martes, 22 de noviembre de 2011

"EUNUCAS" DE LA MATERNIDAD


Dicen que los extremos se tocan y debe de ser verdad porque en el mundo de la política hay enemigos acérrimos que, al menos en lo referente a la maternidad, van de la manita bien juntitos. Y como muestra un botón: dos mujeres de ideología política opuesta (opuestísima), a pesar de lo cual hacen gala de la misma actitud de desprecio por la maternidad: Beatriz Gimeno y Soraya Saenz de Santa María.

Tal vez haya sido casualidad, o tal vez no, que me hayan coincidido en el tiempo estas dos muestras de lo que es hoy por hoy la mujer patriarcal, la mujer castrada, la eunuca maternal del siglo XXI. Al menos me ha quedado claro que esta masculinización transciende ideologías políticas, religiosas y morales; por si todavía tenía dudas, después de quedarme sin ningún partido digno de ser votado tras estudiar las diferentes políticas de conciliación familiar que ofrecían.

Como ya ocurrió hace unos años con Carme Chacón, parece que Soraya Saenz de Santa María tiene que demostrar a los cuatro vientos que, antes que madre, es una política. Y ahí la tenemos: a los 9 días de parir, sin su hijo en brazos, celebrando la victoria electoral, y con un "muy prometedor" futuro laboral para los próximos meses como lider del equipo del PP encargado del traspaso de poderes.

Los próximos meses, que deberían ser de puerperio - esto es, recogimiento, intimidad y crianza- van a ser de vida política a tope y de trabajo duro. Lo dicho, muy prometedor. Sobretodo para ese bebé, un niño llamado Iván, que todavía no sabe por qué su madre necesita dejarle en manos ajenas (probablemente muy bien pagadas, eso sí) para salir a la calle a igualarse en dignidad y derecho con los hombres. (Sí, ya sé, tal vez lo deje con el padre. Pero me vais a permitir ser todavía más politicamente incorrecta si basándome en todo lo que he ido aprendiendo estos últimos seis años, opino que todavía no es el momento del padre y que para el bebé, hoy por hoy, lo mejor de lo mejor es estar con su madre)

Según las propias palabras de la nueva madre, su hijo va a animarle a trabajar más y mejor. Que lástima. Todas las cosas que Saenz de Santa María podría hacer realmente por el bien de su hijo y de los hijos de todas y todos, y que no va a hacer porque son labores desprestigiadas, menospreciadas y políticamente incorrectas, como amamantar al niño a demanda - sacando la teta donde se tercie y ante quien se tercie-  estar disponible para él noche y día, ir a todas partes con el bebé pegadito al cuerpo,  y en resumen: todo lo que significa ser madre a tiempo completo integrando la maternidad en su vida en lugar de dejarla en un rincón en manos de otra persona.

Y no, si yo entiendo, de verdad que lo entiendo. En la sociedad actual, tal cual están las cosas, es evidente que Saenz de Santa María ha pensado que sólo tenía dos opciones: sacrificar el ejercicio de su maternidad o sacrificar su vida política. Hoy por hoy, una política con sus objetivos y ambiciones no se puede permitir el derecho a ser la madre que su hijo necesita porque conllevaría el abandono de su prometedora carrera,  por lo que sería  calificada de machista o neo-machista, algo que al PP, desde luego, no le conviene nada. Y tampoco parece que le convenga que se den los primeros pasos para que las condiciones actuales cambien drásticamente y se abra la puerta a la verdadera conciliación. Y como no le conviene pues ella no lo ha hecho. Así parece que ganan la mujer-política y su partido. Que la mujer-madre se tenga que quedar por el camino y que un bebé vaya a tener que prescindir de lo que para él es imprescindible, no importa a nadie.

Así que, vistas las cosas, la ex-portavoz del PP ha decidido salvar su vida política y sacrificar su maternidad, lo que es una verdadera pena porque existía una tercera posibilidad que ya hemos adelantado en el párrafo anterior, tal vez demasiado atrevida: dar los primeros pasos para alcanzar la verdadera conciliación. ¡ Que forma de desperdiciar una oportunidad de oro para que una mujer con el poder de hacerlo empiece a cambiar de verdad las cosas! En lugar de eso no sólo se somete a la vieja dinámica del sistema, sino que echa por tierra las todavía insuficientes condiciones de conciliación conseguidas por años de lucha de sus predecesoras. ¿ Dieciséis  semanas? ¿Para que? ¡Yo no necesito más que nueve días!!!!!!

¿A quién le importa todo lo que disciplinas como la neuropediatría, la etnopediatría o la psicología vienen demostrando en los últimos años, sobre la necesidad de los bebés de estar con sus madres, alimentarse de su leche a demanda y sentir junto a ellos su cuerpo de día y de noche ? Si total, por aquí todavía hay gente que no se lo cree. O más bien prefiere no creérselo, no vaya a ser que tenga que replantearse su noción de lo que es feminismo e "igualdad" entre los sexos. Es más, antes de replantearse nada prefieren  echar mano de la más burda mentira para poder negar cosas que hoy en día  ya recomiendan todas las más importantes asociaciones de pediatría o la misma OMS: lactancia a demanda exclusiva hasta los 6 meses y acompañada de alimentación complementaria hasta, como mínimo, los dos años. Si algo tan básico y  ampliamente recomendado es puesto en duda, ya ni me imagino lo que opinaran sobre los estudios sobre el apego que recomiendan el contacto madre-hijo continuo día y noche o los que hablan de la herida primal que sufren los recién nacidos que son separados de sus madres.

Entre las personas que niegan estas evidencias está otra mujer que seguro que estaría aplaudiendo a Saenz Santa María y su ejemplar "conciliación" familiar", si no fuera porque le habrá repateado el hígado (y resto de órganos) la victoria por mayoría absoluta del partido de su adversaria. Beatriz Gimeno llevaba ya unas semanas deleitándonos con sus posts sobre lactancia cuando ha decidido pasar a atacar al colecho y sus defensores, sobretodo si estos defensores llevan pantalones, como nuestro Armandillo.

A Gimeno, la decisión de Saenz Santa María de poner su carrera política por delante de las necesidades (según esta primera, inexistentes) de su hijo recién nacido, debería haberle producido,como mínimo, un orgasmo feminista. Aunque lo más probable es que le haya dejado descolocada que semejante actitud tan progresista, feminista y todo lo "ista" que se le ocurra, venga de alguien perteneciente a un partido tan conservador y de derechas. Me imagino que hubiera preferido ver a la antigua portavoz del PP  con una bata de flores, los rulos puestos y el niño enganchado a la teta mientras su rostro ojeroso y lloroso revela el enorme sufrimiento al que le somete la maternidad. Pero mira por donde resulta que la derecha y la izquierda parecen darse la mano en este asunto y, como dijo mi amiga Mónica el otro día en un comentario en FB: " Soraya y Beatriz podrían ir juntas a tomar un té y hablar de maternidad ¡se iban a llevar de maravilla!"

A mí, tanto el ejemplo de "conciliación" de una, como los post sobre lactancia y colecho de la otra, sólo me producen una honda desesperanza. Desesperanza por su ceguera, por su conformismo, por su cobardía y, en definitiva, por su sometimiento al sistema. Con el agravante de que ambas van de abanderadas, de ejemplos de mujeres modernas, luchadoras y, ante todo y ante todos, profesionales y liberadas.

Lo dicho, que no importa que sean de derechas o de izquierdas, católicas o ateas, heterosexuales, bisexuales o lesbianas, madres o no madres, jóvenes o viejas....... por desgracia parece que las políticas de este país van todas juntas de la mano, al ritmo que marca la sociedad patriarcal, masculinizadas y maternalmente castradas.

Y me vais a disculpar, pero yo me niego a ser una eunuca maternal. Quiero ejercer mi maternidad en su totalidad y además, ingenua de mí, sin renunciar a todo mi potencial como mujer y persona en todos los demás aspectos. Pero por desgracia en el mundo político actual nadie me representa. Tal cual están las cosas, las mujeres en puestos de poder sólo han podido llegar ahí tras someterse a la masculinización de rigor. Y por lo que parece, una vez en el poder, no tienen la menor intención de cambiar nada.

Mientras, las otras, las que hemos decidido ser madres y nos negamos a sacrificar nuestra maternidad, nos quedamos a la sombra, sin posibilidades laborales, ni sociales ni, mucho menos, políticas. Pero como es un "error" que hemos cometido  libremente no nos queda otra que aguantarnos, porque no tenemos tiempo para la lucha política más allá de nuestros desahogos ocasionales en nuestros guerreros blogs. Desahogos que escribimos de 5 en 5 minutos a la vez que amamantamos, dormimos en brazos, preparamos meriendas, limpiamos culetes, ponemos tiriritas, abrazamos, besamos, damos algún que otro grito  y, en definitiva, estamos disponibles toda nuestra jornada - laboral y tiempo libre - para nuestros retoños.

Algo que, actualmente, es políticamente muy incorrecto.





martes, 15 de noviembre de 2011

SEÑOR GRIÑÁN ¡NO SE META EN NUESTRAS TETAS!



Escribo todavía con el pico de adrenalina inundando mis venas y arterias. Me la imagino como un maremoto que se distribuye por todos mis tejidos, aumentando mi frecuencia cardiaca, movilizando mis reservas de azúcar del hígado, contrayendo mis vasos sanguíneos, dilatando mis pupilas y haciendo que mi cerebro produzca dopamina, lo que me hace sentir peleona y exultante. Me siento como una leona a la que insultan, agreden y ofenden, a punto de atacar. Todo mi cuerpo se acaba de preparar para la lucha aunque, en lugar de liarme a zarpazos y mordiscos con alguien, como digna representante de una Homo sapiens hembra del siglo XXI, me siento delante del ordenador, donde se va desarrollar mi defensa/ataque.  Luego espero que, por el bien de mis arterias y mi corazón, mi marido llegue a tiempo para que yo pueda acabar de quemar los efectos de esta hormona con una buena carrera por el bosque, antes de que anochezca.

Hoy estoy segura de que voy a batir todos mis records de velocidad. Sólo tendré que recordar una y otra vez un párrafo que acabo de leer en El País en un artículo titulado Un feminista llamado Griñán. Y es que impresiona, encoleriza, entristece y da mucho, mucho, mucho miedo (pero que mucho, mucho, mucho y me quedo corta) que semejantes declaraciones salgan de la boca de un político, o sea, de una persona que tiene el poder en sus manos. Un poder que le hemos dado sus conciudadanos.

El párrafo en cuestión es el siguiente:

"Desde que estalló la crisis, José Antonio Griñán no ha parado de analizar, en público y en privado, sus causas y sus consecuencias. Desde todos los puntos de vista. Ayer en un encuentro con colectivos de mujeres advirtió de una las derivadas de la catástrofe económica: el de la "ridiculización" de los avances en materia de igualdad y del "retroceso en la conciencia ciudadana" de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres. ¿En qué se nota? En todo, según él. En que vuelve a ponerse el acento en el "papel reproductivo de la mujer", creando en las mujeres una "mala conciencia", por ejemplo, para que opten por la lactancia materna de los hijos, algo que él describió como una forma de "canibalismo".

Francamente, yo ya no soy ni de derechas ni de izquierdas. Tengo mis ideas, que desgraciadamente no acaban de coincidir con ningún partido político (y desde luego con ninguno de los dos mayoritarios), pero si hubiera tenido la más mínima tentación de votar al PSOE, se me hubiera ido tras la lectura de semejantes insensateces.

Por suerte, gracias al milagro de internet y sus blogs, tengo la oportunidad de mandar a la nada mi respuesta a semejante desfatachez. Así al menos me quedaré más ancha que larga y quemaré parte de mi subidón de adrenalina. Así que:

Estimado señor Griñán:

No sé exactamente que idea tiene usted sobre la manera de defender a las mujeres y sus derechos, pero desde luego empeñarse en castrarnos una y otra vez siguiendo la costumbre del sistema patriarcal que usted - por lo que parece - admira y defiende tanto, no es la mejor. De hecho no es una manera en absoluto.

Esta  ""ridiculización" de los avances en materia de igualdad y del "retroceso en la conciencia ciudadana" de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres" no es fruto de esta crisis, como usted dice, no, es fruto de la concienciación de cada vez más ciudadanas y ciudadanos de que así, en guerra permanente con nuestra naturaleza y con nuestra humanidad, no podemos seguir. 

No voy a entrar aquí a profundizar sobre las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, o sobre la necesidad de que estas diferencias se respeten y sobre los efectos que han tenido y tienen dos factores fundamentales:

1-  El dominio de uno de los sexos respecto al otro. Dominio que se aprovecha de la necesidad de la cría humana de ser engendrada, gestada y alimentada en y sobre su madre, durante su periodo primal.

2- La masculinización a la que se ve obligada la mujer patriarcal para poder igualarse en dignidad y derechos al macho de su especie, sacrificando (gran) parte de su feminidad en el proceso.

Para que se informe y profundice más en estos temas le recomendaría encarecidamente que leyera los escritos de Casilda Rodrigañez, escritora y feminista española con un amplia y esclarecedora bibliografía.

Pero lo dicho anteriormente ni siquiera es lo más vergonzoso que, por lo que parece, llegó a decir usted el otro día. Calificar en su discurso la lactancia materna como "canibalismo" para mí sería razón suficiente para que presentara su dimisión de cualquier cargo público y desapareciera de la vida política para siempre. Evidentemente esto no va a ocurrir, pero lo más triste de todo es que, tras decir semejante sin-propósito, usted siga considerándose y siga siendo considerado "feminista" y defensor de la mujer. No sé si servirá de algo que le recomiende leer artículos como el publicado hace cosa de un año en el blog de Ileana Medina, Tenemos Tetas, de la antigua  presidenta de al Liga de la Leche en francia, Claude-Suzanne Didierjean-Jouveau, donde podrá ver que la lactancia no es un cadena de esclavitud alrededor del cuello y los pechos de las madres, sino un acto de placer y de sexualidad maternal, derecho que todas las mujeres y sus hijos deberíamos tener por defecto. Tal vez una idea demasiado rompedora y revolucionaria para su pequeña visión de lo que es progreso y feminismo. 

Según usted "se vuelve a poner énfasis en el papel reproductivo de la mujer", y esto es "un retroceso". Pues mire usted: yo creo que esto no es un retroceso en absoluto. El retroceso es negar el papel reproductivo de las mujeres y hombres de esta sociedad. Este es el verdadero retroceso y lo que nos ha llevado a donde ahora estamos. Poner el acento en el papel reproductivo de la mujer y el hombre, en la necesidad de ambos de criar y cuidar a sus hijos, sería un inmenso paso hacia adelante para superar no sólo la crisis actual, sino la crisis crónica en la que estamos sumergidos como humanidad desde los orígenes del patriarcado

Que los políticos de hoy en día todavía no vean, o no quieran ver, lo evidente y vayan por ahí con ese viejo discurso del feminismo de la igualdad me pone los pelos de punta y me hunde en la desesperanza. 

Si además en el mismo artículo y tras las declaraciones del señor Griñán me encuentro las de una mujer, Rosario Valpuesta, Catedrática de Derecho Civil de la Universidad Pablo de Olavide, que rematan lo que el señor Griñán ya hirió de muerte, todavía me hundo más en la desesperanza y el miedo. Según la señora catedrática: 

"..las jóvenes de 30 años no tienen conciencia de género y las están "fastidiando con una idea de nueva maternidad" en las que trabajar y ser madre resulta incompatible."

Pues no, doctora Valpuesta, las jóvenes (discúlpeme pero a pesar de mis 41 me incluyo) de hoy en día no estamos fastidiando nada con la idea de Una Nueva Maternidad. No doctora, no. Lo que queremos es cambiar las cosas, precisamente para que trabajar y maternar a nuestros hijos no sea incompatible porque hoy por hoy, tal cual está la situación, sí lo es.

Así que de fastidiar nada de nada. Las que "fastidian" son las que tras haber sacrificado su maternidad (o el maternaje de sus hijos) por estar en puestos de poder, se dedican a dificultar que las cosas cambien, para conservar sus posiciones y evitar que la nueva generación de mujeres pueda realizarse plenamente y realizar su faceta profesional y social, a la vez que su faceta femenina y maternal. Esas sí son las que fastidian, cuando la realidad es que deberían ser el primer paso del verdadero cambio: el cambio que permita la crianza de ciudadanos sanos, libres, sin carencias primales y convenientemente destetados. Los únicos que podrían darnos un verdadero futuro como especie y como sociedad.

La ceguera y estancamiento del señor Griñán y de la doctora Valpuesta me llena de tristeza, desesperanza y miedo. Ya lo he dicho ¿Verdad? Pero es que no me cansaré de repetirlo. El problema no es lo que digan ellos, no. El problema es que parece imposible encontrar un discurso diferente con probabilidades de llegar a tener el poder necesario para cambiar las cosas. 

Y de momento hoy lo veo todo muy negro.

Articulos relacionados:

Ya que no nos escuchan, no nos insulten… sres. políticos

Políticos así no los quiero

Griñán y sus gilipolleces

De como los "Griñanes" de esta sociedad hacen que nos luzca el pelo como lo hace

El Sr. Griñan y su diccionario patriarcal

Griñán y la lactancia materna. Rectificamos y nos reafirmamos.
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PD: 

En el genial artículo de Nohemí en su blog Mimos y Teta un comentarista ha colgado este audio con las declaraciones del señor Griñán en el acto por la igualdad. En él podemos escuchar que no dijo canibalismo sino talibanismo

Bueno, bajo mi punto de vista el uso de una palabra o la otra no cambia demasiado el significado de su discurso y sigue pareciéndome absolutamente insultante y vergonzoso que un político utilice semejante lenguaje refiriéndose a las recomendaciones de todas las organizaciones relacionadas con la salud de la infancia, y la salud en general, en cuanto a la alimentación del bebé se refiere. Además el audio nos permite escuchar como utiliza la lactancia y la maternidad como arma arrojadiza contra la oposición. 

Así que me reafirmo en mis palabras: esto es una vergüenza. 


miércoles, 9 de noviembre de 2011

80 AÑOS



Por fin está amaneciendo un día muy especial para mi familia. Hoy mi padre cumple 80 años.

80 años.

En 80 años ha vivido tantas cosas: dos guerras, una dictadura, una democracia, las pedradas con los niños del barrio de al lado, el amor adolescente que madura hasta convertirse en eterno, la responsabilidad de sus empresas y de la confianza de su gente, la responsabilidad de su familia, el ir y venir de seres queridos, la enfermedad que amenaza al cuerpo y la satisfacción de vencerla......

Y ahora, a sus 80, la vejez sigue sin llegar, porque a pesar de que le duele un poco aquí y allá, y ya no ve tan bien, sigue siendo un hombre joven, maduro y en su punto. Mi padre representa dignamente a la tercera edad del siglo XXI, cargada de sabiduría, como sus ancestros, pero también de vitalidad, salud, fuerza y ganas de vivir.

Mi padre tiene hoy 80 años y sigue viviendo la vida desde la perspectiva del que tiene la botella medio llena. Y así seguirá, disfrutando de su mujer, de la familia, de los amigos, de su tierra con su gastronomía y su buen vino.

Y luciendo esos impresionantes ojos azules, con el mismo color del cielo en las despejadas mañanas riojanas de primavera. Ojos por los que se deja ver ese alma de bondadoso granujilla,  de tímido conquistador y de hombre sabio.

Muchas felicidades, padre inmenso y maravilloso

Te quiero mucho

Te queremos mucho


sábado, 5 de noviembre de 2011

LOS ESPOSOS ESTATUA.

Reconozco que llevo unos cuantos meses muy criticona. Soy consciente de que algunos de los últimos post han sido muy críticos con unos y con otros, y me había prometido a mi misma cambiar esta dinámica y ser más constructiva. Pero hace unos días cayó en mis manos un artículo del doctor Santiago García Tornel (Jefe clínico de pediatría del hospital Sant Joan de Deu de Barcelona) y no puedo evitarlo: tengo que escribir este post.

Pero no voy a criticar nada; sólo voy a hacer una versión personal de su artículo porque creo que en muchas ocasiones basta con cambiar un poquito el escenario y  los personajes y las cosas se ponen solitas en su lugar, o incluso caen por su propio peso. De hecho, este método ni siquiera es original ya que lo he visto utilizado en innumerables ocasiones, siendo la primera en el libro de doctor Carlos Gonzalez, Bésame mucho.

El artículo en cuestión se llama Los padres estatua y encuentro que es una punzante crítica a la necesidad que tienen nuestros hijos de estar junto a nosotros incluso por la noche. Mi versión personal se llama Los esposos estatua. Supongo que ya sabéis por donde irán los tiros, pero os animo a que sigáis leyendo, a ver que os parece.

Antes de empezar a leer quiero que os imaginéis que la trama transcurre en un mundo diferente al nuestro: un mundo al estilo del de Huxley, pero que en honor a nuestro especialista en sueño infantil preferido lo llamaré El Mundo Feliz de Estivill.  En este mundo no existen las "camas de matrimonio". En el mercado sólo hay camas de 80 cm porque ¿Para que hacer camas de matrimonio si dormir sólo es lo normal y lo saludable? ¿Quién querría dormir con su pareja? Al fin y al cabo los amorosos padres de esta hipotética sociedad se esforzaron muchísimo en acostumbrar a sus hijos a dormir solos así que, cumpliendo los sueños de muchos especialistas sobre sueño infantil, toda la población duerme felizmente sola, siendo casi incapaz de conciliar el sueño en compañía. Pero por desgracia existen "excepciones" a la regla. Tal vez adultos cuyos padres no tuvieron estómago para aplicar los métodos necesarios para que sus hijos aborrecieran dormir con alguien. Y claro, estos adultos causan problemas muy graves en un mundo donde sólo existen las camas de 80 cm.

En este contexto, la doctora especialista en sueño, Santienela Marionona, escribió este artículo para una conocida marca de colchones de camas de 80 cm.

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LOS ESPOSOS ESTATUA


Mucho se ha escrito sobre lo inadecuado de dormir  con la pareja, pero hay un silencio sepulcral en lo que ocurre por las noches en muchas alcobas. Sí, sí, por la noche no todo el mundo puede dormir sin su esposa/esposo. Si pudiéramos filmar en plan “Gran Hermano” lo que sucede en los domicilios, nos quedaríamos pasmados de lo que pasa. Tanto que no podrán creer anécdotas como las siguientes.



Resumen general de muchas historias parecidas. Una mujer, desde recién casada siempre ha querido dormir con su marido. Éste, amoroso y para “dormir sin lágrimas” le ha dejado años para que “no sufriera”. Pero claro, la señora se fue haciendo mayor (o sea, engordando), ocupaba más espacio, se movía o hacía ruidos (todos sabemos que con la edad se ronca más). Pero lo que prevalecía era que ella estuviera confortable. El marido trabajaba duro y necesitaba descansar como el agua de mayo – por cierto, este año poca. El marido decidió que quería descansar y punto. Solución: sacó a su madre del dormitorio donde descansaba y la envió a dormir al sofá del salón. Después cogió su cama y la juntó a la que él compartía con su esposa (recuerdo: cama de 80 cm de ancho porque eso es lo único que se vende en este mundo imaginario). Él con su mujer en dos camas de 80 cm unidas y  la abuela en el sofá. Así todo el asunto se resolvió y hubo paz familiar. Y colorín, colorado….


En otras ocasiones no hay tanto trasiego. Generalmente se compran de entrada dos camas de 80 que se puedan poner juntas ¡Se acabó el problema! Pregunta: ¿que harán los esposos para tener hijos, ya que como es bien sabido (sólo en esta sociedad donde dormir en compañía es una odiosa aberración) dormir juntos inhibe el deseo sexual? Casi seguro que nada: con lo vivido ya están satisfechos.

Otra modalidad nocturna es la estatua. ¡Increíble, emocionante, esforzada y voluntad férrea! ¡Qué sensibilidad y amor! La modalidad estatua que dura varios años tiene dos versiones: horizontal y vertical. La horizontal consiste en que el marido o la mujer, a criterio del otro, se acuesten a lo largo de la cama juntos hasta que éste se duerme. La vertical es similar pero con silla. Uno de los miembros de la pareja, el reclamado para esta humanitaria labor, se sienta en una silla junto a la cama y se cogen de la mano hasta que el otro entra en los brazos de Morfeo. La última variedad me la explicaron el otro día. Un hombre promedio (28 años) se dormía cogiendo el dedo índice de su mujer.

Seguro que se han enternecido con estas historias de amor nocturno. No se repriman, si han de llorar, lloren. Días, meses, años acostados o sentados para el bien dormir de sus “medias naranjas”. Día tras día, noche tras noche, año tras año… Personalmente creo que el Santoral debería recoger (no sé si está) un día del Santo Desconocido y hacer un monumento o una enseña para ellos.

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Desde nuestra "saludable" sociedad, donde los esposos no sólo tenemos permitido desear dormir juntos, sino que además se considera que es lo natural y lo más recomendable, podemos ver que el problema de las pobres parejas de este hipotético Mundo Feliz de Estivill se solucionaría con la existencia en el mercado de nuestras maravillosas camas de matrimonio de 1.60, 1.70 y hasta 1.80 de ancho (y en algunos casos tal vez unos tapones para los oídos). 

Y ahora me gustaría que os imaginarais otro mundo hipotético, al que llamaremos El Mundo feliz (sin más)  en donde dormir en compañía es lo recomendable y lo natural PARA TODOS. Así, cuando una pareja se convierte en familia, se ve como lo más natural del mundo que cambie  su estrecha cama de matrimonio (de hasta 1.80) por una amplia y cómoda Cama Familiar. Y es que en el mercado tienen de todos los tipos y tamaños para poder cubrir la demanda de todas las familias: desde las de los hijos únicos (desde 2 metros) hasta las de familias numerosas (incluso más de tres metros). 

Los habitantes del Mundo Feliz (sin más), leen escandalizados los consejos de doctores como Ferber o Estivill y ante artículos como el del doctor García Tornel menean la cabeza, incrédulos de que nos empeñemos en dormir en simples y pequeñas camas de matrimonio cuando ya somos familia. 

Pero lo que más gracia les hace, con diferencia, es nuestra falta de fantasía a la hora de tener relaciones sexuales. Para ellos la cama es para dormir, disfrutando de la presencia de las personas que más quieres y más te necesitan. Para el sexo puro y duro, el cual gustan de disfrutar en la intimidad igual que nosotros, tienen otras cómodas estancias en la casa (entre la que se encuentra la que posiblemente nosotros utilizaríamos como dormitorio de los niños).

Yo creo que me hago las maletas y con vuestro permiso me voy al  Mundo Feliz (sin más), que me da que no sólo dormiremos mucho mejor (por fin encontraré la cama de mis sueños "familiares") sino que viviremos también muchísimo mejor porque una sociedad donde los hijos reciben de sus padres ni más ni menos que lo que necesitan, tiene que ser una sociedad mucho más agradable para vivir que la nuestra.

Es pura lógica.