Fue el verano pasado, así que mi benjamín tenía unos 15 meses (la misma edad que tiene hoy en día la pequeña de la ya tristemente famosa Habiba). Eran las fiestas del pueblo donde veraneábamos y mi madre, mis tres niños y yo estábamos esperando a que empezaran los fuegos artificiales que se celebrarían en la playa. Yo tenía al peque en brazos y estaba impaciente por ver su carita de sorpresa y alegría cuando empezara el estallido de colores en el cielo nocturno. Pero no fue así.
Tras el primer petardazo, M contuvo la respiración, se puso rígido en mis brazos, su cara reflejó un angustioso terror mientras sus manitas intentaban levantarme la blusa con movimientos temblorosos y frenéticos.
"TTTEEEEETTTTAAAAAA.....TTTTTEEEEEEETTTAAAAAAAA"
Le ayudé levantándome la blusa rápidamente, tras lo cual él se agarro del pezón como si le fuera la vida en ello y escondió su cara, con los ojos cerrados, en mi pecho. Al instante su cuerpecito se relajó y así, enganchado como estaba, abrió los ojos y empezó a mirar de reojo los fuegos artificiales.
El pecho de mamá: el lugar mas seguro del mundo
¿Por qué os cuento esta anécdota ahora que todos andamos revolucionados con el caso de Habiba y su hija?
Pues porque supongo que, como yo, os podéis imaginar las situaciones de violencia, terror y desamparo que han tenido que sufrir muchos de los hijos de las mujeres que acaban siendo huéspedes de los centro de acogida. Muchas de esas situaciones ni siquiera nos las podemos imaginar. Pero si podemos ver como, para estos niños que de un día para otro lo han perdido todo, su madre es lo único que les queda.
Y para muchas de estas madres, su pecho, la lactancia, es una de sus mejores herramientas para transmitir a sus hijos seguridad, amor, confianza y calor. Porque si normalmente dar de mamar es MUCHO MAS que alimentar el cuerpo, en estos casos se convierte en una auténtica tabla de salvamento para la relación madre-hijo, en un contexto donde todo está en contra y el mundo es violento, cruel e infernal. En estos casos la lactancia alimenta también el alma del niño, ayudando a salvar su capacidad de amar, de confiar y de ser feliz, en un mundo que le ataca por los cuatro costados.
Si mi pequeño M buscó en la teta seguridad frente al peligro, siendo un niño que vive rodeado de amor y protección : ¿Que supondrá para estos niños - hijos de mujeres maltratadas y que han vivido en las condiciones más precarias - que la persona que es su mundo - su madre, lo único que tienen - de repente les obligue a prescindir de uno, tal vez el único, de sus grandes placeres?
Porque sí, la lactancia es, o debería ser, un placer. Un gran placer para la madre y para el hijo. Es la manera en la que la naturaleza se asegura de que las hembras queramos dar de mamar a nuestros cachorros y de que estos quieran mamar. Si no fuera un placer ninguna madre mamífera se pasaría horas y horas tumbada mientras sus cachorros maman y ningún cachorro perdería el tiempo buscando el pezón, o chupeteando sin hambre. Y el placer es necesario para crecer saludablemente. Sin placer es imposible vivir en plenitud. El placer es la señal que nos da la naturaleza de que las cosas van bien. ¿Que podemos esperar de una vida dominada por el horror y en la que no se permite ni el más básico de los placeres: el placer de dar de mamar a tu hijo, el placer de ser amamantado por tu madre?
A raíz del caso de Habiba, y a través de los testimonios de otras madres que también pasaron por estos centros, ha salido a la luz que el personal encargado de formarles en "habilidades maternales" les está obligando a destetar a partir de los seis meses. Y no sólo eso, al parecer entre las "habilidades" que les enseñan para maternar "correctamente" está el no practicar colecho y el dejar llorar al niño. No puedo reflejar en palabras escritas la consternación, el enfado y la impotencia que me han producido estos testimonios.
Porque ¿Os dais cuenta de las implicaciones que tienen? Si la crianza con amor, respeto, atendiendo al instante todas sus necesidades es tan importante para los niños nacidos en un ambiente "favorable", no violento, acogedor y amoroso, y tan necesario para criar adultos empáticos, no violentos, amorosos, sociables y felices ¿Cuanto más importante será para estos niños que ya han sufrido violencia, terror, abandono, hambre o soledad, no sólo en sus propias carnes sino a través de su madre?
Todos los profesionales de la educación saben los devastadores efectos que unas condiciones desfavorables como la violencia y la pobreza extrema tienen en la crianza de los niños. Pero muchos de estos niños, a pesar de todo, llegaron al centro de acogida con una de las herramientas mas potentes para defenderse del horror: El pecho de su madre. ¿Y que hacen estos profesionales cuya misión es enseñar a estas mujeres a ser unas buenas madres?
¡SE LO QUITAN!
Y no sólo eso, por lo que parece tienen autoridad para obligar a las madres a NO dormir con sus hijos o a dejarles llorar. O sea, a arrebatar a estos niños los únicos elementos que todavía les ofrecían seguridad, calor y amor, enseñándoles a desconfiar ya absolutamente de todo, porque incluso su propia madre les ha fallado. Madres que QUIEREN a sus hijos, que QUIEREN AMAMANTARLOS, se ven OBLIGADAS a prescindir de una de sus mejores herramientas para satisfacer las necesidades de sus pequeños, para ofrecerles sus cuidados, seguridad y amor ¿Es que quieren asegurarse, por algún maquiavélico motivo, de que estos niños se conviertan sí o sí, en adultos heridos en perpetua situación de exclusión social? ¿No se dan cuenta de que la única esperanza para ellos de superar sus dramáticos comienzos en la vida, está precisamente en el cuerpo de su madre, en el pecho de su madre, en su regazo,en sus brazos, en sus atenciones continuas? ¿No se dan cuenta de que por encima de horarios, higienes y normas occidentalizadas, estos niños necesitan A SU MADRE en toda su dimensión?
¿Que creéis que sentirá hoy, todavía separada de su madre, la pequeña hija de Habiba, acostumbrada a dormir en su pecho, a recibir el dulzor de su leche a pesar de que todo alrededor se les hundía una y otra vez? Por fin, a pesar de que esta pequeña sentía que, pasara lo que pasara, mamá y su teta siempre estarían ahí, han conseguido quitarle la única certeza que le quedaba sumergiéndola en el caos, la desconfianza y la tristeza más absoluta. Y lo que me enciende, me vuelve loca de enfado, me reconcome hasta la médula, es que esto no lo han conseguido ni un familiar maltratador, ni la extrema pobreza, ni el racismo, ni la situación de inmigrante. No. Esto lo han conseguido estos "profesionales" que dicen trabajar cada día para ayudarles.
Esto no puede seguir así. Desde aquí quiero hacer un llamamiento a los responsables de que esto esté ocurriendo para que desempolven sus departamentos y analicen, a la luz de los conocimientos actuales sobre apego, lactancia, crianza, maltrato...etc la labor que están haciendo, porque parece que lo están haciendo bastante mal y esto es inaceptable. Si realmente quieren ayudar a estas madres y a sus hijos no pueden seguir actuando así, desde la ignorancia y los perjuicios. Esto tiene que cambiar. Y tiene que cambiar YA.
Espero que el caso de Habiba, con la movilización de la tribu maternal, haya abierto la puerta al cambio. Todas somos Habiba. Todas somos esas madres solas, atacadas y abandonadas con sus hijos a su cargo. Todas y todos, somos LA TRIBU necesaria para criar a nuestros hijos. Los hijos de todos.
NUESTRO FUTURO
Uffffffffffff estamos todos consternadisimos con la noticia y con muchisimo dolor que nos invade el alma. No quiero ni imaginarme cómo se podrán sentir esa madre y esa hija separadas.
ResponderEliminarEso que dices de que la teta es el lugar mas seguro del mundo es una gran verdad. Mi hijo ahora mismo tiene esa edad, quince meses, y sé de lo que hablas, por eso esto me está afectando al intentar ponerme en su lugar.
Queria escribir sobre esto en mi blog pero es que no sé por donde empezar,me siento tan mal que lo unico que puedo conseguir es poner verde a mas de uno y poco más....y puf.....cuando me calme hablaremos... Un abrazo y mucho apoyo a Habiba.
Los responsables de estas abominaciones deberían pagar por ello para que no vuelva a suceder jamás.
ResponderEliminarme hiciste llorar Maria...que impotencia y que rabia...una autentica violacion a los derechos humanos...
ResponderEliminarAl leer sobre esto solo pude llorar de la impotencia y de pensar que yo queria quitarle la teta a mi hija de 14 meses, pero ya cambie de opinion solo me imagino como estará esa madre y esa pequeña el dolor que debe sentir si mi hija con que no le de su teta por unos minutos estalla en llanto como lei en este articulo " la teta el lugar mas seguro del mundo" me indigna que gente que supuestamente estudia para trabajar en estos lugares haga la semejante aberracion con ellas el dolor que ella esta sintiendo debe servir como ejemplo y debemos alzar nuestras voces como madres que dan teta y saben lo importante que es este lazo y que no se puede cortar de un dia para otro, que pena me causa leer que gente en estos tiempos de modernizmo hagan cosas tan canivales
ResponderEliminarLactando amando, Carol, Bren y anónimo, gracias por vuestros comentarios. Yo espero que en los próximos días las cosas se solucionen y madre e hija vuelvan a estar juntas. También espero que este caso haya abierto las puertas a un cambio importante porque se ha puesto en evidencia que el IMMF no cumple su cometido..... demasiadas denuncias, demasiado descontento contra un organismo que en teoría debería responsabilizarse del bienestar de los menores. Me duele en el alma ver la falta de autocrítica que han demostrado en algunas respuestas que he leído, pero espero que los profesionales adecuados pongan en evidencia el mal funcionamiento con la autoridad necesaria para ser escuchados y producir un cambio real.
ResponderEliminarGracias♥
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