viernes, 29 de abril de 2011

ESTIMADO OBSTETRA......

Estimado Obstetra - Amor Maternal

Estimado obstetra:

Soy María, madre de tres hijos de cinco, cuatro y dos años de edad. Y como eso le escribo: como madre multípara, añosa (el primero me nació cuando yo ya contaba con los treinta y cinco años bien cumplidos) y que ha devorado los libros de su colega Michel Odent,  mucha bibliografía de Ina May Gaskin, Consuelo Ruiz-Vélez Frías, David Chamberlain y Casilda Rodrigañez, además de artículos que salen en la red de páginas web como "El parto es nuestro",  las últimas recomendaciones de la OMS para la atención al parto,  diversos blog de maternidad y crianza y bastante bibliografía especializada de estudios clínicos sobre la seguridad del parto en diferentes condiciones .

Me preguntará el porqué de tanto interés por todo lo relacionado con el nacimiento del ser humano teniendo en cuenta que para preocuparse de mis partos ya están ustedes, que han estudiado la larguísima carrera de medicina, con su especialización incluida, y a lo que la mayoría  pueden añadir muchos años de experiencia en el ejercicio de su profesión.

Pues verá, todo empezó en mi primer parto. Fue un muy buen parto según sus estándares. Me dilataron a base de oxitocina sintética y me pusieron epidural. Nada excepcional. Tal vez la mayoría de ustedes hubieran preferido hacerme una episiotomía, ya que me rasgué ( le pedí a mi ginecóloga que por favor no me cortara, algo que respetó, tal vez en contra de su criterio). En el expulsivo sentía que me moría, que no podía más. Me dijeron que eso era lo normal, que precisamente cuando crees que no puedes más es cuando nace el bebé. Me felicitaron porque "había conseguido parir" y nadie se preocupó de que no tuviera el menor interés por ponerme a mi hijo al pecho. Todo era lo normal: una madre agotada y un bebé adormecido que no se engancha al pecho y cuando lo hace (más de 24 horas después) lo hace mal.

Pero ¿Sabe? a mí me quedó mal sabor de boca. Resulta que, además de todo lo que les he contado por ahí arriba, soy doctora en biología y, aunque mi especialidad no es la zoología, lo cierto es que me costaba creer que la especie humana hubiera llegado hasta donde ha llegado teniendo un mecanismo de parto tan terriblemente defectuoso. Porque no era sólo mi parto, no. La mayoría de mis primas y de mis amigas habian parido por cesarea. Sí, si, la mayoría. Y las que se habían librado de la cesarea habían tenido partos bastante infernales y muy intervenidos. Y sí, claro, ya sé eso de la cabeza grande por nuestro inteligentísimo cerebro, la pelvis estrecha por la posición bípeda, como complica todo esto la evolución del parto......... pero, a pesar de todo, es difícil de creer que una especie con un parto tan peligroso haya, no sólo sobrevivido, sino colonizado el planeta entero tal y como nosotros lo hemos hecho.

Por eso empecé a leer. Empecé por "La revolución del nacimiento" de Isabel Fernandez del Castillo y continué con todo lo que caía en mis manos de Michel Odent. Y la verdad es que fue un muy buen comienzo. En la obra de Michel Odent están muy bien reflejadas todas las razones de porqué el parto es como es y no como debería ser. Además a través de sus libros, artículos  y  banco de datos sobre salud primal puedes acceder a muchísima bibliografía interesantísima. Más tarde, la lectura de autores como Casilda Rodrigañez, David Chamberlain, Nils Bergman o Laura Gutman complementaron los conocimientos adquiridos con las lecturas de Michel Odent, apoyando sus teorías desde otras disciplinas.

Así que, después de algo más de cinco años leyendo y leyendo a los más diversos autores sobre el parto, el bebé y la parturienta, he llegado a las siguientes conclusiones:

EN CUANTO A LA MADRE Y AL PARTO
  1. El parto es un ACTO SEXUAL. Igual que lo es el coito pero, a diferencia de este último, no es reconocido ni tratado como tal.
  2. El neocortex inhibe el parto, de la misma manera que inhibe el coito. Es nuestro cerebro primitivo el que tiene que orquestar todo el proceso, pero para ello el neocortex tiene que permitírselo.
  3. Y para que el neocortex deje el camino libre y se "desconecte" la mujer necesita unas condiciones mínimas de intimidad, seguridad, confianza y bienestar. Sólo así se activará completamente la cascada hormonal que permite que el parto se desarrolle con fluidez. 
Reconocerá usted que las condiciones actuales de atención al parto vigentes en la gran mayoría de hospitales  ignoran absolutamente los tres puntos anteriores. El resultado es que las mujeres se enfrentan a sus partos con el neocortex alerta e inhibiendo la cascada hormonal necesaria para que todo evolucione. Esto tiene varios efectos:
  1. Al no evolucionar de manera espontánea se tiene que intervenir y con las intervenciones se produce una "reacción en cadena", ya que cada una aumenta la posibilidad de que se tengan que aplicar otras más invasivas, hasta llegar a la salvadora cesarea, imprescindible cuando el proceso natural se ha echado a perder completamente.
  2. Las mujeres nos creemos que no sabemos parir sin ayuda y consideramos al hospital, sus protocolos y sus profesionales nuestros salvadores, ignorando que en la gran mayoría de los casos se están limitando a resolver las complicaciones que ellos mismos han provocado al intervenir por defecto un proceso que, en otras condiciones totalmente distintas, hubiera evolucionado de manera natural y sin complicaciones. 
Usted me dirá que las cosas no son tan sencillas, que parir es peligroso, que se pueden presentar muchísimas complicaciones, que en la naturaleza también se muere pariendo, que la mortalidad de las madres y los bebés ha disminuido muchísimo en las últimas décadas (sobretodo desde que se pare en hospitales) y, la última y más popular: que parimos demasiado mayores (o sea, somos madres añosas) y por eso necesitamos tanta "ayuda".

Bueno, pues entonces explíqueme porqué las estadísticas sobre mortalidad no reflejan diferencias entre partos atendidos en casa por personal cualificado y partos hospitalarios, cuando lo más razonable y lógico sería que parir en casa fuera significativamente más peligroso. Yo creo que es porque el mismo hospital está desencadenado las complicaciones que luego tiene que tratar. En cambio, en su propia casa, la mujer está en un ambiente más idóneo para que se produzca el verdadero parto orgásmico que es, a todas luces, el más seguro de todos.

Y me preguntará ¿Porqué entonces todavía se producen complicaciones importantes en algunos partos en casa que obligan al traslado urgente al hospital?

Pues yo le contesto lo siguiente (basándome principalmente en mis lecturas de los textos de Casilda Rodrigañez y en el "Estudio sobre el útero" realizado actualmente por mi ciber-amiga Monica de Felipe): Porque las mujeres hemos olvidado, no sólo que podemos parir y como hacerlo, sino que podemos parir sin dolor. No sólo lo hemos olvidado, sino que cuando las últimas investigaciones intentan recordárnoslo, no nos lo creemos. Y eso ha ocurrido porque milenios de patriarcado, sometimiento y demonización de nuestra sexualidad nos ha convertido en lo que ahora somos: mujeres adultas con una sexualidad no desarrollada plenamente:  Mucha sexualidad coital frente a cero sexualidad maternal (parto y lactancia). Mujeres con úteros contraídos, tensos, inhibidos, que no pueden latir en contracciones indoloras y eficaces. Mujeres que llegan a sus partos sin haber desarrollado todo su potencial sexual.. Mujeres que llegan a sus partos sin ver un sólo parto natural, fisiológico u orgásmico (como quieran llamarlo, es lo mismo) y, encima, convencidas de que parir es, obligatoriamente, doloroso, terrible y peligroso.

Las mujeres que paren en casa están más concienciadas y mejor informadas que la gran mayoría de las que van al hospital, pero aún así es muy difícil desprenderse de todas las limitaciones que el patriarcado nos ha impuesto porque el sometimiento empieza a producir sus efectos ya desde que somos niñas. Y a pesar de ello la gran mayoría consigue parir sin grandes complicaciones, seguramente con dolor, pero sin poner en peligro su vida o la de su hijo. Y una minoría consigue librarse incluso del dolor y vivir el parto que la madre naturaleza nos tiene preparadas a todas.

Pero no se preocupe, que no pretendo dejarle sin trabajo. Es evidente que el parto es un proceso que se debe de realizar controlado por personal cualificado para asegurarse de que todo va como debe y, si no, intervenir para asegurar el bienestar de madre y bebé. A diferencia del coito -que puede interrumpirse en cualquier momento del proceso sin poner en peligro la vida de nadie - la interrupción del proceso del parto puede tener consecuencias muy graves para la madre y/o el bebé. Así que no crea que estoy abogando por parir en medio de la selva del amazonas sin ningún tipo de asistencia cualificada.

No, lo que yo reinvindico es totalmente diferente. Reivindico el derecho de todas las mujeres a tener la oportunidad de vivir su parto orgásmico, cuidadas  y protegidas por unos profesionales que vigilan en la sombra, sin molestar, atentos y dispuestos a intervenir si aparecen complicaciones imprevistas (que no producirían ni ellos con su actitud, ni sus obsoletos protocolos), complicaciones que por minoritarias que fueran en el caso de que las mujeres pudiéramos parir en las condiciones ideales, son razón suficiente para la presencia (respetuosa y silenciosa, eso sí) de profesionales debidamente cualificados durante el proceso del nacimiento.

Y EN CUANTO AL BEBÉ

Pues más de lo mismo. El bebé está preparado, gracias a miles de años de concienzuda evolución, para vivir el parto orgásmico y, tras él, ser colocado en su habitat natural: el pecho de su madre, donde encontrará todo lo necesario para sobrevivir por sus propios medios (Nils Bergman). Así de simple. Negarle eso gratuítamente es intolerable, pero es lo que viene ocurriendo desde hace siglos y de manera sistemática en nombre de una falsa seguridad, ya que lo más seguro siempre será lo que la naturaleza tiene previsto. Ante estos hechos Michel Odent nos lanza una valiente hipótesis: la capacidad de amar que tenga en el futuro ese bebé estará determinada por lo que ocurra durante el nacimiento e inmediatamente después de él. La clave parece estar en la oxitocina y le recomiendo encarecidamente que lea los escritos de este autor sobre este tema. Si tiene razón, las repercusiones de su teoría son impresionantes y desde luego es como para plantearse muy seriamente el trato dado al bebé en la actualidad durante el parto y el post-parto.

Y de nuevo no piense que niego la existencia de patologías que obligan a separar el bebé de su madre tras el nacimiento, o a sacarlo mediante cesareas o partos instrumentalizados. Pero usted sabe muy bien que muchas de estas acciones se realizan sin ser necesarias o como respuesta a complicaciones producidas por la misma intervención previa, como ya he comentado anteriormente. Y esto es lo que hay que cambiar. Que ningún bebé sufra gratuitamente en nombre de protocolos obsoletos, que se permita actuar libremente a la naturaleza  mientras ustedes observan (recuerden, en la sombra, "sin ser vistos ni oídos") preparados para actuar en caso de que se necesite su intervención debido a una verdadera complicación.

Si ustedes consiguieran este objetivo no sólo tendríamos los partos que  nuestros hijos y nosotras nos merecemos, sino que se daría el primer paso para que se produjera el apego natural entre madre e hijo y que la tercera fase de nuestro ciclo sexual, la lactancia, empezara con buen pie. Y esto a su vez produciría un cambio enorme en la relación entre padres e hijos y su crianza posterior, repercutiendo todo ello en la formación de seres humanos más pacíficos, amoroso y empáticos. El resultado final sería una sociedad diferente a la sociedad violenta y competitiva de la actualidad. Una sociedad más justa y pacífica. Tal vez crean que estoy exagerando y que se "me va la olla" pero ¿Y si tengo razón? (Bueno, no yo personalmente,  sino Michel Odent y otros autores antes citados que apoyan esta hipótesis). ¿No creen que las repercusiones de su pequeño cambio de actitud podrían ser suficientemente importantes como para lanzarse de cabeza a él?

En fin, estimado obstetra, no quiero alargarme más. Si después de leer mi carta siente la tentación de leer las fuentes que cito, reflexionar sobre ellas y cuestionarse su actuación, me doy por satisfecha. Gracias a Dios las cosas están cambiando, ya desde hace años, más en unos países que en otros, pero de manera inevitable.

Un cordial saludo

María Berrozpe


12 comentarios:

  1. Espectacular carta al obstetra María. A ver si con esta iniciativa se consigue lo que comentas, que algunos de los profesionales de la salud se planteen que pasaría si... y poco a poco se de un cambio en los nacimientos en nuestro país.
    ¡Gracias! Un beso!

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  2. Gracias Carol!!!! Todas unidas podemos conseguirlo todo...

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  3. q maravilla de post!, me has abierto aun mas a la posibilidad de q con mi siguiente bebe tenga un parto en casa, un abrazo!

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  4. Hola Maria, no conocia tu blog y me ha encantado esta entrada. Por lo que veo tenemos mucho en comun y adema ambas somos biologas . Me apunto a seguirte desde hoy

    Un beso

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  5. Gracias MOom y Yasmin!!!!!!!

    MOom, lo cierto es que yo parí a los tres bebés en el hospital, porque soy una hipocondríaca terrible y el hecho de tener todo a mano en caso de complicación me daba mucha seguridad. Pero para el tercero, un parto que he explicado ya varias veces porque fue maravilloso, me busqué la comadrona y el hospital de acuerdo con lo que quería. De esa manera tuve todo lo que me permitió desconectar el neocortex: intimidad, comodidad y sensación de seguridad. El resultado me sorprendió incluso a mi misma porque el parto fue rapidísimo (los otros dos fueron eteeeernos) y tuve un reflejo de eyección impresionante. Esta experiencia me confirmó todas las teorías de Odent, por eso me he vuelto una defensora acérrima del parto respetado/fisiológico/no intervenido/orgásmico. Mi ideal sería que los hospitales también ofrecieran esta opción, Gracias a Dios cada vez más lo hacen, para las miedosas como yo que no se deciden a parir en casa. Si tuviera un cuarto hijo y tengo la opción de parir en un hospital como al tercero, haría eso. Si no, sin duda lo tendría en casa.

    Gracias Yasmin por seguirme y comentar, Otra bióloga!!! Estupendo!!!!

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  6. Hola Maria, Me ha encantado tu post, clarito calrito, a ver si en serio se empiezan a cuestionar los "profesionales" como pueden ayudar en vez de entorpecer procesos fisiologicos tan importantes en la vida de la mujer, como el parto.
    Completisimo en cuanto a información se refiere, hay varias de estas referencias que no he mirado, ya me dejaste tarea. Yo tengo un hijo, y trate de que mi parto fuera lo mas respetado posible, también parí en hospital, no me anime en casa, lleve mi plan de parto (y por suerte conté con una matrona que me lo respeto, ridículo que dependa del profesional que te atiende pero así es), a ver si me animo a participar en el carnaval, después de este post lo pones difícil, jejejeje. Abrazos y gracias por abrir mentes

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  7. Abrazarte, gracias por tu comentario. Ánimate a participar!!!! Cuantos más testimonios haya más probabilidades de que nos escuchen...... Todas tenemos mucho que decir y muy bien dicho :o) Tenemos que hacernos respetar!!!!

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  8. María, tu carta me ha encantado pues le agregas mucha ilustración a los sentimientos, y definitivamente, cada vez me convenzo mas de que razón y corazón no pueden estar separados. Tienes mucha razón en lo que dices, hasta ahora conozco tu blog, gracias a esta iniciativa. Soy médica, he tenido que atender muchos partos, pero conté con la suerte de tener como docente en la sala de partos a una ginecóloga maravillosa (que además es mi mamá), que me enseñó a no olvidarme nunca de mirar a la madre, preguntarle como se siente y acompañarla en todos los aspectos. Así que me siento satisfecha por mi tarea, aunque se que puedo hacerla mejor...a raiz de esto me han entrado unas ganas inmensas de entrenarme como doula, asi que tal vez pronto lo haga!
    Es imperativo que todos los médicos y enfermeras nos humanicemos cada vez mas en nuestro actuar y mucho más cuando asistimos al milagro de la vida... confío en que esta semilla de muchos frutos.
    Te invito a conocer mi blog y mi historia, en lazosyabrazos.blogspot.com y a que me cuentes como te parece...

    Bueno,

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  9. Querida Brazos y abrazos, gracias por visitarme y por tu comentario. Me da mucha alegría ver por aquí una profesional de la salud que además ¡Quiere ser doula!!!! ¡Serás la profesional perfecta para acompañar un parto!!!! Ahora mismo me voy a visitar tu blos :o)

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  10. Hola María.Estoy impresionada después de haber leído algunas publicaciones de tu blog.
    Como buena estudiante de las teorías cognitivo-conductuales que fui (psicología), siempre he defendido 'métodos de crianza', basados que ellas. El sustento de estas teorías, a mi entender, se resume en lo siguiente: "cuidado con los hábitos que le inculques a tu niño porque serán determinantes el resto de su vida. De ti depende que tu niño sea más independiente, que se acostumbre a dormir-jugar solo, a comer bien, a no ser un 'tirano malcriado" .Además tengo que confesarte que la educación que recibí de mi madre fue más o menos así.
    Ya te podrás imaginar el impacto de tus palabras, que por otro lado no me pillan de sorpresa, ya que, se están haciendo cada vez más visibles nuevas corrientes de crianza en consonancia con lo que tu tan bien defiendes , con muchos detractores, por cierto, pero también con más seguidores cada vez.
    Lo cierto es que me emociona leer lo bonito que puede ser la crianza desde esta perspectiva, pero por otro lado, debido a mi propia educación, en todos los niveles, me da miedo.
    Tengo que decirte que no soy madre. Siempre he ido rechazándolo porque siempre he visto a mi alrededor que tener niños se convierte en una carga agotadora y en una cadena que puede pesar mucho. Me da miedo. Por otro lado, me conozco y sé que la parte de ternura que conlleva la maternidad me cambiaría la vida. Pero nuevamente caigo en el temor '¿sería a mejor?'.
    No sé por qué te escribo realmente. Quizá llevo una temporada larga planteándome ser mamá,con muchos temores, pensando que la edad apremia, y de pronto te leo y te veo tan segura y disfrutando tanto y sobretodo, de manera tan natural...En todo este proceso adémás me ha surgido otra 'razón' más para descartar la maternidad.Me han diagnosticado hernias discales en las lumbares que de vez en cuando me dejan fuera de juego. ¿Cómo podría cuidar de mis niños así, teniendo en cuenta que mi pareja trabaja todo el día y que mi madre ya es bastante mayor?.
    En fin, espero no haberte cansado mucho con mi carta, pero leyéndote he comprendido muchas cosas y he sentido la necesidad de escribirte.
    Un cordial saludo, y gracias por tu blog.

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  11. Querida anónimo, gracias por tu comentario. No me cansas en absoluto, todo lo contrario. Es una de las magias de tener un blog: poder compartir sentimientos con tanta gente diferente.

    Si tuviera que elegir una palabra para definir la maternidad sería "intensidad. Y es que cuando eres madre todo lo referente a tu(s) hijo(s) es muy intenso, o sea, muy muy muy bueno o muy muy muy malo. Dices que me ves tan segura, pero la verdad es que, como todas las madres, nado sumergida en un mar de dudas, de miedos de frustraciones, aunque también, por supuesto de mucho mucho amor y de mucha mucha felicidad.

    Sólo una cosa tengo clara: ahora ni te imaginas lo que vas a sentir por tu(s) hijo(s). Hasta que no los tienes en brazos no tienes ni idea de lo que realmente van a significar. Por eso, decidirse a ser madre, es siempre un salto al vacío y con los ojos cerrados.

    Y desde luego es un camino de aprendizaje fascinante. Si lees el pequeño párrafo escrito debajo del título verás que yo tenía exactamente la misma creencia que tú. Pero cuando tuve a mi primer hijo en brazos (bueno, de hecho la transformación empezó ya con el parto) vi que no era feliz así, ni yo ni mi niño. A partir de ahí empecé a leer y leer y leer y hablar con unos y con otros.... y así sigo, buscando mi camino, mi forma de maternar, para hacer de mis hijos unos seres humanos felices y buenos.

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  12. Gracias y felicidades, no he podido poner mas en comentarios porq llevo una media hora intentandolo y no me dejaba un abrazo grande

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