Todavía estoy digiriéndolo. Este fin de semana ha sido para mí uno de los más intensos y emotivos de mi vida, y eso que en estos últimos años mi maternidad me ha regalado muchos momentos difícilmente comparables. Pero estos dos días me han dejado una huella que no se borrará nunca.
¡Ay, sí! Este fin de semana ha sido uno de esos momentos que marcará mi vida de una manera muy especial. Y no ha sido tanto por la presentación de nuestro libro, Una nueva maternidad, que también, sino por haber conocido, por fin, en la realidad corporal, a la mayoría de estas personas maravillosas con las que he compartido la gestación virtual de este precioso proyecto. Por fin he podido poner voz, expresión, mirada y contacto a Raquel, Enriq, Ileana, Carol, Mónica, Louma, Cristina, Erika, Mari Mar y María José sin olvidar a nuestra editora Eva y al resto de maridos/compañeros presentes. Por supuesto me faltaron Irene, Vivian, Azucena, Nohemí y Miriea. Fue la única sombra en un encuentro donde se notó su vacío como algo físico. Vamos, que podía ver perfectamente el hueco que dejaba su ausencia cuando el grupo se reunía.
Estos dos días han estado cargados de momentos especiales: la primera visión de Ileana, Carol, Raquel, Mónica y María Jose cuando escuché "¡Aquella es María!", los abrazos y besos que siguieron, la visión del libro en las estanterías de la librería, la multitud que llenó la sala hasta rebosar, las palabras de cada una de las conferenciantes y, especialmente, la ola de emoción y fuerza que nos embargó a todos los presentes tras la intervención espontánea, tan intensa y cargada de verdad, de Mari Mar.
Ya por la noche, en la cena, conversando con Carol y su marido, que sostenía al pequeño Mateo dormido en brazos.
Y la comida en la villa olímpica al día siguiente, hablando de la absoluta dependencia que cada ser humano tiene de todos los demás: como la salud y el bienestar de cada uno depende del bienestar de la humanidad y del planeta; y luego la tarde vagueando en la playa, charlando y celebrando el cumple de Mónica con un delicioso bizcocho preparado por Louma y una velita que se apagaba continuamente por culpa de la brisa mediterránea.
Y la charla con Mónica, ya de vuelta por el paseo, por causa de la cual perdimos a los demás y estuve a punto de no poder despedirme de ellos antes de que mi familia y yo nos retiráramos, ya definitivamente, mientras el grupo iba a realizar algunas comprillas para regalar.
Conversaciones sinceras, intensas, profundas y también irónicas y divertidas. Abrazos y apretones de manos que surgían de manera espontanea, miradas que se cruzaban cargadas de reconocimiento y cariño.
Ahora, por fin ya en casa, a un millar de kilómetros de Barcelona, siento que me he traído un pedacito del alma de cada una de estas mujeres y que otros tantos pedacitos de la mía se han quedado con ellas. Recuerdo una y otra vez las escenas compartidas y mi pecho se llena de una felicidad tan auténtica, de una esperanza tan real, que me hace mirar la vida con sus problemas cotidianos, sus sinsabores y sus tropezones, de manera diferente.
Ya está, ya se presentó el libro. Ya conocí en persona a una parte de La Tribu . Me quedan los recuerdos, las fotos y el vídeo que Enriq editará en breve. Ahora a seguir adelante. A retomar los viejos proyectos y gestar nuevos. A seguir viviendo, con el impulso que esta experiencia me da para vivir como quiero vivir y criar como quiero criar. Para resucitar definitivamente a La Madre auténtica que hay en mí, esa que el patriarcado ha intentado asesinar pero que, evidentemente, no ha conseguido, porque cada una de nosotras la lleva dentro, esperando que el beso del deseo y la inteligencia la despierten.
Quiero dejaros aquí una canción interpretada por Barbara Streisand en la película Jentl que representa lo que yo he sentido estos dos días: "This is one of those moments". A Jentl la conocí hace unos 23 años, cuando un amigo me regaló su banda sonora. Es una película muy especial en la que una mujer judía tiene que hacerse pasar por hombre para poder cumplir su sueño de estudiar, para al final descubrir que ella no puede renunciar a su verdadera identidad por nada, por lo que se ve obligada a emigrar a una tierra que le permita desarrollar todo su potencial siendo ella misma. Muy representativa de esta sociedad que ha intentado vendernos la masculinización disfrazada de liberación. Desde que conozco esta canción, ha habido cuatro momentos muy especiales en los que se ha presentado en mi cabeza sin una invitación consciente: la unión con mi marido y mis tres partos. También he intentado evocarla en otros momentos que yo creía importantes, como el día de la defensa de mi tesis doctoral, pero lo cierto es que así sólo consigo recordarla sin que me invada de la manera en que lo hace cuando llega ella sola a mi mente, sin haberla llamado. Hoy, cuando me he puesto delante de la pantalla, la canción me ha invadido, arrancándome una sonrisa de reconocimiento e impulsándome a ir a YouTube para colgárosla aquí.
Hay momentos que recuerdas toda la vida
Hay momentos por los que esperas y sueñas toda la vida
Y este fue uno de esos momentos
Qué bella Maríaaaaa, te leí y me emocioné un montón, ¡qué recuerdos!
ResponderEliminarMuchos abrazos a todas!
Louma
Ay Louma, que bonito ver vuestros mensajes y palabras escritos ahora que ya nos conocemos en persona :o) Que ilusión!!!!
ResponderEliminarMe ha emocionado leerte!!! como me habría gustado poder conoceros y compartir un ratito con vosotras!!!
ResponderEliminarAna, yo pensaba que andarías por ahí..... bueno, seguro que habrá otra oportunidad de encontrarnos :o)
ResponderEliminarAy, María, que me haces llorar a mares!!!
ResponderEliminarDescubrir en persona que sois aún más grandes de lo que ya sabía, ha sido un milagro.
Gracias, gracias por tu amabilidad inmensa, por tu transparencia, tu sinceridad, tu sabiduría.
Y gracias por este texto, estas fotos y esta canción maravillosa. (Jentl es también una película favorita para mí).
¡UN ABRAZO ENORMEEEEEEE!!!!
Gracias a tí, Ileana, y no te digo más que si empiezo no acabo y ya me repito mucho, porque ya sabes cuanto te admiro y todo lo que has representado para mí.
ResponderEliminarsin ti, sin ninguna de vosotras no habría magia....
ResponderEliminarQué bonita entrada María... y sí... sin duda ese fue uno de esos momentos inolvidables... Yo no pude resistir la tentación de mandarle un sms a Ile sabiendo que interrumpía la presntación... pero aunque fuera a distancia... estaba con vosotras...
ResponderEliminarMe alegro que a pesar de la distancia física que nos separa os hayáis podido reunir tantas... hasta eso ha sido increíble...
Ojalá para la próxima pueda estar yo y abrazaros de verdad... no sólo con las palabras...
Erika, pues de ti aprendí yo la magia de ser mujer. Nohemi, seguro que habrá una ocasión para conocernos, algún día conseguiremos reunirnos todas!!!! y todos!!!!! (Compañeros y peques incluídos :o) )
ResponderEliminarQue bonito, un sueño cumplido verdad? me encanto la entrada, y muero por leer ese libro.
ResponderEliminarMria tenes un premio en mi blog: http://amo-ser-mama.blogspot.com/2011/06/mas-y-mas-premios.html
Un abrazo!
Jo, que pena no haber podido ir....pero tenía el viaje a Londres reservado desde hacía tres meses....
ResponderEliminarMuchas gracias Bren, por tu comentario y por el premio!!!!
ResponderEliminarLady A, ya habrá otra ocasión, seguro.