jueves, 21 de marzo de 2013

LA SUERTE QUE YO HE TENIDO NO HA VENIDO SOLA

Ayer recibí unos comentarios cargados de ignorancia y agresividad en el post "Sobre el Sentido Común de Algunos de Nuestros Pediatras". Podéis leer el primero porque no lo he borrado. Es el de una tal mery . Luego vinieron tres comentarios más en el mismo tono insultante que borré inmediatamente. Y ni siquiera fueron los últimos. A día de hoy le sigo borrando sus comentarios.

Mi primera reacción fue de enfado. Que tipa más cansina. Si no le gusta lo que escribo, simplemente, que deje de leerlo. ¿Que sentido tiene comentar una y otra vez sin argumentos, sólo con insultos y desprecio? ¿Para que pierde el tiempo en algo así? La web está llena de blogs donde podrá disfrutar leyendo artículos que le den la razón. Así que ¿Por qué se queda en esta, mi casa, tocándome las narices, insultándonos a mí y a mi lectores con comentarios cargados de ignorancia, resentimiento y amargura?

Amargura. Bajo esas palabras insultantes se escondía y se dejaba ver una terrible amargura. Esa fue la clave que me a hecho cambiar mi enfado por tristeza. No sé que alimenta la amargura de mery, ya que no sé absolutamente nada de ella a parte de este rechazo irracional y visceral contra la lactancia materna. Lo que sí sé es que la gran mayoría de ataques a la lactancia materna están basados en un profundo sentimiento de amargura. Y muchas veces - ya digo que no sé, de hecho no creo, que este sea el caso - esta amargura nace de una lactancia frustrada y la necesidad de creer con toda el alma que realmente "es lo mismo" dar la teta que dar el biberón, manteniéndose de manera obsesiva en una ignorancia absurda sobre todo lo referente a la lactancia materna que llega desde el mundo de la ciencia y la salud. 

Y entonces me acordé de mi propia ignorancia de hace unos años, cuando era capaz de asentir a ese argumento falso y facilón tan esgrimido por los que no tienen ni idea: "es lo mismo". A lo mejor la tal mery sólo es una mujer joven, o una adolescente  con unas ideas en la cabeza no demasiado diferentes a las que pude tener yo en aquella época. Tal vez si yo no me dediqué a pasearme por los blogs lactivistas dando la tabarra fue porque en aquella época no había blogs, ni blogosfera lactivista, a los que fastidiar con mis ignorancias varias.

Pues sí. Yo he llegado a menear mi cabeza de arriba a bajo, tal vez incluso a confirmar con mis palabras que "es lo mismo".

Eso fue antes de tener hijos. 

Cuando llegó mi primer hijo mi cuerpo sabía perfectamente que no era lo mismo, aunque a mi alrededor el mensaje predominante seguía siendo que si lo era. Y como me vi incapaz de negar esa realidad, cuando me enfrenté al hecho de que la lactancia de mi primer hijo era un terrible desastre de dolor y mastitis recurrentes me hundí en una profunda amargura

Amargura.

Amargura porque no podía darle a la persona que más amaba en el mundo una de las cosas que más necesitaba de mí: mi leche. 

Y no podía evitar sentir amargura cada vez que alguien le daba un biberón de leche de fórmula bajo el argumento de que "es lo mismo", "no pasa nada", "tú te criaste con biberón y mira que guapa estás"

Mi deseo maternal me GRITABA: ¡No es lo mismo!!! ¡Sí que pasa!!!!! ¡No es esto lo que quiero para mi hijo!!!!!

Podría haberlo acallado. Podría haber cerrado la puerta a esta sabiduría ancestral que luchaba por liberarme de los convencionalismos sociales y culturales que me impedían maternar a mi hijo como ambos necesitábamos. Al fin y al cabo llevaba toda la vida haciéndolo en todo el resto de aspectos de mi vida.

Así que podría  haberme rendido a las mastitis recurrentes, al biberón que "es lo mismo", al bebé llorando sólo en la cuna, al "todavía no puede tener hambre, eso es que tu leche no le alimenta", al "no le cojas tanto que lo mal-acostumbras" al "dale un biberón por la noche para que te deje dormir"....... 

Pero esta vez no lo hice. La maternidad debilitó la coraza del personaje impuesto y "políticamente correcto" que era María Berrozpe y mi verdadera naturaleza empezó a removerse, manifestarse y liberarse. Esta vez no me sometería. Esta vez ya no.

No sé hasta que punto esta reacción, de la que me siento muy orgullosa, fue mérito mio o de las circunstancias que tuve la suerte de que me rodearan. Para empezar estaba en un país donde la lactancia tras el parto está mucho más establecida y apoyada, al menos hasta los 6 meses (los suizos deben tener algún error de traducción de los consejos de la OMS porque a partir de los 6 meses empiezan a meter leche de vaca a los críos; adaptada, pero de vaca) y donde los partos, por defecto, son más respetuosos que en España. También contaba con un servicio de comadrona a domicilio: 10 visitas pagadas por el seguro para asegurarse de que todo va bien. 

Y menos mal, porque en mi caso la vuelta a casa no fue nada bien. Ya en el hospital sufrí mi primera mastitis, pero la peor fue la segunda, a los tres días de llegar a casa; una mastitís que me tumbo con 40 grados en la cama. Bendita fue entonces la comadrona que me diagnosticó, llamó a la ginecóloga y me trajo los antibióticos, evitando que tuviera que ser nuevamente hospitalizada. Bendita fue también la presencia de mi madre que, a pesar de sus biberones y de su "no pasa nada por un poco de leche de fórmula, que tu así no puedes amamantar" era la que me ponía el bebé al pecho y la que aguantaba mis lágrimas de dolor. 

Y benditas la lectura del Bésame mucho de Carlos Gonzalez y la del Amor Maternal de Sue Gerhard. Los dos primeros libros "liberadores" de los muchos que irían cayendo en mis manos durante mi maternidad. Benditos autores: Rosa Jové, Michel Odent, Alice Miller, Laura Gutman, Jean Liedloff, Meredith Small.....etc

Y bendita blogosfera, que estuvo y está ahí desde que comenzó el proceso de transformación, apoyándolo y afirmándolo: Nohemí, Ileana, Louma, Raquel, Irene, Carolina,  Mari Mar, Maria Jose, Vivian, Azucena, Mireia, Rafi, Alba, Rosa, Ramón, Elena, Gemma ........

Pero dado que hoy quiero resaltar mis inicios en la lactancia materna y las dificultades que tuve que superar para no tirar la toalla, quiero hacer una mención especial:  hoy quiero resaltar las personas y la organización sin cuyo apoyo nada de todo esto hubiera sido posible:  Bendita Liga de La Leche Internacional, y bendita la monitora que a  través de internet, y salvando miles de kilómetros de distancia, me sostuvo y acompañó en la accidentada lactancia de mi primer hijo. Ella abrió la puerta que me permitió entrar definitivamente en el mundo de la lactancia materna placentera. Una puerta por la que, además,  entraron el resto de compañeras de la LLL: Amaia, Esther, Ximena, Gabriela, Alessandra......... Un primer paso que me permitió, no sólo amamantar a mis hijos tal y como ellos y yo deseábamos, sino sumergirme en la liberación comenzada y desarrollar la maternidad que realmente quería mi naturaleza de mujer.

Querer dar de mamar a tu hijo - no sólo porque sabes que es lo mejor para él y para ti, sino porque te sale de las entrañas, lo deseas con toda tu alma y sientes que no puede ser de otra manera - y a pesar de todo no poder, tiene que ser durísimo. En el último post de Alba Padró hay un testimonio que yo encuentro desgarrador y que muestra a cara descubierta el efecto más doloroso del lactivismo: la madre a quien las campañas prolactancia encrudecen su propio dolor fruto de no poder amamantar a su hijo. Esta madre pide que le demos un respiro y cree que la consideramos mala madre. 

Yo creo que nadie la considera mala madre, y es evidente que aunque ella sienta que ha tenido todo el apoyo necesario, existen dificultados que quedan fuera de nuestra capacidad y la de nuestro entorno para  superarlas, al menos en ese momento dado. Pero no por eso creo que podamos "darle un respiro", si ello significa silenciar las bondades de la leche materna y acabar con las campañas prolactancia. Y eso no lo podemos hacer, precisamente, para que cada vez haya menos casos como el suyo. 

La lactancia es una cuestión de salud pública y desde el mundo de la sanidad no les queda otra que apoyarla. Es su obligación, tanto como lo es advertir sobre los peligros del tabaco, el colesterol alto, la obesidad o el abuso del alcohol. El objetivo del personal sanitario tiene que ser que el 100% de los niños sean amamantados en exclusiva hasta los 6 meses, y a partir de entonces con alimentación suplementaria como mínimo dos años, alargando la lactancia todo lo que la madre y el hijo deseen. Eso de momento, porque puede ser que, a medida que aumenta en cantidad e importancia la investigación en lactancia materna, se vayan alargando los tiempos. Algo que no me extrañaría nada, vistos los nuevos datos expuestos en el último congreso de Lactancia Materna celebrado en Madrid este mes de Marzo, donde los expertos expusieron resultados sorprendentes sobre las características de la leche materna, los cuales pueden tener implicaciones que todavía ni nos imaginamos. 

No sé que hubiera sido de mí si tras aquella primera mastitis, o la segunda o la tercera, hubiera tirado la toalla. No sé como hubiera reaccionado al hecho de sentirme obligada a enterrar mi verdadero deseo maternal bajo toneladas de frustración, tristeza, culpabilidad y decepción. Supongo que me sentiría igual que la madre del post de Alba. En realidad "supongo" no es la palabra correcta. Creo que "seguro"  me sentiría como la madre del post de Alba, y me dolería cada dato expuesto anunciando las bondades de la leche materna. Pero quiero pensar que sería capaz de elaborar mi duelo y seguir adelante, como parece que hace esta valiente mujer que, a pesar de su dolor, en ningún momento niega la superioridad de la leche humana como alimento para el bebé. 

Sé que hay muchas madres que a pesar de no haber podido superar las dificultades para amamantar que se les pusieron en el camino, son arduas defensoras de la lactancia, e incluso ayudan a otras madres que pasan por situaciones parecidas, brindando el apoyo que ellas no tuvieron. Como dice mi querida Carolina en el primero de sus tres capítulos del libro "Una Nueva Maternidad":

 "...soy la madre que ha dado biberón mas lactivista que conozco". 

Pocas mujeres hay más comprometidas con la defensa de la lactancia que ella. Y, afortunadamente, no es la única.  

Yo no sé que hubiera sido de mí y mi lactancia sin aquellos e-mails de aquella monitora sudamericana, cargados de empatía, conocimientos y apoyo. Podría ser que ahora yo seria una de esas cansinas que se pasean por los blog lactivistas tocando las narices, negando la evidencia con su "es lo mismo" y proyectando la amargura de mi propio e injusto fracaso. A lo peor me dedicaría a atacar la lactancia materna como al peor de mis enemigos, llegando a considerar las campañas a favor de la misma conspiraciones neomachistas para volver a meter a la mujer en casa.  Puede ser. Aunque, tal vez, hubiera sido capaz de elaborar sanamente mi duelo y comportarme con la sabiduría, valentía y honestidad de  mujeres como Carolina, madres maravillosas capaces de dar a sus hijos lo mejor de sí mismas. Prefiero pensar esto de mí misma, la verdad.

Pero como al final no tuve que enfrentarme a esta situación, nunca sabré como hubiera reaccionado. Por eso me toca ser muy cuidadosa a la hora de juzgar a estas mujeres que nos odian, nuestras lactancias les dan "asco", nos llaman neomachistas, nos culpan de sus sentimientos de culpabilidad y van repitiendo el "es lo mismo" a todo aquel incauto que se les ponga al alcance. 

Quien sabe si en otra realidad,en un universo paralelo, yo soy una de ellas. 







25 comentarios:

  1. Hola preciosa. Fantastrica reflexión. Aparte de mis hijos, fue también una asesora de lactancia de la La Liga de la leche quien con un posto precioso sobre la relactacion me animó a buscar más información sobre lactancia. Hoy llevo casi diez años asesorando y he tenido una lactancia gemelar preciosa y duradera. Como tú a veces no me explico por qué algunas mujeres ponen tanto enfasis en afirmar que es lo mismo, y que sus hijo@s se crian igual de bien. En el colectivo de gemelos se ve mucho esta actitud. ES DURO SER ASESORA A VECES.

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  2. Me ha encantado. De verdad que me ha parecido una gran reflexión.

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  3. Estoy muy de acuerdo con todo lo que escribes.
    Nos/me cuesta mucho entender el rechazo a la LM contra toda evidencia, el resentimiento de los/las que nos acusan de tildar de malas madres a las que no la practican y no es eso ni mucho menos. Sinceramente creo que son ellas las que en su fuero interno se consideran así lo que añade más amargura pero jamás he leido/oído en ningún sitio a ningún defensor de la LM acusar de tal cosa a ninguna madre.

    Siento pena por los bebés y madres que por mala información o por no tener ayuda no pueden hacer LM. Viendo a nuestro bebé tan feliz en el pecho de su mamá siempre que quiere siento pena por mi madre y por el bebé que fui, intentando dar la teta cada tres horas y si entremedias lloraba biberón de agua o de manzanilla y teniendo que pasar al biberón convencional al poco tiempo porque mi madre "no tenía suficiente leche" y yo no estaba mal alimentado.

    Me cabrea que se diga que "ahora" hay "presión" para que todo el mundo haga LM cuando aún hay pediatras, como el nuestro, que dicen que lo de las recomendaciones de la OMS son para África y que aquí no es necesaria la LM tanto tiempo. Me cabrea que tantísimos médicos, la verdad todos con los que hemos tratado por otras razones (otras enfermedades) que te recetan y cuando les dices que si no hay problema con la LM se asombran de que aún se le esté dando la teta a una niña de poco más de año y medio y te dicen directamente que la dejes.

    En fin...

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    1. Yo creo que sí hay presión, aunque curiosamente los sanitarios que juzgan a una madre que no quiere dar el pecho suelen ser los mismos que recomiendan a otra que se pase al biberón ante la primera dificultad.
      Lo políticamente correcto es dar el pecho, pero solo durante unos meses. Todo lo que se salga de lo convencional se considera cuestionable.
      Pienso que los médicos no deberían emitir juicios de valor ni en un sentido ni en el otro, lo que deberían hacer es informar, y ya que estamos, hacerlo en base a datos correctos y actualizados, porque decir que la LM es mejor sin explicar por qué es igual de simplón que decir que el biberón es más cómodo porque se lo puede dar la abuela.

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  4. tiempo porque mi madre "no tenía suficiente leche" y yo no estaba mal alimentado.

    quería decir: yo estaba mal alimentado. Como es lógico. ¡Cuántas lactancias frustradas habrá (aún se escucha hoy en día) por la estupidez esa de las tres horas!

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  5. Si te sirve mi experiencia (que obviamente es solo una historia personal y por tanto no pretende ser representativa de ningún colectivo), yo he tenido que evolucionar mucho para llegar a ser lactivista.
    Mi primera lactancia fracasó estrépitosamente, y si bien la responsabilidad última es mía, tengo que decir que desde el comienzo lo tuve todo en contra: mi madre falleció en mi semana 30 de embarazo y según tengo entendido eso puede afectar la tasa de prolactina, seguimos con un "refuerzo" de suero glucosado en el hospital sin mi conocimiento ni consentimiento, consejos carcas de todo el entorno (el pecho solo se da 10 minutos cada 3 horas), pediatra que se cargó una relactación (solo hay que sacarse leche cada 3 horas, si el bebé llora porque no saca, se le da biberón).
    Después de eso, hubo una época en la que pensaba que la LM estaba sobrevalorada; nunca estuve realmente en contra de la lactancia, pero supongo que prefería no ver, anestesiarme emocionalmente en vez de enfrentarme a la realidad. Hay que decir que mi hijo siempre ha estado más sano que un roble, pero lo atribuyo más bien a que el destino no quiso cebarse todavía más con nosotros.

    Pero lo peor, lo realmente doloroso, vino después. Hasta ese punto yo pensaba que había hecho todo lo posible y que simplemente no tenía leche, tal y como me decía todo el mundo. Descubrir el mundo de la crianza con apego y con ello toda la información ligada a la lactancia, fue como echar sal en las heridas: tuve que darme cuenta de que no había hecho todo lo posible ni mucho menos, había buscado información pero lo había hecho en la dirección equivocada, y si me hubiera movido en otra dirección habría conseguido sin duda algo más. Los "y si..." me atormentaron durante años.

    Años después tuve a mi hija, y tras pasar por una relactación ayer celebramos nuestros 30 meses de teti entre otras cosas. Tampoco ha sido fácil al principio, pero quizás el hecho de haberlo conseguido me ha permitido analizar los hechos con mayor objetividad.
    Cuento todo esto porque yo fui una de esas mamás que "no pudieron" dar el pecho y en ocasiones se sintieron cuestionadas, aunque en realidad muchas veces no es así, pero cuando ves, oyes o lees algo que te reabre las heridas es habitual que saltes o te pongas a la defensiva.

    Supongo que algo parecido pasa con quien no da el pecho porque no quiere, el recordatorio constante de que la opción que has elegido no solo no es la mejor, sino que tampoco se debería considerar una opción como tal (recordamos que es una decisión que afecta a la salud de un recién nacido, se mire como se mire, con lo cual enarbolar la bandera de la libertad individual sin tener en cuenta nada más rezuma un pelín de egoísmo a mi entender) tiene que escocer bastante, en especial porque en esos casos sí que se sabía que se podía tomar otro camino.

    Perdón por el rollo, pero ha sido un camino muy largo y me resulta imposible resumirlo más.

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  6. Gran entrada de Maria y maravilloso comentario de Kim. Se me han saltado las lágrimas al leerte :')

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  7. Kim, no es ningún rollo. Es una aportación muy valiosa. Creo que si las madres que se sienten amenazadas, cuestionadas y culpabilizadas conocieran la historia personal de muchas de nosotras, las llamadas lactivistas, nos entenderían y respetarían mucho más.

    Gracias a todas por vuestros comentarios. Anónimo, a mí también me cuesta ver esa "presión" que yo no he experimentado en absoluto.... pero es cierto que muchas madres la denuncian, así que la haya o no, sea lícito que la haya o no, ellas lo sienten así.

    Yo creo que el fracaso de muchísimas lactancias va mucho más allá de los problemas físicos concretos que se manifiestan y tratamos de solventar las monitoras de los grupos de apoyo o las profesionales como las IBCLCs, al igual que el rechazo, tan visceral e irracional, que manifiestan muchas personas va mucho más allá de los argumentos políticos o filosóficos que esgrimen. Pocos se atreven a cuestionar la evidencia científica, pero los que lo hacen han tenido mucho bombo, a pesar de que sus argumentos se podrían calificar sin ningún temor como "ridículos". A veces tengo la sensación de que la verdadera causa de todo este despropósito está tan enterrada y es tan "psicológica" que no normalizaremos definitivamente la lactancia en la crianza de nuestros hijos hasta que cada adulto se enfrente a la maternidad/paternidad habiendo sanado antes sus propias heridas primales.

    Cuando cada madre que para (o adopte) un bebé esté deseosa (En el sentido dado a la palabra "deseo" por Casilda Rodrigañez) desde su deseo más íntimo y maternal de ponérselo al pecho, todos los detractores se habrán quedado sin argumentos.

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    1. "A veces tengo la sensación de que la verdadera causa de todo este despropósito está tan enterrada y es tan "psicológica" que no normalizaremos definitivamente la lactancia en la crianza de nuestros hijos hasta que cada adulto se enfrente a la maternidad/paternidad habiendo sanado antes sus propias heridas primales. "

      Ahí lo tienes.

      ¿Cuánta gente crees que conoce lo que es la herida primal? ¿Y cuántos crees que, conociéndola, estarían dispuestos a asumirla?... es una tarea titánica.

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  8. Yo tabién buesqué mi suerte... Jamás pensé que tendría problemas de lactancia, estaba informada, decidida y bien acompañada; pero los tuve y bendita leche adapatada que me ayudó a que mi bebé no muriera de hambre!! Pero más benditas a las mamás, asesoras, compañeras, mi pareja y mi madre que me animaron a seguir amamantando y así llevamos casi 20 meses!! Me sentí una mala madre porqué yo también sabia que no era lo mismo el "bibe" que la teta y porqué mi hijo se mereceía lo mejor y yo no era capaz de darselo... Pero el tiempo sana las heridas y mi lactancia me ha ayudado a sanar las mías, a ser más tolerante y respetuosa con otras madres pero sobretodo conmigo misma. Bendita la lactancia materna que me ha enseñado tanto sobre amor, deseo, frustración, lucha y tolerancia.

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  9. Ay María...

    Ahora sé que no 'soy la madre que ha dado biberón más lactivista que conozco'. Afortunadamente, aunque pocas, ahora conozco algunas más.

    Ya sabes que estoy de acuerdo contigo. La amargura y la bilis de algunos comentarios o declaraciones tienen mucho que ver con la culpa. Nadie es amigo de fácil de la autocrítica.

    Yo entiendo que se pueda estar en desacuerdo en multitud de cosas en la vida. Pero hay formas y formas de defenderlo. La gente que lo demuestra como los anónimos de tus comentarios suenan a 'animales heridos'. Asi que también entiendo que conviertas tu enfado en tristeza.

    Hay gente que le gusta ir con las orejeras puestas, no oir, no ver , no pensar... así la vida duele menos y no requiere 'tanto esfuerzo'. No ven, como yo también he dicho muchas veces, QUE NO SE PUEDE MATAR AL MENSAJERO. Que una verdad es verdad la diga quien la diga y se ponga como se ponga quien la escuche. Que insistiendo en esa postura lo único que hacemos es el ridículo, porque ni siquiera somos capaces de engañarnos a nosotros mismos.

    Gracias por tu recuerdo y tu mención, mi niña. La ayuda siempre ha sido recíproca ;)

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  10. Genial tu artículo, Maria. No voy a decir mucho más porque tus palabras y las de los comentarios al respecto lo dicen todo.
    Puede ser duro para quien se sienta mal, pero la realidad es lo que es: la leche materna es el alimento para los cachorros humanos. No añado calificativos, porque no ha lugar. La leche humana ES para los humanos.
    Lo demás, son milongas. Un abrazo.
    http://amamaconxa.blogspot.com.es/2011/11/hablando-claro.html#more

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  11. Te abrazo Me abrazo, benditos los hijos y las hijas de todas las mujeres que aceptando y/o decidiendo ser madres dejaron su amargura atrás, conectando con el sentimiento autentico y no el creado por la sociedad del deber por el placer de darse y compartir con sus crios.... hijos e hijas de una nueva consciencia. besos colombianos.

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  12. Estimada Maria; me ha gustado mucho el articulo y tu blog en general. Eso a pesar de que yo no le estoy dando el pecho a mi preciosa hija. Como tu compile mucha informacion al respecto a favor y en contra de la lactancia materna. Me sigue sorprendiendo q la gente afirme q es lo mismo, porque hay sobrada evidencia cientifica de que no lo es. La lactancia artificial es un mal menor, que yo asumi con bastante pena porque mi salud no me permitio otra cosa. Partiendo de eso, intente no pasarme todo el tiempo lamentandome y disfrutar de mi maternidad al maximo; sonriendole mucho a la vida y agradeciendo todo lo que nos ha regalado el ser padres. Creo q lo que tenemos q pensar las madres en mi situacion es en que afortunadamente tenemos una alternativa para alimentar a nuestros peques, y que el mundo no se acaba aqui. Eso y muchos mimos ayudan! Un beso

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  13. Totalmente de acuerdo Carmen, en el primer mundo somos afortunados porque tenemos unas condiciones que permiten que las carencias de la leche de fórmula no tengan los efectos que tienen en el tercer mundo, además de leches muy estudiadas y siempre mejorando. Una cosa no quita la otra y tu actitud me parece la más sabia. La leche de fórmula debería estar para eso, para las madres que no pueden amamantar.

    Liliana, yo también te abrazo, gran mujer :)

    Muchas gracias Concha :) otro abrazo también para ti

    Mireia, tu historia es la de tantas de nosotras. Gracias por compatirla. La lactancia es una gran maestra, que duda cabe. en nuestra ano está aceptar sus enseñanzas. Como decía Ileana en su blog Tenemos Tetas "las tetas son para amamantar.... y pensar"

    caro, das con el kit de la cuestión: no se puede matar a mensajero. Ni se puede negar la realidad...... Y en cuanto a la herida primal que todos arrastramos: el otro día comentaba Ramón Soler que los padres, antes siquiera de concebir, deberían hacer psicoterapia. Estoy totalmente de acuerdo. No sólo se salvarían lactancias, sino que hasta los embarazos serian más saludables, habría muchísimas menos depresiones postparto y la crianza en general sería infinitamente más respetuosa y placentera..................

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  14. LLego 24h tarde! jeje
    Me ha encantado lo que escribes, yo no conocía tus dificultades con la lactancia. En dos únicos momentos de mis lactancia he tenido la sensación que se iban a perder: a los 17 días con la famosa crisis y a los 4 meses cuando me insistían en dejar a la niña en la guarde 10h.
    No creo en todo caso que fueran situaciones demasiado complicadas... pero si es cierto que en ese momento salté como una leona para proteger aquello de lo que egoistamente disfrutaba tanto: mi hija y mi lactancia.
    Reconozco que para una madre que no ha conseguido lactar, que se siente triste y culpable encontrar a una ( o a muchas) madre maravillada de la lactancia con sentimientos de felicidad total y que lo ve todo de color de rosa... tiene que ser una bofetada. Y es evidente que se produce crispación y malestar.
    Me parece que normalizar la lactancia conlleva explicar que a veces las cosas no sale cómo uno espera y explicar cómo te sientes y dar un desahogo ha estas madres es parte de nuestra responsabilidad.

    besos y gracias!

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  15. Yo con la lactancia materna, me pasa como con casi todo hoy en día o conmigo o contra mi.
    Creo que la decisión de dar de mamar a un hijo es un tema tan personal dela madre que no entiendo que en el hospital recién parida a parezcan las de la liga dela lactancia dispuestas casi a denunciarte a los servicios sociales por decidir criar a tu hijo con bibe.
    Y tu erre que erre que no cuando la madre dice no en subrayado, negrita y mayúscula hay que respetarla, igual que yo respeto a quien da la teta a su hijo hasta los seis años casi xq así se relaja y duerme mejor, a quien lleva a sus hijos en brazos en vez de en silla, a quien nunca riñe, ni castiga ni pone limites, xq eso frustra a tu hijo y lo convierte en un niño miedoso.
    Como me dijo a mi vine, haz lo que quieres sobre el papel la l.m. Es lo mejor pero vives en el primer mundo a tu hijo no le va ir la vida en ello, esto no es Etipia, aquí tienes acceso a agua potable y dinero para pagar la leche.
    Y por cierto el bajo de peso con dermatitis y ciertas alergias e intolerancias es mi hijo criado a teta hasta el año. Así que lo siento pero al segundo con Bibe, que como todo tiene tb algo positivo involucro al padre en la alimentación y crianza y creo un vinculo entre ellos que no tiene nada que ver con el que tiene con el mayor.
    Así que todo no es blanco o negro el mundo es gris, y hay que respetarlo todo y no todas las madres que criamos a nuestro hijos a bibe somos amargadas y dar a tu hijo la teta no te convierte en la madre del año.
    Un saludo maría
    Y


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    1. Hola Y,

      me voy a permitir contestarte, desde mi visión de madre que también ha dado biberón.

      Para mi (y esto es puramente personal) la lactancia no debería ser una cuestión de 'opciones'. Eso nos lo ha traído la modernidad, y la soberbia de vivir en el primer mundo, como tú dices, y tener dinero. Cuando se acaba el dinero (y tristemente mucha gente lo está viviendo hoy, en este primer mundo también) la vida nos da la respuesta. Lo que la naturaleza tiene previsto para un bebé, y para su madre, es que el primero se alimente de la segunda. En la selva, en el polo o en el centro de NY. Está demostrado científicamente que la leche materna es incomparable a la leche de polvos. Para mi, siempre pongo el mismo ejemplo, es como querer hacer creer que los niños 'crecen igual' a base de comida rápida o precocinada que con comida fresca y hecha en casa. ¿Tú crees que 'es lo mismo'? ¿A que no? Los niños que crecen comiendo ese tipo de comida no se mueren por ello, pero está demostradísimo que los problemas de salud a medio y largo plazo son evidentes.

      Con el biberón es exactamente igual. Mi hijo también se ha criado con biberón y hemos tenido mucha suerte, porque, a pesar de ello, es un niño sanísimo, que no se ha puesto enfermo practicamente hasta empezar el cole, y que el primer antibiótico lo ha tomado con casi 4 años. Pero yo, a diferencia de ti, no creo que 'sea igual' una cosa que otra, y realmente sí que me preocupan los perjuicios a medio y largo plazo :(

      Lo de la implicación del padre en la alimentación... pues mira, a mi me encantó que el padre de mi hijo se DESVIVIERA porque funcionara nuestra lactancia. Se involucró APOYÁNDOME, cuando lo intentábamos, y cuando no pudo ser también. Un padre que se INVOLUCRA en la alimentación no necesita dar biberones. También puede preparar la comida para todos, y que la madre esté más descansada (eso sí es involucración!) y que, cuando el tiempo de la teta pase, sea capaz de preparar la comida del niño y le ayude con el paso a la alimentación complementaria. Eso de involucrarse dando biberones (especialmente si es lo único que hacen, lo cual suele ser así) me parece falso como una moneda de pan.

      Yo le dí también biberón a mi hijo, y sí, efectivamente, como tú, no soy una amargada. Pero lo que no soy tampoco es alguien a quien le guste ponerse vendas en los ojos y negar lo evidente. Por doloroso que sea.

      Otro saludo para ti

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    2. Bueno, Y, no tengo mucho más que añadir a lo dicho por Caro salvo dos cosas:

      1- NO creo que las de la Liga de la Leche vayan por los hospitales obligando a las madres a amamantar. Esto no lo hacemos ni aquí, en Suiza, ni seguro tampoco en España. Otra cosa es que la enfermera o pediatra o el profesional de turno intente que la madre tome la decisión realmente informada porque, una vez que empiezas a amamantar siempre estas a tiempo de dejarlo. Pero lo contrario es, aunque posible, mucho más difícil.

      2- De mis tres hijos el único que probó la leche de vaca adaptada antes de los 6 meses fue el mayor, y ha sido el único de los tres con dermatitis. Los otros estuvieron con lactancia exclusiva prácticamente hasta los 9 meses y no han tenido el mínimo problema. No sé si tu hijo mayor tomó lactancia materna exclusiva al menos 6 meses. ¿Es posible que le combinarais con biberón de leche adaptada???? Porque la exposición temprana a los antígenos de la leche de vaca y demás componentes de la leche adaptada pueden producir ese tipo de reacciones incluso aunque sigas dando pecho. Yo creo que tu hijo mayor hubiera estado muchísimo peor si no hubiera recibido lactancia materna. No puedes comparar con el segundo. Supongo que ni tiene alergias ni intolerancias. Genial. Tampoco las hubiera tenido con lactancia materna, te lo aseguro. Evidentemente no tiene la misma tendencia que su hermano. Tiene otros genes. Pero seguro que no es el biberón el que ha evitado que tenga estas alergias. No tiene alergias A PESAR de ser alimentado con biberón. Mejor para él y espero de corazón que no desarrolle otros problemas relacionados con la alimentación con leche de fórmula a medio y largo plazo. Yo ahora con 42 años sí reconozco algunos de estos problemas en mí...... pero sobrevivir sí, he sobrevivdo. Probablemente en Etiopía me hubiera muerto. En ese aspecto la ciencia es muy clara y los estudios clínicos demuestran el riesgo incrementado de sufrir alergias e intolerancias en los niños alimentados con leche de fórmula. Decir que porque tu hijo mayor tiene estos problemas y el pequeño no, esto no es verdad, es como los que dicen que el abuelo Paquito fumaba dos cajetillas al día y se murió a los 90 años, por lo que el tabaco no es nocivo para la salud......

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    3. Ya lo han explicado muy bien y poco me queda por añadir; por mi parte, diría que OJALA las asesoras de lactancia se dedicasen a recorrerse los hospitales para informar a las madres, la información de la que dispone a veces el personal sanitario es cuestión de suerte, igual te toca uno actualizado que realmente ayuda y apoya o al contrario, uno tirando a caduco gracias al cual se va todo al traste.

      Por lo demás, no es una simple cuestión de respeto porque como se ha repetido por activa y por pasiva, no da lo mismo una cosa que la otra; la lactancia artificial tiene riesgos, menos que en países tercermundistas pero aún así los tiene, y nadie te informa de ellos. Hablando de respeto, creo que es más respetable que una madre diga "no voy a dar el pecho porque no me da la gana a pesar de saber que es lo mejor para mi hijo" en vez de escudarse y ampararse en falsear la verdad, con excusas del tipo "a mi vecino le criaron a bibe y no le pasó nada".

      Finalmente, el personal sanitario que presiona para que se dé el pecho lo hace más bien porque su paciente es el bebé, no la madre, y lógicamente les preocupa que su paciente pueda tener el mejor inicio posible.

      P.D.: María, mi abuela fumó una cajetilla de tabaco al día y a veces más, y murió con 83 años sin haber tenido jamás ni un catarro. Como anécdota, tomó teta hasta los 4 ;-)

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  16. Hola María:

    Vengo desde vuestra página sobre el debate científico acerca del sueño infantil, y me he encontrado con este blog. Te felicito por ambas cosas. Excelente trabajo, el vuestro sobre el debate científico. Mi más sincera enhorabuena y mi agradecimiento por el esfuerzo, que espero sirva para ayudar a desterrar de una vez los falsos mitos sobre el asunto que tanto están perjudicando a padres, madres y bebés.

    Me he sentido muy identificada con tu "historial" de lactancia ¿O de crianza? Porque yo he vivido una evolución muy parecida. Antes de quedarme embarazada, y durante buena parte del embarazo, también tenía esas ideas en la cabeza sobre disciplina, y autoridad, y la importancia de poner límites, y que el niño "no se te suba a las barbas", lo esencial de las rutinas y los horarios estrictos... ¿Lactancia materna? Pues bueno, si se podía bien, pero si no se podía tampoco era un drama. Después de todo hay miles de niños que se alimentan a biberón y están estupendamente. Y no todo el mundo puede, ¿Verdad?

    Y entonces, tuve la enorme de suerte de que estando ya de unas 16 semanas, se instaló en mi casa de manera provisional Juana, una buena amiga recién aterrizada en Madrid que necesitaba alojamiento durante un tiempo hasta poder organizar el suyo. Ella insistió mucho para que me leyera "Un regalo para toda la vida", de Carlos González. Lo empecé con desgana, sólo por cumplir, segura de que el libro sería una retahíla de consejos ñoños y trasnochados con toques hippies que no iba a aportarme demasiado. Nada que no supiera. Pues bien, no tendré vida suficiente para agradecerle a Juana su insistencia, porque eso lo cambió todo.

    Desde ese libro llegué a los demás autores que comentas. Rosa Jové, Sue Gerhardt, Meredith Small, McKenna, Miller... Las largas noches insomnes de mi embarazo me dieron de sí para leer ansiosamente todo lo que cayó en mis manos sobre la primera infancia, incluyendo a Estivill, ese pobre hombre aterrorizado por los bebés, y por lo tanto por la humanidad en general.

    Desgraciadamente mi parto no fue natural, tuvo que ser por cesárea. Y tuve que esperar siete horas para poder ver a mi hijo, al cual, en contra de mis instrucciones, llevaron al nido nada más nacer. Por supuesto, le dieron biberones. A pesar de ello, a partir del cuarto día, y tras ciertos problemas que logré superar en gran medida gracias a la magnífica información que me proporcionó el libro de Carlos González, conseguí establecer una lactancia que continúa hoy felizmente sin problemas.

    Mi percepción de la maternidad, de mi maternidad, y de la primera infancia, afortunadamente, nunca serán las mismas. Y tengo la total seguridad de que le debo a Juana y a los autores que ella puso a mi alcance (incluyéndote ahora a ti) que compartir con mi hijo sus recién cumplidos dos años haya sido la experiencia más relajada, gratificante y gozosa de mi vida, en lugar del cúmulo de ansiedad, cansancio y angustia que hubiera podido ser, y que, desgraciadamente, veo que es en muchas madres que no han tenido la suerte que tuve yo, de poder acceder a esta información. Por ello creo que todos los esfuerzos de divulgación de este conocimiento sobre la primera infancia que se realicen debe ser encomiados.

    Nuevamente, enhorabuena.

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  17. Muchas gracias por tu comentario, y por tus felicitaciones, Laura. Somos muchas las que hemos seguido un proceso parecido y ahora no somos capaces de entender a los padres que continúan en lo que para nosotros es el viejo y anticuado paradigma..... Yo también me siento agradecida a los amigos y autores que me ayudaron a ver esta otra realidad posible y por eso no puedo evitar poner mi granito de arena, en este caso con el estudio del sueño y con este blog. Un abrazo fuerte.

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  18. Estoy de acuerdo en la mayoría de los aspectos contigo. Tenemos que informar sobre las contraindicaciones de la lactancia artificial porque es real, y porque las madres deben tomar las decisiones con información. Esto no debería entenderse cómo presionar a las madres.
    hay miles de circunstancias que hacen más fácil o más difícil la lactancia materna, y no es cuestión de averiguar quien es "mas mártir" porque ni la lactancia debe entenderse como un sacrificio (faltaba más) ni es cuestión de ser mejor o peor madre.
    Entiendo que ciertas mujeres se incomoden al sentirse presionadas, y creo, además, que en el origen de esa incomodidad está un sentimiento de culpa enterrado.
    Me recuerda a una vez que mi hermana me dijo que "le falto al respeto por decirle que fumar es nocivo para ella". Ni media palabra más, fuma lo que quieras, pero cuando tengas un neumotórax no vengas a llorarme.
    Pues es algo así, solo que las víctimas no son únicamente las madres, sino también los hijos.
    Por el principio de autonomía no podemos obligar a nadie a lactar, igual que no podemos condenar por fumar (aún estando embarazada, que ya me parece una pasada), el niño se considera un ser carente de derechos posesión de sus padres. Y eso es lo que estamos intentando cambiar.

    Pero creo que con el enfrentamiento directo, sin comprensión de las circunstancias particulares, no vamos a lograr llegar a esos padres.

    Un detalle de curiosidad.: el post más leído de mi blog se llama "talibanes de la teta", y la gente accede a él a través de google con la búsqueda de ese mismo título. Es decir, nos identifican como talibanes, se sienten presionados e incómodos. Creo que así no vamos a lograr llegar a mucha gente.

    te dejo el enlace por si le quieres echar un ojo:
    http://micrianza.blogspot.com.es/2012/07/talibanes-de-la-teta.html

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  19. ¡¡Que barbara!!! Aplausos de pie, no muy diferente a otras historias de lactancias en tiempos modernos, tambien antes de ser madre pensaba igualito: "es lo mismo". Puufff, de topes me di cuando nacio mi primer hijo. Tanto me ha cambiado la lactancia como mujer-madre-persona que al dia de hoy con un crio de 2 años 7 meses y otro en la pancita a punto de salir al mundo me encuentro dando teta sin parar, planeando dar en teta tandem y en franco camino de aportar algo (falsa modestia, la verdad es que lo ideal es aportar toneladas) de informacion a cambio ;)

    Pero es que tambien me he dado cuenta que en realidad no solo se la traen (el mundo, las presonas, etc) en contra de la lactancia, apenas va saliendo uno del ¿todavia le das pecho? cuando vienen otras preguntas como: ¿pero es que todavia duerme con ustedes?, ¿pero cuando piensas regresar a trabajar? y la ultima en nuestra familia por la edad de nuestro hijo mayor es: ¿pero para cuando piensas escolarizarlo?¿No lo vas a llevar a guarderia? ( caras de espanto!! ) no bueeeno pero es que ¿que les molesta? acaso los demas le dan el pecho, lo duermen en sus propias camas o les molesta el niño en sus propias casas??

    En fin... paciencia, mucha a toneladas, y comprender eso precisamente: son amarguras de los demas, no mias, he aprendido a no tragarmelas, al pricipio fue dificil, pero una vez que comprendi, me tatue en el cerebro, que en realidad, yo era su espejo y que venian a descargar sus propios temores, tristezas, y demas etc negativos en nosotros, ha sido mas facil lidiar con todo eso.

    Y creo que la parte mas dificil del asunto en el camino que he elegido es poder tener empatia, si, mucha mucha empatia, porque de todo hay en este mundo y por muy convecida que uno este, por mucho que casi casi consiga traerle a alguna mamá al mismisimo Carlos Gonzales en persona, si no quiere dar la teta, pues no quiere dar la teta y punto, es muy respetable su decision, es que no esta aca uno para convencer a nadie, esta uno para aportar y traspasar todo ese cumulo de informacion a quien si le interese y respetar a todos los demas. Espero no morir en el intento :)

    Elisa.

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