Laura Heckel en el último artículo de su blog Adopmundi, habla sobre la dificultad de algunos adoptados de asumir la realidad de que fueron abandonados por su madre. Si bien estoy de acuerdo con ella en cuestionar ese masivo robo de niños que nos intentan hacer creer, discierno con el uso de la palabra abandono.
En el mismo artículo, una madre biológica nos dice en su comentario que ella no abandonó a su hija, que la cedió. Yo estoy completamente de acuerdo con ella. Ceder no es abandonar.
Según la RAE abandonar tiene varias definiciones. La primera es Dejar, desamparar a alguien o algo. Si tomamos esta definición como referente entonces no me cuadra. Cuando una madre pone en manos de otra mujer a su hijo porque ella no puede o no quiere ser madre, no lo está abandonando ya que no lo está dejando desamparado. Lo deja bajo el amparo de otra mujer (y/o otro hombre) así que en ningún momento hay abandono.
Pero si leemos la definición número 6: Entregar, confiar algo a una persona o cosa entonces tal vez sí que cuadra. EL problema es que, aunque la RAE también defina así la palabra abandono, la gran mayoría de personas no la usamos pensando en esta definición precisamente, sino más bien en la primera.
La definición número 8 va más acorde con la primera: Descuidar los intereses o las obligaciones. ¿Descuidaron nuestras madres biológicas sus obligaciones al darnos en adopción? Este sería un tema controvertido, desde luego. Todos estamos de acuerdo en que, ante un embarazo no deseado, una mujer no tiene la obligación de ser madre. Por lo tanto tiene dos opciones: abortar al bebé o dejarle nacer y darle en adopción. Si tal cual están las leyes hoy en día, la mujer ni siquiera tiene la obligación de respetar la vida de su hijo, me parece muy hipócrita que se considere que, si el bebé llega a nacer, ella sí tiene la obligación de ejercer como madre, so pena de ser considerada un "mala madre" que abandona a su hijo.
Si miramos en el mismo diccionario la definición de la palabra ceder encontramos lo siguiente:
Dar, transferir, traspasar a alguien una cosa, acción o derecho
Por lo tanto, bajo mi punto de vista, esta es la palabra que mejor define lo que nuestras madres biológicas hicieron en su momento y, por lo tanto, no considero que nos hayan abandonado. Bajo mi punto de vista ellas nos cedieron. Y sus razones tendrían. Yo no soy quién para juzgar la decisión que (espero que voluntaria y conscientemente) tomó la mía, y lo único que puedo decirle es que le estoy profundamente agradecida por darme la oportunidad de vivir a pesar del dolor que eso pudo suponer para ella.
Lo cierto es que nunca me he sentido abandonada. Tal vez porque mis padres me han repetido tantas veces a lo largo de mi vida todo lo que me han deseado, lo que me quieren, lo feliz que les hace mi existencia, lo importante que soy para ellos. Nunca sentí que ella me abandonó y tampoco nunca sentí que me cedió por culpa mía - porque yo no le gustaba o no era buena, tal como - según dice Nancy Newton Verrier en su libro "El niño adoptado. Comprender la herida primal". (Ed Albesa 2010) - parece que sienten muchos adoptados.
No recuerdo la primera vez que mis padres me hablaron de mi adopción. Lo que si me acuerdo fue el momento en que me di cuenta de que esta condición no era “lo normal”. Que el resto de niñas habían nacido de la barriga de sus mamás. Entonces fui consciente de que yo había nacido del cuerpo de otra mujer y de que mi madre, esa mujer que lo era todo para mí, en algún momento de mi vida había sido una auténtica desconocida. Recuerdo que era de noche, yo estaba en mi cama, y por un momento sentí una angustiosa soledad.
Fue entonces cuando se me ocurrió una idea: en realidad yo nunca había estado sola porque siempre estuve bajo la protección de una mujer: todas las mujeres, de hecho todos los adultos, formaban una gran red que protegía a todos los niños. Así que, como la mujer que me parió no pudo o no quiso cuidarme, me puso en manos de una “hermana”, otra mujer que en ese momento se transformó en mi madre, la madre que yo conocía y quería. Con este pensamiento el sentimiento de soledad desapareció y pude dormirme tranquila.
Años más tarde la idea de “red de mujeres” o “red de madres” ha vuelto a aparecer en mi vida en el contexto de mi propia maternidad. He aprendido que esa red es la manera más natural y sana para criar a nuestros hijos. Desgraciadamente en nuestra sociedad actual está muy deteriorada, y como consecuencia de ello muchos niños crecen abandonados y desamparados, mientras que muchas madres se sienten obligadas a renunciar a su maternidad (en lugar de cederla voluntaria y conscientemente) o a intentar criar a sus hijos en condiciones precarias.
Que diferente serían las cosas si esa red fuera tan real como yo la imaginé de niña. Yo creo que si fui capaz de imaginarla fue porque en algún momento de nuestra historia fue una realidad que se mantiene presente todavía en nuestro inconsciente colectivo. Me pregunto si es posible “revitalizarla”, volverla a formar: una red acolchada y protectora que sostiene a toda la infancia para que ningún niño se crié en el desamparo, la soledad, la pobreza y el miedo y donde la palabra “abandono” no tenga cabida.
Qué delicado es este tema.
ResponderEliminarAhora me acuerdo de aquella polémica que tuvimos con Mamá en Alemania, cuando tú misma dijiste que a un bebé se "abandonaba" al dejarlo en una guardería.
El problema es que quizás sea diferente si se ve desde el punto de vista de la madre, o del bebé.
Visto desde el punto de vista de la madre, ceder no es abandonar. Pero ¿y desde el punto de vista del bebé?
Por otro lado, depende, hay niños que sí han sido abandonados en toda regla, incluso en basureros.
Y lo que dices de la red tiene mucho sentido.
Osho, por ejemplo, propone que los niños no deberían ser de sus padres, sino de la "tribu", de la comunidad.
Pero para eso, la tribu y la comunidad deberían ser verdaderamente nutricias, respetuosas y amorosas, cosa muy distinta de las comunidades competitivas en que vivimos hoy.
Aún así, todos estamos de acuerdo en que lo ideal es que la ruptura primal no se produzca. Y que tanto las familias, como las tribus y comunidades, fueran verdaderos centros de crianza amorosa, sostenedora y respetuosa de la libertad y la dignidad de los niños.
¡Qué mundo tan diferente sería!
Gracais por tu comentario Ile. Yo creo que un bebé dejado en una cuna o capazo llorando se siente abandonado, independientemente de si su madre sólo se ha ido a trabajar o si se ha ido para siempre. En el primer caso, cuando la madre vuelve el bebé se relaja, pero sólo para volver a sufrir al día siguiente otra vez, hasta que está lo suficientemente maduro para saber que mamá va a volver.
ResponderEliminarYa sabes que yo creo que la herida primal la sufrimos todos los nacidos en esta sociedad.
Un bebé arropado (cogido, en contacto, sobre su pecho) por un ser humano amoroso y protector, yo creo que no se siente abandonado. La prueba es que todas hemos dejado a nuestros bebés en brazos de otras personas y ellos suelen tolerarlo bastante mejor que cuando los dejamos en un capazo o cuna sólos. (Incluso lo demuestra esa estupida y diabolica Claire, la del método King de crianza, cuando coge una bebé y esta se calla). Por eso me parece tan importante que el bebé que va a ser cedido sea puesto cuanto antes en los brazos de su madre definitiva. Si puede ser nada más nacer.
¿Nota el cambio de madre el bebé recién nacido que es puesto en brazos, o sobre el pecho, de otra mujer? Por lo que dicen los estudios relacionados sobre el tema parece que sí, ya que se ha demostrado que es capaz de reconocer a su madre perfectamente; pero desde luego el impacto del "cambio" siempre será menor que el del abandono. Pasarse meses ingresado en un centro (donde el contacto físico problabemente sea mínimo y con ninguna oportunidad de crear un vínculo definitivo con una madre) o, lo que es peor, ser realmente abandonado en condiciones que ponen en peligro su vida, yo creo que marca una diferencia importante para la criatura.
Por otro lado ¿Cuanto tiempo, tras la separación de su madre, es un bebé capaz de reconocerla de nuevo? Dudo mucho que sea un mes o varios. En cambio, en este tiempo creo que sí es capaz de formar un nuevo vínculo con su nueva madre. Y si este vínculo se rompe vuelve a sufrir un daño.
A todas esas conclusiones he llegado yo con mis precarios conocimientos en salud primal. Así que creo que toda la legislación que rige este tema debería ser revisada teniendo en cuenta todos estos conocimientos. Por lo menos si lo que realmente interesa es el bien del menor.
En una sociedad donde todos los adultos sostiene a todos los niños, ningún niño se sentiría abandonado..... pero estamos muy lejos de ser una sociedad así.
Tienes mucha razón, y sí, estoy contigo (y con Victoria Sau): todos somos huérfanos en esta sociedad.
ResponderEliminarUn abrazo!!!
Maria, soy Laura. Tengo que serte muy sincera, he leído tu entrada y bueno no comparto nada de lo que dices, así que espero poder por partes y entendiblemente comentarte mi opinión:
ResponderEliminarAntes voy a citar varios artículos de tantos que hablan del ABANDONO.
“Una de las cargas que un hijo que ha sido adoptado tendrá que aprender a sobrellevar es el sentimiento del abandono. Toda adopción supone un abandono previo, en las circunstancias particulares de cada caso, pero una ruptura al fin y al cabo con sus raíces y sus orígenes.”
“A quien trabaje en el campo del abandono y la
adopción se le presenta el problema de vivir la
experiencia entre dos mundos: el mundo de la
idealización y el mundo del dolor, del conflicto, del
amor, que pertenece a la intimidad del niño y de sus
familias (la de origen-biológica y la adoptivaacogedora).
El niño que se encuentra sin familia es un niño
en situación de desamparo, un niño abandonado.
María Moliner define desamparo como «situación
de desamparado. Falta de medios para subsistir y
de ayuda o protección […]
No tener adonde (a quien volver la cabeza)
No tener adonde (no tener a quien volver la cara)
No tener (a quien volver la mirada)
No tener (a quien volver los ojos)
Sin padre, ni madre, ni perro que le ladre
Cerrarse todas las puertas
No tener a quien recurrir […]
Diríamos que los niños desamparados han
recibido el don de la vida y están carentes del
cuidado continuado, del cual tiene necesidad un
niño. Muchas veces se cree que los niños
abandonados y adoptados después del parto no van
a tener problema, que no se enteran. El niño
adoptado nada más nacer no sólo percibe que los
brazos que lo reciben no son de la misma persona
en cuyo interior ha vivido, sino que la madre que le
dio la vida lo hizo sin ilusión, sin deseo,
sintiéndolo como una carga molesta o, en el mejor
de los casos, sufriendo el dolor de su inminente
pérdida. A veces se debate internamente entre los
dos sentimientos.
Una de las complejidades de la adopción tiene
su origen en el abandono y sus consecuencias. La
principal es la difícil elaboración de los duelos por
las numerosas pérdidas sufridas (padres, hermanos,
abuelos, orfanatos, cuidadores y, a veces, país…).
Lo que ha acontecido interna y externamente, tanto
en el niño como en los adoptantes antes del proceso
adoptivo, son factores que inciden para favorecerlo
o distorsionarlo. Las necesidades no expresadas de
los adultos (familias, instituciones…) así como las
motivaciones internas (más o menos reparatorias o
narcisistas) de los adoptantes, pueden facilitar o
dificultar el amparo.”
Entrevista a Javier Mugica: http://www.diariovasco.com/prensa/20070417/aldia/adoptar-supone-ayudar-nino_20070417.html
Maria, tenemos que ser realistas, no darle el derecho al adoptado a sentirse abandonado es negarle dar pie a expresar su rabia, su miedo ….entrar en debate si la madre le abandono o le cedió creo que sobra. Te voy a dar varios ejemplos:
Sigue
segunda parte:Miles de adoptados han sido abandonados en los tornos en Iglesias, sin nombre, sin fecha de nacimiento sin nada. A veces en los iviernos frios, lo dejaban en el torno y no daba tiempo de salvar al bebe. No lo llamaría cesión.
ResponderEliminarMiles de niñas chinas abandonadas en bolsas de basura, en la calle, en rincones ect. ¿Cesión? no, abandono ¿Cómo se sentirán cuando las cuenten su historia? Hay que ser realistas.
Conozco el caso de un niño que le encontraron desnutrido y abandonado en un piso y la madre desapareció, conozco casos de huir de la maternidad…claro que hay algún caso de madre biológica donde la monja o enfermera de turno las decía que iban a encontrar una familia mejor, etc ect. Ok, quizás esas madres biológicas, no quieran pensar que lo abandonaron, sino que lo cedieron para calmar su conciencia, o justificar de alguna forma. Las entiendo y no las juzgo, pero igual que ellas pueden pensar así, los adoptados podemos y nos sentimos víctimas de un abandono. De una separación. Ceder a tu hijo no es parte del ciclo de la vida, la naturaleza es que el bebe NUNCA deba separase de su madre.
“la adopción es la medida de protección de un menor abandonado o en desamparo”
Entiendo Maria que hablas desde tu punto d vista, que yo no comparto, ya que como la tuya es la minoría, . Por último 2 cosas más: 1) No podemos dar por hecho que los adoptados encuentran siempre una familia, solo en España hay mas de 15.000 institucionalizados y muchos de ellos pasan por procesos de Acogimiento/preadoptivo que pueden tardar años.Y pueden pasar años institucionalizados, ¿ellos no se sentirán abandonados? Hace poco conocí a una mujer que fue dada adopción con 3 meses, su madre la "cedió" ¿sabes con cuantos años salió del orfanato para ser adoptada? CON 8 AÑOS. y el último punto y el mas delicado, ¿sabes cuantos hijos adoptados han sufrido malos tratos psicológicos, físicos y abandonados en colegios internos en suiza??? YO conozco más de esos, que de los que NO se sienten abandonados. Igual que ellos son una minoría, creo que tu caso también es una minoría.
Bueno te envió un fuerte abrazo
Laura, muchísimas gracias por tu aportación que ya sabes que yo considero muy valiosa aunque no estemos de acuerdo. Yo te entiendo y entiendo tus argumentos, pero difiero en varios puntos:
ResponderEliminar1- Por supuesto que existen casos de abandono real pero no creo que TODA adopción esté ligada a un ABANDONO. Y me reafirmo en mi pensamiento de que ceder la maternidad a otra mujer no es un abandono. Cuando una madre deja a su hijo en un contenerdor de basura lo está abandonando. Cuando lo deja en el torno, lo está abandonando. Cuando lo mantiene sin los cuidados que el niño se merece y necesita, lo está abandonando. Cuando lo deja en cualquier lugar, solo, poniendo en peligro su integridad física o incluso su vida, lo está abandonando.
Cuando planea perfectamente a quien se lo va a dar y porqué, cuando lo pone en los brazo de una madre deseosa de serlo, no lo está abandonando. Lo está cediendo.
2- Para mí ABANDONO no es lo mismo que RUPTURA. Que toda adopción está precedida por una ruptura, cierto. Que el bebé es plenamente consciente de lo que ocurre, aunque sea recién nacido, cierto. Y que, por lo tanto, esta ruptura produce una herida primal, también es cierto.
3- Como bien dice Ileana, citando a Victoria Sau, esta herida no es exclusiva de los adoptados. En esta sociedad todos somos huérfanos. Todos sufrimos una herida primal ya que la separación madre-bebé se ha practicado de manera masiva en nuestra cultura durante decenios. Y no sólo justo tras el nacimiento, sino manteniendo la separación como método de crianza (no lactancia, no colecho, guarderías y periodos de larga separación de la madre dentro del periodo de exogestación, cochecitos y cunas separadas de la madre etc...)
Nancy Verrier admite la existencia de la herida primal en los bebés que son separados de la madre por motivos de salud, pero que no son dados en adopción. Aunque opina que, como luego vuelven a sus brazos, sufren menos daño que los bebés que pasan a los brazos de otra mujer. Yo no soy quien para contradecirla totalmente, pero si que me reservo el derecho de poner un interrogante a esta afirmación y preguntarme cuanto tiempo tras el nacimiento le dura al bebé el recuerdo de su madre biológica. O sea, a partir de que momento volver con su madre biológica es para él lo mismo que ser puesto en brazos de una desconocida.
4- Muchos niños que son cedidos al sistema se encuentran en la práctica abandonados porque la administración es incapaz de cumplir con sus funciones. Este sería el caso de la niña dada en adopción a los 3 meses y que no fue adoptada hasta los 8 años. El fallo no es de la madre (o también, no conozco los detalles de este caso así que no sé que llevo a la madre a ceder a su hija): principalmente es del sistema que debería tener las herramientas necesarias para dar a esta niña lo que es su derecho y que claramente no ha sabido estar a la altura.
Precisamente, esta incapacidad del sistema para cumplir con su principal responsabilidad respecto a estos niños, es uno de los factores que pudo propiciar estas adopciones irregulares donde los bebés pasaban directamente de la barriga de su madre biológica a los brazos de la adoptiva.
5- No entiendo que menciones los malos tratos a adoptados. Malos tratos, desgraciadamente, los ha habido siempre y en todos los contextos. Creo que puedo decir sin temor a equivocarme, que son mucho más frecuentes en la familia biológica que en la adoptiva. No sé si existe algún estudio al respecto, comparando estadísticas entre los dos grupos (me pongo a buscarlo en cuanto pueda). Si tu conoces alguno te agradecería mucho que me pasaras la cita.
(Sigue)
(sigo)
ResponderEliminarLaura, no todos los adoptados nos sentimos víctimas de abandono. Yo no quiero quitarle a nadie el derecho a sentirse así, por supuesto que no. Pero tampoco quiero que tu nos quieras obligar a sentirnos abandonados a todos los que no lo sentimos. Yo no sé si somos mayoría o minoría. Sé que mucha gente siente como yo porque los he leído y oído. Igual que sé que hay gente que siente muy diferente.
Y tampoco creo que debas condenar a todas las madres biológicas a sentir que han abandonado a sus hijos. Estoy plenamente convencida de que un hijo estará siempre mejor con una madre adoptiva que le desea y le quiere que con una biológica que ni le desea ni le quiere. Y luego están las que por sus circustancias no tuvieron opción y lo cedieron con todo el dolor de su alma, pero por el bien del niño, para darle una oportunidad de vivir. Estas últimas deberían tener otra salida. La sociedad debería darles otra salida no sólo por ellas, sino fundamentalmente por sus hijos, porque, en esto todos estamos de acuerdo, tods los hijos estarán siempre mejor con su madre biológica si esta LES DESEA y LES QUIERE
En resumen: La ruptura, con la consiguiente herida primal, no es lo mismo que abandono. Lo primero si es inherente a nuestra situación. Lo segundo no.
María, tú y yo ya hemos hablado alguna vez sobre esto, y yo tampoco he sentido, ni siento abandono, y como nosotras también he hablado y leido a otras personas adoptadas o incluso apropiadas, que tampoco lo sienten.
ResponderEliminarMe revelo contra la frase "todo niño adoptado es un niño abandonado", creo que es la justificación necesaria para dar a la adopción el caracter actual de medida de protección, para justificar la obligatoria intervención de la administración, que como ya sabemos tampoco asume correctamente las obligaciones derivadas de la patria potestad.
Decir que todo niño adoptado es un niño abandonado, convierte a todas las madres de nacimiento en delincuentes, a todos nosotros en victimas y a la omnipotente y omnipresente administración en nuestra salvadora y algunos de nuestros padres también se consideran eso salvadores de niños victimas de abandono hijos de madres delincuentes. Y no, eso no siempre es así.
Es lo mismo que decir que "todo niño adoptado es un bastardo" porque ha nacido fuera del matrimonio, y sí muchos lo seremos, yo entre ellos, pero no todos, hay niños que son huérfanos, hay niños hijos de familias muy numerosas y/o pobres que no pueden con otro hijo más, hay niños hijos de matrimonios víctimas de negligencias o malos tratos, ninguno de ellos bastardos y todos necesitados de otra familia diferente y definitiva.
Entido que una mujer que no quiere o no puede ser madre y decide conscientemente (que no siempre voluntariamente) entregar, ceder o donar a un hijo, lo que hace es un acto de responsabilidad, reconociendo su falta de voluntad o su incapacidad para ser madre, y "consintiendo" que otra/s persona/s, que sí pueden y sí quieren sean la madre/padres de ese niño.
Un embarazo, cualquier embarazo, sea buscado o no, digamos que "predispone" a una mujer para ser madre, pero no garantiza la capacidad ni la voluntad de ser madre y ser una buena madre.
Del mismo modo que a la inversa una falta de embarazo, ya sea por incapacidad o por falta de voluntad o de compañero,no impide a una mujer ser madre y ser una buena madre.
Porque definitivamente la maternidad es una vocación, yo diría una profesión, que supera a la biología, porque esta cumple la función de la supervivencia de la especie, pero no garantiza la existencia del instinto maternal.
He llegado a la conclusion que en nosotros los adoptados hay dos grupos y cuando digo a dos grupos me refiero a los que se sienten abandonados y los que no.
ResponderEliminarPara mi un abandono es dejar a un niño en medio de un sitio donde nadie lo puede encontrar,donde nadie lo puede atender,en la calle,sin rumbo, en la basura.
Cuando antiguamente dejaban en el torno o en la puerta despues de haber llamado,no era abandono,pues sabian que con las monjas estaban a buen recaudo y sabian que les buscarian una familia. Si los dejaban de esta manera era porque esas madres no querian que se supiera su identidad y eso por desgracia antiguamente pasaba mucho.
Otras madres como la mia iba directamente a parir a la casa cuna, por que?, muy sencillo porque no podian cuidar de nosotros(la mia sin ir mas lejos). Pero ese acto no es abandono, no me cansare de repetirlo cuantas veces sea necesario.
Para mi sentirme abandonada significa sentirme no querida por mi familia y como ha sido asi en mi vocabulario no entra esa palabra.
Lo que me duele es saber que esos niños que pasan años en horfanatos si se sientan abandonados,pero la culpa no la tiene esa madre que deja al niño ahi para que lo cuiden , la culpa la tiene la ADMINISTRACION por hacer tan mal su trabajo y no dar una familia a esos niños.
Hola Maria,
ResponderEliminarhe leido con atención el artículo así como los sucesivos comentarios, especialmente los de Laura y los tuyos y tanto una como otra dais argumentos válidos, razonados y muy bien argumentados, pero no olvidemos que cada uno siente lo que siente y eso, es personal e intransferible. Pero yo estoy más en la línia de lo que dice Laura pero añado un matiz;
Bajo mi punto de vista, lo más importante, no es tanto el abandono en si, si no las consecuencias que se derivan de ese abandono. Cuando somos niños, somos principalmente sentimiento y emoción, y nos movemos y comportamos según lo que sentimos con lo que vivimos. Cuando eres niño no entiendes muchas cosas que puedes entender cuando eres adulto, pero aun así estas situaciones a las que no entiendes ni puedes poner respuesta crean sentimientos, conceptos e ideas de la sociedad, de la gente adulta y del mundo en general.
Muchos de nosotros, tenemos como primera experiencia vital la pérdida, la separación de nuestra madre biológica y crecemos con ello. Cuando empezamos a tener una capacidad de razonar empiezan las preguntas, la incomprensión, y con ello infinidad de sentimientos. Entre ellos inseguridad y miedo a que esto vuelva a suceder. Nadie, en esta sociedad, nos asegura que esto no sucederá y empezamos a poner a prueba con nuestra conducta, a los adultos que tenemos más próximos. Queremos saber que pase lo que pase, que hagamos lo que hagamos, tendremos a un adulto responsable que nos acompañará y nos querrá tal y como somos.
Muchos niñas y niños adoptados hemos vivido una experiencia de abandono que probablemente va a tener repercusiones y nos comporta dificultades a lo largo de toda nuestra vida, y esto repercute en la familia adoptiva, en la escuela y en nuestra vida social.
Las heridas que tenemos a edades tan tempranas nos acompañaran siempre, forman parte de nuestra historia. No es algo que nos ocurrió en el pasado y ya está, no es así, porque nuestras experiencias posteriores, nuestras futuras relaciones y la forma de comportarnos y funcionar en la sociedad viene determinado por los sentimientos con los que hemos crecido.
Cuando eres niño es muy difícil de entender que un persona adulta, una madre, no pueda hacerse cargo de ti. Miras a tus compañeros de tu colegio con sus familias y a tus padres adoptivos, y cuando sientes el amor que hay entre esas relaciones se te hace incomprensible los motivos, los que sean, que llevaron a esa madre a dejarte, a abandonarte. No entiendes que esa persona no tenía el apoyo, recursos, ni medios. Sientes el abandono, no sólo de una madre, si no el de una sociedad que no ha aportado los recursos suficientes (preparación, medios y apoyos) para que esa madre pudiera ejercer sus funciones de forma adecuada.
Yo misma puedo decir que nunca antes había pensado en el abandono como tal pero si lo sentía y lo sigo sintiendo. Antes no lo había identificado, no le había puesto la “etiqueta” a un sentimiento que se corresponde con algunas de las características que decía y que es vinculante a las consecuencias del abandono.
Cesión. Vale. También. Muchas madres seguro que dieron a sus hijos en adopción para proporcionarles una vida mejor, si. Esa actitud refleja un interés por salvaguardar el interés del menor y ahí la palabra abandono me chirría un poco. Pero para ese niño, el hecho de ser “cedido” por su madre a otra madre, ¿le va a disminuir su sentimiento de pérdida? Yo creo que no. Tanto si hubo abandono, como si hubo una cesión, lo que acusamos es la pérdida. Luego cada uno, lo elaboramos de formas distintas.
Un abrazo chicas!
Como dice Iol-Iratxe, efectivamente cada uno siente lo que siente y lo vive como lo vive.
ResponderEliminarEl abandono es un hecho en si mismo, y un delito, unas veces se da y otras veces no se da. Diferente es el sentimiento de abandono, que se da muchas de las veces, como dice Carmen unos lo sienten y otros no lo sentimos, muchas veces se siente abandono sin saber exactamente si en el origen se ha dado un abandono como hecho, incluso hay veces que se sabe que no ha habido tal hecho y se sigue sintiendo.
Pienso que en realidad el abandono como sentimiento es un planteamiento de adultos, no de niños; somos los adultos los que no podemos entender que una mujer que ha estado embarazada y ha parido no asuma la responsabilidad de la maternidad, no entendemos que no quiera ser madre y con dificultad aceptamos que no pueda ser madre, sin pararnos a pensar cómo se ha producido el embarazo, y si es un embarazo imprevisto, a veces hacemos comentarios del tipo "pues que no se hubiese quedado embarazada", "que se hubiese cuidado", "ahora que asuma las consecuencias", convirtiendo así la maternidad, a veces tan idealizada, en un castigo, en una condena por una conducta "inapropiada". En definitiva culpabilizamos a la mujer en todo caso, y si después del parto asume la maternidad "impuesta" por un embarazo imprevisto, pero pasado el tiempo se demuestra su falta de voluntad y de capacidad y el niño se convierte en víctima de negligencia, malos tratos o incluso abandono, volvemos a culpabilizar a la mujer.
Insisto todos estos planteamientos son elaboraciones de pensamientos adultos no infantiles. Somos los adultos los que no "perdonamos" a una mujer que se queda emparazada sin preverlo o sin poder evitarlo, y somos los adultos los que no "perdonamos" a una mujer que no ejerce adecuadamente su impuesta maternidad.
Si habiendo sido adoptado tus padres consciente o inconscientemente asumen ese rol de padres salvadores de niños victimas de abandono por mujeres delincuentes, tú consciente o inconscientemente sentirás lo mismo, harás tuyo, el sentimiento de tus padres, y sentiras que has sido abandonado y sentirás gratitud hacia tus padres y cuando crezcas y entiendas como funciona esto de la reporducción por un lado y la maternidad/paternidad por otro, a lo mejor dejas de sentir abandono por un lado y gratitud por otro. Si por el contrario tus padres sienten que han llegado a serlo como parte del ciclo de la vida, de la gran familia humana y muestran respeto incluso un cierto reconocimiento hacia la mujer que te parió y ellos no son heroes sino padres gracias a o por culpa de esa mujer que no quiso o no pudo ser tu madre, entonces tú probablemente no sientas abandono.
Lo que seguramente sintamos todos, en cualquier momento de nuestra existencia desde que somos niños, durante nuestra adolescencia especialmente, y algo durante el resto de nuestra vida, es esa pérdida que menciona Iol-Iratxe, y para eso no se distingue entre haber sido abandonado o no, el sentimiento de pérdida creo que sí que es universal, con independencia de los hechos que hayan dado lugar a la adopción, y hayamos sentido abandono o no.