domingo, 4 de septiembre de 2011

¿A QUIÉN PODEMOS DISCRIMINAR?


Esta mañana he leído el nuevo post de Armando en Bebes y Mas sobre la aparición en Bilbao de los primeros restaurantes "libres de niños". Tras dejar mi comentario al respecto he ido a google a buscar más información y el primer artículo que he abierto es uno de la revista Público, donde he podido leer lo siguiente:

"Según la directora, los hosteleros se acogen a la ley vasca de 1995 de espectáculos públicos, en la que se expone que "el derecho de admisión por los titulares de locales (...) se ejercerá por estos o por persona en que ellos deleguen, de conformidad, en todo caso, con el principio de no discriminación, quedando excluida igualmente cualquier aplicación arbitraria o vejatoria".....

"......el secretario general ejecutivo de la Federación de Hostelería del País Vasco, Ángel Gago, recordó ayer que dicho principio hace referencia a la discriminación por "raza, sexo, religión y otros motivos sociales como, por ejemplo, tener síndrome de Down", motivo por el que calificó la decisión de la dueña del restaurante como "totalmente legal"."

O sea, a ver si lo he entendido bien: Es ilegal prohibirte la entrada a un local por ser mujer, judío, homosexual o tener síndrome de Down, pero es legal si te prohíben la entrada por ser un niño. 

¿Soy la única que siente espanto ante algo así? ¿Soy la única a la que se le encoge el corazón de pensar que vive en una sociedad que encuentra legal y normal discriminar a sus niños? ¿Soy la única que siente que el futuro de semejante sociedad es muy, muy, muy negro? 

Leyendo los comentarios de este artículo podría llegar a pensar que realmente soy la única que se siente horrorizada, asustada, tristísima y muy enfadada por esto; pero por suerte también se me ha ocurrido abrir esta noticia en otras web como Crianza Natural o el blog de Miguel jara .

Desgraciadamente he ido a parar a una página de Facebook creada precisamente con el fin de que la idea se aplique y se extienda, donde nombran al restaurante Style de Bilbao - el protegonista de este artículo - socio de honor. También añaden: "Consigamos que funcione, a pesar de las hordas "familiaristas"".  Por suerte dicha página, de momento, sólo tiene cinco seguidores. Incluso creo que la habrán abierto los mismo responsables de Style, para darse propaganda y atraer un cierto sector del público que se convertiría en cliente, no por la calidad de su cocina, sino por apoyar esta medida. Vamos, que todo es marketing. 

En cuanto a la medida de prohibir la entrada a menores en estos locales mi posición la dejo muy clara. Es inaceptable por discriminatoria. Yo entiendo que un local prohíba un determinado comportamiento, especialmente cuando lo hace en aras de proteger el derecho de sus clientes a encontrar el ambiente por el cual han acudido a él. Pero es del todo inaceptable que se prohíba la entrada por el hecho de ser niño, blanco, negro, homosexual, heterosexual, hombre, mujer, bajo, alto, calvo, rubio, moreno o albino. De la misma manera que se puede prohibir - y de hecho se prohíbe-  fumar, pero no se prohíbe la entrada a los fumadores, se puede prohibir gritar o correr, sin prohibir la entrada de la gente a la que le gusta gritar y correr y que seguro se abstendrán de hacerlo en esas situaciones. Y si no lo hacen, simplemente se les invita a abandonar el local. Eso no es discriminatorio sino justo, especialmente para los demás clientes y  trabajadores del local. 

Igual que cuando se permitía fumar muchos no fumadores nos sentíamos molestos y agredidos, y ahora agradecemos que se prohíba hacerlo, entiendo perfectamente que en ciertos locales el comportamiento de un niño, incluso aunque no sea especialmente ruidoso o "maleducado", no sea bien recibido. En este tipo de locales los que no queremos obligar a nuestros hijos a seguir estas normas (por considerarlas poco acordes con la naturaleza de los niños) simplemente no iremos. Habrá otros padres que sí están dispuestos a obligar a sus hijos a seguirlas, o niños que de manera natural las siguen sin problemas. En este caso, prohibirles la entrada sólo por ser menores de edad no debería ser legal, de la misma manera que no lo es en los otros casos que he citado. El hecho de que sea legal por "ser menores" me pone los pelos de punta por lo que significa, ya que esta medida sólo nos muestra  la punta del iceberg; un iceberg profundo y enorme lleno de infantofobia, falta de respeto y discriminación por nuestra infancia. 

Los niños criados en una sociedad que los desprecia, los discrimina, los maltrata, los asfixia y los somete se convertirán en adultos discriminadores, dominadores y capaces de despreciar a los demás, especialmente a los más débiles. Más o menos como nosotros, vamos. 

¿Eso es lo que queremos? ¿Perpetuar la sociedad enferma y sin futuro que ahora tenemos?

Pues pasos como el que ha dado este restaurante es adonde nos llevan

¿Vamos a permitirlo?

8 comentarios:

  1. Y que permitan a los menores de edad entrar también en salas de juego, casinos, clubs nocturnos, prostíbulos, que los permitan fumar, beber, votar... HOMBREYA! Tanta discriminación hacía ellos!

    ResponderEliminar
  2. Hacia lo he escrito mal. Por si es el único argumento que teneis para atacarme.

    ResponderEliminar
  3. Pues mira anónimo, todas estas actividades que citas (excepto el voto)no es que las tengamos que prohibir a los menores, es que no las deberíamos hacer nadie. Que necesitemos y queramos hacerlas no es más que el síntoma de la grave enfermedad que nos afecta como sociedad y como individuos adultos.

    En cuanto a votar, pues mira, no lo había pensado pero es muy interesante plantearse si la edad debería ser determinante antes que otras características como el hecho de demostrar unos conocimientos mínimos sobre lo que se vota, la independencia y libertad del que vota, así como su capacidad de responsabilizarse de su voto. Características que en un 99% irán ligadas a la edad pero ¿Y en los casos, por minoritarios que sean, que no?

    ResponderEliminar
  4. El problema de un restaurante es que aunque exista el derecho de admisión si un niño criado como las lechugas empieza a molestar en el segundo plato ya no se le va a echar a él con su familia porque se irían sin pagar.
    No me parece bien pero tampoco mal del todo, con lo que se ve por ahí hay familias con niños a los que tendrían que darles de comer a parte, nunca más bien dicho.

    ResponderEliminar
  5. Si, Beth, como muchos adultos que deberían comer a parte también. Sin ir más lejos yo he visto muchos encontronazos entre camareros y clientes que se niegan a dejar de fumar donde está prohibido. Pero a nadie se le ocurre prohibir la entrada a los fumadores "por si acaso" hay que expulsarles y se van si pagar..... no, el fin no justifica los medios, ni para los adultos ni para los niños....

    ResponderEliminar
  6. Pues ya puestos a discriminar que no entre la gente que habla a voces, los que huelen mal o los que no van vestidos a la moda... ah! y la gente mayor que no queda estético! ya en serio, estoy de acuerdo con tu post aunque entiendo que ciertos restaurantes se reserven el derecho de admisión, como siempre es una cuestión de educación y pagan justos por pecadores. Si uno es avispado ya intuye dónde puede entrar o no con sus niños. De todas formas espero que esta moda no se extienda, a ver si las familias no vamos a poder ir a un restaurante! Luego se quejan de la crisis, pues más pierden ellos con medidas así.
    Anónimo, supongo que estás de cachondeo, no? si no no entiendo tu comentario.
    Saludos! me gusta tu blog.

    ResponderEliminar
  7. Yo creo que ninguna discriminación, hacía nadie!!
    y protejamos a los más indefensos y pequeños, a lo más valioso que tenemos como sociedad y ellos son nuestros niños.!!
    No hay que permitirlo!

    ResponderEliminar
  8. Esto sólo puede pasar en restaurantes pijorros a los que nunca acudiré, porque no sólo mi hijo: yo tampoco daría la talla de 'cutrez moral' para entrar ahí :)

    A los restaurantes donde va la gente normal, los niños generalmente son bienvenidos. Y si como padre cabal, estás atento y preocupado porque tu hijo se porte lo más correctamente posible, dadas las circunstancias, generalmente (a mi me ha pasado) son los propios camareros los que te dicen, en un tono reconfortante y comprensivo: 'No se angustie, señora, que estamos acostumbrados'. Y ahí es donde nos dejamos los dineros que tanto nos cuesta ganar muchas, muchísimas familias. Y por eso volvemos cada semana si podemos.

    ResponderEliminar