miércoles, 5 de julio de 2017

¿Y QUIÉN ERES TÚ PARA...?


6:50 de la mañana.

Me levanto y me voy al ordenador a ver las buenas nuevas del día. Abro el correo y me encuentro la notificación de un comentario a mi último post. Es anónimo, o sea, no puede ser nada bueno. La gente que tiene algo maleducado y violento que decir el 99% de las veces lo hace al amparo de la anonimidad. La gente decente y honesta que no está de acuerdo con mis escritos suele comentar con su nombre y escribir palabras que, pudiendo ser agresivas, ni son violentas, ni son maleducadas y, la gran mayoría de las veces, tienen sus fundamentos, con los que yo podré o no estar de acuerdo, pero que finalmente suelen dar lugar a debates constructivos para todos, aunque finalmente nadie cambie de opinión. 

Lo leo:

¿Y quién eres tú para obligar a una subrogada a amamantar a un niño que no considera ni ha considerado hijo? ¿Y a la MADRE a amamantarlo porque te da la gana a ti, y a estimularse? Eres más machista que los machirulos.
Si tanto te preocupa la infancia, vete de voluntaria a Etiopía y deja en paz a los niños que ya tienen padres y que son muy deseados. 

Como por sistema borro las palabras anónimas ignorantes, maleducadas y violentas no me lo pienso más, y lo tiro a la basura. Pero me quedo con la cabeza llena de los ¿Y quién eres tú para...?  que quedan pendientes si un día los vientres de alquiler se regulan como quiere la parte poderosa del cuarteto: los padres receptores y los intermediarios. A su merced una mujer gestante y, sobre todo, una criatura humana vulnerable, deseada sólo si cumple los cánones de salud y belleza exigidos, en manos de los que actúan por dinero y los que actúan por el "todo vale" egoísta de su propios deseos. 

A estos, a los de arriba, a los que tienen la sartén por el mango...

al anónimo que con tanta ignorancia y falta de respeto osa entrar en mi casa a insultarme, 

yo les pregunto:

¿Y quién eres tú para aprovecharte de la vulnerabilidad de una mujer para dejarla embarazada mediante un procedimiento cargado de riesgos e incertidumbres (éticas y científicas), de un embrión que nunca será su hijo?

¿Y quién eres tú para obligarla, durante los meses de gestación, a seguir tus normas, en muchas ocasiones prisionera en una "granja de mujeres", lejos de su propia familia?

¿Y quién eres tú para prohibirle, por dinero, que tenga relaciones sexuales, beba o se drogue si le da la gana?

¿Y quién eres tú para obligar a nacer a un niño el día que a ti te conviene porque es el que me mejor te va para ir a recogerlo?

¿Y quién eres tú para privarlo de la que él considera "su madre", del piel con piel con ella, de su olor y de su sabor y, sobre todo, de la leche de sus pechos?

¿Y quién eres tú para privar al bebé del calostro y de la leche madura: el único alimento óptimo para el bebé humano y al que todos deberían tener derecho por defecto?

¿Y quién eres tú para obligar a la mujer gestante a abortar cuándo el producto del embarazo no es lo que tú deseabas tan fervientemente?

¿Y quién eres tú para evitar que aborte si cambia de idea y ya no quiere gestar al bebé que deseas?

¿Y quién eres tú para quitarle al bebé que ha gestado y parido si ya no quiere separarse de él?

¿Y quién eres tú para engendrar un ser humano con gametos anónimos, robando el sagrado derecho de esa criatura a conocer sus antecedentes biológicos?

¿Y quién eres tú para abandonar ese bebé si una vez nacido no cumple tus requisitos, dejando en ocasiones a la madre gestante con otro bebé a cargo, sin dinero y en condiciones todavía más precarias que en las que se encontraba antes de la gestación, o condenando a esta criatura a una vida de orfandad y miseria en una institución?

¿Y quién eres tú para ponerle precio a una vida?

¿Y quién eres tú para jugar al Dios todopoderoso que pasa por encima de todo y de todos para cumplir sus deseos en nombre del egoísmo disfrazado de amor pater/maternal?

Sé lo que me vas a contestar:

Soy el que tiene el poder y el dinero.

Y yo te añado: 

 ...y la falta de humanidad 


lunes, 3 de julio de 2017

¿QUIERES REGULAR LA MATERNIDAD SUBROGADA?



Últimamente se habla mucho sobre la regulación de los vientres de alquiler. Los defensores argumentan que existe el "derecho" a ser padres; que cualquier mujer debe tener la libertad de gestar un bebé para otros, si eso es lo que quiere; que hay muchísimas mujeres (con varias carreras universitarias y altísimo nivel socioeconómico) dispuestas a hacerlo por mero altruismo, sin recibir beneficios de ningún tipo; y que los que estamos en contra somos unos egoístas sin corazón que no tenemos la mínima empatía con la dura situación de las parejas, o no parejas, que desean ser padres y no pueden.

Pero, lo cierto, es que la realidad de esta práctica es muy distinta a la foto tipo Disneyland que nos quieren mostrar los defensores, y esta regulación tan reclamada por los interesados, y que presentan algunos partidos políticos, lo último que pretende es proteger los intereses y derechos del bebé producto del proceso o de la madre gestante. 

Por favor, no nos engañemos. Esta regulación está diseñada para proteger EXCLUSIVAMENTE los intereses de los receptores y los intermediarios. 

Y si no, pues os gustará mucho la propuesta que os dejo a continuación, centrada en la defensa de los derechos del bebé y la mujer gestante:
  1. La gestante es dueña de su cuerpo en todo momento y durante todo el proceso se respetará su libertad, estando prohibido prohibirle u obligarle a nada por contrato. Esto implica también que se puede echar atrás en cualquier momento. Puede decidir interrumpir el embarazo (dentro de la legalidad del país en el que se encuentra), no interrumpirlo aunque haya malformaciones o enfermedades o quedarse al niño tras el parto.
  2. La gestante cobrará de acuerdo al riesgo, esfuerzo, dedicación y duración de su servicio. Esta cantidad no podrá ser ser inferior a 100.000 euros netos para ella. (Y dejémonos de altruismos hipócritas, por favor. Todos sabemos que las mujeres realmente dispuestas a hacerlo por altruismo, psicológicamente sanas, se podrán contar con los dedos de una mano y ni de lejos cubrirán esa demanda que se pretende regular. Y como pagar, se va a pagar, que menos que se pague lo que merece cobrar una mujer que gesta un ser humano).
  3. El bebé nunca será producto de gametos anónimos. La identidad e historia de los donantes deberá estar convenientemente documentada y a disposición del sujeto producto del proceso en cuanto este lo reclame.
  4. El parto nunca será provocado sin razones médicas reales. Se priorizará un parto natural que sólo será intervenido en caso de riesgo REAL para la salud del bebé o la madre gestante. Nunca se modificará por el interés de los receptores o de los intermediarios.
  5. Tras el parto al bebé se le permitirá tomar el calostro de la madre gestante, por lo que será colocado sobre su pecho los primeros tres días de vida extrauterina. El paso al pecho de la madre receptora se producirá de manera gradual para minimizar al máximo el daño causado por la separación de la madre, esto es, la herida primal.
  6. La madre receptora (y esto va a ser de lo más polémico pero, que porras, prima el interés del bebé, así que yo lo suelto...) se estimulará la producción de leche por lo que seguirá un programa los meses previos al nacimiento debidamente dirigida por una IBCLC o asesora de lactancia. Si no consigue producir leche o no produce suficiente, tras el nacimiento del bebé se dará prioridad al uso del relactador sobre el biberón convencional. En este caso, el relactador se rellenará con la leche de la madre gestante, al menos los 6 primeros meses en la que la lactancia debe ser exclusiva. Si no hay madre receptora, o la madre receptora no consigue producir nada de leche, la madre gestante proveerá con la suya al bebé durante los dos primeros años de vida. Para ello se facilitará el almacenaje y transporte de la leche materna en las condiciones óptimas, todo a cargo de los padres receptores. Por cada litro de leche la madre gestante recibirá la cantidad de 100 euros adicionales que se cobrarán mensualmente. 

¡Ah!!!! ¿que así no???????

Ya...... Así a nadie le interesa que se regule ¿verdad?

A mí, tampoco, por supuesto. Porque el solo hecho de engendrar una criatura para separarla de la madre gestante y entregarla, con un intercambio de dinero por medio o sin él, me parece una aberración.

La maternidad es demasiado sagrada para convertirla en esto.




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