viernes, 15 de febrero de 2013

LA PEDAGOGÍA BLANCA


Llevo un temporada terrible. Yo no sé si soy yo o son ellos o somos todos pero cada día siento que no puedo más, no doy mas de mí, me superan y no tengo más herramientas para manejar todos estos conflictos (que encima siento que ellos provocan por el mero placer de fastidiarme a mí) y que no acaben a gritos y lloros.

Cada día se monta una. Que digo una, se montan varias. Ellos, que son tres, se van turnando. Pero yo, que soy una y estoy sola con ellos prácticamente todo el día, me las tengo que comer todas. Y al final el resentimiento me asusta porque sé que no es culpa de ellos que son niños normales y sanos, sino mía, que no puedo afrontar su crianza con la madurez que requiere porque no he alcanzado esa madurez. Y para cuando la alcance, si la alcanzo, ¿será ya tarde?

Desde que nació el mayor siento que voy siguiendo un tren en marcha que nunca alcanzo. Cada paso me pilla sin la preparación intelectual y sin el estado de madurez afectivo y emocional que requiere para poder manejarlo convenientemente. El primer parto fue intervenido, la primera lactancia fue mixta, la primera pedagogía fue negra........ y el mayor va cargando con mis errores, uno a uno, porque para cuando yo aprendo ya he metido la pata con él, y muchas veces también con el segundo y con el tercero. Y es que, o yo soy dura de entendederas o esto es más difícil de lo que parece y yo he empezado desde muy abajo y ahora no llego. Es que no llego.

Se trata de saltar " a la otra orilla" pero últimamente estoy siempre en el agua. No hay manera y me ahogo. Estoy agotada.

Cuando tenía 18 años comencé una carrera universitaria para convertirme en bióloga: 5 años de licenciatura más 5 años de doctorado. Antes de considerarme capaz de ejercer como bióloga investigadora tuve que pasar un mínimo de 5 años de estudios.

Pero para convertirme en madre, una madre que cría y educa a sus hijos, no hice nada y empecé a ejercer sin la mínima preparación en una sociedad donde lo establecido deja múchísimo que desear. Dicen que a ser padres no hace falta aprender, que todo el mundo sabe. Y yo creo que depende: si estás de acuerdo con la manera en que te educaron, si no cuestionas nada, si sólo te vas a limitar a repetir en tus hijos lo que hicieron en ti, es verdad: no necesitas más.

Pero si te cuestionas las bases de lo "tradicional" de tu cultura, si crees que hay maneras mejores de hacerlo porque tus hijos no se merecen el daño que a ti te hicieron, que cambiando el paradigma de crianza puedes conseguir que ellos sean lo mejor y más felices que pueden llegar a ser, entonces sí necesitas más. Y yo quiero educar de otra manera, pero no sé hacerlo y al intentar cambiar el paradigma fracaso. Me caigo al agua. No sé como hacerlo. Simplemente es eso.

Por lo tanto necesito aprender como convertir estos deseos teóricos en una realidad diaria en la que cada segundo mi relación con ellos pone en jaque esta filosofía. Y es que no tengo herramientas para realizar el cambio ya que no sé, no conozco, no tengo ni datos ni ejemplos. A nosotros no nos educaron así. Entonces ¿Donde obtengo la información para actuar acorde a estos principios? ¿Como puedo aplicarlos en la vida diaria cada vez que mis hijos deciden que no quieren hacer lo que tienen que hacer, lo que yo necesito que hagan, o deciden hacer algo que les pone en peligro o que no es conveniente para ellos?

¿Como educarlos sin violencia, castigos, imposiciones cuando se declara un conflicto entre lo que ellos quieren y lo que tu quieres o consideras que debe ser? ¿Como no aplastar su personalidad, creatividad, libertad, iniciativa, al intentar que se ajusten a lo que yo considero que son unas normas imprescindibles para la vida familiar y social?

Mi hijo mayor va creciendo y, aunque todavía está lejos de la adolescencia, ya le siento mucho más allá del límite de mis capacidades para educarlo como quiero hacerlo. En el día a día se pone de manifiesto mi absoluta ignorancia sobre muchos aspectos de la evolución y crecimiento de mis hijos, de sus capacidades y posibilidades como seres humanos en desarrollo. Esto me pone en la peligrosa situación de estar una y otra vez recurriendo a lo que no quiero recurrir pero que es lo único que conozco: la pedagogía negra. Y es que, como he dicho, es lo único que conozco a fondo porque es lo único que se aplicó en nuestra generación y que todavía, desgraciadamente, se aplica mayoritariamente en la actualidad. Desde la propia familia hasta el personal de enseñanza del colegio, es casi imposible recibir el apoyo y la información necesarias para hacer las cosas como quiero hacerlas.

Y entonces Mireia Long me ha puesto al alcance de la mano una herramienta extraordinaria. Ella y su colaboradora Azucena Caballero han organizado un curso donde enseñarán exactamente lo que yo necesito aprender:




"...con la Pedagogía Blanca nosotras y nuestro equipo de expertos vamos a ayudarles a desarrollar herramientas y estrategias fundamentadas en el respeto al niño y a sus procesos naturales."


Ayer hicieron pública su web y aquí me tenéis, haciendo números y cavilando. De entrada parece bastante dinero, pero considerando que es un año de enseñanza y a todos los profesionales implicados no es tanto. Así que estoy pensando en apuntarme. Será una inversión que hago por mis hijos y por mi misma. Porque necesito ayuda, yo sola no puedo, y estoy cansada de no llegar nunca a coger el tren y de que mi hijo mayor pague una y otra vez por mis errores. Tal vez ahora tenga la oportunidad de dar un salto enorme para ponerme a la altura de mis expectativas y de lo que ellos necesitan de mí. Al menos en lo que se refiere a la parte intelectual. La parte de madurez afectiva y emocional tendrá que seguir su ritmo, pero esta ayuda en forma de conocimiento, formación e información supondrá una base importante desde la cual afianzar mi salto a la otra orilla, estoy segura.





jueves, 24 de enero de 2013

DIOS LE DA PAN.....................

Mi tercer parto:

Empezó rompiéndose la bolsa mucho antes de empezar las contracciones,  igual que en el primer parto pero a diferencia del segundo. En cualquier caso este detalle no tuvo más importancia que unas horas de incertidumbre por si mi ginecóloga insistía en inducir. Carolina la mantuvo a raya y pude dejarme llevar por la fuerza de mi naturaleza.

Cuando empezaron las contracciones ya estaba en mi sala de partos: una habitación relajada, suave, con una cama confortable, unas espalderas, una pelota enorme, la bañera de partos, una ducha y un retrete. Pero todo eso me sobraba, excepto la cama y el retrete, porque lo más importante lo llevé conmigo. Mi música de vida: una recopilación de mis canciones favoritas desde mi infancia. Quería que ese recorrido por la música que me había cautivado desde pequeña  nos acompañara a mi hijo y a mí en su nacimiento, en mi parto.

Fue mágico, hipnótico, extático. Las contracciones venían como olas potentes, nada dolorosas, algunas incluso placenteras. Hubo un par de horas que nos las cambiaría por nada en el mundo. Fueron increíbles. Fue una danza con la vida, con mi vida, mis recuerdos; con el futuro que salía de mi vientre. El pasado acompañó la bajada de mi hijo con sus sonidos y las imágenes y sentimientos que estos evocaban. Mi mente se perdió en ellos arropada por esas viejas canciones. Salí del tiempo y del espacio y me perdí en un ahora eterno donde mi infancia, mi adolescencia, mi vida adulta se fundían acunadas por el vaivén de las olas que traían a mi hijo al mundo.

Mi cuerpo era poderoso, eterno, inmenso. NO hubo dolor. NO hubo sufrimiento. Sólo placer y felicidad. Mi hijo estaba naciendo

Entró la comadrona y rompió el hechizo: "¡Llama a Carolina, que yo tengo una madre primeriza y no te podré atender si te pones a expulsar ahora!"

Hasta ese momento yo había abierto la puerta que lleva al parto orgásmico, había asomado la cabeza por la abertura, había estirado la mano y lo había tocado con la punta de los dedos. La llamada de atención de aquella comadrona provocó mi retirada. Volví al mundo real. Cerré la puerta. Mi cuerpo volvió a quedar bajo el control del neocórtex. Pero el camino andado ya estaba hecho y con 8 cm de dilatación sólo me quedaron 4 contracciones más, estas sí me dolieron, y el expulsivo, que también fue doloroso. 20 minutos nada más.

¿Que hubiera pasado si nadie me hubiera sacado de mi estado extático? ¿Hubiera parido totalmente sin dolor?¿Hubiera sido el expulsivo un gran orgasmo? No lo sé. Probablemente nunca lo sepa y mi camino hacia la recuperación de LA MADRE y de la maternidad completa se quede aquí, en cuanto a lo que al parto se refiere.

Pero me siento satisfecha. No cambiaría esas horas de dilatación no dolorosa, extática y placentera por nada del mundo. Cuento mi parto a diestro y siniestro para que las nuevas mamás puedan empezar desde el punto en que yo lo dejé, para que lleguen mucho más lejos. Para que se lo crean. Y me siento una privilegiada por haber podido vivir el parto que tuve.

Por todo esto me cuesta tanto entender que haya madres que, teniendo este y tantos otros testimonios al alcance de la mano, tanta información científica apoyando el parto natural, cuestionando las intervenciones innecesarias, GRITANDO los peligros de las cesáreas innecesareas, prefieran actuar desde la ignorancia y los intereses creados, a pesar de su situación privilegiada que les coloca en una posición donde tienen todas las posibilidades al alcance de la mano (y el bolsillo).

Pero este post no va dedicado a esas madres, ni siquiera a la más famosa de estos días: Shakira. No. Este post va dedicado a mi amiga Vivian Watson, autora del blog Nace Una Mamá y coautora de Una Nueva Maternidad. Resulta que Vivian no pertenece a esa clase social privilegiada y no lo tiene tan fácil para elegir el parto que quiere. Pero sí pertenece a esa otra clase de personas conscientes, inteligentes, informadas, preocupadas y ocupadas en construir un mundo y una sociedad mejores para todos. Por desgracia estas cualidades no se pagan con dinero, ya que en el fondo - y aunque no dé la felicidad - tal cual están las cosas a día de hoy, el dinero te da la libertad que necesitas para ejercer tus derechos.

Hoy  pensaba en que es una pena y que aquí podemos aplicar ese dicho de que Dios le da pan al que no tiene dientes. Y no es justo. Más que nada porque en la sociedad actual el pan no lo reparte Dios y el que más tiene no es ni de lejos el que más se lo merece por ser el que mas aporta a los demás, el que realiza un trabajo más valorado, necesario  o difícil. Por eso van las cosas como van, claro. Y evidentemente eso no lo vamos a cambiar a corto plazo. Desde luego no en las próximas semanas.

Pero lo que sí podemos hacer es echar una mano a Vivian para que tenga su parto en casa, el parto que ella y su hija se merecen. Aquí os dejo el enlace donde podéis donar dinero para que podáis ayudar a que Vivian pueda vivir el parto que consciente y libremente ha elegido tener. Creo que el parto en casa le va a costar unos 2000 euros. Ni de lejos el coste de una cesárea, pero ya veis, 2000 euros que hacen la diferencia entre tener la libertad para elegir tu parto o no tenerla.

Espero de todo corazón vuestra colaboración para que, así, con estos pequeños/grandes detalles hagamos esta sociedad de locos un poquito más justa


¡Daos prisa que ya está en la recta final!!!!!!!!!!




sábado, 12 de enero de 2013

LA CIENCIA QUE NOS LLEGA


Cuando trabajaba en un laboratorio de investigación cardiovascular haciendo mi tesis doctoral, tuve la oportunidad de ser testigo de hasta que punto la prensa general y los medios de comunicación tergiversan el mensaje que sale de los artículos científicos o las declaraciones de sus autores en las entrevistas que les hacen. Incluso recuerdo una vez donde uno de los directores del instituto de investigación donde estaba haciendo una estancia temporal tuvo que llamar a un periódico que había publicado una entrevista manipulando tan terriblemente sus respuestas que el mensaje había perdido todo el sentido original, hasta el punto de sentir que iba a quedar como un presumido mentiroso delante de sus colegas.

En otra ocasión, la directora del laboratorio, tras la presentación de los resultados de una posdoctoral del grupo en un congreso internacional, entusiasmada por el interés que habían suscitado aquellos resultados entre sus colegas, respondió tal vez con excesivo entusiasmo sobre las posibilidades de un determinado proyecto cuyo objetivo era encontrar nuevas proteínas implicadas en ciertas enfermedades cardiovasculares. Al día siguiente estos resultados fueron presentados en dicho periódico como una garantizadísima cura a este tipo de enfermedades, algo que todavía estaba muy lejos de las posibilidades del proyecto. La posdoctoral a cargo del mismo se moría de vergüenza y preocupación al ver hasta que punto se habían manipulado las declaraciones de la directora para conseguir un titular sensacionalista y exagerado.

Por eso no sé por qué me he escandalizado tanto ante lo que ha pasado estos días en referencia a un artículo recientemente publicado por la doctora Marsha Weinraub en Developmental  Physiology. A estas alturas, que los periodistas destaquen lo que a ellos les parece que va a llamar más la atención para motivar a los lectores a leer esa noticia, ya no extraña a nadie. Que lo que resaltan no sea exactamente lo más acorde con la realidad tampoco, desgraciadamente, extraña a nadie. 

Pero cuando esta información que resaltan no sólo no es verdad sino que tiene una influencia importante en el bienestar y la salud de nuestros niños, han pasado una frontera peligrosa. 

Y hasta aquí hemos llegado. 

Weinraub publicó junto con 7 coautores más un artículo titulado Patterns of developmental change in infants' nighttime sleep awakenings from 6 through 36 months of age. (Dev Psychol. 2012; 48;6: 1511-1528. ) Este trabajo tenía tres objetivos fundamentales: 

  • Estimar las trayectorias durante el desarrollo de los patrones del sueño en los niños ( de 6 a 36 meses)
  • Identificar los procesos más importantes asociados con estas trayectorias, examinando la relación de las mismas con factores intrínsecos y extrínsecos.
  • Examinar las diferencias individuales en la frecuencia de los despertares nocturnos en momentos concretos de la infancia. 

No voy a analizar aquí el trabajo más en detalle, ya que ya lo he hecho en el blog del Debate Científico sobre la Realidad del Sueño Infantil (Capitulos 1 y 5). Lo que desde mi blog quiero resaltar y denunciar es lo siguiente:

En diversos medios de comunicación  han salido noticias con titulares como estos:










Evidentemente, con semejante explosión mediática me fui volando a la facultad de medicina para conseguir el articulo original ya que era imprescindible añadirlo al blog sobre el debate del sueño infantil. No puedo colgaros el artículo por motivos de copyright, ya que es de pago, pero si alguno de vosotros está interesado en leerlo se lo mandaré con mucho gusto (supongo que eso sí lo puedo hacer). Vale la pena que comprobéis personalmente lo que estoy denunciando:

Estos titulares mienten.

El estudio NO DICE por ninguna parte que a los niños se les deba dejar llorar. TODAS las conclusiones que sacan los artículos que os he enlazado, según las cuales hay que dejar llorar a los niños hasta que se duerman, o que la lactancia materna dificulta que el niño duerma "sin despertarse" porque interfiere en su capacidad de autoconsolarse,  no salen del artículo original sino de un artículo  que publicó la Universidad de Temple (universidad donde se realizó el estudio) en el cual, por lo que parece, la autora principal hizo estas declaraciones.

O sea, como mucho, el origen de estos titulares es la opinión personal de la autora principal de este estudio, pero no son las conclusiones del estudio en sí. La conclusiones del estudio, antes de ser publicadas, tuvieron que superar: 1) el consenso de los 7 autores (entre ellos el director de estudio); 2) el análisis de 3 ó 4 revisores de la revista científica. Las opiniones personales de la autora, reflejadas en el artículo de la universidad y mezcladas con los resultados y conclusiones del estudio, no tienen ninguna validez más allá del hecho de ser opiniones personales de una doctora en psicología más. Ni han sido consensuadas por los 7 autores ni aprobadas por los revisores de la revista.

Y para acabar os quiero dejar aquí el párrafo final del estudio original. De hecho os voy a dejar el párrafo original en inglés y la traducción, y que conste que he contrastado mi interpretación con la de dos mujeres angloparlantes, Louma Sader Bujana y Vivian Watson, para que veáis hasta que punto se ha deformado el mensaje final del mismo. Os recomiendo leer los capítulos 1 y 5 del blog  El Debate Científico sobre la realidad del Sueño Infantil y, repito, os mandaré encantada el artículo original de Weinraub si os interesa comprobar todo por vosotros mismos:

"For families who report continuing sleep awakenings in infants older than 18 months old, interventions may be necessary. Our findings are indeterminate in regards to supporting specific expert recommendations for optimal infant sleep patterns concerning greater bedtime ritualization, discouragement of parental intrusion, and encouragement of infant self-soothing to promote sleep that is more continuous. Future research should be directed to exploring sleep problems in high-risk samples and the effectiveness of interventions with high-risk samples and to investigating whether these early, normative patterns of sleep disruptions have implications for later cognitive and social developments that require self-regulation"

"Las intervenciones podrían ser necesarias para aquellas familias cuyos niños mayores de 18 meses presentan despertares nocturnos continuos  Nuestros hallazgos no son determinantes con respecto a las recomendaciones para un patrón de sueño infantil óptimo en cuanto a la mayor implementación de rituales de sueño, a desalentar la intrusión parental, y a alentar el auto-consuelo para promover un sueño más continuo. Se deberán realizar más investigación en el futuro dirigidas a estudiar los problemas del sueño en las muestras con un riesgo más alto, y la efectividad de las intervenciones en estas muestras, para investigar si estos patrones normativos tempranos de interrupción del sueño tienen implicaciones posteriores a nivel cognitivo y social, que requiere la auto-regulación." 

Más o menos lo contrario de lo que la prensa general ha divulgado.

Es para reflexionar. 


jueves, 10 de enero de 2013

LA MANERA MÁS TIERNA Y AMOROSA DE AYUDAR A UN NIÑO A DEJAR LOS PAÑALES. CONCEBIDA Y DISEÑADA POR UNA NIÑA DE TRES AÑOS


Es posible que dentro de doce o trece años los protagonistas de esta historia me odien por haberla hecho pública, pero la encuentro tan encantadora, tierna, amorosa, simpática, limpia e inocente que no lo puedo evitar, ¡tengo que contároslo! Y es que no hay nada como pararse a mirar el mundo a través de los ojos de los niños, de su mente pura e inocente, para darse cuenta de hasta que punto somos absurdos los adultos, con nuestros tabús, nuestras manías y nuestros ascos.

Mi hijo M, de tres años y tres cuartos,  hasta hace tres días todavía llevaba pañal. Y lo cierto es que este hecho no me preocupaba en absoluto ya que hasta el próximo mes de agosto no empieza la escolarización obligatoria, e incluso entonces hubiera sido posible llevarle con un pañal braguita, ya que aquí en Suiza empiezan con muy pocas horas al día. Así que yo andaba tranquila con el asunto y, aunque M era capaz de hacer su pipí en el inodoro cuando quería, no me he opuesto en ningún momento a su preferencia a seguir llevando pañal.

Pero hace dos día mi peque encontró la motivación perfecta para dar el gran paso: su muy mejor amiga L. L es cinco meses más jovencita que M, y no sólo ya lleva un tiempo sin pañal, sino que es capaz  de ir ella solita al baño sin problemas.

Y eso es lo que hizo hace dos días y, de paso, enseñó de la mejor manera, con el ejemplo, a su gran amigo M las ventajas de dar este gran paso de dejar el pañal y usar el inodoro.

El pasado Martes por la tarde mi casa parecía un colegio:  7 enanos jugando y alborotando mientras dos amigas y yo nos tomábamos una infusión mientras charlábamos "tranquilamente" (es un decir). En un momento dado en el que yo me levanté para atender a alguno de los niños, al cruzar por delante del cuarto de baño, me encontré una escena de lo más graciosa:  L sentadita en el inodoro, encima del trono adaptador que - esta cría es impresionante - se había puesto ella solita. Su expresión decía a todas luces que estaba haciendo caca. En frente de ella estaba M  sentado en un banquito, mirándola  tan re-concentrado que su carita reflejaba exactamente la misma expresión que la de su amiga, hasta el punto que pensé que él también estaría haciendo caca. Cada vez que a  L le caía una bolita los dos se levantaban a mirarla, comentaban su forma y tamaño para, a continuación, volver cada uno a su puesto hasta que L dió por terminadas sus necesidades fisiológicas. Ayudé a  L a limpiarse y cuando iba a quitar el trono adaptador del inodoro M me dijo que ahora quería él. Yo, entusiasmada con la idea, le ayudé a sentarse. Como en general M es muy pudoroso y cada vez que tiene que hacer caca se esconde detrás de algún mueble (Si lo descubres y le miras grita muy enfadado: "¡VETE, NO MIRES!"), me fui del cuarto de baño esperando que M le dijera a L que saliera. Pero no. L ocupó el banquito donde antes se sentara M y se repitió la misma escena, con los dos con carita de hacer caca, de tan compenetrados que estaban. Me fui de allí conteniendo la risa y tras esperar unos minutos volví para limpiar a M.  Pero al ir a hacerlo me di cuenta de que ya estaba limpio, a lo que  L  muy seriecita y enseñándome dos trocitos de papel higiénico estrujados en sus manitas me dijo: "No hassse falta, yalhe lempiado io".

Desde entonces M no ha vuelto a querer pañal, ni siquiera por la noche. De momento sólo ha tenido un escape, cuando ayer al levantarse se le olvidó que no lo llevaba y se hizo encima justo cuando salia de la habitación.  Y hoy hemos tenido una superurgencia justo en la cola del supermercado, claro, como no podía ser de otra manera. Pero el paso ya está dado y él se siente orgullosísimo llevando calzoncillos. Ni que decir que L también y cada vez que se ven se recuerdan que ahora LOS DOS ya llevan braguita/calzoncillo


Para comérselos........

domingo, 30 de diciembre de 2012

LOS MEJORES ARTÍCULOS DEL 2012 DE REEDUCANDO A MAMÁ

Top 10 2012. Los mejores artículos de la blogosfera maternal. AmorMaternal.com


Un año más acepto la invitación que nos lanza Louma para participar en su Carnaval de Blogs.

Top 10 2012 es un carnaval de blogs iniciado por Amor Maternal, cuyo propósito es reunir los mejores artículos de la blogosfera maternal publicados durante 2012 en castellano. La temática del carnaval engloba el embarazo consciente, el parto natural, la lactancia materna, la crianza respetuosa, la psicología, el uso de portabebés ergo, la ecología y demás temas afines."

Este año 2012 ha sido un año de maduración de las cosas aprendidas con anterioridad y de aprendizaje de muchas cosas nuevas. Mis hijos van creciendo. Ya no tengo ningún bebé en casa. Los miro y me encuentro frente a casi un preadolescente y dos niños,  no tan pequeños, tan conocidos y tan desconocidos al mismo tiempo; y se me encoge un poquito el corazón porque ya se fueron aquellos bebés regordetes, demandantes y adorables, para dar paso a estos jovencitos cada vez más parecidos a los hombres adultos, maravillosos, que llegarán a ser.

Si tuviera que buscar la palabra que mejor define este año sería adaptación: adaptación a un nuevo entorno para vivir, adaptación al nuevo colegio y a la nueva guardería, adaptación a una vida de horarios que se solapan, se mezclan, se revolucionan y nos dejan exhaustos.

Y dentro de todos estos cambios, la lactancia y el colecho han supuesto un continuo, un momento de encuentro para toda la familia dentro del torbellino que nos rodea.

La mal llamada "lactancia prolongada" que yo llamaría "lactancia en fase tres", me ha sumergido en un cóctel hormonal y sentimental nuevo, que no había vivido hasta ahora porque nunca llegué a estas alturas con mis dos primeros hijos. Siento como va llegando el momento del destete, siento mi rechazo instintivo a dar de mamar a veces, otras siento su falta de interés en mamar. Pero también siento como sigue siendo necesaria y reparadora en tantas ocasiones. Y ante esta situación siento una mezcla de orgullo, liberación y pena porque se acaba una fase y empieza otra nueva, esta vez bien asentada en los cimientos que estableció la primera.

Y el colecho, tan cuestionado que mejor no hablarlo en público, pero que nos permite cada noche un reencuentro cálido y acogedor, relajado y cariñoso, donde todos nos sentimos arropados, queridos, protegidos y rodeados por lo que más queremos en el mundo, después de un día en el que casi no nos hemos vistos y el estrés, las prisas y las responsabilidades varias han evitado que nos comuniquemos y nos vivamos como necesitamos.

Y sumergida en toda esta marabunda de nuevas y viejas experiencias yo continué escribiendo. Mi lista elegida de posts es la siguiente:
No sé si son los mejores o no, pero son los que más me gustan por uno u otro motivo, y en los que reflejo cosas muy importantes que he aprendido y madurado este intenso año. 

Pero en esta recopilación de post no puedo dejar de nombrar el proyecto rey del 2012. Un proyecto que se empezó a gestar ya el año anterior, pero que tomó impulso y forma definitiva este año. En colaboración con la maravillosa, y a estas alturas ya muy querida, Gemma de Como una Manada, lanzamos al mundo una criatura potente, rigurosa, independiente y liberadora:


Ha sido un trabajo exhaustivo, faraónico, agotador y tremendamente enriquecedor, que sigue creciendo día a día y que, estoy segura, se convertirá en un punto de referencia importante en el mundo del sueño infantil.

Así que ya ha llegado el momento  de ir despidiéndonos del año 2012 para dar paso a un recién nacido 2013 cargado de promesas, esperanzas y expectativas.

Os deseo a todos un año 2013 lleno de felicidad, sueños realizados y nuevos sueño para realizar y sobretodo:

 MUCHO, MUCHO, MUCHO 
AMOR



domingo, 23 de diciembre de 2012

¡FELIZ NAVIDAD!



De la mano de Liliana Castro de Fundación Camino Claro me ha llegado esta preciosa imagen de la Sagrada Familia, en donde podemos ver una escena mucho más realista de lo que ocurriría el día del nacimiento de Jesús (aunque en realidad representa un momento de la huida a Egipto),  un ser humano que dedicó su vida a enseñarnos lo único que realmente importa en esta vida, algo que es, de hecho, el origen y la finalidad de la vida entera: EL AMOR.

Esta imagen me ha hecho sumergirme en internet para encontrar un fragmento del libro La Cientificacion del Amor de Michel Odent, el cual quiero compartir con todos vosotros. Aquí os lo traigo desde el blog Junto a tu Doula:


Un recién nacido entre un asno y un buey: muchos comparten hoy esta imagen simplificada de la Navidad.

Mi visión de la Navidad está inspirada en lo que he aprendido de las mujeres que han dado a luz en la más completa intimidad, sin sentirse guiadas ni observadas. Está también inspirada en el Evangelium Jacobi Minori, es decir, el protoevangelio de Jacques le Mineur1. Este evangelio fue salvado del olvido, a mediados del siglo XIX, por el místico austríaco Jacob Sorber, autor de La infancia de Jesús2. Según estos textos, María tuvo total privacidad en el parto, porque José la dejó para ir a buscar una partera. Cuando regresó, Jesús ya había nacido. Fue sólo cuando una deslumbrante luz se atenuó, que la partera se encontró ante una escena increíble, ¡Jesús ya había encontrado el pecho de su madre! La comadrona exclamó entonces: “¿Quién ha visto jamás un niño que apenas nacido tome el pecho de su madre?” Este es un signo evidente de que cuando se convierta en Hombre, este Niño juzgará al mundo según el Amor y no según la Ley.

La nueva mirada sobre la Natividad 

El día que Jesús estuvo listo para llegar al mundo, María recibió un mensaje no verbal de humildad. Se encontró en un establo, entre otros mamíferos. Sin palabras sus compañeros la ayudaron a comprender que ese día tenía que aceptar su condición de mamífera. Tenía que sobrellevar su desventaja humana e ignorar la efervescencia de su intelecto. Tenía que segregar las mismas hormonas que otras mamíferas parturientas, a través de la misma glándula, o sea, la parte primitiva del cerebro que todos tenemos en común. 
  
El ambiente estaba idealmente adaptado a las circunstancias. María se sentía segura, por lo que su nivel de adrenalina era el más bajo posible. El trabajo de parto pudo establecerse en las mejores condiciones posibles. Habiendo percibido el mensaje de humildad y aceptado su condición de mamífera, María se encontró “en cuatro patas”. En tal postura, y en la oscuridad de la noche, se desconectó fácilmente del mundo. 


Poco después de su nacimiento, Jesús estaba en los brazos de una madre extática, tan instintiva como puede serlo una madre mamífera. En una atmósfera verdaderamente sagrada, Jesús fue bienvenido y pudo, fácil y progresivamente, eliminar las hormonas de estrés que produjo para nacer. El cuerpo de María estaba caliente. El establo también estaba cálido gracias a la presencia de los otros mamíferos. Instintivamente, María cubrió el cuerpo de su bebé con un pedazo de tela que tenía a la mano. Estaba fascinada por los ojos de su bebé y nada hubiera podido distraerla del prolongado contacto visual con Jesús. Este intercambio de miradas indujo otra oleada de oxitocina, de modo que el útero se contrajo nuevamente y envió un poco de la sangre preciosa de la placenta hacia el bebé a través del cordón umbilical y poco después salió la placenta. 

Madre e hijo se sentían completamente seguros. María, guiada por su cerebro mamífero, permaneció de rodillas un ratito después del parto. Luego de la salida de la placenta, se puso de costado, con el bebé cerca a su corazón. En seguida, Jesús comenzó a mover la cabeza, de un lado a otro, abriendo su boca en forma de O. Guiado por su sentido del olfato, se acercó cada vez más al pezón. María, que aún se encontraba en un equilibrio hormonal muy especial, y todavía muy instintiva, supo perfectamente cómo sostener a su bebé e hizo los movimientos necesarios para ayudarlo a encontrar el pecho. 

Fue así como Jesús y María transgredieron las reglas establecidas por la comunidad humana. Jesús –como un rebelde pacífico que desafió las convenciones- fue iniciado por su madre. 

Jesús mamó vigorosamente durante un largo rato. Con el apoyo de su madre, pudo salir victorioso de uno de los episodios más críticos de su vida. En pocos minutos ingresó al mundo de los microbios, se adaptó a la atmósfera, se separó de la placenta, empezó a usar sus pulmones y respiró independientemente y se adaptó a la fuerza de gravedad y a las diferencias de temperatura. ¡Jesús es un héroe! 


No había reloj en el establo. María no trató de tomar el tiempo que Jesús pasó mamando antes de dormirse. La noche siguiente, María tuvo sólo algunos episodios de sueño ligero; estaba vigilante, protectora y ansiosa de satisfacer las necesidades de la más preciosa de las criaturas terrestres. 

En los días siguientes, María aprendió a reconocer cuándo su bebé tenía necesidad de que lo meciera. Había tal sintonía entre ellos, que ella podía perfectamente adaptar el ritmo del balanceo a la demanda del bebé. Mientras lo mecía, María empezó a canturrear unas melodías a las que agregó algunas palabras. Como millones de madres, María había descubierto las canciones de cuna. Fue así como Jesús comenzó a aprender lo que es el movimiento y luego, el espacio. Fue así como Él comenzó a aprender lo que es el ritmo y luego, el tiempo. Estaba entrando progresivamente en la realidad espacio-temporal. Conforme Jesús creció, María empezó a introducir cada vez más palabras en sus canciones de cuna y así fue como Jesús aprendió su lengua materna. "

Referencias 

(1) Proto-Evangelio de Jacques 19.2 Citado en: JesúsJean Paul Roux. Fayard, París 1989, p100. 

(2) Jacob Lorber. L´enfance de Jesús ou l´évangile de Jacques. Capítulo 16 Editions Helios, Ginebra 1983. Título original : Die Jugend Jesu, Stuggart 1852. 

Extracto del Libro: La Cientificación del Amor. EL Amor y la Ciencia Capítulo 19. Hacia una convergencia Ciencias-Tradiciones. Tercer Interludio. pag. 121. Autor: Michel Odent Editorial Creavida. 1999 Facilitador: Grupo Renaciendo Mar del Plata.


Como Michel Odent, yo también creo que en la tradicional historia del nacimiento de Jesús está escondido un poderoso mensaje: el poder del parto mamífero para que el bebé pueda desarrollar todo su potencial de amar. Que durante 2000 años esta historia haya permanecido más o menos intacta no me parece una mera casualidad. Me parece importantísimo. Es como si se nos quisiera dar la clave de lo importante que es respetar el parto natural del ser humano, no renegar de nuestra condición de mamíferos y aceptarla con orgullo y humildad, para poder llegar a desarrollar todo nuestro potencia como seres humanos; como hijos de Dios, esto es, como hijos del AMOR.

Somos mamíferos. Necesitamos nacer y parir en la intimidad, la seguridad y el respeto. Necesitamos ser criados y criar piel con piel, en contacto estrecho, recibiendo y dando la leche humana de nuestros pechos. Así es como nació el mejor ser humano de la historia, el que vivió y murió por y para el AMOR. Así es como parió María, la mujer libre de pecado original, libre de la herida primal.

Y ahí está representada la diada que es la base de toda la humanidad: la madre y el/la hijo/a. 

A pesar de toda la manipulación y deformación que ha sufrido la historia y el mensaje de Jesús de Nazareth, la historia de su nacimiento sigue pasando de generación en generación mostrándonos como de un nacimiento mamífero nació el Dios del Amor.  

Os deseo de todo corazón unas Navidades rodeados y sumergidos en el AMOR. Que el AMOR fluya en vuestras vidas inundándolo todo para que os lleve de la mano hacia el renacimiento a través del cual recuperéis todo el potencial que nos es robado cuando nos imprimen en nuestra primera infancia la herida primal: el pecado original. 

viernes, 14 de diciembre de 2012

CONFLICTOS Y HUMILDAD


En el mundo hay gente que parece que tenga una capacidad innata para vivir en paz, para mediar en los conflictos y apaciguarlos, para crear una atmósfera relajada y agradable a su alrededor donde todos tienden a sacar lo mejor de sí mismos.

Pero también estamos los que, a la mínima llamita de discordia, estallamos como bombas atómicas, rezumamos agresividad por los cuatro costados, tiramos como toros enfurecidos, de frente y con los cuernos por delante, sin pensar en todo lo que arrollamos cuando nos lanzamos por el que, suponemos, es el camino de nuestra victoria.

Yo espero que pertenecer a un grupo u otro de personas no sea una cuestión innata - genética - sino más bien el resultado de un proceso de maduración y crecimiento que todos podemos culminar con éxito, sean los que sean nuestros antecedentes.

Porque a mí, desde luego, me queda mucho camino por recorrer para convertirme en una persona perteneciente al primer grupo, al de los pacificadores. Y es que ser una persona racional, tranquila y pacífica en los momentos tranquilos, sabemos más o menos todos. El problema es seguir siéndolo cuando estalla el conflicto. Entonces, muchos tendemos a sacar lo peor de nosotros mismos e, independientemente de tengamos o no la razón de nuestra parte, acabamos perdiéndola por el camino al defenderla; precisamente por la manera de defenderla.

En mi último  artículo los comentarios de uno o dos anónimos, no sé si son el mismo o son diferentes, han llamado mi atención sobre mi tendencia al ataque en mis últimos tiempos. Por una parte todos los artículos en contra de Estivill y, por la otra, el ataque frontal contra la revisora que tan desafortunadamente intentó mediar en el conflicto creado por aquel individuo que no soportaba a los niños. En su último comentario, anónimo me recordaba que tal vez esta señora sólo era una mujer, posiblemente madre, que intentaba hacer lo mejor posible su trabajo para poder llegar a fin de mes y que no tenía porqué ser la que pagara los platos rotos. Si yo escribo la carta a las SBB ¿podría estar poniendo en peligro su puesto de trabajo? Yo personalmente no lo creo, pero es cierto que me es difícil saber las consecuencias finales que tendría la carta para su vida profesional. Por lo tanto, reconozco que en este caso no vale la pena hacer hincapié en la revisora en sí. Aunque sí creo que debo denunciar los hechos, no tengo porqué identificar a esta mujer, arriesgándome a ponerla en un aprieto sin saber absolutamente nada de sus circunstancias personales. Tal vez sólo tuvo una mala idea en un mal día y ahora lo siente en el alma. Puedo defender mi posición, puedo llamar la atención de las SBB sobre la situación que yo quiero, pero sin perjudicar a nadie. En este caso con no especificar en que tren ocurrió o cuando ocurrió ya es suficiente para denunciar el hecho pero no dañar a la revisora.

Estos dos ejemplos de conflictos y los comentarios de anónimo me han traído a la memoria una anécdota que viví hace ya bastantes años, cuando era becaria predoctoral de investigación en el Hospital de Sant Pau en Barcelona. En aquella ocasión había ido a comer con un grupo de compañeros al comedor del personal. Como siempre, nos habíamos quitado las batas blancas con las que trabajábamos en el laboratorio, ya que no nos parecía higiénico comer con ellas. En aquella época el comedor estaba dividido en dos secciones: la de fumadores, siempre llena a rebosar; y la de no fumadores: casi siempre medio vacía. Aquel día la situación era la de siempre y cuando nos sentamos en la sección de no fumadores no tardamos en ser acompañados en la misma mesa por un grupo de médicos, de los cuales uno se puso a fumar. Yo, que tengo una intolerancia extrema frente al tabaco, no tardé ni dos segundos en saltar al ring, recordando al fumador, de no muy buenas maneras, que aquella era la sección libre de humo. Él, lejos de acobardarse, me dijo que aquel comedor era para el personal del hospital y que nosotros no debíamos comer allí, a lo que yo le respondí que éramos tan personal del hospital como él, sólo que comer con bata nos parecía una auténtica cochinada. La guerra ya estaba declarada y los ataques de uno al otro se sucedieron en un tono de voz cada vez más alto, hasta que el médico hizo referencia al hecho de que él nos estaba molestando. No recuerdo exactamente como, pero aquel comentario dio pié a la intervención de una de mis compañeras, Berta, becaria predoctoral como yo, que con un tono de voz suave pero firme, seria pero no agresiva dijo: "no nos molesta usted, nos molesta el humo de su tabaco".

Aquella frase cayó como un manto de nieve blanca sobre un bosque ardiendo, apaciguando los ánimos y dejando en evidencia la inutilidad de la actitud de los dos contrincantes. Él se sentó, apagó su cigarro y no volvió a fumar, y yo me quedé avergonzada por haber llevado tan mal aquel asunto, convirtiéndolo en un ataque personal y generando un conflicto que no llevaba a ninguna parte.

"No me molesta usted, me molesta el humo de su tabaco"

¿Cuantas veces nos olvidamos de la situación en si misma para atacar a la persona que, según creemos, está generando la situación? Yo continuamente. De esta manera no se acaba con el problema, sino que nos limitamos a herir a otro ser humano, al margen de todas las circunstancias que le habían puesto en esa posición. Y, de paso, el problema original que provocó el enfrentamiento suele quedar sin solución.

No se trata de dejar pasar todo en nombre de una falsa paz y cordialidad. No. Se trata de enfrentar las situaciones conflictivas centrando el ataque en la situación conflictiva, no en la persona que lo genera. De esta manera se da una oportunidad al otro de cambiar de actitud para cambiar la situación, colaborando activamente en generar unas nuevas condiciones aceptables para ambas partes. Por el contrario, cuando identificas la situación con la persona, parece que la única manera de acabar con el conflicto es "eliminando" a la persona que lo genera: o él/ella, o yo. Se crea así un conflicto paralelo, independiente del original, muy difícil de resolver ya que conlleva la derrota y humillación de una de las partes, en lugar de ofrecer una oportunidad para que ambos implicados se involucren en buscar una solución satisfactoria para todos, sin perder por ello "el honor" o la dignidad.

Estivill no es su método. Ni siquiera es sus libros. A mí me molestan su método y sus libros sobre el sueño infantil y es lo que ataco. Y lo hago desde la ciencia y la racionalidad, desde las emociones y los sentimientos. Estoy en mi derecho. No estoy de acuerdo ni con su método ni con su forma de presentarlo y defenderlo, y tengo razones muy bien fundamentadas para no estarlo. Pero no es el hombre Eduard Estivill al que estoy atacando, sino una teoría: uno de los puntos de vista de la pediatría del sueño infantil que él defiende. Si un día Estivill llega a la conclusión de que está equivocado, de que su posición no es la que más se ajusta a la realidad del sueño infantil y su actos se adaptan a su nueva percepción, no significa que ha retrocedido, se ha humillado o ha perdido. Significa que ha evolucionado. Por graves que puedan ser los errores que cometamos o cometan, siempre debemos tener y dar la oportunidad para que el cambio de actitud o de opinión  no se convierta en una humillante derrota, sino en una muestra de crecimiento y evolución. 

Porque todos sabemos lo difícil que es corregir una posición, incluso cuando somos conscientes de que no tenemos la razón de nuestra parte, sólo por la humillación que conlleva. Si sabemos que, tras corregir, en lugar de reconocimiento y comprensión, recibiremos el desprecio y la sorna de los demás, nos agarraremos a ella con uñas y dientes, sin ni siquiera plantearnos cambiarla, por muy justificada que esté la otra parte y por muy convencidos de nuestro error que, en el fondo, estemos nosotros.

A veces parece que nunca cometamos errores, especialmente cuando nos dedicamos a denunciar los errores de los demás.

Y todas estas reflexiones me han llevado a considerar la definición de humildad. Creo que acabo de darme cuenta de lo que realmente es:

Humildad es reconocernos en nuestro contrincante.

Por lo tanto, humildad no es bajar la cabeza ante las situaciones injustas o las posiciones erróneas, no, sino ser conscientes de que todos podemos cometer errores, ser injustos o no tener la verdad ni la razón de nuestro lado en un momento dado y, por lo tanto, debemos tratar de defender nuestra postura siempre desde el respeto a la persona que defiende la postura contraria porque, por mucho que sintamos y sepamos que tenemos la razón de nuestra parte, mañana o pasado, en otro conflicto, podemos no tenerla, y entonces querremos que el otro nos trate con ese mismo respeto, dándonos la oportunidad de corregir dignamente, sin humillarnos ni hacer "leña del árbol caído".


lunes, 10 de diciembre de 2012

CARTA ABIERTA A LA RED DE FERROCARRILES SUIZA (SBB)

Estimados señores de las SBB,

Me dirijo a ustedes con el fin de pedirles que, por favor, me informen detalladamente de las condiciones de uso de los vagones de primera clase normales, no esos especiales destinados a un ambiente tranquilo y silencioso que sé perfectamente que también existen, sino los que no tienen ninguna señalización en este sentido. 

Mi pregunta se debe a una muy desagradable experiencia que sufrimos mi familia (mi marido y 3 niños de 7, 5 y 3 años) y yo el pasado viernes en el tren que hacía el recorrido Basel- Zurich, con salida de Basel a las 20:07 horas. Experiencia que paso a relatarle a continuación.

Dado que en los vagones de segunda no encontramos cinco sitios libres juntos, decidimos sentarnos en primera, ya que mi marido disfruta de un abono anual para toda Suiza en esta categoría. Evidentemente, yo me proponía pagar la diferencia por el ascenso de clase en cuanto apareciera el revisor, como así hice. Mi hijo de 7 años tenía su billete infantil correspondiente. Los otros dos viajaban gratis siguiendo la normativa. 

Desgraciadamente, tuvimos la mala suerte de sentarnos al lado de un individuo que opinaba que los vagones de primera clase eran por defecto vagones silenciosos, como esos que tienen una señal especificando esta característica. Los razonamientos de mi marido no sirvieron para nada y dicho individuo estuvo amargándonos todo el viaje con sus despectivos e insultantes comentarios.

He de puntualizar que mis hijos en todo momento se comportaron acordemente con su condición de niños, sin hacer por ello nada censurable fuera de las normas normales de educación.  Ni gritaron, ni corrieron, ni saltaron, pero evidentemente hablaron, se movieron, bebieron agua, comieron las golosinas y los cacahuetes que Samichlaus acababa de regalarles (tampoco había ninguna señalización prohibiendo comer o beber), e interaccionaron continuamente entre ellos y con nosotros, sus padres. 

Cuando llegó el revisor, revisora en este caso, le pedí que me informara si en este vagón de primera los niños estaban permitidos, a lo que la revisora me confirmó lo que yo ya sabía: que por supuesto lo estaban. Entonces le pedí que por favor se lo explicara al individuo en cuestión. Él y la revisora intercambiaron varias palabras, tras lo cual ella le ofreció cambiarse a otro sitio más tranquilo. Él se negó, decidido a seguir amargándonos el viaje, como así hizo.

Pero lo peor de todo no fue el comportamiento de esta persona. Al fin y al cabo, desgraciadamente, adultos como él existen en todas partes y hay que vivir con ello. Lo peor, lo más humillante para mí y para mi familia, fue cuando la revisora apareció con una invitación para una bebida gratis para él. Le aseguro que su mirada de triunfo y su satisfacción al comprobar que las SBB le daban la razón se me clavaron como una espada. 

Ni que decir tiene que para nosotros ha quedado muy claro que las SBB, a través de su empleada, estaban premiando así la intolerancia y la mala educación de este individuo, a la vez que sutilmente nos informaban de que nuestros hijos no eran bien recibidos en ese vagón, a pesar de la normativa. 


Por lo tanto les ruego de todo corazón que me aclaren exactamente las condiciones en las que puedo viajar con mis hijos en sus trenes, porque no estoy dispuesta a pasar por una humillación semejante una segunda vez. Mis hijos no tienen porqué pedir perdón por ser niños. Si no somos bien recibidos en la primera clase de la SBB, viajaremos en nuestro coche o no viajaremos (ya que no me voy a meter con tres niños pequeños durante hora y media en un vagón de segunda arrebatado de gente, en el que ni siquiera puedo sentarme junto a mis tres hijos). Pero por favor, no nos digan una cosa y luego nos demuestren otra. 

Y remarco: mis hijos en ningún momento tuvieron un comportamiento incivilizado o mal educado, de hecho fue todo lo contrario y fue un auténtico milagro que, dada la atmósfera cargada de tensión que aquel personaje estaba creando, los niños no reaccionaran con más nerviosismo, ruido y movimiento. 

Si las SBB prefieren premiar el comportamiento mal educado, niño-fóbico e intolerante de un adulto, a la vez que humillan y castigan por ser lo que son a unos niños, yo entonces no tengo nada más que decir. Con no viajar en sus trenes, ya me vale. Pero desde luego esperaba un comportamiento diametralmente diferente de la red de ferrocarriles del país en el que creció y se educó la gran Alice Miller. Es una verdadera lástima porque, como bien dice una brillante periodista de la que tengo el honor de ser amiga: 

"Una sociedad "niño-fóbica", construida de espaldas a la infancia, donde los niños no tienen cabida en los hoteles, ni en los restaurantes, ni en los aviones, ni en los centros de trabajo, ni en nuestra habitación, ni en nuestras vidas... es una sociedad fascista y suicida." (Ileana Medina Hernandez)

Les saluda atentamente

María Berrozpe Martinez


Esta carta será debidamente traducida y mandada a la red de ferrocarriles suiza. Pues buena soy yo cuando me enfadan de verdad, y esta vez lo consiguieron.


lunes, 3 de diciembre de 2012

LA CIENCIA DEL SUEÑO INFANTIL




¿Os acordáis de que os hice una promesa?

¿Os acordáis de que os prometí demostrar que  estas palabras eran mentira?

"Las opiniones en contra de todo lo que nosotros enseñamos en los libros solo están en Internet. No hay un solo artículo científico ni una sola controversia y crítica en las sociedades y el mundo científico. No he inventado nada: mi mérito es saber poner en palabras sencillas lo que la ciencia ha ido descubriendo. Internet no es un foro científico: cualquiera pueda hacer de médico o de periodista. Mi actitud es siempre la misma: no entrar en controversia con esas opiniones".

Eduard Estivill El País 4/10/2011


"Supongo que recibió muchos elogios cuando apareció el primer libro del método Estivill… ¿algún reproche?

Las normas que explicamos son normas científicas. Y dentro del mundo científico no hay ningún reproche. Yo no he inventado nada, no soy ningún gurú, no tengo ninguna teoría. Simplemente explico lo que el mundo científico ha demostrado, que además son las mismas normas que aplica la Sociedad Americana del Sueño y la Sociedad Americana de Pediatría. En Internet, que es un foro que no es científico, puede opinar todo el mundo. Cada cual, evidentemente, dice lo que quiere. Pero como nosotros somos científicos, no hacemos ningún caso a los comentarios de Internet."

Eduard Estivill. La Vanguardia 07/05/2012.

Bueno, pues ya lo he hecho.

Hace siete meses, los autores al frente de El Blog Alternativo me pidieron un artículo de revisión de la literatura científica sobre el sueño infantil. Me daban hasta Septiembre. Como desde mi casa yo no podía acceder (gratuitamente) a la gran mayoría de la bibliografía que necesitaba (no era cuestión de arruinarme en el proyecto, teniendo en cuenta que a los particulares nos cobran unos 30 euros por artículo y que me tendría que leer unos 200 artículos),  le pedí a Gemma Herránz Sanchez-Cosgalla de Como Una Manada, con la que ya había colaborado en este sentido en alguna ocasión porque es investigadora en activo, que fuera coautora en este proyecto.  A pesar de que concilia (de verdad) vida laboral al 100% y crianza, lo que seguro le supone jornadas de 25 horas al día, me dijo que sí.

Y empezamos. Yo buscaba y escribía. Ella me mandaba artículos: los que yo le pedía y los que encontraba por su cuenta. Al principio el proyecto avanzó despacio, pero poco a poco empezó a tomar forma y, como esos bebés rollizos que nacen con más de cinco kilos de peso, se negó a mantenerse en un tamaño razonable para seguir siendo un artículo de un blog. Y se convirtió en un blog en sí mismo.

En septiembre pedí una prórroga porque el proyecto necesitaba más tiempo y a partir de ahí se convirtió en una obsesión que me ha tenido sentada al ordenador más de 8 horas al día, fines de semana incluidos. Desde los tiempos de mi tesis doctoral no me sentía así. Y las dos últimas semanas han sido de vértigo, con Gemma y yo  sumergidas de cabeza en los textos, añadiendo, corrigiendo, complementando, las dos unidas para sacar adelante esta rebelde criatura que se niega a mantenerse dentro de los límites en los que fue concebida. Ella quiere ser mucho más.

Esta noche Louma Sader  de Amor Maternal, le ha dado el toque final de belleza y elegancia que le corresponde y por fin os podemos presentar nuestra creación: Una revisión de la literatura científica sobre el sueño infantil con el potencial de estar siempre actualizada, además de abierta a vuestros comentarios y aportaciones. 

Hoy es el gran día de su lanzamiento y, como requiere la ocasión, la gran escritora y periodista Ileana Medina  Hernandez, del blog Tenemos Tetas, nos ha escrito la presentación al mundo de este pequeño gran proyecto. Os dejo con sus palabras:


"La irrupción de la ciencia en la cultura popular
tendrá unas consecuencias insospechadas en la vida cotidiana de la gente"
Eduard Punset 


Dos mujeres científicas, María Berrozpe, doctora en Ciencias Biológicas, y Gemma Herranz, doctora en Ciencia e Ingeniería de Materiales, aúnan su experiencia investigadora con su condición de madres y nos ofrecen una puesta a punto acerca de la realidad del sueño de los bebés humanos.

Cada familia actúa como mejor sabe o puede, pero estamos seguras de que la información de calidad es una herramienta indispensable para hacer una elección consciente sobre las alternativas más saludables y felices para nuestros hijos a corto y largo plazo, y para la convivencia familiar y social en su conjunto.

Los expertos que trabajan como prescriptores y divulgadores de salud: pediatras, médicos, matronas, psicólogos, orientadores,  educadores infantiles, periodistas, revistas y empresas editoriales... están éticamente obligados a mantenerse actualizados, a separar sus creencias personales de las evidencias científicas y por lo menos a reconocer las distintas aproximaciones que existen al respecto y sus correspondientes sustentos empíricos, científicos y/o culturales.

Con este estudio comparativo y su exhaustiva revisión bibliográfica -publicado en formato blog de modo que pueda actualizarse periódicamente y ser accesible a todo el mundo- las autoras pretenden contribuir a que tanto padres y madres como profesionales de la salud y la pedagogía, tengamos acceso fácil pero serio a la información relacionada con este tema, y podamos comentar, aportar, difundir…  y finalmente comprender entre todos de qué se trata el “problema” del sueño con nuestros niños.

Estamos de enhorabuena.

Y sin más preámbulos os animo a conocer:



jueves, 22 de noviembre de 2012

¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!

https://fbcdn-sphotos-a-a.akamaihd.net/hphotos-ak-ash3/65323_441144069279806_610273090_n.jpg

(Nota: la foto resulta tan dura que no soporto verla constantemente aquí. Disculpadme. Os pongo el enlace para que entendáis el origen de este post y la veáis si queréis. Os advierto que es terrible. Creo que es necesario que todos nos enfrentemos a esta realidad y dejemos de ignorarla para que pongamos nuestro granito de arena, que seguro todos podemos poner uno, para que esto nunca ocurra. NUNCA MÁS.)

¿Que pasa mamá? (¿Por qué lloras delante del ordenador?)

Porque el niño ha muerto, hijo, y los niños no deberían morir

¿Por qué ha muerto?

Porque tiraron una bomba en su casa, la casa se hundió y lo aplastó. Es una guerra. En las guerras muere gente, mueren niños. Y los niños no deberían morir nunca.

¿Por qué?

Porque tenéis toda la vida por delante y sois inocentes de todo

¡Quítalo mamá! Quita la foto de ahí para que no llores

Es que aunque la quite esto no habrá dejado de ocurrir hijo.

Me gustaría poder decirle que puedo "quitar" estos hechos. Me gustaría poder decirle que puedo hacer que esto no ocurra nunca, jamás. Pero no puedo. 

¡Maldita sea! 

¡No puedo!


jueves, 25 de octubre de 2012

LA METIÓ HASTA LA INGLE, MI QUERIDO DOCTOR ESTIVILL


Imagen tomada de El País
Pues sí. Y mirad que no quería dedicar tiempo a escribir sobre ello, pero es que ¿Quién se calla ante semejante despropósito?

Así que me vais a permitir que deje descansando un concienzudo trabajo al que estoy dedicando muchas, pero que muchas, horas las últimas semanas y que será algo mucho más efectivo contra la manipulación y las mentiras que este breve pero placentero pataleo que le dedico a mi, ya hasta querido (que se le va a hacer), Estivill.

Y es que es seguro que todos vosotros ya habréis leído aquella entrevista en El País, donde Estivill escribió que su método estaba diseñado para niños mayores de 3 años. Y también es seguro que fuisteis testigos de como la red "se colapsó" de artículos y respuestas reaccionando a semejante declaración. Declaración que nos tomamos como un gigantesco paso atrás de Goliat.

Pero no.

Por lo que parece (¡Ay, ay, ay!) sólo se trató de un "lapsus". Nuestro doctor se equivocó y cambió meses por años. Menuda metedura de pata. Así que, silenciosamente, ha cambiado la respuesta original que actualmente podemos leer así:

"He leído el libro "Duérmete niño", y tengo la duda de a qué edad se debe empezar a aplicar el método que propone. En un recién nacido con lactancia materna a demanda, ¿cómo es posible conjugarla con el método?

Recientemente hemos publicado el libro 'A dormir', que es la actualización de los conocimientos sobre el sueño de los niños. En él, explicamos unas normas para enseñar a dormir a los niños correctamente respetando la lactancia materna, de hecho los estudios científicos que hemos publicado en la revista española de pediatría han sido realizados en niños con lactancia materna a demanda. En el cerebro de los niños existe un grupo de células que es nuestro reloj biológico. Es el que nos indica que hemos de dormir de noche y estar despiertos de día. Como otras estructuras del cerebro de los niños, este reloj biológico es inmaduro al nacer. Por esto los niños duermen a trocitos y no pueden dormir de un tirón las horas nocturnas hasta los seis meses de edad. Las normas que explicábamos en 'Duermete niño' eran para los niños a partir de los tres meses que tenían el denominado 'insomnio infantil por hábitos incorrectos'. Estas norma no pueden ser aplicadas en los niños más pequeños por esta inmadurez de su reloj biológico. Hay que realizar otras rutinas respetando la lactancia materna a demanda para ir enseñando a este reloj biológico a sincronizarse con el medio ambiente y así llegar de seis meses con un sueño nocturno adecuado de unas once horas y tres siestas diurnas: una después del desayuno, una después de la comida y una después de la merienda. En nuestro libro 'A dormir' explicamos estos nuevos conocimientos científicos y damos las pautas adecuadas para que el niño, siguiendo la lactancia a demanda, pueda ir estructurando adecuadamente su sueño."

Ahora el doctor Estivill ya nos puede acusar a sus detractores de no saber ni leer, ya que no ha quedado prueba escrita de su "lapsus" anterior, al menos si nadie ha tenido la genial idea de hacer una captura de pantalla hace unas semanas, cuando lucía con todo su esplendor la respuesta original.

También parece evidente que todo se trató de un pequeño lapsus, ¿quién no lo tiene?, al cambiar dos palabras: meses por años. Además, y todo sea dicho, a mí el texto me parece ahora más coherente, después de haberme pasado los dos últimos meses buscando y  leyendo la bibliografía científica que hay sobre el tema.

Peeeeeerooooo....... Hay un pequeño detalle, pequeñísimo detalle si se quiere, que a mí me hace sospechar que el doctor Estivill no tiene tan claras las cosas en cuanto a asuntos de edades se trata. Que su lapsus no fue tal, y que ese cambio de meses por años es un chapucero borrón al notar su error. Este detalle es precisamente esta frase que he resaltado en el texto anterior:

"Las normas que explicábamos en 'Duermete niño' eran para los niños a partir de los tres meses que tenían el denominado 'insomnio infantil por hábitos incorrectos'"

Pues no puede ser, porque tanto en la  Clasificación Internacional de los desórdenes del Sueño -2 (ICSD-2), como en todos los artículos que he leído sobre el tema, se dice que el diagnóstico de "Insomnio infantil por hábitos incorrectos" no se da antes de los 6 meses, dado el natural desarrollo del sueño en el bebé. Por poner un ejemplo os cito textualmente a la doctora  Meltzer (Meltzer LJ. Clinical management of behavioral insomnia of chilhood: treatment of bedtime problems and night wakings in young children. Behavioral sleep medicine 2010; 8: 172-189)

"......because the ability to "sleep through the night " develops between 3 and 6 months, a diagnosis of BIC-SOA is not appropriated before 6 months of age."

"....debido a que la habilidad de dormir toda la noche se desarrolla entre los 3 y los 6 meses, un diagnóstico de BIC-SOA no es apropiado antes de los 6 meses"

BIC-SOA son las siglas de "Behavioral insomnia os chilhood" (BIC) tipo "Sleep On set association disorder" (SOA), o sea,  lo que en español correspondería al "Insomnio infantil por hábitos incorrectos" debido a "desorden por asociaciones  para el principio del sueño". Y es que el BIC tiene otras dos manifestaciones clínicas, en las que no voy a entrar ahora en detalle (todo se andará), pero que tampoco se presentan en bebés menores de 6 meses. La doctora Meltzer nos informa en su revisión que ocurren generalmente en niños en edad preescolar y escolar, por lo que no son aplicables a bebés menores de 6 meses.

La Clasificación Internacional de los desórdenes del Sueño -2 (ICSD-2) dice textualmente:

"Because children are not expected to sleep through the night with regularity until they are three to six months of age, six months is a reasonable age to first consider this disorder, unless the sleeplessness is very marked at early age."

"Como no esperamos que los niños duerman con regularidad toda la noche hasta que tengan de 3 a 6 meses de edad, 6 meses es una edad razonable a partir de la cual considerar este desorden, a excepción de que la falta de sueño sea muy marcada antes de esta edad"

Puedo imaginarme que la última frase de este párrafo de la ICSD-2 le servirá al doctor Estivill para agarrarse con uñas y dientes y salvar sus declaraciones. Pero, francamente ¿Cuantos bebés sufrirán tal falta de sueño como para considerar, excepcionalmente, que sufren este desorden antes de los 6 meses? ¿Será que el "Duérmete niño" está dirigido a estos bebés que en el fondo son sólo una excepción? Pues algo hemos entendido mal nosotros, ignorantes madres y padres, porque del librito en cuestión se han vendido millones de ejemplares y se ha aplicado a todo tipo de niños, siguieran o no el restrictivo criterio para diagnosticar un verdadero BIC.

Que no, doctor Estivill, que no cuela. Que se le ha visto el plumero y un borroncito de nada no nos va a engañar.

Y ahora yo sigo con mi proyecto de desenmacarimiento a base de información y formación porque no hay nada como ambas cosas para evitar la manipulación y las mentiras.

En breve os lo presentaré

¡Hasta la vista amigos!


viernes, 14 de septiembre de 2012

LA IGNORANCIA ES MUY, PERO QUE MUY, VALIENTE..... Y PELIGROSA

O al menos eso pensé yo cuando hace un par de días era testigo de una batalla internauta entre la autora de un artículo publicado en la web "Vida lúcida" - artículo que afortunadamente ya ha sido sacado de circulación - en el cual siguiendo a unas críticas bastante razonables a la leche de fórmula se encontraban unas cuantas peligrosas recetas para alimentar lactantes de manera "natural", "ecológica" y "orgánica". 

No voy a repetir aquí ni la multitud de sandeces ahí expuestas, ni las razonables y muy bien documentadas respuestas de diferentes especialistas en lactancia materna como Alba Padró (IBCLC), el Comité de lactancia materna de la AEPED, el doctor José María Paricio, y el doctor Adolfo Gomez Papí, (estos tres últimos a través de  Por un parto respetado) ya que todas ellas las podéis encontrar en los enlaces adjuntos. También os recomiendo leer, como no, los dos post escritos especialmente para la ocasión por nuestra reverenciada Lady Vaga (1, 2), más que nada para que cambiéis el mal cuerpo que deja todo este asunto por una sana carcajada de alivio, al saber que semejantes barbaridades fueron cortadas de raíz por todas las personas antes mencionadas y muchas más, que escandalizadas y enfadadas se dedicaron durante varias horas a tratar de informar a la inspirada escritora (bastante cabezota por cierto ya que no había manera de que bajara del burro y llegó a mostrarse sumamente desagradable con nuestra querida Alba, de todas conocida por su labor a favor y en defensa de la lactancia).

Y, visto lo acontecido, me gustaría hacer una reflexión sobre lo que ha pasado, que no es sino una pequeña muestra de lo que supone la oportunidad que internet nos ofrece de dar y recibir información, al mundo y del mundo, sin filtros de por medio. Hoy cualquiera puede escribir lo que le parezca y su obra podrá ser expuesta para el resto de la humanidad en cuanto lo cuelgue en donde quiera o pueda.

Y esto, que indudablemente tiene muchos pros, también tiene importantes contras. Se acabaron los tiempos en los que unos filtros, más o menos objetivos, apolíticos, científicos o neutrales, decidían lo que leeríamos. Ahora todo está al al alcance de todos. Y así, al lado de la obra de maravillosos y verdaderos especialistas y de publicaciones de altísima calidad en todos los sentidos, nos encontramos verdaderas bazofias llenas de mentiras, imprecisiones, fantasías y, sobretodo cuando a salud se refiere, peligrosas pseudo teorías científicas que se venden con convicción pero sin ninguna base seria que las sostenga.

Así que se acabó el papel de relajado y tranquilo lector que se traga todo lo que lee porque está seguro de que si lo está leyendo es porque otros han comprobado la veracidad de la información. Para bien o para mal ahora nos llegará a nuestra retina de todo. Y ha llegado la hora de afilar nuestro sentido crítico, de informarnos y actuar nosotros solitos de filtro. Se acabó la comodidad.

Personalmente lo tengo muy claro: no me creo nada que me intenten hacer creer como un acto de fe. Si un post hace referencia a un artículo científico, quiero la referencia para comprobar por mi misma el trabajo original, su calidad, la revista donde se publica, sus autores, sus métodos y sus resultados desnudos. No me sirve de nada que me digan que tal o cual receta o ideología o hipótesis o teoría la apoya el gran fulanito/a de tal, si no conozco al tal fulanito/a y no tengo claras referencias de él/ella (entre otras cosas su formación, experiencia y publicaciones). A veces, el simple método de exigir claramente las fuentes originales de donde en teoría se saca la información expuesta, es suficiente para desenmascarar a los valientes ignorantes que, como es el caso, van difundiendo peligrosas ideas sobre la salud del prójimo.

La situación actual no es nada fácil pero, sinceramente, es extraordinariamente estimulante. Me siento ante esta pequeña máquina de apenas un par de kilos y tengo el mundo expuesto ante mí, con sus ideas brillantes, sus locuras, sus majestuosidades y sus miserias. Cada día, al encender el ordenador, se abre ante cada uno de nosotros una enorme ventana de posibilidades cuyo manejo requiere que asumamos la enorme responsabilidad de informarnos para poder discernir el diamante de la burda porquería (que desgraciadamente abunda).

Lo que ha ocurrido con el post de Vida Lúcida ha sido muy interesante. Un artículo lleno de falsedades y peligroso para la vida de los lactantes ha sido fulminantemente atacado con el resultado de que tuvo que ser retirado. Esto es bueno, muy bueno. Con una buena dosis de  información y educación, además de un poco de suerte para que la información falsa haya caído a tiempo en manos de las personas que la pudieron rebatir con autoridad, la realidad ha acabado por imponerse. Por desgracia esto no siempre es así, y por la red siguen colgados infinidad de posts y artículos tan llenos inexactitudes y falsedades que cualquier parecido con la realidad es pura casualidad.

Así que todos mucho ojo. Contrastar, profundizar, analizar, consultar a especialistas y hasta denunciar si se hace necesario, es de obligación para todos los que cada día nos sumergimos en la web buscando la información que nos interesa para nuestras vidas.

Prohibido ser ingenuo, ignorante y crédulo. Nos llegó la mayoría de edad.