce arresto celular y apoptosis en numerosos tipos de células tumorales, aunque no en todas ya que en otros tipos ha resultado actuar incluso como una activador de la proliferación,  a pesar de lo cual se considera una terapia complementaria o alternativa prometedora para el tratamiento de diversos cánceres. Lo interesante es que, a diferencia de otros miembros de la superfamilia del TNF, como el TNF-aCD95L, que debido a sus  efectos secundarios severamente tóxicos están descartados como tratamiento sistémico del cáncer, TRAIL es efectivo a la hora de matar selectivamente, tanto in vivo como in vitro, a células tumorales de cánceres de pulmón, pecho, próstata, colon, riñón, tiroides y piel, sin mostrar, in vivo, una significativa toxicidad en el resto de órganos ya que respeta las células sanas. En experimentos en animales, ratones y primates no humanos, el TRAIL recombinante inyectado sistémicamente provoca la apoptosis de las células tumorales y el anticuerpo recientemente desarrollado, Anti-TRAIL-R2, exhibe una potente actividad antitumoral sin mostrar toxicidad hepática. Se ha demostrado que TRAIL actúa sinérgicamente con drogas quimioterapéuticas causando una regresión substancial, o incluso la desaparición, de tumores sólidos de mama y colon, en modelos animales. Y no sólo con tumores primarios; TRAIL también es un potente inhibidor de la formación de metástasis. Todo ello demuestra que TRAIL es un excelente candidato como tratamiento contra tumores sólidos, efectivo pero tolerable, tanto por sí solo como en combinación con quimio/radio terapia (Di Pietro & Zauli, 2004). 

Como ya hemos comentado, TRAIL se expresa en un gran número de tipos celulares, entre los que se encuentran células del sistema inmunitario. Entre las células del sistema inmunitario que lo expresan tenemos los linfocitos B no activados y los T activados, las células natural killer (NK), los monocitos/macrófagos y las células dendríticas. La regulación de la expresión de TRAIL en el sistema inmune se lleva a cabo por citokinas, como los Interferónes -α, β y γ o las interleukinas  2, 7 y 15. Todos estos datos sobre las expresión y regulación de TRAIL nos indican que tiene un papel importante en la inmunidad contra los virus, aunque todavía no se sabe si su función es efectora o reguladora. Los estudios con ratones knockout (ratones que no pueden expresar una proteína en concreto) de TRAIL o su receptor parecen indicar que TRAIL puede actuar como un regulador negativo del sistema inmune adaptativo, a la vez que como un mecanismo efector de la respuesta inmune innata frente a patógenos intracelulares (Cummins & Badley, 2009). 

Interesante ¿Verdad? Las investigaciones apuntan a que TRIAL va a tener un papel importante en la defensa de nuestros recién nacidos contra los virus y contra el desarrollo de cáncer infantil. Parece que el famoso HAMLET tiene un coleguita en su lucha contra el cáncer desde nuestra magnífica leche humana. 

Y los que todavía nos faltan por encontrar. 


jueves, 21 de marzo de 2013

LA SUERTE QUE YO HE TENIDO NO HA VENIDO SOLA

Ayer recibí unos comentarios cargados de ignorancia y agresividad en el post "Sobre el Sentido Común de Algunos de Nuestros Pediatras". Podéis leer el primero porque no lo he borrado. Es el de una tal mery . Luego vinieron tres comentarios más en el mismo tono insultante que borré inmediatamente. Y ni siquiera fueron los últimos. A día de hoy le sigo borrando sus comentarios.

Mi primera reacción fue de enfado. Que tipa más cansina. Si no le gusta lo que escribo, simplemente, que deje de leerlo. ¿Que sentido tiene comentar una y otra vez sin argumentos, sólo con insultos y desprecio? ¿Para que pierde el tiempo en algo así? La web está llena de blogs donde podrá disfrutar leyendo artículos que le den la razón. Así que ¿Por qué se queda en esta, mi casa, tocándome las narices, insultándonos a mí y a mi lectores con comentarios cargados de ignorancia, resentimiento y amargura?

Amargura. Bajo esas palabras insultantes se escondía y se dejaba ver una terrible amargura. Esa fue la clave que me a hecho cambiar mi enfado por tristeza. No sé que alimenta la amargura de mery, ya que no sé absolutamente nada de ella a parte de este rechazo irracional y visceral contra la lactancia materna. Lo que sí sé es que la gran mayoría de ataques a la lactancia materna están basados en un profundo sentimiento de amargura. Y muchas veces - ya digo que no sé, de hecho no creo, que este sea el caso - esta amargura nace de una lactancia frustrada y la necesidad de creer con toda el alma que realmente "es lo mismo" dar la teta que dar el biberón, manteniéndose de manera obsesiva en una ignorancia absurda sobre todo lo referente a la lactancia materna que llega desde el mundo de la ciencia y la salud. 

Y entonces me acordé de mi propia ignorancia de hace unos años, cuando era capaz de asentir a ese argumento falso y facilón tan esgrimido por los que no tienen ni idea: "es lo mismo". A lo mejor la tal mery sólo es una mujer joven, o una adolescente  con unas ideas en la cabeza no demasiado diferentes a las que pude tener yo en aquella época. Tal vez si yo no me dediqué a pasearme por los blogs lactivistas dando la tabarra fue porque en aquella época no había blogs, ni blogosfera lactivista, a los que fastidiar con mis ignorancias varias.

Pues sí. Yo he llegado a menear mi cabeza de arriba a bajo, tal vez incluso a confirmar con mis palabras que "es lo mismo".

Eso fue antes de tener hijos. 

Cuando llegó mi primer hijo mi cuerpo sabía perfectamente que no era lo mismo, aunque a mi alrededor el mensaje predominante seguía siendo que si lo era. Y como me vi incapaz de negar esa realidad, cuando me enfrenté al hecho de que la lactancia de mi primer hijo era un terrible desastre de dolor y mastitis recurrentes me hundí en una profunda amargura

Amargura.

Amargura porque no podía darle a la persona que más amaba en el mundo una de las cosas que más necesitaba de mí: mi leche. 

Y no podía evitar sentir amargura cada vez que alguien le daba un biberón de leche de fórmula bajo el argumento de que "es lo mismo", "no pasa nada", "tú te criaste con biberón y mira que guapa estás"

Mi deseo maternal me GRITABA: ¡No es lo mismo!!! ¡Sí que pasa!!!!! ¡No es esto lo que quiero para mi hijo!!!!!

Podría haberlo acallado. Podría haber cerrado la puerta a esta sabiduría ancestral que luchaba por liberarme de los convencionalismos sociales y culturales que me impedían maternar a mi hijo como ambos necesitábamos. Al fin y al cabo llevaba toda la vida haciéndolo en todo el resto de aspectos de mi vida.

Así que podría  haberme rendido a las mastitis recurrentes, al biberón que "es lo mismo", al bebé llorando sólo en la cuna, al "todavía no puede tener hambre, eso es que tu leche no le alimenta", al "no le cojas tanto que lo mal-acostumbras" al "dale un biberón por la noche para que te deje dormir"....... 

Pero esta vez no lo hice. La maternidad debilitó la coraza del personaje impuesto y "políticamente correcto" que era María Berrozpe y mi verdadera naturaleza empezó a removerse, manifestarse y liberarse. Esta vez no me sometería. Esta vez ya no.

No sé hasta que punto esta reacción, de la que me siento muy orgullosa, fue mérito mio o de las circunstancias que tuve la suerte de que me rodearan. Para empezar estaba en un país donde la lactancia tras el parto está mucho más establecida y apoyada, al menos hasta los 6 meses (los suizos deben tener algún error de traducción de los consejos de la OMS porque a partir de los 6 meses empiezan a meter leche de vaca a los críos; adaptada, pero de vaca) y donde los partos, por defecto, son más respetuosos que en España. También contaba con un servicio de comadrona a domicilio: 10 visitas pagadas por el seguro para asegurarse de que todo va bien. 

Y menos mal, porque en mi caso la vuelta a casa no fue nada bien. Ya en el hospital sufrí mi primera mastitis, pero la peor fue la segunda, a los tres días de llegar a casa; una mastitís que me tumbo con 40 grados en la cama. Bendita fue entonces la comadrona que me diagnosticó, llamó a la ginecóloga y me trajo los antibióticos, evitando que tuviera que ser nuevamente hospitalizada. Bendita fue también la presencia de mi madre que, a pesar de sus biberones y de su "no pasa nada por un poco de leche de fórmula, que tu así no puedes amamantar" era la que me ponía el bebé al pecho y la que aguantaba mis lágrimas de dolor. 

Y benditas la lectura del Bésame mucho de Carlos Gonzalez y la del Amor Maternal de Sue Gerhard. Los dos primeros libros "liberadores" de los muchos que irían cayendo en mis manos durante mi maternidad. Benditos autores: Rosa Jové, Michel Odent, Alice Miller, Laura Gutman, Jean Liedloff, Meredith Small.....etc

Y bendita blogosfera, que estuvo y está ahí desde que comenzó el proceso de transformación, apoyándolo y afirmándolo: Nohemí, Ileana, Louma, Raquel, Irene, Carolina,  Mari Mar, Maria Jose, Vivian, Azucena, Mireia, Rafi, Alba, Rosa, Ramón, Elena, Gemma ........

Pero dado que hoy quiero resaltar mis inicios en la lactancia materna y las dificultades que tuve que superar para no tirar la toalla, quiero hacer una mención especial:  hoy quiero resaltar las personas y la organización sin cuyo apoyo nada de todo esto hubiera sido posible:  Bendita Liga de La Leche Internacional, y bendita la monitora que a  través de internet, y salvando miles de kilómetros de distancia, me sostuvo y acompañó en la accidentada lactancia de mi primer hijo. Ella abrió la puerta que me permitió entrar definitivamente en el mundo de la lactancia materna placentera. Una puerta por la que, además,  entraron el resto de compañeras de la LLL: Amaia, Esther, Ximena, Gabriela, Alessandra......... Un primer paso que me permitió, no sólo amamantar a mis hijos tal y como ellos y yo deseábamos, sino sumergirme en la liberación comenzada y desarrollar la maternidad que realmente quería mi naturaleza de mujer.

Querer dar de mamar a tu hijo - no sólo porque sabes que es lo mejor para él y para ti, sino porque te sale de las entrañas, lo deseas con toda tu alma y sientes que no puede ser de otra manera - y a pesar de todo no poder, tiene que ser durísimo. En el último post de Alba Padró hay un testimonio que yo encuentro desgarrador y que muestra a cara descubierta el efecto más doloroso del lactivismo: la madre a quien las campañas prolactancia encrudecen su propio dolor fruto de no poder amamantar a su hijo. Esta madre pide que le demos un respiro y cree que la consideramos mala madre. 

Yo creo que nadie la considera mala madre, y es evidente que aunque ella sienta que ha tenido todo el apoyo necesario, existen dificultados que quedan fuera de nuestra capacidad y la de nuestro entorno para  superarlas, al menos en ese momento dado. Pero no por eso creo que podamos "darle un respiro", si ello significa silenciar las bondades de la leche materna y acabar con las campañas prolactancia. Y eso no lo podemos hacer, precisamente, para que cada vez haya menos casos como el suyo. 

La lactancia es una cuestión de salud pública y desde el mundo de la sanidad no les queda otra que apoyarla. Es su obligación, tanto como lo es advertir sobre los peligros del tabaco, el colesterol alto, la obesidad o el abuso del alcohol. El objetivo del personal sanitario tiene que ser que el 100% de los niños sean amamantados en exclusiva hasta los 6 meses, y a partir de entonces con alimentación suplementaria como mínimo dos años, alargando la lactancia todo lo que la madre y el hijo deseen. Eso de momento, porque puede ser que, a medida que aumenta en cantidad e importancia la investigación en lactancia materna, se vayan alargando los tiempos. Algo que no me extrañaría nada, vistos los nuevos datos expuestos en el último congreso de Lactancia Materna celebrado en Madrid este mes de Marzo, donde los expertos expusieron resultados sorprendentes sobre las características de la leche materna, los cuales pueden tener implicaciones que todavía ni nos imaginamos. 

No sé que hubiera sido de mí si tras aquella primera mastitis, o la segunda o la tercera, hubiera tirado la toalla. No sé como hubiera reaccionado al hecho de sentirme obligada a enterrar mi verdadero deseo maternal bajo toneladas de frustración, tristeza, culpabilidad y decepción. Supongo que me sentiría igual que la madre del post de Alba. En realidad "supongo" no es la palabra correcta. Creo que "seguro"  me sentiría como la madre del post de Alba, y me dolería cada dato expuesto anunciando las bondades de la leche materna. Pero quiero pensar que sería capaz de elaborar mi duelo y seguir adelante, como parece que hace esta valiente mujer que, a pesar de su dolor, en ningún momento niega la superioridad de la leche humana como alimento para el bebé. 

Sé que hay muchas madres que a pesar de no haber podido superar las dificultades para amamantar que se les pusieron en el camino, son arduas defensoras de la lactancia, e incluso ayudan a otras madres que pasan por situaciones parecidas, brindando el apoyo que ellas no tuvieron. Como dice mi querida Carolina en el primero de sus tres capítulos del libro "Una Nueva Maternidad":

 "...soy la madre que ha dado biberón mas lactivista que conozco". 

Pocas mujeres hay más comprometidas con la defensa de la lactancia que ella. Y, afortunadamente, no es la única.  

Yo no sé que hubiera sido de mí y mi lactancia sin aquellos e-mails de aquella monitora sudamericana, cargados de empatía, conocimientos y apoyo. Podría ser que ahora yo seria una de esas cansinas que se pasean por los blog lactivistas tocando las narices, negando la evidencia con su "es lo mismo" y proyectando la amargura de mi propio e injusto fracaso. A lo peor me dedicaría a atacar la lactancia materna como al peor de mis enemigos, llegando a considerar las campañas a favor de la misma conspiraciones neomachistas para volver a meter a la mujer en casa.  Puede ser. Aunque, tal vez, hubiera sido capaz de elaborar sanamente mi duelo y comportarme con la sabiduría, valentía y honestidad de  mujeres como Carolina, madres maravillosas capaces de dar a sus hijos lo mejor de sí mismas. Prefiero pensar esto de mí misma, la verdad.

Pero como al final no tuve que enfrentarme a esta situación, nunca sabré como hubiera reaccionado. Por eso me toca ser muy cuidadosa a la hora de juzgar a estas mujeres que nos odian, nuestras lactancias les dan "asco", nos llaman neomachistas, nos culpan de sus sentimientos de culpabilidad y van repitiendo el "es lo mismo" a todo aquel incauto que se les ponga al alcance. 

Quien sabe si en otra realidad,en un universo paralelo, yo soy una de ellas. 







domingo, 17 de marzo de 2013

CRECIENDO

La teoría de como quiero criar a mis hijos la tengo clarísima. Cristalina.  

Pero la práctica me queda grande y eso es algo que ya he compartido con vosotros en innumerables ocasiones. 

Por suerte, en esta aventura de la crianza respetuosa no estoy sola. A parte de un  padre de mis hijos que vale su peso en oro y unos abuelos que siempre están ahí apoyando todas las decisiones (a pesar de los pesares, porque su generación es la que es, con todo lo que eso conlleva), tengo unas hermanas, unas a dos edificios de distancia y otras a miles de kilómetros, siempre dispuestas a sostener, con sus palabras y su apoyo, mis convicciones tan trabajadas y reflexionadas, pero tan difíciles de convertir en realidad

Gracias Mónica. Porque cuando la profesora nos dijo que mi mediano era demasiado "inmaduro emocionalmente" para abandonar en agosto el Kindergarten e ir al colegio lo sentí como un "suspenso". Una derrota. La huella de una crianza inmersa en el sistema de competitividad, de ser el primero o morir en el intento, de "soy en comparación a los demás", está tan arraigada que he necesitado mucho trabajo personal para asimilar esa afirmación e interpretarla en todo su esplendor. 

Llevo unos días de intenso auto-examen y reflexión para poder ser la madre capaz de respetar, apreciar y valorar las peculiaridades y características únicas  de su hijo, fuera de convencionalismos obsoletos y malignos, diseñados para adiestrar una población sometida a un sistema enfermo. Y en este proceso tus palabras han sido determinantes. 


Seguimos creciendo

domingo, 10 de marzo de 2013

MI VUELTA "A LOS RUEDOS" EN EL VII CONGRESO DE LACTANCIA MATERNA


Como ya sabéis mucho de vosotros, estos días - desde el 7 hasta el 9 de Marzo - se ha celebrado en Madrid el VII Congreso de Lactancia Materna. Para mí han sido unos días muy intensos que han supuesto descubrimientos y cambios a niveles muy diferentes e importantes. 

Os explico: 

En primer lugar me han supuesto una "vuelta a los ruedos". Ya sabéis que soy doctora en biología, por lo que en mi vida profesional como investigadora los congresos eran eventos frecuentes en los que tenía la oportunidad de compartir mis investigaciones con otros investigadores del sector, además de escuchar las conferencias de los "peces gordos" de mis áreas de interés. Siempre me han encantado los congresos y hay algunos de los que guardo un recuerdo maravilloso. Incluso recibí en tres ocasiones un premio a mí trabajo. Tras los mismos sueles volver a la rutina diaria del laboratorio pletórica de energía, con nuevas ideas en la mente y mucha motivación. Desde que dejé de investigar de manera profesional una de las facetas que más echaba de menos eran, precisamente, los congresos y encuentros científicos. 

Cuando vi por primera vez que se celebraría el VII Congreso de Lactancia Materna, y que además era en Madrid  (a donde me es fácil llegar en avión desde Suiza) me picó el gusanillo de apuntarme. La presencia de figuras como Ibone Olza, José María Paricio o Carlos Gonzalez era muy tentadora, además de que el lema era Lactancia Materna: La mirada de la ciencia. Un lema realmente tentador para una bióloga como yo.

Lo único que me frenaba era la inevitable separación de mis hijos durante tres días (nunca me he separado de ellos ni una noche desde que han llegado a mi vida) y el gasto económico que me iba a suponer. 

En Diciembre, como bien recordaréis, Gemma (de Como una Manada) y yo lanzamos al mundo nuestro proyecto de investigación sobre el sueño infantil. Fue entonces cuando Ileana nos lanzó sus palabras mágicas: MANDADLO AL CONGRESO DE LACTANCIA. Si os soy sincera yo ni me lo había planteado. Tres eran mis razones para creer absolutamente imposible que fuera aceptado en dicho congreso:

  1. El nuestro no era un proyecto de investigación original sino de recopilación bibliográfica. En los congresos científicos, este tipo de trabajo no se presentan como comunicaciones o pósters, que era a lo que nosotras podíamos acceder, sino que lo hacen los "peces gordos" invitados, o sea, los expertos reconocidos en una materia dada.
  2. Ninguna de las dos somos investigadoras profesionales en este campo. En este aspecto Gemma, al menos,  está afiliada a una universidad de manera profesional; pero yo, que soy primera autora, no. Al rellenar el formulario de datos de los autores, cuando preguntaron por el "centro de trabajo" (hospital, universidad...etc) yo puse: HOGAR. 
  3. El tema central del proyecto no era la lactancia sino el sueño infantil. Por supuesto que existe una intima conexión entre ambos, en la cual hicimos hincapié en nuestra presentación del proyecto al comité científico del congreso, pero la realidad es que no era un proyecto de lactancia propiamente dicho
Por estas razones yo no era nada optimista sobre las posibilidades de que aceptaran nuestro trabajo. Por el contrario Gemma, siguiendo su inalterable tendencia a creer que todo lo bueno de esta vida es siempre alcanzable, sí. 


Así que, como la idea ya estaba sembrada, el no ya lo teníamos, y la posibilidad de presentar este trabajo en un marco científico era extraordinariamente tentadora, lo mandamos.

Y contra todo (mi) pronóstico: LO ACEPTARON. 

Cierto que "sólo" como póster electrónico (en general las "mejores" comunicaciones se presentan como "comunicación oral"), pero, ante mi disgusto por este detalle, Gemma no le dio la mínima importancia: al fin y al cabo nuestro trabajo no era sobre lactancia propiamente dicho. Lo habían aceptado y eso era lo más importante. 

Así que rompí la hucha del cerdito, me pasé la semana previa al evento sin dormir pensando en como reaccionarían los niños ante mi ausencia de tres días y, con mi maletita de oso panda (de hecho la maletita de mi hijo mediano), el Jueves a las 4 de la mañana salí de mi casa rumbo a la capital de España.

Ese mismo Jueves, entre 14:30 y 15:30, presentaba mi trabajo en el grupo de pósters moderados por Carlos González. La presentación fue un éxito. Los profesionales presentes: pediatras, comadronas y enfermeras, asentían cuando yo describía las tendencias más actuales en las publicaciones científicas, a la vez que las comparaba con la información sesgada dominante que llega a los padres. Reivindiqué el derecho de los padres a nos ser manipulados por los intereses personales (y económicos) de algunos profesionales muy mediáticos y ciertas compañías de productos infantiles, a la vez que remarqué la responsabilidad que ellos mismos tenían a la hora de que TODA la información que se genera en el mundo científico llegue a la sociedad de a pie - la cual que no tiene acceso directo a las publicaciones especializadas - para que puedan encontrar soluciones a sus problemas de sueño con libertad y desde la información más completa y neutral. Al final aplaudieron haciéndome sentir muy orgullosa de nuestro trabajo (en principio, tras la presentación de cada póster, no se aplaude).

Tras la presentación me vi rodeada de personas que me pedían el e-mail o querían más información. Fue maravilloso ver como estaban de acuerdo con lo expuesto y como les interesaba profundizar en el tema. Un pediatra, cuyo nombre ahora no recuerdo, tras admitir que él aconsejaba los métodos conductistas basados en el "crying it out", al menos en algunas ocasiones, también estuvo de acuerdo en que los padres tienen derecho a saber que existen otras maneras de enfrentar y solucionar sus problemas del sueño radicalmente diferentes. Eso me pareció un gran paso hacia nuestro objetivo: que los profesionales de la pediatría no se limiten a la corriente dominante en los medios sino que profundicen en el verdadero debate científico y sean capaces de exponerlo a los padres de sus pacientes.

Así que en lo que se refiere a la promoción de nuestro proyecto, el congreso ha sido un maravilloso éxito. Pero no todo termina aquí. 

Me encantaron las conferencias y, como monitora de la liga de la leche que soy, encontré información interesantísima sobre como enfrentar muchas de las consultas con que nos vienen las madres. Aprendí sobre la leche humana y la mejor manera de conservarla. Sobre mastitis y sus los agentes infecciosos relacionados  Sobre la duración de la lactancia en diferentes épocas y culturas. Sobre la necesidad de las vacunas a pesar del efecto protector de la lactancia........ tanta y tanta información interesante que me es imposible compartirla toda con vosotros. 

De todas formas, Eloisa de Una Maternidad Diferente ha hecho varios fantásticos resúmenes de varias conferencias magistrales. Los podéis leer aquí, aquíaquí y aquí. Os lo recomiendo. 

Y me gustaría resaltar el encuentro de madres de grupos de apoyo. Incomprensiblemente no me había apuntado con antelación, como debería haber hecho, pero al llegar el momento pude colarme (sí, lo admito, me colé) sin problemas. Menos mal, porque perderse este evento hubiera sido imperdonable. El encuentro contó con la presencia de José María Parico e Ibone Olza. El primero nos habló de la duración de la lactancia en diferentes épocas y culturas y la segunda sobre el verdadero significado de la misma para las madres y sus hijos. Entre ambas conferencias proyectaron dos vídeos cortitos pero enormemente emotivos: uno de fotografías de madres e hijos (mayorcitos) lactando, con una música preciosa que nos dejó a todas con los ojos bañados en lágrimas; y otro con los testimonios de los niños: la leche sabe a chocolate, a caramelo pero, sobretodo, LA LECHE SABE A MAMÁ. 

Y, ale, más lágrimas. 

Este ha sido el primer congreso científico de mi vida en el que he salido de algunas conferencias secándome las lágrimas. Menudo subidón de oxitocina que provocaron algunos conferenciantes y sus imágenes de bebés, niños, madres y tetas. 

Otro detalle que me entusiasmó fue ver proyectadas en un congreso científico, de la mano de Ibone Olza, palabras de la maravillosa Casilda Rodrigañez de su libro La Represión del deseo materno y la génesis del estado de sumisión inconsciente. Esta fue un primer paso para aceptar, de manera oficial y desde el mundo de la ciencia, la existencia de la sexualidad maternal: La reivindicación de la lactancia como un acto de la sexualidad maternal. Ya era hora. 

Y otro tema que, por fin, se hizo visible - de nuevo en la reunión de madres - fue la lactancia de hijos adoptados. Un par de monitoras de grupo de apoyo hablaron de sus experiencias en este aspecto. Fue emocionante. Yo aproveché para reivindicar (he estado de lo más reivindicativa, por lo que parece) que en el próximo congreso dediquen mas tiempo a tratar este tema en profundidad, además de dedicar más esfuerzo a la formación en lactancia materna de los profesionales de la adopción, para que la idea de que  amamantar a sus hijos adoptivos es posible les llegue a las madres. Y  no sólo que es posible, también que es importante. Es importante, maravilloso y posible. Y ni siquiera hace falta que sea "lactancia real", entendida como un bebé que se alimenta de la leche de su madre. Puede ser también  "lactancia simbólica": una madre que ofrece el pecho a su bebé o niño adoptado el cual, a pesar de no poder alimentarse - bien porque a perdido el reflejo necesario para extraer leche del pecho o porque la madre no tiene leche - mama para consolase, para sentir a su madre, para familiarizarse y hacer suyos su olor, su sabor, su piel, su presencia.... SU MATERNIDAD. 

Esto me ha hecho pensar que también sería muy interesante estudiar a nivel hormonal (oxitocina, prolactina, endorfinas) el efecto de la lactancia en la diada madre e hijo. No me extrañaría nada que los niveles hormonales de ambos reflejen una maternidad más "biológicamente" establecida. Me pongo como tarea pendiente profundizar mediante el MedLine sobre este tema y escribir un artículo en el blog. 

Y en este contexto me viene a la mente una de las ponencias, la de Susana Ares Segura, en la que nos explicó como el ADN de la madre, tras transcribirse a ARN, es capaz de entrar en la leche en forma de partículas muy semejantes a los retrovirus y, actuando de manera análoga, incorporarse en el ADN de su hijo. No está claro el significado de este fenómeno en la diada madre/hijo biológica y, desde luego, es un fenómeno impresionante. Pero si lo trasladamos a la diada madre/hijo adoptivos ¿Que implicaciones tiene este descubrimiento? ¿Podría este fenómeno ayudar al bebé a adaptarse mejor a su nuevo entorno biológico (lleno de virus y bacterias frente a los que él no estaría inmunizado ya que no corresponden a los que se exponía su madre biológica)? 

Interesantísimo. Os prometo profundizar en este tema y escribir un artículo más en detalle.

Y por último, pero no por eso menos importante, este congreso me ha dado la oportunidad de conocer a gente maravillosa. 

Primero me encontré, tras la presentación de nuestro póster, con tres grandes mujeres:

Una es Eloisa, periodista de formación y madre bloguera al frente de Una Maternidad Diferente, además de co-fundadora de la tienda de productos infantiles Oh! La Luna. Todo un honor conocerla y compartir con ella momentos del congreso. 

Otra es mi admiradísima Imma Marcos, comadrona e IBCLC, con la que no pude más que intercambiar unas palabras pero a la que quise transmitir lo importante que fue su influencia a la hora de conseguir el parto maravilloso de mi tercer hijo.

Otra fue Carmen Gabilondo, matrona, diplomada en psicología (ISCE), en sofrología, puericultura y educadora de madres. Autora del libro Siete pasos hacia un parto feliz, entre otros. Una mujer que es un tesoro en este mundo de la lactancia y la crianza porque las mujeres de su generación concienciadas, formadas y comprometidas como ella son realmente excepcionales. Un tesoro para todas nosotros y un ejemplo maravilloso de que dedicarse a tu pasión no tiene edad y siempre tienes la oportunidad de aprender y aportar. 

También tuve la oportunidad de intercambiar unas palabras con dos grandes pediatras que, no sólo son muy mediáticos, sino que también, cada uno a su manera, ha supuesto el principio de un cambio de paradigma en el mundo de la pediatría. Un cambio que espero que se vaya extendiendo y deje de ser excepcional, por el bien de todos nuestros niños. Ya sabréis a quién me refiero: José María Paricio y Carlos Gonzalez.

Y por supuesto, en el encuentro de madres pude conocer algunas de las integrantes de La Liga de La Leche de Madrid. Maravillosas. 

Pero mi historia de encuentros no acaba en el congreso. Ahora ando zombi de sueño, pero le saqué mas jugo a mi viaje a Madrid quedando por la noche con tres grandes amigas. 

La primera noche tras el congreso pude conocer - por fin, en persona porque nos conocíamos desde hace años de manera virtual - y cenar con Irene García Perulero, coautora de Una nueva maternidad y escritora al frente de Ser Mamás. Una velada preciosa con ella y su familia, acompañada con un pollo con arroz que espero me pasen la receta porque estaba de muerte. Y, la segunda noche,  pude compartir unas esperadas horitas de charla con Gemma y  Beatriz Beneitez, esta última abogada y mediadora al frente de Mediación: entre la necesidad y el derecho. ¡Que lujo de salidas nocturnas! 

En fin, que puedo considerar esta aventura un verdadero éxito a todos los niveles. Incluso lo que más miedo me daba - dejar a mis hijos tres días en manos de su "inexperto"padre - resulto un miedo infundado. Se lo pasaron de maravilla. El único inconveniente es que yo llegué a las 12 de la noche con el pecho rebosante de leche, después de tres días sin mi pequeño "sacaleches" humano. Por suerte, sin ni siquiera despertarle pude ponerle al pecho (estaría en fase REM) y me vació lo suficiente como  para dormir tranquila. Por la mañana acabó de vaciarme "del todo" (los pechos nunca se vacían del todo) y los tres me recibieron, al despertarse y encontrarme en la cama, de manera inolvidable.

Os dejo con un vídeo precioso. No es el del congreso. Si ese lo cuelgan ya os lo traeré. Pero es igual de hermoso. Es de Colon Villén, del blog Buceando en mí. Los textos son de Ileana Medina de Tenemos Tetas.