sábado, 7 de abril de 2012

HUMANA

El otro día tuve un conflicto con mi hijo mayor que acabó en dos nalgadas. Da igual que pasó, simplemente la situación me superó y liberó la ira acumulada en mi cerebro reptiliano. Ya serena, asustada de mi misma y de mi falta de control, acudí a mi Tribu virtual en busca de ayuda y hermandad: vía facebook les conté el desgraciado incidente, tras lo cual se  formó una interesante conversación sobre nuestra capacidad como madres humanas para controlar nuestra ira y no acabar aplicando algo que todas rechazamos en banda: El castigo físico. Y no hablo del castigo físico que duele, sino de la nalgada/colleja/palmada dada sin excesiva fuerza en el trasero, las manos, la cara o la nuca, que no produce ningún dolor físico y que está ampliamente aceptada fuera de nuestro círculo de crianza.

Hace seis años me hubiera reído de cualquiera que me hubiera dicho que ese tipo de cachete es MALTRATO.  De hecho, en un viaje por Austria que hice hace unos quince años con una tía mía, cuando nuestra guía turística nos explicaba que en ese país si un padre pega una bofetada a su hijo en la calle puede ser denunciado, dije claramente: "¡Dios mío! ¡Que exageración!"

Y es que yo había recibido mi propia dosis de esa "medicina" y ahí estaba yo, tan maja, sanota y bien educada. ¿Como no iba a estarlo si mi madre me había dado aquellos cachetes "por mi bien", "doliéndole a ella más que a mí"? Los niños Austriacos iba a ser una pandilla de malcriados sin pizca de disciplina porque ¿Como disciplinar y educar a unos hijos si no les puedes dar ni un cachete?

Han tenido que pasar varios años, tres hijos y unos cuantos libros de la gran Alice Miller para que aquellos pensamientos me produzcan una sensación de vergüenza tan grande que sólo puedo compensarla con la satisfacción que siento al haberlos superado, a pesar de lo que me ha costado y dolido esa superación.

Y es que aceptar que un cachete a un hijo es INACEPTABLE es aceptar que los cachetes que recibiste son igualmente INACEPTABLES. Y eso duele porque te hace sentir que traicionas a tus padres, ya que desenmascara la relación con tu madre o padre, dejando desnuda la verdadera intención de aquellas agresiones "blancas" (porque no producen dolor físico), pero agresiones al fin y al cabo: esos cachetes no se dan por "el bien" del hijo, no, se dan porque el adulto no tiene más recursos para resolver a su favor una situación de conflicto. El cachete muestra al hijo su situación de inferioridad física y dependencia, por lo que acaba instantáneamente con toda su resistencia, produciéndose así el final del problema. Al niño no le queda otra que llorar y aceptar. Si la madre/padre habla y contesta, el niño puede hablar y contestar. Incluso si la madre/padre grita, el niño puede gritar. Pero si la madre/padre da un cachete el niño ya no puede hacer más porque su inferioridad física es evidente, por lo que por ese camino no tiene nada que ganar pero si mucho que perder y siente miedo por su integridad física. Sí, no es exagerado, siente MIEDO por su integridad física porque aunque ese primer cachete tal vez haya sido controlado y no haya dolido, sabe que el adulto tiene la fuerza necesaria para repetirlo, esta vez más fuerte y doloroso, y dado ya uno ¿que le impide seguir dando más?

Si no ¿Por qué creéis que los cachetes acaban con el conflicto? Simplemente porque despiertan el miedo en el niño. El MIEDO A SU MADRE/PADRE, a lo que su madre/padre puede llegar a hacer. Terrible ¿no?

Y a pesar de mi convencimiento y de estas reflexiones, el otro día se me fue la mano y le di dos nalgadas a mi hijo mayor. No son las primeras que le doy, pero si son las primeras después de llegar a la conclusión de que NO SE PEGA NUNCA A LOS HIJOS. Da igual la situación, el caso es que mi rabia se adueñó de mi cerebro, tomó el control de la mano y ésta se estampó contra el trasero del niño antes de que la parte racional del cerebro inhibiera el movimiento. No fue un golpe fuerte sino relativamente suave y controlado, pero fue un acto de pura rabia, de pura impotencia. No fue por "su bien" fue por  "mi bien" porque me permitió descargarme de la rabia y resolver el conflicto instantáneamente. Tal y como sucede siempre, como sucedía conmigo de niña, ese simple acto de irracionalidad dejó claras las posiciones, madre superior/hijo inferior, madre dueña de la situación/hijo a merced de su poder.

Luego hablé con él. Me disculpé y le di las razones de porqué había perdido el control, dejando bien claro que no son excusa para mi comportamiento. También le expliqué que era así como se solucionaban esas situaciones en mi niñez con mi propia madre y que ahora, a pesar de que no quiero repetir ese patrón, cuando me he sentido al límite de mi resistencia no he podido evitar caer en el mismo comportamiento aprendido en mi infancia. Él me ha entendido porque también se le escapa la mano cuando se enfada con sus hermanos y amigos. Y hemos decidido que no nos podemos permitir nunca descargar la ira sobre otra persona, así que utilizaremos un cojín si tenemos que estallar y pegar a algo.

El otro día, cuando en nuestro muro de La Tribu contaba este episodio a mis amigas, Erika comentaba que "el cachete" es un impulso que compartimos con muchos animales que zarandean y mordisquean a sus crías cuando quieren acabar con un comportamiento inapropiado. Reflexionando sobre esto me di cuenta de que es verdad. Dar un manotazo puede llegar a ser socialmente aceptable en muchos contextos, incluso entre adultos. De hecho todos los niños pasan por una etapa en la que levantan la mano cuando tienen un desencuentro con sus compañeros de juegos, sean adultos o niños. Los niños, como el resto de mamíferos, pueden pegar, arañar o morder cuando se enfadan o quieren conseguir algo. En conclusión: el manotazo parece ser un comportamiento instintivo e innato.

Pero ¿Es eso una razón suficiente para permitirnos usar el cachete en nuestra relación con ellos? o planteando la pregunta de otra manera ¿Que particularidad(es) en esta situación hace(n) que el uso del cachete sea absolutamente INADMISIBLE?

Bajo mi punto de vista estas particularidades son:

1- Una ya la hemos comentado: la superioridad física del adulto que deja al niño sin ninguna posibilidad de defenderse. Excepto los niños muy pequeños que todavía osan pegar al adulto un manotazo cuando se enfadan, en general tienen muy claro que por ese camino no hay nada que hacer y frente al cachete sólo les queda bajar la cabeza y retirarse. Como Mireia comentaba en nuestro pequeño debate, no vamos dando coscorrones a los adultos cada vez que tenemos un conflicto, aunque yo veo que si hay una gran confianza puede llegar a estar aceptada una agresión física "blanca" (que no produce dolor, como un manotazo en el brazo por ejemplo), en momentos de mucha tensión. A veces este recurso se utiliza disfrazado de broma y juego ("je,je,je.... Ay, pero mira que es puñetero mi marido/hermana/amigo -bum, manotazo en el brazo- diciendo estas cosas de mí, je,je,je,je -grrrrrrrr-..."). Pero cuando pegamos a un niño estamos abusando de nuestra situación porque el niño no tiene ninguna posibilidad, ni física (es más débil) ni moral (si hay algo que se ve realmente horrible en esta sociedad es la agresión de los hijos a sus padres, además de que el niño depende de nosotros a todos los niveles y no se puede arriesgar a que le abandonemos) de devolvernos el golpe para defenderse y defender su posición. Un cachete es así un evidente abuso de poder.

2- Cierto que los demás mamíferos suelen usar una cierta violencia física con sus crías. Es una forma de comunicación más. Los empujones, zarandeos, mordiscos o zarpazos se utilizan para comunicar a la cría que eso no lo deben hacer, posiblemente cuando señales más sutiles o sonoras no han funcionado. Pero nosotros tenemos un recurso más: tenemos EL LENGUAJE. Nuestra capacidad de HABLAR y controlar una situación con el lenguaje, nos permite no ir dando bofetadas, empujones y mordiscos por la calle, cada vez que alguien hace algo que nos molesta o enfada. Podemos llegar a utilizar palabras muy hirientes y en tonos muy altos y agresivos en situaciones de estrés y conflicto, pero con ellas evitamos que el enfrentamiento se resuelva a golpes. Los animales también gruñen, ladran, aúllan, o mugen pero estaremos todos de acuerdo que nuestra capacidad de comunicarnos con el lenguaje supera todos esos recursos. Si queremos que nuestros hijos aprendan a resolver sus conflictos por medio del lenguaje ¿Como nos permitimos utilizar el primitivo sistema del golpe físico con ellos como herramienta de educación? ¡No tiene ningún sentido! El mensaje que les damos es: con tus iguales usa las palabras ( nosotros no pegamos a adultos y cuando ellos mismos pegan a sus amiguitos o hermanos les decimos que "no se pega") pero con los que son más débiles que tú puedes dejarte llevar y golpear (especialmente cuando seas adulto). Terrible mensaje, por cierto.

3- Cuando una leona o una loba da un mordisquillo a su cachorro dudo que lo haga porque el león de la manada la ha enfadado o está hasta las narices de la pesada de su hermana que lleva todo el día incordiándola. Supongo que lo hará porque su cachorro en ese momento le está molestando o está haciendo algo peligroso, y punto. Pero los humanos somos muy complejos y, entre otras cosas, somos capaces de acumular ira. Una ira que se guarda probablemente en la parte más primitiva de nuestro cerebro hasta que encuentra una vía de escape y entonces, como dijo Nohemí, nos convertimos en esos reptiles capaces de devorar a sus crías ¿Cuantas veces no habremos dado un cachete a nuestro hijo porque estábamos ya al borde de nuestra resistencia y no precisamente por lo que el niño haya hecho ese momento? Como bien apuntaba Mireia en nuestra conversación, nada de lo que mi hijo hizo fue ni tan grave ni en absoluto excepcional para un niño de seis años. ¿Fue aquel cachete realmente contra mi hijo, o fue contra toda una situación global que me acababa de superar? Evidentemente fue eso último. En otro momento lo que mi hijo hizo no me hubiera hecho reaccionar así. Pero pasó cuando pasó y él pagó las consecuencias de mi sobrecarga total, no de su acción. Así que el cachete no sólo fue un recurso torpe y primitivo (teniendo el lenguaje debería haberme limitado a su uso), además de un abuso de poder evidente (él ya no tenía ninguna posibilidad de defenderse dada mi superioridad física), también fue INJUSTO (no se lo merecía ya que mi reacción fue desproporcionada a la acción que lo provocó).

De esta manera estoy castigando, abusando y siendo injusta con una persona que me quiere más que a nada en el mundo y que depende de mi completamente. Y todo esto con un simple y controlado manotazo "blanco" en las nalgas.

Y sí, como mis amigas me dijeron con toda la razón,  soy humana. Por eso no soy perfecta y cometo errores. Errores que tienen sus raíces en mi propia infancia y que se han transmitido de generación en generación, perpetuando un sistema de crianza de autoridad y poder donde la justicia es arbitraria y depende del estado de ánimo del que en ese momento tiene la sartén por el mango.

Pegamos por muchas razones: porque nos pegaron, porque estamos marcadas con la herida primal o porque el cerebro reptiliano se hace con el control, con el beneplácito y el poder del cerebro superior. Razones de peso que nunca se pueden convertir en excusa. Eso me permitiría volver a caer una y otra vez, escudando mi conciencia en mis limitaciones. Aunque, por supuesto, las razones son importantes porque, como bien escribía Louma, me permiten perdonarme, ya que tampoco tiene sentido martirizarme una y otra vez con los errores que cometo, además de que debo profundizar y trabajar con ellas para terminar definitivamente con este impulso. Ileana aseguró que a medida que "vaya recolocando mis estanterías interiores", este impulso irá pasando y desapareciendo. Cuidándome, cuidando mi energía  para no llegar al límite, buscando mi alegría y felicidad interior, delegando y pidiendo ayuda... estos consejos que con sólo leerlos ya me hacen sentir mejor fueron de mi querida Cristina.

Esto, simplemente, no puede volver a pasar.No se pega simplemente porque - como dijo la pequeña de Mónica - "No está bien".

Y para eso tengo que actuar. Tengo que aprender a canalizar y controlar mi ira. También tengo que analizar de donde viene realmente, la razón de su existencia. Esa ira que hace que me porte como una miserable con las personas que más quiero en el mundo: mis propios hijos. Si alguna vez en mi vida he tenido una motivación de peso para desenmascarar y superar mis sombras es ahora. Ahora tres seres humanos que YO he traído a este mundo consciente y voluntariamente dependen de mí  para su formación en adultos sanos, equilibrados, libres y felices.

No, no hay excusa que me permita repetir los errores del pasado, por mucho que estos hayan pesado en mi propia infancia y hayan determinado la persona que soy ahora. Soy una ser humano libre y por lo tanto tengo al responsabilidad de elegir.

Y ELIJO LA SANACIÓN Y LA SUPERACIÓN

Cueste lo que cueste.

34 comentarios:

  1. Una vez más María no sabes como me identifico..porque como humana todavía se me escapa el manotazo... porque cómo dices hay días que la ira acumulada me sale en un cachete ... y no consigo acabar con ello... estoy leyendo a Alice MIller...." por tu propio bien" buscando formas de que no se vuelva a repetir y no sé como lo conseguiré... porque está claro que cuando lo hago me siento la peor del mundo y automáticamente pido perdón... y hablamos de lo sucedido pero no es suficiente.. no quiero que vuelva a ocurrir ....HOy por ejemplo tenía que echarle unas gotas a mi hijo en los ojos que no soporta... se las he echado y cuando he terminado me ha dado un manotazo y me ha dicho que soy mala.... no sé que me ha pasado que me he puesto a llorar como una niña... no sé si sintiéndome culpable pero el niño ha venido corriendo a mi y me ha dicho " lo siento mamá , no lo voy a hacer más.. porque no se pega" habrá sido su instinto de dar el manotazo como comentas?? no lo sé... pero la verdad que la herida de los cachetes que recibimos en nuestra infancia está ahí... y hacer desaparecer todas las secuelas es una tarea difícil... en ello estamos... intentado ser cada día ser mejores para que ellos lleguen a adultos todavía mucho mejores!!!...Muchas gracías María leyéndote me siento menos sóla ... Lo conseguiremos a que si?

    ResponderEliminar
  2. Claro Laura!!! el primer paso, el de la concienciación, ya está dado... y es un paso muy difícil. Cosas más difíciles ha conseguido al humanidad :o)

    ResponderEliminar
  3. Gracias preciosa ♥ por contárnoslo, por abrirnos esa vía de debate y por publicarlo...
    Me consta que a veces quienes nos leen tienden a idealizarnos, como si hubiéramos alcanzado la perfección y nunca nos equivocáramos... Con artículos como este, sinceros y reflexionados seguro que muchas familias encuentran un incentivo mayor para seguir trabajando sobre la propia mochila de miseria... para no arrojarla sobre nuestros hijos...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues sí Nohemí... yo pensaba que vosotras ya estábais a otro nivel... que habíais superado todas las sombras de la infancia...y que la tribu rozaba la perfección.... y me siento menos mal de saber que en mi andadura por esta nueva forma de criar desde el respeto hay muchas cosas que ya las he superado y otras que sé q las terminaré superando...con la SANACIÓN Y SUPERACIÓN que dice María...

      Eliminar
  4. María, el termino HUMANA te define, no como excusa ni como enmascaramiento, sino como bandera de libertad, autoconocimento y voluntad de superación. Te quiero.

    ResponderEliminar
  5. ¡Felicidades, María, por tu sinceridad, honestidad y por tus reflexiones!

    ResponderEliminar
  6. impresionada, gracias por compartirlo, otra que te quiere por aquí

    ResponderEliminar
  7. Muchas gracias a todas por vuestros comentarios!!!!!

    Nohemí, gracias a vosotras por escucharme y contestar, compartir y apoyar desde la sinceridad,la honestidad, el respeto, la empatía y el cariño.

    Mireia, de nuevo muchas gracias por tus palabras, que me dan alas, y yo también te quiero!!!!! A ver si un día te puedo dar un abrazo en persona :o)

    De nada Silvia. Lo cierto es que me ha ayudado mucho compartir esto con la Tribu y en el blog y de la misma manera que otras me ayudaron y me ayudan a mí explicando sus experiencias u contestando a las mías, con honestidad y sinceridad, me alegro de poder poner mi granito de arena para que todas y todos alcancemos los objetivos que nos hemos propuesto en la crianza de nuestros hijos.

    Myriam, de nada!!!! y otra que te quiere también y como a Mireia, espero poderte abrazar en persona algún día.

    ResponderEliminar
  8. Humana y mamífera :)
    Feliz por el reconocimiento que haces entre hermanas de Tribu, porque tejimos palabras y todas aprendimos.
    La ira constructiva y creativa, más allá de la torpeza del manotazo (la falta de recursos) y más allá de la culpa (la recreación de la sombra).
    Poner luz y compartir...fruto de ponerse en relación entre mujeres...
    gracias, de corazón, por hacerlo posible

    ResponderEliminar
  9. Gracias, María, por compartir tu visión y tu experiencia con sinceridad. Entiendo que es un tema para desenmarañar desde nuestros propios ojos de niña. Un abrazo!

    ResponderEliminar
  10. Yo también era de las que aceptaba la necesidad del cachete a tiempo, como método correctivo, antes de ser madre y para qué engañarnos, en mi infancia, como tantos de nosotros, me llevé alguno. Desde que tengo a mi pequeño y voy conociendo realmente cómo es un niño, y sus necesidades, no concibo ponerle la mano encima a mi hijo. Sin embargo, reconozco que soy impulsiva y tengo carácter y a veces me pregunto si cuando sea mas mayor (ahora tiene 23meses solo) y se produzca alguna situación que me pueda, podrá pasarme lo que a ti te ha ocurrido. Por eso me ha encantado leer tu post y tu reflexión, tan razonado y argumentado como haces siempre, para saber que errar es de humanos y ninguna somos perfecta, y que además es bueno equivocarse para aprender de esos errores y reforzarnos en aquello que creemos, que la violencia sea del cariz que sea, no debe emplearse con nadie y menos aún con los niños. Un abrazo María

    ResponderEliminar
  11. Y que mal nos sentimos cuando se nos escapa la mano...Fijate ellos nos perdonan son así de nobles y buenos...pero yo aún no me he perdonado de esos arrebatos y eso que hace mucho que no les he vuelto a levantar la mano...

    Me ha encantado encontrarte.

    Un beso

    ResponderEliminar
  12. MARIA gracias por esta entrada HUMANA, MUY HUMANA como su titulo. No es fácil, de mis tres hijos, el primero llevo "del bulto" con esa manera patriarcal de criar pudiera dar excusas por mi comportamiento y me llevo largo sobre todo perdonarme por ello; pero se puede avanzar desde ese empoderamiento emocional, esa comprension aceptación y sobre todo liberación de la historia propia, de la manera en que nos criaron... y aun de la manera en que nos formaron profesionalmente. La Tribu ha sido ese grupo amigo, dale que a mi me han ayudado un montón!!! Con mis otras maternidades llenas de luz ha sido una experiencia diferente.. se ha reeducado MAMA!! QUE BUENO!!

    El otro punto es Reeducar a PAPA!, sobre ello escribi en mi blog. Pero se puede si hay apertura, deseo y disposición. Un abrazo. Gracias nuevamente por estar.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso es otro tema, porque ellos muchas veces no están tan abiertos a camiar de método, tan informados y no comparten tantas experiencias "distintas" como nosotras.

      Eliminar
  13. Acabo de descubrir tu blog y lo hago con este maravilloso post, con el que estoy completamente de acuerdo y me veo reflejada, yo he seguido un camino similar al tuyo, desde la aceptación del cachete a tiempo, antes de tener a mi hijo, a mi total injustificación de éste en la actualidad.
    En mi caso mi hijo aún es pequeño y siempre me he podido reprimir pero a veces siento la sombra de mi infancia y temo algún día no poder controlarme.
    Es muy difícil aprender de nuevo y destapar la realidad de tu infancia pero creo que una vez abrimos los ojos, aunque muchas veces nos equivocaremos, seremos capaces de cambiar aquello que nos atormenta.
    Mucho ánimo que es un camino difícil.

    ResponderEliminar
  14. Yo también creía que más valía un cachete a tiempo, hasta que la maternidad me abrió los ojos.
    Muchas gracias por compartir esta experiencia, sin duda somos humanas y a veces perdemos la paciencia y el control. A veces he sentido miedo por no controlarme, pero creo que el saber qué nos ocurre, el ser conscientes de lo que vivimos siendo niños, nos ayuda a repetir los mismos errores.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  15. Hola María! gracias x poner palabras a un sentimiento y acción que me ha preocupado y me ha provocado tristeza y culpa! Gracias x compartirlo !! me inspira y dá fuerzas!!

    ResponderEliminar
  16. Gracias María por compartir con nosotras este maravilloso articulo sobre algo tan dificil como ser imperfectos, humanos. Yo tambien he tenido esas dudas e inquietudes, lamentarse por haber hecho algo que no queria, darle un cachete, y lo peor cuando pienso en te daría una torta para que lloraras por algo, eso es lo que me decian a mi. Y no quiero ser así, como eran mis padres conmigo. Pero como superar eso, como librarse de esos pensamientos que estan ahi en el fondo de nuestra cabecita.????Y a veces mi hijo me tiene levantado la mano y pienso será por culpa mia, porque los niños repiten todo lo que ven lo bueno y lo malo. Que dificil es ser madre y superar esas dudas que tenemos y no caer en los errores de nuestros padres.

    ResponderEliminar
  17. María, si hubieran emoticonos, como en los foros, te pondría el de aplauso y el de alabar.
    Como tantas de nosotras lucho día a día con mis propios monstruos interiores que modelaron mi personalidad a base de "cachetes a tiempo".
    Sé lo que produce en un hijo esa disciplina, porque recuerdo vívamente la sensación de ira e impotencia que crecía en mí cada vez que recibía uno de ellos.
    Y también sé que la sociedad que nos dice que eso es necesario, correctivo y apropiado, nos llega a anestesiar de tal modo la conciencia que llegamos a la edad adulta agradeciendo a nuestros padres todas las nalgadas/cachetes/colleja o persecuciones con zapatilla/escoba que nos dieron porque nos los merecíamos.
    Yo empecé como madre cometiendo muchos de los errores que mis padres cometieron conmigo. A mí no me cambió la maternidad. A mí me cambió la Tribu. Primero porque pensé que aunque era muy bonito, al niño que se le deja sin disciplina, crecerá siendo un ingrato. Luego me dí cuenta de que no es así. Y que cada vez que le daba una nalgada a mi hijo, mi Pepito Grillo Maternal me decía "así no vas bien".
    Hace mucho tiempo que desterré el cachete a tiempo de mi vida, pero ¡ay los monstruos interiores! ¡Ay cuando estoy sobrepasada! Quieren salir, pero consigo no dejarles la mayoría de las veces.
    Aún me queda mucho por trabajar, como a todas. Pero sí, también soy humana y muy imperfecta.
    Gracias por escribir lo que yo misma siento.

    ResponderEliminar
  18. Gracias por escribir este post, yo pensaba igual que tú, que la tribu es perfecta y me apenaba escribir sobre lo humana e imperfecta que puedo ser y como dice Laura que lo importante es que ya somos conscientes y ese es el primer paso y el más importante.
    Nuevamente gracias!

    ResponderEliminar
  19. me encanta el articolo pero tengo una pregunta que hacer con un marido que piensa que su crianza fue estupenda y su infancia genial, que no cambiaria nada. Aclaro que tiene 40 años se crio con un padre alcoholoco y mujeriego, que engañaba a su madre y esta no lo dejaba nunca, que un dia comian y otro no y que la letra con sangre entra era una cosa de todos los dias???
    ME SEPARO?

    ResponderEliminar
  20. Desde luego que con la violencia física no se soluciona nada, pero no todo el mundo conoce a Alice Miller ni tiene una tribu virtual en quien refugiarse y compartir.
    Ojalá no hubieran ese tipo de manifestaciones de poder, ojalá ningún niño recibiera nunca tan siquiera un cachete... pero lo que ha escrito Anónimo es, desgraciadamente, muy habitual. Y quien ha recibido bofetadas, el día de mañana las da, sopena tenga conciencia y realice una sanación de sus heridas. Pero no siempre sucede eso.
    Gracias por tus palabras María, deberían de llegar muy lejos, deberían de escucharlas tanta gente...
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  21. Gracias a ti Erika, por formar parte de esta tribu y aportarnos tanto. En esta Tribu cada una representa algo especial para mi y tu eres la Magia, el candor, la esperanza. Leerte es sentir un aire limpio y fresco que actúa como bálsamo en la zona dolorida del alma.

    De nada Cocolina. Y sí, nos tenemos que sumergir en nuestra infancia con los ojos y el corazón abiertos para reconocer sin miedo lo que pasó.

    @Mousikh, pues ya lo sabes así que a no darle nunca un cachete a tu hijo. Seguro que lo consigues porque vas más avanzada de lo que yo iba en la misma época en la que te encuentras tú.

    Ay Loli, el sentimiento de después es terrible y es bueno que así sea porque como bien sabemos el conocimiento implica la responsabilidad de actuar en consecuencia y nosotras, en ese momento, no lo hicimos. Este dolor es el que nos marca el camino correcto a seguir: el cambio. Hacernos las ignorantes para no sentirlo no tiene perdón porque nos sumerge en una autocomplacencia que nos permite repetir una y otra vez este patrón de comportamiento heredado de las generaciones anteriores.

    ResponderEliminar
  22. Liliana, es reconfortante ver como otras madres habéis pasado y pasáis procesos parecidos a los míos. Acompañada se camina mejor por este camino. a veces doloroso y difícil. Y con el papá yo también tengo alguna discrepancia que se va puliendo. Todo es cuestión de dejarle Alice Miller en la mesilla de noche, que algo leerá.

    Reset y Carol, otras compañeras de camino. Gracias pro compartir tú también.

    PAM y La Gallina Pintadita, gracias por los elogios.

    ResponderEliminar
  23. Hermosa, como siempre, me encantan tus artículos!! Me apetece especialmente colgar éste en mi blog, porque cuando yo les digo a las mamás que "el azote a tiempo" es inadmisible, siempre me salen con el sambenito de "ya verás cuando seas madre", y querría ponerles el testimonio de una que ya es madre... ¡y de tres nada menos! Por supuesto, nombrándote y con un enlace a tu blog, faltaría más. Ya me dices. Un besote!!

    ResponderEliminar
  24. Anónimo, no estamos solos en esto..... entre todos nos apoyamos para superarlo :o)

    Meri, eso de pegar para que llores con razón es todo un clásico!!!!! Cuanto nos cuesta empatizar con los niños y no juzgar sus lloros desde nuestra perspectiva adulta!!!!! Muy buen apunte el que has hecho.

    Mami de los tesoros, otra compañera. Veo que la mayoría hemos pasado el mismo proceso. Me siento muy acompañada y comprendida, a la vez de que me dais mucha fuerza en mi empeño de que un episodio así no se vuelva a repetir

    ResponderEliminar
  25. Cositas hermosas, ¿perfectas??? nada más lejo. La Tribu somos madres concientes dispuestas a iluminar nuestras sombras, pero como todo el mundo andamos cargadas de ellas.

    Anónimo, tu marido no es el único. Corria por ahí un grupod e FB que se titulaba algo así como: yo también he recibido una bofetada a tiempo que me merecía, lleno de gente muy orgullosa de su crianza a palos. Que tal si le regalas a tu marido "Por tu propio bien" de Alice Miller????? Nadie puede leer ese libro y no sentir que se le remueve el mundo entero de su infancia.

    Que razón tienes Concha. La tribu virtual, Alice Miller y otros autores como Margoth Sunderland deberían ser mucho más conocidos. Yo intento aportar mi granito de arena desde el blog, igual que tú... y granito a granito se hacen las playas :o)

    Teresa, por supuesto, un honor que publiques mi artículo.Así al menos no nos podrán decir que "cuando seas madre verás". De hecho es lo que les digo yo a muchos que lo aplican...... "Cuando pienses en serio en ello verás...."

    ResponderEliminar
  26. Perdonad las faltas en el último mensaje pero ando escribiendo con una mano mientras el peque mama en una postura imposible.... no sé como puede :o))))))

    ResponderEliminar
  27. Hola, me uno al grupo de las que pensaban en la eficacia del cachete a tiempo, la disciplina, etc al criar hijos, el convertirme en mamá lo cambió todo, desde que nació mi hijo otro mundo se abrió ante mis ojos, desde que me decian "déjalo llorar" y yo me decía, eso no puede estar bien! y ahora con 3 años y 3 meses y seguimos con lactancia y colecho, me siento cada dia mas orgullosa del tipo de crianza que escogí y de este blog (que a partir de ahora que lo descubrí se convertirá en uno de mis favoritos) también he pasado por el cachete, las nalgadas, cuando me siento desbordada (gracias a dios, muy pocas veces), pero me hago la promesa, NO MAS! Yo soy la adulta y la debo saber manejar la situación, y lo he comprobado, si yo estoy tranquila, lo manejo muchisimo mejor, pero cuando estoy desbordada, es cuando la parte fea de mi, quiere salir, nada mas de pensar en su carita cuando lo he hecho, me dan ganas de llorar a mi :(

    ResponderEliminar
  28. Creo que se pueden repetir lo aprendido. La ira y su canalización es tarea dificil. A mí me cuesta, y mucho controlarme. Será que está grabado en nuestro subconsciente. Creo que tenemos que superar las barreras, igual que antes se veía bien pegar a una mujer, estamos avanzando en el mismo camino con los niños.

    ResponderEliminar
  29. Me podrias decir si alguien me puede mandar los libros de alce miller o donde puedo descargarlos? Gracias

    ResponderEliminar
  30. Anónimo, supongo que están en cualquier librería, o al menos los puedes pedir a través de cualquier librería. Amazon también los tendrá. La Casa del Libro (en España)también. No creo que tengas problemas para encontrarlos.

    ResponderEliminar