viernes, 23 de septiembre de 2011

¡SORPRENDIDO!


Sorprendido. El doctor Josep María Lailla, presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia está sorprendido por el revuelo que las viñetas dibujadas por su colega, el doctor Javier Server Gonsalvez, ha publicado en la gaceta electrónica de dicha sociedad. Así lo ha manifestado en el programa de Julia Otero (Podéis escuchar sus declaraciones a partir del minuto 5).

Y yo me he quedado asustada. Asustada de la prepotencia y falta de sensibilidad que encierran esas palabras. Asustada de lo que eso supone sobre el concepto que este doctor, y todos lo que opinan como él, tienen de nosotras.

Sí, nosotras. Las mujeres que pasamos por su consulta en las revisiones anuales, cuando nos sentimos mal o cuando estamos embarazadas. Las que nos quitamos la ropa y nos tumbamos boca arriba abriendo las piernas, exponiendo ante ellos nuestra más sagrada intimidad, con la confianza de que estamos ante un profesional sensible, íntegro y humano.

Y ahora resulta que no, que a lo peor ese profesional en el que confiábamos tan ciegamente, a la vez que nos examinaba tan "profesionalmente", también se estaba cachondeando del tamaño de nuestras nalgas, o nuestro pecho inmenso. Que nos despreciaba por ser demasiado mayores, huesudas o gordas; o se relamía porque éramos jovencitas, atractivas y con pechitos en punta.

Ahora resulta que el Ginesaurus horribilis va a ser mucho más peligroso que su primo, el Tyrannosaurus rex, con el agravante de que el segundo está extinguido, pero el primero no. Y es que no sólo se está cargando nuestros partos, no. Era evidente, pero yo no he acabado de verlo hasta ahora. Mucho antes que nuestros partos ¡Se cargaron nuestra sexualidad!

Nos miraban desde ese podio de cristal en el que gustaban de subirse para colgarse el título de "Señor Doctor" y desde ahí nos daban a entender que éramos sucias, imperfectas, putas o mojigatas. Nos convencieron de que sufríamos síndromes varios: síndrome premenstrual, síndrome menstrual y síndrome postmenstrual si me apuras. Que nuestras menstruaciones, que nuestros ciclos, eran algo molesto que mejor anular a base de medicación. ¿Para qué? ¿Tal vez para dejarnos suspendidas indefinidamente en la fase "receptora del macho"? ¿Tal vez para convertir en una muñeca hinchable a la mujer femenina, sensual, sexual y maternal que realmente somos?

Nos convencieron de que todas nuestras molestias, todas nuestras enfermedades ginecológicas, no tenían nada que ver ni con la represión, ni con la esclavitud, ni con el sometimiento al macho. No. Todas eran fruto de nuestra naturaleza imperfecta y defectuosa. Naturaleza imperfecta que ellos "arreglaban" a base de hormonas artificiales, medicamentos e intervenciones varias.

Y por supuesto, tampoco sabíamos parir. Sin su ayuda la especie humana se habría extinguido, sin duda. ¿Como vamos a parir sin epidural y oxitocina? ¿Como vamos a parir en posición vertical, en lugar de tumbadas boca arriba, con las piernas atadas y abiertas delante de sus narices? ¿Sin ofrecerles ese magnífico panorama para meternos la mano hasta el esternón?

Se cargaron nuestra posibilidad de desarrollar el apego natural e instintivo por nuestro hijo inmediatamente después del nacimiento. ¿Como? Interviniendo innecesariamente  y por rutina todos nuestros partos, y llevándose al recién nacido sin que prácticamente lo viéramos. Y con las mismas herramientas de parto intervenido y separación inmediata se cargaron la lactancia. Así estaríamos dispuestas para nuestro macho en 40 días a mucho tardar. Y es que un hombre tiene sus necesidades....... no en vano salíamos de nuestra revisión postparto (40 días después de parir) con un tubito de lubrificante vaginal.

En resumen: se cargaron nuestra sexualidad a base de convertirla en molesta y patológica y, así,  el Ginesaurus horribilis se ha convertido en una de las manos ejecutoras del patriarcado en su afán por destruir a la mujer completa. Enhorabuena: sin una labor tan concienzuda de patologización de la sexualidad femenina, la desnaturalización y masculinización de la mujer patriarcal no hubiera sido tan eficaz, seguro.

Pero se acabó. Al menos para mí se acabó porque ya no cuela. Esas viñetas han sido la clásica "gota que derrama el vaso entero". O mejor dicho, las viñetas no. De hecho han sido las declaraciones del doctor Lailla. Escucharle decir que esas bromas no tienen importancia. Decirlo incluso con tono de persona ofendida. No oír ni una sola palabra de disculpa. Su absoluto desprecio a lo que hemos manifestado más de un millar de usuarias de sus servicios........ me ha asustado.

Me ha asustado a mí y creo que a más de un millar de mujeres más. La mayoría enfadadas, pocas sorprendidas, pero creo que todas asustadas. Porque estas declaraciones nos rebelan la punta de la parte flotante del iceberg completo. Y dan a entender que por debajo de la superficie hay un iceberg muy, pero que muy, peligroso.

¿En manos de que tipo de personas y profesionales estamos poniendo nuestra salud sexual y reproductiva?




5 comentarios:

  1. Quizás por todo esto cada vez hay más mujeres que prefieren ser tratadas por ginecólogas, yo soy una de ellas.
    Un saludo!

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  2. Bravo María!
    Es un gran artículo que me ha llegado al alma, me ha hecho vibrar y espero que lo haga en muchas otras mujeres y hombres... comparto el artículo por todos lados :)

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  3. Sin duda en manos de LOCOS, no son mas que unos pobres LOCOS. Como Hitler, que empezo con pequeñas cosas y termino matando 50.000.000 personas, era un loco.
    Hay que seguir manifestando, juntar firmas, Y SOBRE TODS LAS COSAS NO TENGAMOS MIEDO A NADA; NO HAY QUE TEMR. Pidamos que se vayan, que se disculpen o que se retiren de su profesion o vamos a remplazar a compensar con otros medios mas seguros y naturales para dar a luz en un futuro ( de hecho ya lo estamos haciendo). Me gustaria estar alli para poder mover el piso desde el terreno, las apoyo igual, estoy aqui, yo te sigo.

    Un abrazo

    Silvana

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  4. María, cuanta lucidez en tus palabras.. nunca lo había visto tan claro pero es así! Realmente da asco.. al servicio del macho. Para mi tampoco cuela ya! Te aplaudo María! Besos!

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  5. Excelente, María! Gracias por esta reflexión, me ha hecho recapacitar sobre otros aspectos de nuestra naturaleza femenina. Confío en que logremos que esto cambie. Un abrazo

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